Wow! Vaya es una sorpresa, es mi primer fanfic sobre The Host, un libro que me encantó y pese a los cambios en la película puedo decir que tambien me gustó mucho, tenía tiempo que no veía una película que me gustara y fue una agradable sorpresa que pudiera gustarme tanto con los cambios, así que bueno, me animé a escribir este fanfic.
Está ambientado después de que Wanda fuera colocada en el cuerpo de Pet, con paciencia irán saliendo Wanda/Ian ya que son mi pareja favorita :3
Espero que os guste mi primer intento ^^
El título viene a ser: La sanadora ^^
Canción: If everyone cared-Nickelback.
THE HEALER
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1
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El último intento.
Aquel cuerpo era anodino y ciertamente peculiar, ninguna alma había reconocido la presencia del anfitrión, pero era difícil de usar para las almas, habían pasado ya cinco por ese cuerpo, el sanador Sunlight througs clouds* comenzaba a temer que tendrían que darle un final a ese cuerpo si la siguiente alma tampoco conseguía adaptarse, pero ese pensamiento le inquietaba, como cualquier alma era alguien compasivo, repudiaba toda forma de violencia y le apenaría de forma indescriptible tener que terminar con la vida de aquel cuerpo y más con la de un cuerpo humano tan frágil como aquel, ¿cuántos años tendría? ¿Dieciséis? Puede que dieciocho pero su cara seguía siendo de niña. Sería un sacrificio terrible.
Winter Leaves* se mantuvo a su lado en todo momento pues era su ayudante.
-¿Estará bien volver a intentarlo? –cuestionó el ayudante en voz baja.
-Sería un verdadero asesinato matar este cuerpo-respondió Sunlight de forma suave-. Si este es el último intento no seré yo quien la desconecte.
Un humano con un encefalograma completamente plano, lo que significaba que no había nadie allí dentro, aún así era un cuerpo que daba problemas, las otras almas que habían saltado de él habían augurado recuerdos demasiado tristes, era un cuerpo que anhelaba morir y ese sentimiento era transmitido a su huésped, nadie quiso permanecer allí mucho tiempo, por lo que se había catalogado que si la última alma fallaba en su misión no les quedaría otra opción. Esta alma era…tal vez de las menos indicadas para esta tarea, había habitado en cinco planetas y tenido seis vidas habiendo repetido dos ciclos vitales en uno de ellos, sabía que necesitaban a alguien por lo menos más experimentado, pero entre sus vidas fue un oso y un murciélago, había escuchado que su último ciclo vital fue en uno de los planetas nuevos como un zorro* si había soportado vivir en el mundo de arena y fuego* tal vez era más dura de lo que pensaban.
Winter Leaves dio comienzo a la secuela de descongelación del criotanque, Sunlight le apretó con gesto paternal el hombro al cuerpo inconsciente deseándole en silencio más suerte, fue entonces cuando comenzó la incisión con el escalpelo a través de la piel hasta la base del cráneo, pulverizó la zona con la medicación para frenar un derramamiento innecesario de sangre para después ampliar la herida del cuello, pobrecilla, había hurgado tantas veces en ese mismo lugar y entre esos músculos que sabía de memoria dónde presionar sin dañar sus músculos para abrirse paso hasta los huesos pálidos de la parte superior de la columna vertebral.
-Alma preparada, Clouds-le dijo algo receloso Winter.
Winter pocas veces había experimentado la desconfianza mientras estaba en aquel cuerpo, ciertamente no le era un sentimiento agradable pero era imposible de borrar en situaciones como aquellas dónde se sabía que algo no iba a salir bien.
-Crucemos los dedos-murmuró el sanador observando el alma brillando entre las manos de Winter.
Observó as miles de adherencia finas y plumosas moviéndose por el aire como si se mecieran, Winter se acercó silencioso para comenzar la colocación de la pequeña y brillante alma dentro de la abertura que Sunlight había abierto, el alma se deslizó como movida por hilos hacia la hendidura empezando a fijar sus adherencias enroscándolas alrededor de los lugares precisos, alrededor de los centros nerviosos, mientras que algunas otras aún se estiraban más hasta dónde ya no alcanzaba la vista. Al ver que la colocación tenía éxito, comenzó con la parte fácil que era pura rutina, limpió y cerró la herida aplicando el ungüento que sellaría la incisión y cubriría el alma, como último toque esparció el polvo que facilitaba la cicatrización sobre la línea que había en el cuello.
