Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, lo único mío es la trama.

Summary: Edward despierta solo en medio del campo, se siente diferente: Su piel esta demacrada, sus ojos son diferentes, su caminar es raro y sobretodo un hambre lo vuelve loco a casa momento, no sabe como termino así, pero se resiste a ser un monstruo. Ahora necesita a encontrar quien lo podrá ayudar: Bella, la única persona que recuerda.

Un Zombie Vegetariano

-Prologo-

Cyclotron Rd, Berkeley

California, EUA

Las cosas no siempre son lo que parecen, podemos encontrar muchos escondites bajo los lugares más visibles e inocentes del planeta, un ejemplo muy claro es Lawrence Berkeley National Laboratory*, un centro de investigación estadounidense encargado de investigaciones científicas clasificadas como no confidenciales o eso era lo que pretendían mostrar al público. Lo que el mundo no sabía que abajo del suelo de las instalaciones del LBL se encontraba el más grande laboratorio de alteración genética humana, con el propósito de crear sueros para fortalecer a sus soldados norteamericanos, que estos fueran indestructibles y lo suficientemente fuertes para derrotar al ejército enemigo, Siria se estaba convirtiendo en una piedra en el zapato de Estados Unidos y necesitaban derrocarla lo más pronto posible.

Eso lo sabían la mayoría de los científicos que se encontraban en los laboratorios.

La fabricación del suero se estaba convirtiendo en una completa pesadilla para ellos, no encontraban la forma de alienar o adaptar la estructura genética del hombre para que esta no tuviera una reacción negativa en su cuerpo. El Dr. Tobías Miller se encontraba al borde del colapso, tenia más de una semana sin dormir completamente, el trabajo lo tenia tan estresado que apenas podía dormi horas al día, el pobre hombre había sacrificado el estar con su familia para servir a su país era por ello que su esposa había decidido divorciarse puesto que, según palabras de su mujer, ahora su casa era el laboratorio y su familia sus colegas, no podía estar más en lo cierto.

Pero eso ya no importaba, necesitaba poder terminar esto para poder salir de este lugar al menos a tomar un poco de aire fresco, estaba harto del olor a químicos, tecleo rápidamente en su computadora realizando diferentes clases de simulación, tratando de encontrar la correcta. Miller se levanto feliz de haber encontrado un suero que pudiese aumentar la fuerza de un hombre hasta 15 veces; tomo una muestra, tenia que probarla pero no podía arriesgarse a que sus compañeros se enterasen de su más grande descubrimiento… el merito seria solo suyo así como la fama por ello.

Una vez decidido, tomo la jaula de Barry, un pequeño conejillo de indias que tenia como mascota en su habitación. El animalillo lo veía sin entender lo que amo pensaba hacer con él, Miller tomo el bebedero de agua del animal y vertió unas cuantas gotas dentro de este, el liquido color ámbar de disolvió completamente en el agua, lo volvió a colocar en su lugar en la jaula.

—¡Vamos pequeño!—dijo— ¡Vamos, bebe un poco de agua!

Su voz irradiaba locura, se podría culpar a sus escazas horas de sueño.

El pequeño Barry entendiendo la orden de su amo camino hacia su bebedero y dio unas lamiditas a este, Miller espero la reacción del animalillo pero al pasar el tiempo este no hacia nada, la única reacción que tuvo fue un pequeño vomito color viscoso y de mal olor pero de ahí Barry siguió como si nada.

Miller se tomo de los pelos con fuerza.

—¡Estuve tan cerca! —grito colérico.

—¿Tan cerca de que? —pregunto Amanda Way, encargada del proyecto.

—Nada Dra. Way—dijo. — Creí que podía encontrar la forma de realizar el suero pero hubo una falla en la simulación. —mintió. —Regrese a mi cuarto para ver si las ideas se me aclararan pero siempre llego a la misma conclusión.

