Ella era su máxima luz, su única luz, su alegría y su motivo para continuar en medio de aquel mundo lleno de soledad y muerte. La conoció cuando ella era muy joven y sin embargo desde el primer momento se quedo perdido en ella, su forma infantil de ser, su sonrisa sincera, sus ojos llenos de amor y por sobre todo su gran corazón.

Le enseño a amar, a querer y preocuparse por otros enganchándolo a su ser con tan sólo mirarla a los ojos. La amaría por siempre, esa era su promesa su juramento, le entregaría a ella y sólo a ella su frío corazón.

Los muros del oscuro palacio retumbaron ante el choque de energía en las afueras, los enemigos se acercaban, sus espectros caían y el momento del encuentro con la hija de su hermano menor estaba por llegar.

- Vete… – dijo el joven de hermosos y profundos ojos azules a la bella criatura en sus brazos

- ¡no!, no me iré sin ti – respondió ella hundiéndose más en su pecho

- ya no hay salida, la batalla se perdió y …

- no me importa compartiré el mismo destino que tu entonces

- señor, no podremos detenerlos más … - comento uno de sus espectros de enorme y alada armadura al entrar al salón

- llévatela, aléjala de aquí y asegúrate que nada le pase

- ¿que? – pregunto la chica mientras su amado la alejaba de él para entregarla a su guardián

- Si señor – contesto su fiel juez del inframundo mientras se acercaba a su hermosa Reina

- ¡No!, he dicho que no … no me iré - Dijo la joven safandose del guerrero para volver a estar frente a su amado que no pudo mas que mirarla con dolor… la alejarían de él, la separarían de su lado y muy probablemente no volvería verla, pero así debía de ser, así sería con tal de saber que ella estaría a salvo

- ¿Qué esperas?- hablo el soberano a su súbdito y este de inmediato tomo a la chica por los hombros llevándosela a rastras fuera del palacio, pronto sus enemigos llegaron hasta él y todo termino.

Sus ojos azules se cerraron ante el recuerdo, mientras que en alguna otra parte del mundo un par de ojos esmeralda se abrían ante la memoria que llegaba a ella en forma de pesadilla.

Capitulo 1


EL gran palacio de mármol parecía iluminarse por si mismo, el soberano del lugar miraba las puertas del fondo que se abrían despacio. Su porte mostraba su grandeza, un hombre de apariencia joven, de cabellos largos y rubios, con ojos azules tan impactantes que parecían atravesar al que miraba.

Detrás de las puertas ingreso otro hombre de cabellera azul y corta portando una armadura en cuyos pies se asomaban un par de pequeñas alas, este jalaba a regañadientes y con fuerza a una mujer pelirroja de ojos verdes .

- ¡que me sueltes he dicho maldito sirviente! – decía Hera con rabia en la voz mientras el hombre seguía jalando de ella hasta empujarla frente a su Rey sentado en su trono.

- Gracias Hermes, retírate – pronunciaba Zeus al levantarse de su trono para mirar más de cerca a su esposa – al fin te encuentro querida mía

- ¿Que es lo que quieres Zeus?, te dije que no volvería contigo

- Eres mi esposa y tu deber es estar a mi lado

- Tu eres mi esposo y nunca cumpliste con ese deber, si tu puedes tener diversión ¿por que no habría de tenerla yo?