Winter ralentizó su respiración y comenzó a limpiar la zona de trabajo observando de reojo el cuerpo dormido al igual el sanador Sunlight, el despertar podría ser ligeramente confuso para luego dar lugar a las acostumbradas protestas y solicitudes buscando otro cuerpo, cualquiera menos aquel, normalmente se producían unas horas después de despertar, el máximo tiempo en aquel cuerpo fue de dos días antes de pedir un traslado.
-Espero que esta vez salga bien, ¡ojalá no tenga que acabar con tu anfitrión!
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Es mi cuerpo.
Mis ojos.
Mis oídos.
Todo mío.
No, no podía afirmar…..pero sé que este cuerpo era para mí, me habían avisado que los humanos eran…..sus emociones eran fuertes, tal vez mucho más de lo visto nunca antes en una especie, no sabía a qué atenerse, había vivido dos ciclos vitales en el Mundo Cantante, pero el planeta que amaba era el Mundo de Arena y Fuego, tan sólo había deseado experimentar un mundo más antes de volver a su otro mundo, digamos que sólo tengo curiosidad, quiero saber qué tan fuertes son estos sentimientos.
Y, aquí está. El recuerdo.
Lo sentí.
Un dolor en todo mi cuerpo, pero había un alivio instantáneo en todo aquel dolor. ¡Quería morir! ¡Sí! ¡Era un alivio poder hacerlo así! No quería el suicidio, sabía que el suicidio no era la opción correcta, no me hubiera sentido bien conmigo misma cortando mi piel con una hoja de afeitar ni lanzándome por mi ventana, pero este accidente. ¡Era un alivio! No sabía qué me esperaba, realmente esperaba que no hubiera nada porque tan sólo quería cerrar los ojos y dormir para siempre.
Entonces pánico. ¡Sí! ¡Miedo! No a la muerte, sentía miedo porque escuchaba la ambulancia, venían a salvarme. ¡NO! Me iría antes. No quiero volver a abrir los ojos, esta será la última vez que los cierre, siento no haber sabido aprovechar esta vida ni haber vivido pero no me sentía capaz, perdón por desperdiciar mi vida pero llegar al final ha sido un gran alivio.
Te odio.
¡Oh! ¡Ese sentimiento era nuevo! Me incomoda, el odio no es lo habitual en mi especie, pero este cuerpo lo tenía asentado. No, espera. No era sólo odio, era más bien tristeza. Estaba muy triste, sentía cada latido con dolor, un inmenso y enorme dolor. Era el dolor provocado por un ser humano. Un chico.
Apreté las manos entorno al volante, parpadeé con las lágrimas calientes bajando por mis mejillas, no sabía para dónde ir, mis abuelos se pondrían hechos unas furias apenas llegase, pero las cuatro paredes de mi cuarto se me caían encima, lo único que sabía es que no quería volver al instituto. Era el último sitio al que quería volver y mis abuelos me obligarían, era lo que tenían que hacer como mis tutores legales pero sin padres y sin hermano pequeño, ellos eran los únicos que podían hacerse cargo de una adolescente de quince años como yo.
Presiono el pie sobre el acelerador. Me siento idiota. ¿Qué otra cosa había esperado? ¿Qué hubiera un milagro como en las series de televisión? ¿Qué viniera a salvarme cómo Nick salvó a Juliette?* ¿Qué acaso haría una jugada del libro de las jugadas estilo Barney y…?* Soy idiota. Estas cosas no pasan. Pero….qué cabrona Kate. Teniendo dónde elegir tenía que ser a él, ¿no? No podía irse atrás de James, de Archie o de Harry. No, tenía que ser Damon.
