Título: No intentes vivir sabiamente (porque al final te odiaras)

Autora: eminahinata

Fandom: Naruto

Palabras: 870 aprox.

Pareja/Personajes: Hatake Kakashi y Uchiha Obito; mención Namikaze Minato/Uzumaki Kushina; mención Nohara Rin; Uzumaki Naruto; Haruno Sakura; Sai; Nara Shikamaru; Yamanaka Ino; Akimichi Chouji; etc.

Resumen: Él siempre amaría y los recuerdos perdurarían en los trazos de un niño inocente que murió y fue reconstruido con dolor.

Notas de autora: ¡Hola, hermosa gente! En el fandom inglés empezó lo que se llama "KakaObi Week 2019" y me dijo, ¿por qué no? ¡Nunca es suficiente de ellos! Son drabbles y one-shot que comienza del 02 al 15 de febrero. Ya voy atrasada, pero bueno —encoge los hombros.

Para más información, aquí la página:

Notas de autora 2: No sé porque tengo el headcanon que Obito dibujaba y era muy bueno en eso —encoge los hombros.

Día 01 Recuerdos | Reencarnación


No intentes vivir sabiamente (porque al final te odiaras)


Ese día hacía demasiado calor en la prospera y en paz aldea de Konoha y Kakashi decidió tomarse el resto de la mañana de sus obligaciones como Hokage y regresar a la pequeña casa que compro luego de la guerra, con la intención de ordenar algo el desastre de cajas que era una de las habitaciones.

De alguna forma, Naruto, Sakura, Sai, Shikamaru, Ino y Chouji terminaron en su casa para "ayudar".

Naruto dejó escapar un grito impresionado mientras rompía el sello de una de las cajas y veía el interior lleno de cuadernos de dibujo.

—¡Kakashi-sensei, no sabía que dibujaba! —exclamó con regocijo la encarnación del sol. Sai y Sakura se inclinaron sobre la caja, revisando los cuadernos llenos de dibujos con carboncillo y colores de diferentes personas, muchas de ellas desconocidas para ellos.

Sai hizo un murmullo de apreció, trazando con un dedo la línea de carboncillo con admiración—. Son realmente buenos, Kakashi-sama.

Ino y Chouji sostuvieron el cuarto cuaderno, maravillándose mientras encontraba página tras página todos los rostros de personas sonrientes, de ubicaciones y edificios de la aldea, de gatos recostados en los techos de casas tomando el sol, de niños jugando en el parque.

Kakashi entró con una bandeja de vasos llenos de limonada, viendo con gran tristeza esos cuadernos.

Hace mucho que no pensaba en ellos…

—No son míos —susurró, dejando la bandeja en el suelo y sentándose con las piernas cruzadas, tomando el último cuaderno de bocetos que sabía tenia todos los dibujos de las personas que él amo y sigue amando—. Estos eran de Obito.

Los otros ocupantes voltearon a ver al más viejo, deteniendo las respiraciones. Shikamaru enderezo un poco la espalda, viendo a su actual Kage con ojos intensos y apretaba el cuaderno en la página donde se retrataba a sus propios padres mientras caminaban tomados de los brazos por una calle de la aldea.

Naruto hizo un ruido de incredulidad—. ¿De Obito?

Kakashi sonrió triste bajo su máscara, pero aún sí ellos lo vieron. Sakura sintió su corazón partirse cuando presencio esa expresión, viendo los ojos perdidos en memorias de tiempos llenos de alegría y tristeza desgarradora.

—Obito era… era muchas cosas que no entendí en ese momento —dijo suavemente mientras se detenía en una página donde Rin, Minato-sensei y él se encontraban bellamente dibujados, todos los detalles impecables y delicados—. Él amaba la vida de una forma que me daba miedo y siempre parecía temeroso de olvidarlo, de perderlo.

Suspiró y sintió a Naruto inclinarse en su lado.

—No sabía de estos cuadernos hasta que tuvimos que desocupar su apartamento luego de su funeral. Minato-sensei conservó muchos de los cuadros con paisajes de la aldea y Rin y yo nos dividimos los cuadernos.

Acarició la última imagen del cuaderno, donde era una impresión de los cuatro, incompleta donde lo único que faltaba eran los ojos de Obito.

Tal vez Obito siempre lo supo.

Tal vez la injusticia ya estaba marcada en esas manos.

Tal vez…

—¿Y los cuadros? —frunció el ceño Naruto en su típica expresión de concentración.

—Deben estar con las cosas de tus padres —encogió los hombros Kakashi. Naruto ensancho una gran sonrisa.

—¡Eso es genial! —alzó los brazos el rubio—. ¡Voy a buscarlos y los colgaremos por todas partes para que pueda ser apreciados! ¡Algo tan bello no puede ser olvidado, ttebayo!

El resto sonrió suavemente, negando ante las tonterías de su amigo.

Shikamaru regresó sus ojos a la imagen y decidió que a pesar de todo el dolor, era momento de perdonar y seguir con la vida y con las enseñanzas que dejaron otros para ser replicadas o para que fueran nombradas como lecciones de lo que sucedía cuando existía tanta crueldad entre compañeros y extraños.

Al final del día, todos salieron con una imagen diferente que colocarían en un cuadro. Ino camino emocionada a su casa para enseñarle la imagen de su padre a su madre, que lloró con emoción y le contó la historia de ese día plasmado para la posteridad. Chouji colgó el dibujo de su padre y sus amigos en la sala principal de su complejo, donde su padre pasaría horas sentado viendo con dos copas de sake frente a él, donde brindaría en nombre de sus amigos caídos; y Shikamaru guardo el dibujo de sus padres en su cita en uno de sus libros, sonriendo cada vez con menos dolor cuando la encontraba en el futuro.

Sakura sonrió a su sensei, sosteniendo con cuidado el retrato de unos tales Uchiha Fugaku y Uchiha Mikoto con un pequeño Itachi entre ellos en las antiguas calles del complejo Uchiha, abrazando al hombre que ella amaba como a un padre.

—Gracias por hablarnos de él, sensei —besó la mejilla del que ahora era su Kage.

Kakashi sonrió mientras sus estudiantes desaparecían en el horizonte y regresó a su sala de estar, donde en la pared yacía ahora colgado con orgullo el dibujo que su antiguo compañero dibujara hace mucho tiempo, con un talento inigualable, de su pequeña familia.

Él siempre amaría y los recuerdos perdurarían en los trazos de un niño inocente que murió y fue reconstruido con dolor.