Capítulo 1: Les presento a mi novio Kurt Hummel
"Quinn estás loca. Definitivamente necesitas hacer una visita al psiquiatra. Urgente."
"Vamos Kurt, por favor! Es simplemente hacerte pasar por mi novio por dos semanas, nada mas."
"Querida, te estás escuchando lo que me estas pidiendo?" dijo Kurt entre risas que ya no lograba contener. "Te soy sincero, al principio pensé que estabas bromeando, pero ahora que veo que hablas en serio. Sin duda estas. Completa-mente. Loca."
"Kurt de verdad necesito que me ayudes con esto. No me queda otra, creéme que esta idea no fue mi primera opción, pero no se que otra cosa puedo hacer. Me tenés que ayudar."
"Yo tengo una mejor idea." Quinn lo miro expectante. "Vas a hacer lo siguiente, en cuanto llegues a Lima, ni bien veas a tus padres les decís "Mamí, papi: soy la lesbiana más grande de New York." Dijo Kurt irónicamente.
"Kurt! Basta! Esto es serio! Y ya sabés que no les puedo decir la verdad… No puedo."
"Tampoco podes seguir pretendiendo ser la perfecta hija heterosexual cristiana toda tu vida. Porque al paso que vas, si seguís así, dentro de 5 años te encuentro siendo la señora ama de casa, con dos hijos y un marido perfecto."
"No vamos a tener esta conversación otra vez, ya lo discutimos mil veces. No estoy lista todavía. Asique te pido por favor, ayudame Kurt. Pretende ser mi novio por dos semanas, haceme ese favor y después podes pedirme lo quieras."
"Quinn, no podes seguir con esto, tenes 23 años ya, cuanto…"
"Kurt! Estoy desesperada!... por favor… por favor, ayudame."
"Si, lo desesperada que estás se nota claramente. Te das cuenta que tu desesperación llega al punto de pedirle al hombre prácticamente mas gay del universo que se haga pasar por tu novio? Tu heterosexual novio." La situación no dejaba de provocarle risa a Kurt.
"Sos mi mejor amigo y el único al que se lo puedo pedir. Seguramente vamos a tener que dormir en la misma cama y darnos un par de picos" Kurt puso cara de asco. "y con vos estoy segura que no va a haber ningún tipo de confusión entre nosotros."
"Que no va a haber confusiones es más que obvio, quiero decir yo practicante tengo escrito "gay" en la frente y vos… bueno, los únicos que no han notado todavía que sos super lesbiana son tu padres. Pero sinceramente cariño, vos pensas que ellos no se van a dar cuenta que soy gay, o sea, mi padre sabe que soy gay desde los 5 años, y en esa época ni siquiera yo lo sabía."
"No Kurt, no se van a dar cuenta. Seguramente van a pensar que sos un poco excéntrico y demasiado preocupado por la moda para un hombre…" Kurt sonrió con orgullo. "y también bastante afeminado… y con una voz extrañamente aguda para una persona del sexo masculino… y con…"
"Bueno, bueno." El chico la interrumpió, levemente irritado. "Entiendo Quinn, no necesito que me enumeres mis cualidades femeninas, soy bastante consiente de ellas. Igualmente, sigo pensando que no hay una sola persona en el mundo que pueda pensar que soy heterosexual."
"Te prometo que no se van a der cuenta, mientras que la persona que les presente sea un hombre, les va a bastar. Ellos todo lo que quieren saber es que su perfecta hija esta yendo por el buen camino. Además estoy segura de que ya están sospechando algo. Nunca les he presentado un novio, nunca les hablo de ningún chico. Cada vez que me quieren presentar a alguien pongo excusas. Solamente necesito calmar esas sospechas, aunque sea por un tiempo, y esta es la oportunidad perfecta."
Quinn sabía que era gay desde el secundario, sin embargo en aquel entonces había echo prácticamente de todo para ocultarlo. Capitana de las porristas, presidenta del club de celibato, saliendo con el mariscal de campo, el chico más popular de la escuela Finn Hudson. Durante aquellos años no había sido más que la perfecta hija cristiana. Cuando el secundario terminó y era hora de empezar una carrera, la rubia había entrado a la Universidad de Columbia en New York a estudiar leyes como sus padres esperaban, pero con la secreta esperanza, de que quizás, mas adelante en su vida pudiera tomar otro rumbo y New York sería perfecto para eso. Sin embargo hasta el día de hoy seguía en el camino en el que sus padres la querían.
"Está bien, te voy a ayudar por dos razones. Primero porque sos mi mejor amiga y ya sabes que siempre que pueda te voy a ayudar. Y segundo, porque estoy seguro de que toda esta situación va a terminar siendo muy divertida… al menos para mí."Quinn lo abrazo sintiéndose completamente agradecida por tener un amigo como Kurt en su vida.
