Todo lo que reconozcáis, pertenece a su respectiva autora. La trama es toda mia.

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Capítulo 1

-¡James!-. El grito de una joven castaña fue probablemente escuchado por toda la sala común de Gryffindor, pero rápido como la escucharon lo olvidaron, no era nada del otro mundo que cada mañana se escura nombrar a aquel muchacho-. ¡Sal James! ¡No seas cobarde!-. Pero algo era distinto aquella mañana y lo comprobaron al ver como la chica de cabellera castaña bajaba del dormitorio destinado a las mujeres, todos le hubieran ignorado sino fuera por el hecho de que su piel se encontraba completamente azul.

-Pero que escandalosa eres Her…-. El joven calló al ver a la joven, una sonrisa se formó en sus labios y se acentuó más al ver como el rostro de la joven se tornaba rojo de la furia. Adoraba lo hermosa que se ponía cuando se enojaba.- ¡Vamos! Si te ves hermosa-. A pesar de su sinceridad la risa que había soltado hacia increíble sus palabras.

-¡No seas payaso y has que esto se vaya!-. La chica en verdad estaba enojada y a pesar de que en verdad quería y apreciaba al chico esta vez se había pasado y su enojo era superior a lo que sentía por él.

Sin más opción James le quito el color azul para que el dorado volviera a adornar su piel. En un momento pensó que la chica le sonreiría para después el besarla en la mejilla mientras la abrazaba, como todas las mañanas pero al parecer algo había salido mal esta vez y la chica se alejó de él tras dirigirle una fría mirada y simplemente pudo observar como ella salía de la sala común.

-Creo que ahora sí te pasaste Cornamenta-. Dijo su compañero de cuarto y camarada, Sirius Black que había observado toda la escena desde el comienzo de las escaleras, pero sobre todo había notado la mirada de tristeza que ponía su amigo al ver como la joven salía del lugar.

-Tal vez debiste de haber fijado tu objetivo en otra persona, después de todo, Hermione no tiene la culpa-. La voz del tercer compañero de cuarto y cómplice se sus travesuras llego a sus oídos, y aunque sabía que tenía razón se negaba a aceptarlo-. Ella no tiene la culpa de que cada vez que tu hagas una idiotez vaya a refugiarse a los brazos de la serpiente.

-¡Claro que tiene la culpa!-. Gritó James tratando de negar la verdad. Se negaba a creer que aquella chica que tanto le llamaba la atención mantuviera una relación de amistad con un grupo de serpientes. Era culpa suya por ser tan buena persona que creía en las segundas oportunidades-. Ella no tendría que estar con ellos, menos con la serpiente albina.

Suspirando regreso a su habitación a cambiarse, no podía salir a buscar a la chica en pijama. Por un momento pensó en pedirle a Lily que le ayudara con Hermione pero últimamente las dos no andaban en muy buenos términos y la pelirroja estaba muy pesada con él queriendo estar a cada momento a su lado y siempre cuestionándole su procedencia. No la entendía, se suponía que ella no sentía nada por él. Al parecer el mundo se estaba volviendo loco y sentía que en cualquier explotaría. Se colocó rápidamente el uniforme y salió corriendo hacia el salón donde tendrían la primera clase del día. Ignoró a sus amigos, que sólo lo miraron con burla, y pasó de largo el gran comedor, ya podría comer después de clase.

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Hermione se había detenido dos pasillos antes de llegar a las mazmorras, la situación la estaba sobrepasando y sentía que en cualquier momento se rompería y todo lo que Dumbledore y ella habían estado trabajando para regresarla a la época a la que pertenecía se iría por la borda. Lo más difícil era el tener que ocultarle esa información a los merodeadores y, de cierta forma, a Lily. Todavía no sabía por qué el cambio del cambio de la muchacha pelirroja hacia ella, en un primer momento se podría decir que llegaron a ser mejores amigas pero simplemente había pasado de sonreírle todos los días en el comedora a ignorarla y, podía afirmar, a odiarla. No la entendía pero sabía que por el momento no podía ocuparse de ella.