- ¿qué te hace pensar que puedes hablarme así Hera? – dijo al mirarla con furia tomándola por su brazo – ¡Hefestos! – grito el Rey

- Si mi señor - contesto un hombre un poco jorobado que entraba por detrás de las cortinas del salón

- Ve a tu taller y constrúyele un par de hermosas cadenas a la reina, que le sean cómodas y ornamentadas pues las estará usando un largo tiempo

- Maldito te crees muy dominante, que todos están a tu servicio, ¿pero que me dices de tu hermano mayor Hades?, el se ha burlado de ti, de tu orden y partido a la tierra para encontrar a su esposa… tu no controlas ya a nadie – grito Hera poco antes de escupir en el rostro de su marido, el hombre abrió sus ojos azules con sorpresa y furia al escuchar las palabras de su mujer …

- Hades .. Maldito tonto – susurro mientras soltaba a la Reina dejándola caer al suelo de mármol

- Al desafiarte a ti demuestra que ninguno de nosotros debe ya de seguir tus ordenes, tus caprichos – contesto la pelirroja al levantarse

- Hefestos llévatela antes de que logre sacarme de mis casillas, dile a Hermes que envíe a iris a la tierra, Athena aun sigue en su Santuario, ella me ayudara a encontrar a mi hermano, no permitiré que se salga con la suya

- ¡No!, prometiste dejarlos en paz a él y a Persefone- grito un hermosa diosa rubia al entrar al recinto

- afrodita no te metas en esto o serás castigada

- ¡pero tu lo prometiste! – grito la mujer molesta ante la traición de su rey

- todos seguirán mis reglas de una o de otra forma – grito en la cara de la diosa mientras la tomaba por el hombro sacudiéndola – incluso tu ...

El sol brillaba en todo su esplendor sobre el viejo poblado en Grecia, un par de jóvenes caminaban por sus empedradas calles mientras recorrían su camino a su destino.

- creí que no querías que regresara a Grecia hermana, al menos no por un tiempo – dijo Seiya sonriente mientras miraba a su hermana caminar y acercarse a él

- Seiya prometiste ser bueno conmigo y que me acompañarías a visitar a mi amiga Mina, sabes que la conocí cuando viví atendiendo la vieja tienda y le dije que vendría a verla

- Descuida hermanita prometí venir contigo y cumpliré mi palabra

Ambos subieron un par de escalones hasta encontrarse con la puerta de entrada de la florería, tan solo a unos pasos de la tienda en la que había vivido Seika, abrieron la puerta y una pequeña campana sonó en el fundo, al momento una joven de cabello rosado salio del lugar para darles la bienvenida, pero se sorprendió al ver a la joven pelirroja entrando en el lugar.

- ¡lydia! … es decir Seika que gusto que pueda verte – dijo mientras corría hacia su amiga para abrazarla

- ¡Hola! – grito Seika alcanzándola

- Perdona aún no me acostumbro a tu nuevo nombre

- No te preocupes – dijo con una sonrisa- quiero presentarte a mi hermano Seiya, Seiya ella es Mina - la chica camino hasta él y con una amplia sonrisa lo tomo de la mano

- ¿En donde esta Ceres?- comento la pelirroja al no notar la presencia de la hermana menor de Mina

- Esta en el viejo auditorio ensayando, dentro de dos noches será el gran estreno de su presentación del Lago de los Cisnes y se esta preparando …

El gran auditorio del pueblo era un edificio viejo dedicado a las artes, construido sobre la base de lo que alguna vez había sido un teatro griego. Ceres una joven de cabello castaño cenizo daba lo mejor de si mientras practicaba una y otra vez cada paso de su rutina, sin embargo recientemente había estado teniendo problemas para concentrarse, sus sueños le despertaban por la noche y la sensación de vacío, melancolía y tristeza que quedaban después le acompañaban por todo el día, no sabía siquiera porque pero le era doloroso en gran medida, sin notarlo nuevamente había errado y caído sobre el piso.

- ¡Ceres! ¿otra vez? – grito la directora de la obra al acercarse a ella, mientras que en el fondo la joven Clara, la protagonista de la obra la miraba con desprecio

- Lo siento señorita Miller yo … - trato de decir la joven levantándose poco a poco del piso con la mirada baja

- No hay peros, es la tercera vez que te equivocas este día, te sugiero que ensayes lo suficiente esta tarde y te concentres si de verdad quieres presentarte en la obra – dijo mientras le daba la espalda para dirigirse a las otras chicas y retomar el ritmo una última vez.