Quinn y Kurt se habían conocido cuando la rubia, después de su primer año en la universidad, cansada de en su aquel entonces compañera de habitación, había decidido buscar apartamento. El anuncio de Kurt buscando un compañero de piso había llamado su atención de inmediato, y no era para menos "Chico extremadamente gay busca chica lesbiana para potencial compañera de apartamento." Así comenzaba el anuncio. Desde el momento en el que Quinn entro por primera vez en el apartamento hasta el día de hoy el dúo había sido prácticamente inseparable, y con los años habían construido una amistad que ambos consideraban irremplazable.
"Eso si, por favor tratá de no ponerte ropa de mujer mientras seas mi novio."
"Quinn. La moda no tiene genero."
Quinn tomó un lago suspiro, la rubia no podía dejar de pensar que todo esto no terminaría bien para ella.
XxxxxxxxxX
Quinn escuchó un "Qué?" seguido de una fuerte carcajada y alejó de inmediato el teléfono de su oído.
"Santana… San!... ugh, Santanaaa! Dejá de reírte!... Santana!"
Santana hizo su mejor esfuerzo por dejar de reírse y trató de continuar la conversación lo mejor que pudo. "Perdón Q. Es que si no escuche mal, me acabas de decir que vas a traer a Kurt al casamiento de tu hermana… y, y a presentarlo como tú, como tu novio…" dijo la latina y empezó a reírse a carcajadas nuevamente.
"Si Santana. Escuchaste bien. Y si pudieras parar de reírte sería genial, porque esto es serio." A este punto Quinn estaba completamente irritada con el comportamiento de la latina.
"No me podes pedir que me lo tome enserio Quinn! Vos y Kurt novios? nunca escuche algo tan ridículo en mi vida, es decir, vos podes pasar como heterosexual y hasta ahí nomas. Pero Kurt…" Santana no paraba de reírse. "te creería mas si me dijeras que es mujer que si me decís que es hetero."
"Sabes qué? Gracias por nada, mejor te corto…"
"No! Para Q! No cortes, no me rio más, te lo prometo… Pero por favor decime que estendes la ridiculez de la situación. Vos verdaderamente pensas que tus padres se van a comer este cuento?"
"Si Santana." El enojo de la rubia desaparecía de a poco, a veces la latina podía ser tan irritante, pensaba. "Mientras que sea un hombre, no les va a importar nada más. Es más, estoy segura que hasta se van a sentir aliviados de que al fin les presente un novio. Después de todo cualquier hombre es mejor a que su hija este en New York, sola, sin ningún tipo de autoridad para decirle lo que puede y no puede hacer, yendo por el camino del pecado y las tentaciones. Es prácticamente lo que me han dicho cada vez que los he tenido que ir visitar… yo creo que saben San… saben que soy homosexual pero mientras lo oculte y viva como ellos quieren, no les interesa."
"Probablemente tengas razón Q, o sea, mira que yo soy gay, pero vos… sos muy, muy gay. Es como que vos y el sexo opuesto son tan incompatibles. Nunca me voy a olvidar de cuando salías con Frankenteen" el tono bromista de la latina estaba volviendo a irritar a Quinn. "ugh, no sé cómo pudiste esta con el Q…va, ahora que lo pienso, tenia pechos más grande que los míos, ya veo donde le encontraste el atractivo." Concluyó volviendo a reírse.
"Q?.. ¿Quinn?... la zorra cortó." Dijo con un resoplo.
XxxxxxxxxX
"Hola ma, ¿Cómo estás?"
"Quinnie! Bien, bien, aunque un poco ansiosa porque llegue mañana. Hace mucho que vos y Sam no están en casa al mismo tiempo. Hace mucho que no está toda la familia junta." Le respondió Judy con un inusual alegre tono que hacía sentir a Quinn fuera de lugar.
Quinn quería mucho a su madre, sin embargo nunca habían sido muy cercanas, después de todo Judy era la sombra de Russell. Lo que pensaba el hombre de la casa su madre lo respaldaba. La familia Fabray estaba establecida para seguir las reglas de Russell, cumplir sus expectativas. Nunca nadie había sido lo suficientemente valiente como para discutirle algo, Judy jamás había defendido a sus hijos, ni siquiera en situaciones en las que era completamente consciente de que su marido estaba equivocado. No, ella solo agachaba la cabeza y trataba de disculparse con ellos a través de la mirada. Todas estas situaciones y el saber que su madre no podía enfrentarse a Russell por sus propios hijos, habían creado la relación fría e incómoda que actualmente llevaban.
"Umm…. Si, no veo a Sam desde que terminamos el secundario." Respondió la rubia un tanto incómoda. Ella y Sam tenían, lo que se podría llamar un acuerdo silencioso. No se llamaban, pero sabían que si uno iba a casa en Navidad, el otro estaría yendo para Año Nuevo y así evitaban encontrarse por completo. Hoy en día su relación era equivalente a las de dos desconocidos.
"Va a ser bueno que se vuelvan a ver Quinnie. Quizás hasta puedan hablar un poco y tratar de mejorar su relación, verdad?"