Sentada en el alfeizar de una de las ventanas de aquel pasillo llego a su mente James Potter, el padre de su mejor amigo, y la persona de la que se había enamorado en los pocos seis meses que llevaba ahí, sabía que no era correcto pero no había sido posible detener sus sentimientos. En un principio se preocupó por el rumbo que estaba tomando su corazón pero en los últimos dos meses decidió que no debía preocuparse al final terminaría regresando a su hogar y se olvidaría del muchacho que tantas sonrisas le había arrancado logrando que olvidara un poco de la situación en la que se encontraba. Dos largos brazos la rodearon. Inmediatamente supo de quien se trataba, una pequeña sonrisa pintó sus labios.

-Jean, querida, llegas tarde a clase-. Lucius Malfoy era muy diferente a como seria en un futuro y a pesar de que Hermione había hecho todo lo posible porque fuera una mejor persona nada había resultado y el muy cabron seguía siendo un bastardo purista aunque mantenía una amistad con ella a pesar de saber su origen muggle.

-Vayamos, sería un crimen si eso llegara a suceder-. Con una ligera risa tomo al chico de la mano para después comenzar a correr hacia las mazmorras. Malfoy sonrió ante la actitud de la chica , en ningún momento de su vida llego a pensar que forjaría una amistad con una sangre sucia, mucho menos que llegaría a enamorarse de una.

Los risos de Hermione se balanceaban a la velocidad en la que corrían, llegaba a ser hipnótico para el muchacho, sacudió la cabeza tratando de concentrarse y tratar de seguirle el ritmo a la castaña. A pesar de que no se conocieron de la mejor manera no cambiaría ninguno de los hechos que habían vivido, bueno, tal vez solo quitaría a cierto Gryffindor que sólo servía para provocar las lágrimas de Jean. Llegaron a las mazmorras en tiempo record, la puerta todavía se encontraba abierta lo que implicaba que el profesor todavía no había llegado.

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James llevaba más de media hora esperando en el salón de clases a Hermione para poder explicarle lo que había sucedido en la mañana, bueno, más bien le diría porque lo había hecho, tal vez ya era hora de aclarar todo aquello que la castaña le hacía sentir y los corajes que pasaba cada vez que le veía en compañía de cierta serpiente que disfrutaba de verlo en ese estado, pero algo le decía que la chica le perdonaría. No podía esperar a verla. Escucho, después de esperar otros quince minutos, la cálida risa de la castaña. Cuando la vio entrar al aula acompañada de Lucius Malfoy todos sus intentos por querer disculparse se esfumaron.

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Hermione entro al aula casi corriendo, sin siquiera dirigirle una mirada a James, se encamino a su asiento al lado de Lily Evans, quien, por alguna extraña razón, no dejaba de lanzarle dagas con los ojos. Lucius, en vez de dirigirse a su acostumbrado lugar, al lado de la chillona de Parkinson, tomo asiento a James Potter, su enemigo no declarado. James, tratando de ocultar el asombro en su rostro, giro el rostro para encararlo y de una buena vez decirle todas sus verdades.

-Lárgate de aquí Malfoy-. Si no se iba en ese momento terminaría cometiendo lo contrario a lo que desde que llego al aula estuvo pensando en hacer.

-Tu bien lo sabes, Potter-. Lucius no lo miraba pero era consiente de cada movimiento que su compañero realizaba. Sabia sobre los sentimientos que le profesaba a Jean, no lo comprendía, en si la chica no tenía nada que valiera la pena y por esto en un principio los había dejado pasar pero con el paso del tiempo y los momentos vividos llego a comprender por qué el chico Potter se había enamorado de la castaña.

-¡Aléjate de ella!-. el susurro a gritos de James lo saco de sus pensamientos-. Sólo la harás sufrir, no te la mereces-. Sabía que en parte tenía razón pero si él tenía algo culpa el león la tenía mucho más por causar las contantes caídas de las cristalinas lágrimas de la chica.