Ceres se retiro tras bambalinas escondiendo su vista entre su cabello, por ese día habían terminado los ensayos generales, todos se habían retirado menos ella que continuo un largo tiempo ensayando a solas, no era la primera vez que lo hacía, por lo menos no recientemente, cuando finalmente terminó abandono el lugar. El cielo estaba oscuro a causa de las inmensas nubes de lluvia que le cubrían, pronto esta comenzó a dejarse sentir tenuemente, como avisando de su presencia.

- maldita sea como si nada peor pudiera pasar – dijo Ceres mientras se cubría con su mochila, pero justo al terminar esas palabras un carro paso junto a ella a gran velocidad pisando un charco al frente suyo, el agua le salpico por completo manchándola – ¡oye maldito cretino! ¿por que no te fijas? – dijo, pero entonces el auto negro se detuvo, la puerta trasera se abrió dejando salir una gallarda figura, su cabello era intensamente negro, mientras que sus ojos eran de un azul profundo – … tan profundo como el mar … – dijo la joven en un susurro inaudible perdida en aquellos ojos.

- Perdóneme señorita – hablo con voz elegante el hombre ahora parado frente a ella, su cabello poco a poco comenzaba a sucumbir ante las gotas de lluvia, del asiento delantero salio otro joven de traje negro y cabello largo y gris abriendo rápidamente una sombrilla para cubrir a su señor.

- Yo … yo … - trato decir la chica pero continuaba en otro mundo, esos ojos intensos llamaban tanto su atención, los miraba fijamente mientras que estos le regresaban la misma perdida mirada a ella, el cielo retumbo y salieron del trance como por arte de magia, el joven tomo la sombrilla con la cual le cubrían cerrándola y ofreciéndosela a la chica

- no tienes con que cubrirte … - dijo estirando la mano con la sombrilla a ella- por favor tómala, acéptala como una disculpa

- No … no es necesario … fue un accidente yo

- Por favor acéptala – hablo mientras tomaba su mano y dejaba la sombrilla en ella – nos veremos luego … – se despidió el alto hombre antes de dar la vuelta y regresar a su auto, su chofer hizo lo mismo y luego el carro arranco, la joven lo miro perderse en el horizonte aun sin tener respuestas en su propia mente, la lluvia aumento y no teniendo otro remedio uso la sombrilla y corrió a casa.

El santuario también estaba bajo la lluvia intensa, la oscuridad los rodeaba y les traía cierta paz, Mu miraba al cielo desde la entrada a su templo observando la lluvia desprenderse de el, su mente estaba relajada y meditaba en silencio, descansando hasta que tres presencias llamaron su atención, tres individuos que ahora estaban en el comienzo de las escalinatas

- ¿quienes son identifíquense? – grito con fuerza y amenazante

- hemos venido a una audiencia con la diosa Athena el mismo Zeus nos ha enviado – dijo una de ellas acercándose un poco más al templo, hacía la luz del mismo, mostrando su rostro levemente, Mu miro a la chica aun con sospecha pero el cosmos de Athena le calmo pidiéndole que les dejara pasar pues sabía de su presencia, no teniendo más remedio este les permitió el paso acompañándolas por el recorrido de las doce casas para avisar a los otros caballeros que su paso era permitido, ninguno de los otros dorados puso objeción alguna, ningunos menos Shaka quien miro a las tres extrañas con recelo, sospechando de ellas.

Una vez ante la diosa las tres mujeres se inclinaron soltando sus gabardinas, sus armaduras eran relucientes y fuertes, el blanco material dominaba en ellas, Santos de un gran dios.