Unas luces me deslumbraron, un coche daba bandazos en sentido contrario, tuve que ladear la cabeza notando cómo se me iba el control del coche, agarré con fuerza el volante y pisé con los dos pies el freno notando como el coche comenzaba a derrapar por la parte de atrás, mi cuerpo se fue para un lado por el giro brusco del coche, el cinturón de seguridad me abrasó la piel al apretarse contra mí. Los vidrios se rompieron saliendo disparados en varias direcciones.
Noté los cortes.
El cristal cortando mi piel era una sensación dolorosa, cada corte quemaba como el fuego, la sangre caliente bajaba, los cortes palpitaban como mil latidos, algo apretó mi pecho. Sentí un fuerte dolor. Nada que hubiera sentido antes, ¡pero no me importaba! ¡Este dolor era preferible al otro! Porque sería la última que sintiera nada. Lo sabía.
La última vez que pensaría en Damon O´Shea.
La última que sentiría este dolor.
¡Adiós!
Por fin el recuerdo terminó, me sentía un poco confusa y desorientada, pero infinitamente aliviada de no tener que recordarlo otra vez, por fin podía adaptarme a mi cuerpo. No. Espera. Había más. Era un recuerdo, algo que había obviado por el dolor y el shock del accidente. Había dos personas amándose al complejo estilo de los humanos en un lugar que no veía muy bien. Reconocía ambos rostros. La piel tostada, el corto cabello marrón oscuro, los ojos azules, un rostro humano, lo había visto como aprendizaje previo a aquel mundo, para mí era una de tantos humanos, pero para mí anfitrión esa chica la había dañado en parte porque….¡ah, sí! Es por la otra persona implicada en el recuerdo. Es por ese chico.
Un rostro ovalado, maduro pero poco anguloso, tal vez era alguien acercándose a la madurez humana, los casi dieciocho porque los rostros humanos podían ser pequeños desde los llamados bebés hasta los ancianos de piel curtida y arrugada, este rostro era joven, además esta cara tenía algo en especial: una cicatriz. En su lado izquierdo tenía una cicatriz que abarcaba mejilla y parte del ojo, ella sabía que se la hizo de pequeño con agua hirviendo o algo así, sólo era piel enrojecida y algunas líneas marcadas, nada que pudiera considerarse horrible, a mi anfitriona no se lo parecía, después estaba su cabello negro y brillante desordenado, con el resplandor del sol brillaba de un intenso marrón, pero los ojos eran si podía ser más bonitos, o eso decía para sus adentros el recuerdo, eran ni muy grandes ni muy pequeños y rasgados, con un color que mi nuevo cerebro decía que era ámbar, un ámbar hermoso que tendía más hacia el amarillento que al tono normal intermedio entre marrón y avellana.
Ese era el rostro que hacía que mi cuerpo se viera embargado por una gran pena y dolor, eso me hacía temblar, este cuerpo quería morir. Volvía a recordar los cortes, el cinturón de seguridad apretado contra mi pecho y el escozor de las heridas físicas, esas sensación eran llanas y aliviadoras, preferible a lo que estaba sintiendo cuándo pensaba en ese rostro en concreto. ¡Ahora entendía a las otras almas! ¡Este cuerpo pese a carecer de alguien en su interior estaba sumido en unas emociones tan terriblemente tensas que se esmeraba en buscar formas de anestesiarlas! Me dio pena, porque mi anfitriona se había ido mucho antes de mi llegada y las otras almas, tal vez el cuerpo sólo seguía el último anhelo de la persona que lo habitaba antes de aquel accidente, era algo arduo de tratar.
Pero…..
Es mío.
Es mi cuerpo. Quiero este ciclo vital antes de regresar al Mundo de Arena y Fuego.
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Escuché las voces, bajas pero muy cercanas a dónde estaba, pero no me centraba mucho en ellas, estaba concentrada en las sensaciones, sentía mi cuerpo aletargado, creo que las anteriores almas no consiguieron darle mucho uso porque no poseo ningún recuerdo de ellos por aquí, no creía que hubiera un error en mis sujeciones, había colocado bien ochocientos veintisiete puntos, mi anterior anfitrión había requerido un número similar pero notablemente más bajo, apenas unos quinientos noventa y cuatro sujeciones, así que era de esperar que esto fuera más dificultoso.
