Note.! Madoka y Homura pertenecen a sus respectivos creadores.

Para ti, que tanto te lo mereces.


steel garden

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I can´t eat anything important, because I love everything.

Althought, I´m not the same as you. I too love everything, it is because I love everything that I devour it.

-Jinsei Kataoka.


.breathe.

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El frío la corta.

Homura siente que a cada respiración alguien la está cercenando por dentro, despacito, muy lento y con delicadeza extrema. Le duele todo el cuerpo, su mente se disuelve gota a gota, y duele, duele hasta morir.

Pero ella no puede morir, no.

No.

Se lo repite una y otra vez, boquea y luego algo cálido la acaricia el rostro, como plumas, como suave tul, la mejilla izquierda, y sabe quién es. Los pálpitos de su corazón se aceleran y vuelve a doler como el infierno, como las mentiras de Kyubey o el mundo podrido en el que le ha tocado vivir. Pero quieren protegerlo, lo anhela, y por eso se retuerce un poco y el dolor la vuelve a devorar, escucha sus dientes cerrarse en torno a ella, y aprieta, aprieta, aprieta… . (Homura jadea, llora, pero no se queja).

Los ojos vacuos y de brillo antes infinito se vuelven y forman el contorno moribundo y lánguido de Madoka, que respira y se quiebra como porcelana contra sus dedos trémulos.

"No te preocupes, no te preocupes" pero la voz de Homura no sale como debería, no lo hace, y se enfada y vuele a dolerle y (por dios que acabe todo ya y me muera y Madoka vuelva a sonreír). Pero el mundo es cruel, y no quiere que todo sea bonito. El mundo desea dejar que se consuma hasta el infinito, que el tiempo corra hasta quedar sin sentido, y que se desvanezca con el paso de los interminables segundos, que mutan y desaparecen, y duelen, porque el dolor la hace saber que vive un poco más por ella, un poco menos por su propio ser.

Muy poco.

Lento, un fluir que se desliza casi con pereza.

Casi.

Una mariposa se les pega al corazón, y mira, a Madoka, que sonríe con cuidado, para no acabar de quebrarse, las lágrimas se le caen por las mejillas redondas. Homura quiere recogerlas, quiere levantarse y matar de una maldita vez a esa Bruja, quiere curar a Madoka, proteger su alma y encerrarse juntas en una crisálida de cristal y acero a morir abrazadas, a vivir separadas, o a escuchar el sonido de las mentiras quebrarse a lo lejos, pero sin tocarlas.

Luego habla y aprietan las manos.

(Madoka, Madoka, no te vayas, no me dejes, Madoka)

—Homura-chan —su suspiro se rompe en cientos de universos, mueve la mano y una Semilla del sufrimiento termina de despegarse de la Gema del Alma de Homura.

—Un último favor, Homura-chan –se desvanece poco a poco, y se esparce entre los dedos de sus manos, un polvo argénteo que la mata y la hace llorar gotas de sangre. Madoka sangra, Homura se evaporiza y tiene que marcharse—. No quiero transformarme en una bruja.

Aquello la atraviesa con un chasquido gélido. Nunca volverás a (—Buenos días Homura-chan. -¿Viste ayer esa película que te dije? —Vamos, Mami-san nos invitó a pastas en su casa) . Nunca, nunca más.

Jamás.

Suena tan definitivo y duro que jura que es ella la que se va a marchar.

Madoka sigue sonriendo, Homura se incorpora con el frío-dolor-frío del agua en su piel blanca como la muerte.

Será fácil, un disparo y terminará por desaparecer. (su nombre se repite dentro del cuerpo, le reverbera dentro de los huesos, aprieta, y duele, y muerte. Madoka, Madoka)

Nadie puede escucharla ya, grita, y se rasga la garganta comiéndose sus propios aullidos de dolor,

Adiós Homura-chan. Parece que le dice. —sonríe, sonríe.

Dispara. Llora.

Y nunca llega a saberlo. El frío la corta.

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End.