Y NO PARARÉ
Por Andie Diggory
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenece, como todos sabéis son creación exclusiva de JK Rowling y lo único que gano con esto son reviews.
Summary: Draco es maltratado por su padre y no solo psicológicamente. Hermione lo descubre y decide que no parará hasta conseguir salvarlo. ¿Pero admitirá Malfoy que necesita su ayuda¿Tendrá valor para afrontar la realidad?
N/A: Este fanfiction es una adaptación de una historia mía que escribí hace tiempo sobre un adolescente maltratado cuya personalidad derivaba de sus traumas de la infancia y la pubertad. De modo que lo único que hecho es modificarla ligeramente para poder situarla en el mundo de HP con Draco y Hermione como protagonistas.
Prólogo: El último día de clases
El cuerpo de Malfoy se dibujaba a contra luz frente a la ventana como una silueta clara y, quizás, demasiado lánguida. El caudal de luz era tan inmenso que a penas se podía distinguir algún rasgo de su cuerpo, hasta que corrió las cortinas y entonces lo vio. Su piel clara y perlada era como una nívea hoja de papel manchada por unas accidentales gotas de tinta. Como si hubieran profanado un hermoso santuario, como si de notas discordantes en una armoniosa melodía se tratara, su cuerpo era asaltado por hematomas de un color violáceo, que corrompían su belleza.
Pudo distinguir tres de ellos en lugares en los cuales jamás podrían descubrirse a no ser en una situación improbable como aquella. El más grande se encontraba en su costado derecho, del tamaño de la palma de su mano abierta, y los dos restantes estaban en un hombro y en la cadera, respectivamente.
Por el color difuso que adoptaban los estigmas, ella pudo suponer que hacia tiempo que habían sido infligidos los golpes, y que aquello solo eran los restos de lo que en su día tuvo que ser un agudo dolor.
El muchacho se acabó de vestir y comprobó su implacable traza frente al espejo, se colocó de perfil y de frente varias veces y se peinó con la mano el cabello platino. Ella pensó si quizás su arrogancia natural le llevara todos los días a considerarse exageradamente atractivo e irresistible, mientras ella prefería expresar su beldad con la palabra hermosura. Finalmente el joven pasó de largo frente al armario de nogal en el que ella se ocultaba y salió del cuarto de los slytherin de quinto curso.
Durante una buena porción de tiempo la joven bruja no pudo pensar con claridad, había apoyado la frente en el dorso de la mano que mantenía semi-cerrada la puerta del armario y había cerrado los ojos con fuerza. Cualquier persona se hubiera limitado a pensar que Malfoy había tenido un aparatoso accidente, quizás se había caído por las escaleras. Pero Hermione Granger no lo creía así, no aprobaba aquella hipótesis, aunque no formulara ninguna propia.
Empezó a sentir en su pecho el cosquilleo que sentía cada vez que atisbaba una injusticia o un ápice de abuso o maldad, comenzó a sentir bullir en su interior la pasión de su espíritu ante los retos del destino, ante lo que ella creía que era su deber.
Alguien chistó en el exterior, la habitación volvió a llenarse de una exagerada emanación de luz, entonces los vio a ambos, montados en sus escobas, asomar la cabeza por la ventana y preguntarla si lo había echo. Recordó entonces que hacía allí, había llenado los bolsillos de la túnica de Malfoy de vómito de escorbuto.
-Gracias Mione- dijo Ron alegremente ayudándola a montar en la escoba –gracias por ayudarme a vengarme de Malfoy. –Hermione sintió los labios del pelirrojo posarse en su mejilla imprimiendo la calidez de un efímero beso.
-De nada… -contestó alicaída, lo que había sido una idea divertida y arriesgada a las que no se sometía a no ser que tuviera una buena razón, como había sido el caso, paso a ser un retazo de culpa en controversia con la certeza de que Malfoy se lo merecía.
Al sonar en su mente las palabras "se lo merecía" mientras se agarraba a la cintura de Ron Weasley, una pregunta se elevó hacia el cielo ¿Se merecía ser maltratado?