De todas formas, tenía que comprobar que mi nuevo cerebro no estaba dañado, así que era el momento de abrir los ojos y ver si mis facultades estaban correctas.
Bien, ahí vamos.
¡OH! Parpadeé volviendo a cerrar los ojos, parpadeé molesta, no estaba acostumbrada a esta intensidad de luz, mi anterior anfitrión no veía la luz de forma indirecta, los gruesos cúmulos de arena que surcaban el cielo filtraban la luz lo bastante para ver pero no demasiado para no dañar los ojos, así que no me esperaba esta intensidad. De acuerdo, puedo intentarlo otra vez. Entreabrí despacio los ojos, por largo rato me obligué a abrirlos del todo haciendo que la intensidad volviera a lastimarme, necesité desviar la vista hacia el suelo.
-¿Necesitas que apague alguna luz o mejo todas?
-No. Ya estoy bien-afirmé algo mejor, era difícil acostumbrarse pero podía con ello.
Al cabo de un rato pude alzar la vista, el sanador estaba allí con su ayudante, reconocía fácilmente el amarillo del cabello del que parecía el sanador, en mi anterior mundo había mucho amarillo, naranja, rojo y marrón. Eso hacía que me sintiera un poco menos extraña. El otro, el que parecía el ayudante era más desgarbado y joven, con el cabello más oscuro y la piel de color olivácea.
-Soy tu sanador, Sunlight through clouds-se presentó con un matiz amable en la voz-. Este es mi ayudante Winter Leaves. Te dí el nombre…..
-Tengo un nombre, sanador-interrumpí, cerré la boca tan pronto como la abrí.
Me sentí extraña con mi nueva voz, no era la rasgada y siseante del otro mundo. Esta era más…débil, algo aflautada y tal vez dulce, pero no estaba segura de si ese adjetivo era válido para una voz. En ese momento reparé en la expresión desconcertada del sanador, arqueó sus pobladas cejas y sonrío de forma comprensiva ante mi interrupción.
-Dinos cuál es, por favor.
Pestañeé un poco, creo que ya me estaba acostumbrando a la luz.
-Star Fire in the Sun* -respondí algo tímida.
-¿Cómo te encuentras?-preguntó, note el matiz de preocupación en la voz.
Me tome mi tiempo antes de contestar, observe mis pequeñas y blancas manos de un suave color crema, las uñas rosas y cortadas de forma circular, tenía un lunar en el dedo corazón de la mano derecha, ¡ah! Y otro en el nudillo del dedo corazón de la izquierda, busqué con cierta curiosidad buscando más lunares. Qué manos tan pequeñas, eran así cuándo sujetaban el volante, pero estaba más oscuro así que no había reparado en estos detalles. Todavía notaba esas ansias, ese anhelo por terminar con todo sacudiéndose dentro de mí, debía ser esto a lo que se referían los otros.
-¿Cuál es el problema exacto de este cuerpo?-inquirí.
-Desprecio absoluto por mantener su propia existencia-respondió Sunlight con el horror implícito en sus palabras.
-Sí, lo noto-murmuré y mire hacia Winter Leaves- . ¿Puedo…verme?
El aludido se envaró momentáneamente cuándo le hablé y asintió yendo hacia el otro lado de la sala, mis ojos estudiaron el sitio con detenimiento, mis nuevos conocimientos me decían que era el cuatro normal de un hospital y aquello me hizo sentir un estremecimiento por mi columna, este cuerpo había querido evitar a la ambulancia a toda costa, podia sentir un tic en mi mano de forma involuntaria y lo controlé.
-Así que…..nadie soporta mucho aquí dentro-dije en voz baja-. ¿Se sabe qué edad tiene este cuerpo?
Sunlight revisó las hojas que traía entre manos, debía traerlas preparadas de antemano, quién sabía cuántas almas podían ser curiosas como yo.