"Si, no se mamá. Podemos hablar de otra cosa por favor, sinceramente no estoy de ánimo para hablar de Sam…"
"Si, está bien hija. Porque mejor no me contás de tu novio. ¿De verdad va a venir con vos? Me dijiste que se llamaba Joey, cierto?" Judy inquirió excitada.
Los ojos de Quinn se abrieron enormemente y la rubia se dio una cachetada internamente recordando que hace un tiempo le había contado de un "supuesto novio" a su madre. Ese sábado Quinn estaba en medio de un maratón de Friends –de ahí el nombre Joey- cuando su madre la llamó y como era usual que pasara, Judy termino por questionarla sobre su vida amorosa. La rubia había inventado un novio con la intención de callar a su madre por un tiempo, pero a estas alturas se le había olvidado por completo. "Que Joey mamá? Se llama Kurt." Le dijo pretendiendo no saber de lo que hablaba su madre.
"Pero Quinnie, no te acordás? Me dijiste que se llamaba Joey. Que lo habías conocido en la universidad y que era estudiante de arquitectura." Respondió Judy confundida.
"Qué? No, no sé de qué hablas. Te debía haber estar hablando de otra cosa y te confundiste mamá. Mi novio se llama Kurt, y es… es diseñador de modas." Quinn estableció, tratando de sonar lo más firme y convincente posible.
"…Diseñador de modas?" cuestionó su madre aun mas confundida.
"Si ma, es diseñador."
"Qué raro, eso…"
"Ma, todavía no empaqué para mañana y si sigo así no me va a dar el tiempo. Mañana seguimos hablando, si?" Interrumpió Quinn queriendo terminar con la conversación lo antes posible.
"Bueno, no te quito más tiempo. Que tengan un vuelo seguro vos y Kurt mañana. Te quiero Quinnie."
"… Yo también… hasta mañana ma." Quinn se quedó pensativa, la conducta afectiva de su madre durante la conversación la había dejado totalmente confundida.
XxxxxxxxxX
Actualmente Quinn se encontraba en calles de Lima, Ohio. Sentada al volante de un auto alquilado, completamente congelada. El vuelo se había pasado demasiado rápido, pensaba. La realidad de lo que estaba a punto de llevar a cabo en el momento en el que llegaran a la residencia Fabray la había golpeado recién ahora. Kurt la miraba confundido desde el asiento de acompañante.
"Quinn?... Se suponer que el auto tiene que estar andando para que lleguemos a tu casa. Por mas miradas extrañas que hagas no vamos a viajar telepáticamente." Kurt le dijo, tratando de sacarla del estado estupefacto en el que se encontraba la rubia.
"No puedo. N-no… no puedo hacer esto Kurt."Quinn de a poco empezaba a desesperarse. "Tenías razón, es una mala idea… muy, muy mala… no puedo… yo…"
"Cariño" Kurt la interrumpió con intenciones de calmarla. "por favor calmate. No va a pasar nada. Todo va a salir bien. Vos lo dijiste ellos solo te quieren ver con un hombre, no les va a importar nada más. Asique vamos a ir a tu casa, me vas a presentar como tu apuesto y maravilloso novio, vamos a hacer un pequeño acto por dos semanas, y para cuando te quieras acordar vamos a estar de vuelta en casa. Y ahí vas a poder seguir con tu gran vida lesbiana en New York, entendido?" Kurt comentó en un tono amable.
La rubia soltó un largo suspiro ahora más calmada "… Si, si. Vamos a hacer esto." Le dijo sonriendo. "Gracias Kurt… yo no sé… sinceramente no sé qué haría si no estuvieras vos para ayudarme con esto..."
EL dúo compartió un breve abrazo, Quinn arrancón el motor y se dirigieron a la casa Fabray, recorriendo las calles de Lima, la ciudad donde había transcurrido su anterior vida.
El resto del viaje lo pasaron en silencio o cantando canciones a la par de la radio. Para cuando se dieron cuenta Kurt ya había tocado el timbre y Quinn podía oír pasos dentro de la casa de alguien acercándose a la puerta, y de un momento para el otro Judy y Russell sonrientes aparecieron en la puerta.
"Quinnie querida!" Judy se apresuró a abrazarla y nuevamente Quinn se sintió confundida con el gesto afectuoso y el tono inusual en el que la recibió su madre.
"My pequeña princesa!" La recibió su padre como era usual y le dio un breve abrazo.
"Mamá, papá… como están?" Quinn nunca antes se había sentido tan incómoda frente a sus padres.
"De maravilla como siempre Quinn." Le dijo Russell apartando la mirada de ella y dirigiéndola hacia Kurt quien lucía tan incómodo como rubia.
Quinn dirigió la mirada hacia donde lo había hecho su padre y se enfocó en Kurt. Con un breve suspiro se preparó para decir las palabras que darían comienzo a algo con un desenlace impredecible.
"Mamá, papá. Les presento a mi novio Kurt Hummel."
Bueno díganme que les parece, si le interesa y quieren que la siga. Muchas gracias por leer!