-Puedo decir lo mismo de ti, Potter-. La verdad en aquellas palabras lo golpeo duro y supo que el había causado el mayor de los males en la castaña. James recordó el primer día que había hablado con Hermione, el brillo en sus ojos lo hechizo y logro distinguir la alegría que le causaba verlo. Todo eso desapareció en cuando comenzaron las bromas hacia su persona y hacia las serpientes. Esas acciones fueron rompiendo la relación que llevaba con la chica hasta casi dejar una pequeña línea que era la prueba de su amistad.

Potter no contestó, no tenía argumento alguno para hacer que Malfoy se tragara sus palabras. Pero ese día todo cambiara, hablaría con Hermione y aclararía todo lo que había sucedido y sobre todo el por qué lo hizo. Con un poco más de optimismo ante los posibles resultados de sus futuras acciones se decidió a ignorar a la serpiente y a empezar a realizar la poción que el profesor les había pedido. Pondría todo su esfuerzo para que por lo menos algunos segundos la chica le dedicara alguna mirada. Al final recibió la tan ansiada atención pero esto a causa de la explosión de su caldero.

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Últimamente Hermione no sabía que rumbo debería de tomar su vida. El dia que despertó en aquella época se le informo que el giratiempo con el que la habían visto aparecer había desaparecido. Rápidamente la chica empezó a buscar culpables pero al ver lo improbable de la situación lo dejo pasar con la intención de encontrar alguna otra manera de regresar a su tiempo. Días después de su llegada el director Dumbledore le informo que sería imposible su regreso, necesitaban el objeto con el que habían llegado. Y a pesar de que todas sus esperanzas murieron con aquellas palabras no desistiría de buscar alguna solución. Pero, por Merlín, que ella no sabía que camino seguiría una vez terminara la escuela. A pesar de que tenía una buena relación con los merodeadores no podía estar con ellos siempre, se suponía que no debía cambiar el pasado, no más de lo que ya lo había hecho con su llegada. En un momento había tomado la decisión de que en cuanto su ciclo en Hogwarts terminara se iría de Londres y dejaría que todos siguieran con sus vidas. Y todo iba bien… hasta que apareció James.

-Hermione-. La voz de Lily saco a la castaña de sus pensamientos, de aquellos planes que se habían derrumbado tan rápido como habían nacido. Viendo que el profesor no las miraba volcó toda su atención a la pelirroja.

-¿Si, Lily?-. Pregunto la castaña alegre de que la chica volviera a dirigirle la palabra, después de todo se podía decir que era su única amiga.

-Aléjate de James-. Cada palabra se clavó en su corazón, sabía que lo que decía la chica tenía fundamentos y que el destino tenía un futuro preparado para James y Lily y que gracias a ellos es que Harry nacería-. Tú no eres para él, sabes, al igual que todos, que James me quiere a mí así que hazme el favor de dejarnos estar juntos-. Dijo para después pasar a ignorarla y volver a posar su atención en el profesor.

Hermione lucho durante lo que restaba de clase con las lágrimas que querían escapar de sus ojos. Lo sabía, sabia como es que se darían los hechos, pero le resultaba imposible ignorar los sentimientos que tenía por el joven Potter. El chico se le había clavado en el corazón y la verdad no creía posible que en algún momento de su vida lograra olvidarlo. La castaña fue la primera en salir en cuanto el profesor dio la orden, ignoro a todo aquel que trato de llamar su atención y simplemente se dedicó a llegar a su lugar especial. Diversas reacciones se mostraron:

Lily feliz de que la reacción que había causado en la chica.

Lucius, debajo de toda aquella careta de indiferencia, preocupado por la forma en que Hermione había salido del salón de clases.

James, él simplemente salió corriendo tras Hermione ignorando la mirada indignada de cierta pelirroja.

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La torre de astronomía siempre le daba un sentimiento de tranquilidad que rara vez llegaba a tener en esos tiempos. Al parecer tendría que dar varias explicaciones sobre sus faltas de las clases siguientes, lo más probable es que los chicos la estuvieran buscando, sonrió ante esa posible acción. Las palabras de Lily aún seguían presentes en su mente por lo que su momentánea felicidad duro poco dando paso a las lágrimas que llevaba horas reteniendo.