- mi nombre es Elli de Iris – se presento la líder, una chica de cabellera de un lila más claro que el de la princesa del santuario, una joven portadora de una armadura blanca con dos medianas alas de plumas multicolores - ella es Mirha de Fogata – dijo señalando a la chica a su derecha, de cabellera castaña oscura y risada usando una armadura blanca con detallas en rojo como flamas - y ella es Yahim de Bora – señalo a la chica a su izquierda, de largo y lacio cabello azul cielo y ojos grises, su armadura era blanca con alas diminutas en las muñecas y detalles en azul como simulando las ondas del viento- Zeus nos ha enviado por que desea que le ayudes en una nueva misión

- ¿que clase de misión?- pregunto Shion confundido delante de su diosa siempre atento de ella como su segundo al mando, mientras esta aún guardaba la sería compostura.

- Hades ha vuelto a escapar de Zeus, esta escondido en la tierra, esta vez usando su verdadero cuerpo, ha desafiado a su rey para buscar algo y sabemos que lo usara en lo que esta planeando

- ¿Están seguras? – comento la diosa sorprendida de las palabras de las emisarias, Hades … ¿había regresado de verdad?

- ¿Como puedes dudarlo? el mismo Zeus lo ha dicho – dijo Mirha en tono rebelde, pero calmada con un gesto de la mano de su líder

- ¿Que es lo que esta buscando? – tomo la palabra de nuevo el patriarca del santuario curioso por la respuesta

- A su esposa… a persefone – contesto Elli, ambos residentes le miraron con sorpresa- Su esposa regreso a la vida al igual que él, pero a diferencia suya ella es como tu- dijo mirando a Athena- reencarno en el cuerpo de una humana y ha olvidado todo sobre su vida pasada

- No sabemos porque.. que pretende pero … - intento hablar Yahim pero fue interrumpida por la voz de un caballero entrante.

- El no pretende nada …

- Ikki … - pronuncio Athena con sorpresa al verlo llegar

- Si ha regresado a buscar a su esposa es porque desea estar con ella … y nada más – hablo el hombre serio y seguro de sus palabras

- ¿Como puedes estar tan seguro?- pregunto la chica de cabello azul retomando la palabra

- Porque él lo dijo y yo fui testigo de la pureza de sus palabras …

- Hades es capaz de mentir sobre cualquier cosa – comento de golpe la Santo de Iris, engreída y presumida ante la inocencia del caballero del fénix

- No sobre esto – dijo sin mayor preocupación el joven de cabellera azul, ambos se miraron con molestia, el caballero comenzaba a ya no ser del agrado de la chica visitante. Athena se levanto de su trono acercándose a sus caballeros y las extrañas, a un escalón de ellas las miró profundamente

- Encontraremos a Hades para saber la verdad, pero si acaso no hay peligro alguno en sus acciones no le llevaremos a la fuerza con Zeus, que sea el señor del inframundo el que hable con dios rey.

La taza de café en la mano del caballero tembló al sentir el cosmos de su diosa llamándole, Seiya miro a su hermana a los ojos y esta pudo darse cuenta de sus intenciones, le sonrió a su amiga y luego hablo.

- es hora de que regresemos, nos veremos en alguna otra ocasión – dijo Seika con una sonrisa tierna

- ¿se van tan pronto?, mi hermana aún no ha regresado a casa – trato de entender Mina, pero al parecer no obtendría respuesta, ambos chicos se despidieron de ella, el trio se levanto de la mesa en la que habían esto platicando por horas, se dirigían a la puerta y justo cuando Seiya la abrió entro chocando con el una jovencita de cabello cenizo y ojos esmeralda.

