Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

Este fic ha sido corregido por Adhy Rosier Moon. Esta inspirado y dedicado a Molly II Weasley y Peter Pevensie. Espero que os guste.


Molly bajó al comedor, en camisón. Sabía que estaban solos en el castillo, así que no se preocupó de ponerse nada encima.

Peter alzó la mirada al notar que Molly entraba y se quedó sin aliento al verla tan sumamente sexy. El camisón no dejaba mucho a la imaginación y su cabello pelirrojo revuelto le daba un aire de…erotismo totalmente incuestionable.

Molly, totalmente ajena al estado de su novio, se acercó a darle un beso mientras se servía una taza de café.

- Buenos días, Peter.

No le contestó, simplemente tiró de ella para sentarla en su regazo y besarla. La taza se cayó, rompiéndose en mil pedazos. Molly se quedó sorprendida en un principio, pero respondió al beso, sin dudarlo. Peter era apasionado, pero jamás lo había sido tanto. Antes de darse cuenta, estaba totalmente desnuda, arrancándole la ropa a su novio.

Peter no estaba seguro de lo que pasaba, solo sabía que estaba más excitado que nunca y tenía que hacerle el amor a su novia lo antes posible.

Molly estaba disfrutando como nunca con sus caricias. Estaba jadeante, expectante y deseosa de hacer el amor con él.

Con dificultad, Peter se levantó, aún abrazándola y besándola. La tumbó encima de la mesa, tirándolo todo. Los platos llenos de comida se hicieron añicos contra el suelo. Lo único que se salvó fue la salsera llena de sirope de chocolate para las tortitas. Con una pícara sonrisa, derramó algo de chocolate sobre los pechos de Molly, lamiéndolo inmediatamente. Su novia gimió y arqueó el cuerpo hacia él. Peter sonrió y repitió el gesto, esparciendo el chocolate por el vientre en ese momento.

Molly no aguantaba más, quería sentirlo en su interior en ese momento. Nunca había estado tan excitada y sabía que aguantaría muy poco.

Peter entendió su urgencia, porque él se sentía igual. Se posicionó entre las piernas de ella y la penetró de un solo golpe, haciendo que Molly gritara y se estremeciera. Empezó a moverse frenéticamente, mientras ella respondía a sus movimientos. Nunca lo habían hecho de forma tan salvaje, tan desinhibida.

No se reprimían en gemir y jadear, seguramente se les escuchaba en todo el castillo. Molly se movía encima de la mesa, al ritmo que le imponía las embestidas de Peter. Ambos gritaron al llegar al orgasmo, mientras él se derrumbaba encima de su cuerpo, respirando trabajosamente. Molly estaba desmadejada encima de la mesa, acariciando el pelo de Peter de forma cariñosa.

- Joder.

- Me encanta ese camisón, cariño.

Peter alzó la cabeza y vio cristales por todas partes. Salió del interior de Molly y se colocó de forma descuidada la ropa. La cogió en brazos y la llevó al dormitorio, de donde no salieron en todo el día.