Llevaba tiempo observándola y a pesar de querer ir junto a ella y encerrarla en sus brazos sabía que la chica necesitaba espacio para desahogarse y unos segundos más para reponerse, después él entraría en escena y aclararía todo con Hermione.

-Hey, las lágrimas sólo arruinaran ese hermoso rostro-. Las palabras de James regresaron la sonrisa de Hermione, y con eso, a pesar de saber que sus sentimientos no eran correctos se aferró al joven de la misma manera que él lo hacía de ella.

-James-. Habló Hermione consiguiendo que el chico la mirara directo a los ojos-. Promete que ya no confiaras en Peter.

Las palabras de la chica lo desconcertaron pero de cierta manera la entendía. Desde hace tiempo que el joven rechoncho venia actuando de manera sospechosa, ahora quería saber todo acerca de ellos, y no de una manera en la que un amigo lo haría sino más bien al estilo novia psicópata, llegaba a altas horas de la noche y a ciertas clases ni siquiera se dignaba a ir-. Te lo prometo-. Susurró James antes de posar sus labios en los de la chica. Hermione sabía que aquella última acción estaba mal pero simplemente se dejó hacer, ya después podría enfrentar las consecuencias.

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Narcisa Black esperaba pacientemente en una de las aulas abandonadas. Si todo salía bien con la persona que había citado ya no tendría que preocuparse por aquella pelos de estropajo que estaba poniendo en riesgo su compromiso. Todavía tenía fresco en la mente cuando vio a Lucius besarla. Lo había disfruta, la expresión en su lo demostraba y aunque su compromiso era un mero negocio, le dolió. Por ese simple motivo no podía simplemente convertirse en una espectadora. Eliminaría el problema y por fin el destino volvería a tomar su curso correspondiente.

El sonido de la puerta abriéndose le dio a entender que en su misión no estaría sola. Lily Evans la miraba como si no supiera exactamente qué es lo que estaban a punto de discutir. No era secreto para nadie que la pelirroja odia a su compañera de cuarto por lo cual, siendo esta una gran aliada, decidió poner en marcha el plan que con tanto cuidado había ideado.

Lily había recibido una nota que la citaba en aquel lugar. Sinceramente nunca se hubiera imaginado que se encontraría a la serpiente de Narcisa. Algo vacilante se adentró, con todo el valor que la casa de Gryffindor podía proporcionarle se dispuso a averiguar de qué trataba todo eso.

-Black.

-Evans.

-Espero que esto no sea una de tus tretas-. Dijo Lily, insegura de haber caído, voluntariamente, en alguna de las jugarretas de las hermanas Black´s.

-Por supuesto que no, querida-. Le contesto Narcisa-. Te he citado aquí porque tú y yo tenemos una molestia en común.

Las palabras de la rubia trajeron a su mente cierto rostro que desde hace algún tiempo tantos problemas le estaba causando. Una sonrisa surco sus labios. Tal vez confiar en la chica Slytherin no sería tan mala idea como en un principio había pensado. Tener una aliada contra la pelo de escoba era lo mejor que le podía haber pasado. No comprendía los motivos de la chica, y ni quería hacerlo, pero mientras sus objetivos se cumplieran nada importaba. De esta manera también se encontró ignorando aquella parte de su mente que le advertía de las consecuencias que sus acciones tendrían.

Sí, todo iba por buen camino.

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¡WOW!

Nueva historia, y yo soy bastante desgracia como para subir una nueva cuando no he terminado las otras, pero en mi defensa puedo decir que esta ya está terminada, cuanta con 11 capítulos contando el epilogo C:

Esta historia se actualizara cada DOS semanas, así que nos vemos, que tengan unas lindas vacaciones.

PD: Sí, lo sé, la pareja es de lo más rara pero yo no soy de las que siguen el canon, ese no me gusta, me gusta que todo se salga de su confort así que sólo puedo esperar que disfruten y me dejen su opinión en lindos comentarios.

REVIEWS?