- ¡...ay! disculpa no te vi – comento la chica aún en los brazos del joven de cabello castaño que le sonrío nerviosamente

- a no te preocupes, soy …

- Seiya ¿pero que paso? – interrumpió Seika al ver a los chicos aún en el suelo, detrás de ella Mina los observaba no muy contenta, ambos jóvenes se levantaron del suelo y se miraron con pena

- Mi nombre es Seiya – comenzó el caballero de Pegaso- soy el hermano menor de Saika – dijo mientras le daba la mano a la chica un poco sonrojado

- Yo soy Ceres y yo soy la hermana menor de Mina

- Es un gusto conocerte… yo … lo lamento pero debemos marcharnos – hablo el muchacho volviendo a observar a su hermana que le siguió de inmediato. Los hermanos se marcharon despidiéndose a lo lejos de las chicas, Mina miro a su hermana, era un desastre, estaba notoriamente mojada y manchada de lodo, además de que su mirada denotaba tristeza

- ¿que paso? – pregunto preocupada la peli rosa, pero mucho tardo en escuchar algo de los labios de su pequeña hermana

- Ah.. ¿que? … no nada no te preocupes

- ¿Un mal día en el ensayo?

- Últimamente es muy seguido … yo estoy cansada, te veré después – dijo la chica mientras subía las escaleras rumbo a su habitación, Mina la miro hasta que esta se perdió detrás de su puerta, sabía que algo le estaba pasando a Ceres pero esta jamás se lo diría, entonces un leve brillo en su patio llamo su atención, salio a toda prisa rumbo a la fuete de la misma imaginando de quien se podría tratar, se acerco hasta lo más profundo del lugar en donde una figura ya le esperaba

- No creí saber de ti en mucho tiempo – hablo Mina muy segura

- Solo vine a advertirte – dijo el joven de largo cabello dorado recargado en el muro del jardín – él esta aquí y tarde o temprano la encontrará, más vale que estés alerta, o no cumplirás con tu misión- comento el hombre de ojos azules antes de levantarse para salir del lugar desvaneciéndose mientras caminaba

- No fallare mi señor se lo aseguro.

Ceres daba vueltas en su cama, soñaba, terribles imágenes se mostraban en su mente haciéndola sufrir, finalmente se levanto de golpe al despertar de ellas…

-¿por que? – dijo mientras secaba de su mejilla dos pequeñas lagrimas que habían caído mientras estaba perdida en el mundo de los sueños, no quiso volver a dormir, aparto las sabanas de su piernas y las deslizo para salir de su cama. Salio de su habitación caminando casi hipnotizada, con su mente en blanco y él único deseo de olvidarlo todo.

Abrió la puerta del jardín y se dirigió hasta la solitaria banca blanca en el mismo, sintiendo el suave pasto bajo sus pies, se sentó y poso su mirada en el cielo, en las estrellas que brillaban con nunca antes, bueno en realidad su brillo era el mismo pero pocas veces se había detenido lo suficiente para mirarlas. Tan bellas como pequeños diamantes sobre una tela negra…

Sintió mucho más calma finalmente relajándose, cerró los ojos meditativa y por alguna extraña razón se sintió confortable, una calidez la rodeo haciéndola sentirse protegida … incluso tal vez amada… se hundió más en aquella sensación, en lo que parecían un par de fuertes brazos sosteniéndola y de pronto todos sus miedos desaparecieron.

- te encontré … - fue un susurro suave que de pronto llego hasta sus oídos asustándola y despertándola de aquel encanto, giro su rostro y su cuerpo no encontrando a nadie, se levanto alarmada de su asiento y camino hasta el fondo donde el muro daba fin al jardin si encontrar nada excepto una hermosa rosa negra con un liston dorado a su alrededor, la joven la tomo entre sus manos observandola con detenimiento admirada de la belleza de la misma, la corriente fría le hizo temblar obligandola a entrar de nueva cuenta a su casa y descansar lo que quedaba de esa noche.

De entre las sombrar un par de profundos ojos azules la miraron retirarse hipnotizado por la dulzura y la extrema belleza de la chica que se retiba, Hades dibujo una leve sonrisa en su rostro, había encontrado a su Reina, sabía que ella no lo recordaba pero eso no le impediría conquistarla de nuevo, ella era la única dueña de su corazón y no estaba dispuesto a perderla de nuevo