-Quince cuándo ingreso, los últimos tres años ha estado en coma con un encefalograma plano, cuándo se iniciaba la invasion descubrimos que los medicos desenchufaban a los pacientes en este estado después de largo tiempo, estos cuerpos son muy ventajosos, no presentan ningún tipo de lucha y son muy maleables para ser adultos-me explicó leyendo-. Estás cercana a cumplir dieciocho años, en unas tres semanas, este cuerpo fue intentado de despertar unas seis veces si te contamos.
Arqueé las cejas.
-¿Soy la sexta alma que se mete aquí dentro?
Hubiera dicho "Espero que los anteriores lo hayan dejado limpio" pero no creo que le hubiera hecho gracia.
-Ningún huésped ha resistido más de un día, máximo dos, la huésped anterior a ti se llama Thousand Sunny* había poblado tan solo dos planetas, su última vida fue como un alga y al llegar aquí pidió una anfitriona joven y esta era de las pocas que quedaban en esos momentos, así que la colocamos aquí, primero parecía estar bien, algo desorientada pero nada que pudiera considerarse preocupante, pero al Segundo día, muy por la noche, recibimos un aviso urgente de su acomodador, al parecer encontró a Thousand Sunny encerrada en su cuatro con las venas cortadas con trozo de cristal-la voz se le quebró en el último momento, sofocado por tan terrible suceso, yo mismo sentía mi pequeño corazón galopando fuertemente-. Conseguimos salvar el cuerpo y a Thousand Sunny, ahora mismo es una adolescente sana y fuerte de catorce años, con algo de miedo por los objetos afilados, pero perfectamente comprensible. Por ello queremos estar seguros de que estás bien ahí dentro.
Cerré los ojos momentáneamente, vino como un flash, la sangre caliente y roja bajando por mis manos, el ardor de los cortes rectos por mis muñecas, la tristeza, las lágrimas bajar de forma incansable por mis mejillas, el anhelo de cerrar mis ojos para siempre. Fruncí el ceño abriéndolos. NO. No voy a dejar que este cuerpo muera. Tiene que aprender a luchar. Cómo lo hacían los osos.
-Aquí tienes.
Alcé la cabeza mirando a Winter Leaves que me tendía un espejo y lo tomé con mucho cuidado hasta enfocarme. Mi piel era clara, el mismo color crema que tenía en las manos y brazos, tenía dos lunares bajo el ojo derecho y el pelo muy largo, de un color café tostado que deslumbraba en un sutil rojo bajo la luz de los alógenos, mis ojos eran grises, también parecían de color ámbar cómo los del otro chico, pero los míos eran más oscuros, más apagados, tan sólo destacaban por la plata del alma fundiéndose entre las motas del pigmento, mis labios eran rosados y llenos, ¿esta criatura estaba al borde de la madurez joven de su especie? ¡Parecía tan frágil y enjuta! Había pensado en ella en alguien más robusta, como la chica a la que culpaba de sus penas, estoy convencida de que ella pasaba desapercibida en la multitud si se lo proponía, tal vez incluso hubiera pasado desapercibida a nosotros de no haber estado en coma por tanto tiempo.
-¿Quieres que cambiemos el anfitrión?-preguntó nuevamente Sunlight con cierta ansiedad.
Pero yo sonreí.
-Me gusta esta.
Mi séptima vida da comienzo.
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*Sunlight through clouds: Luz de sol entre nubes.
Winter Leaves: Hojas de invierno
Mundo de Arena y Fuego-Zorros: Nuevo mundo y uno de las nuevas especies que me inventé para darle algo de vidilla a las experiencias de esta huésped. Espero que sepáis perdonarme y os guste :3
Nick y Juliette: Dos personajes ficticios, Nick Buckhardt principal protagonista de la serie Grimm y su novia (en la serie) Juliette. Es una serie que me encanta.
El libro de las jugadas de Barney: Referencia a Cómo conocí a vuestra madre, el libro de las jugadas es un libro que empleaba uno del grupo de los cinco amigos llamado Barney Stinson dónde ponía una gran variedad de tácticas o jugadas con las que poder ligar con una chica.
Star Fire in the Sun: Estrella de Fuego en el sol.
Bueno ya está. Espero realmente que les gustase, un fuerte saludo y muchas gracias por pasarse a leer :3