—No intente nada estúpido, doctor. —le dijo con severidad. — Esto es importante, y cualquier cosa que usted llegue a encontrar debe informarme lo más pronto posible, recuerde que su estadía aquí tiende de un hilo, su rendimiento aquí ha sido deplorable los últimos meses.

—Lo se, tratare de remediar eso.

—Más le vale. — y sin decir más salió de la habitación con su andar sobreviro que la caracterizaba.

Bruja egoísta. Pensó con molestia. Ella solo se la pasa dando ordenes y no trabaja en nada, todo lo hacemos nosotros.

Regreso a la mesa donde estaba la jaula de Barry, metió la mano para sacar el bebedero con el agua contaminada, debía deshacerse de la evidencia, no quería tener problemas con la doctora y mucho menos que su trabajo estuviera implicado en ello.

En el instante en que su mano tomo el bebedero, Barry hizo algo que nunca había hecho: se acerco corriendo a su amo y sin pensarlo dos veces le tiro una mordida, por reacción instantánea Miller saco su mano y miro como su dedo, noto inmediatamente como comenzaba a salir una línea roja por encima de su guante de látex, se lo quito inmediatamente para poder limpiar la herida.

—¡Animal estúpido! —decía mientras trataba de detener la pequeña hemorragia.

Termino de limpiar y desinfectar su dedo, la hemorragia se había detenido solo quedo la marca de los dos dientes del pequeño conejillo.

—Más tarde me encargare de ti. —le dijo a su mascota.

Los siguientes dos días Miller se la paso borrando la huella de todo lo que tuviera que ver con su fracaso experimental. Pero también pasando el tiempo sintió como su cuerpo estaba poniéndose débil, sentía mareos constantes y vomito más de una vez, una masa viscosa de mal olor, pensó inmediatamente en la reacción de Barry cuando el suero estuvo en su organismo.

No puede ser. Se dijo. Debe ser una gripe o algo malo en la comida.

Pero sabía que mentirse no era correcto.

Miro su reflejo en el espejo, su piel estaba de un color gris pálido, sus ojos se veían hundidos, al igual que sus mejillas.

—Aquí esta doctor. — volteo y la Dra. Way estaba frente a el, pero no venia sola, a cada costado de ella estaban los guardias de seguridad del laboratorio.— Pensé que tardaría más en encontrarlo.

—¿En que le puedo servir, doctora? —dijo con una voz que no era suya, pero ella no lo noto o fingió no hacerlo.

—Solo venia a informarle que sus servicios ya no son requeridos en este laboratorio.

—¿Qué? — estaba sorprendido.— ¿De que esta hablando?

—Se me ha informado de un experimento clandestino suyo, sabe perfectamente que aquí no toleramos este tipo de traición, que no solo es a este laboratorio si no a su país.

—No tengo idea de que esta hablando. —ignorancia, era posible que eso lo salvara.

—Las cámaras de seguridad lo han visto muy sospechoso ultimadamente doctor, sin mencionar que de la nada se ha deshecho de su adorada mascota, así que pedí a mis ingenieros computacionales que revisaran su maquina y déjeme decirle que el hecho de que borre sus datos no significa que desaparecerán del sistema ¿es interesante la tecnología, no? —le dijo con una sonrisa sádica— Mis ingenieros encontraron todos su resultados ¿Cuándo pensaba informarme de eso, Miller?

—Yo…

—Sabe que lo que usted ha hecho va contra su contrato, pero no podemos tener el lujo de dejarlo ir así de fácil.

—No entiendo.

—Es obvio que no. —dio un paso hacia el, fue entonces cuando ella noto la apariencia de su ex empleado. — ¿Esta usted enfermo?

—No me eh sentido bien en estos días. —contesto, confirmando las sospechas de la doctora, este hombre debía ser aislado antes de que provocara algo y no pensaba tenerlo más aquí.

—Bien, como le iba diciendo, su traición merece que lo ejecutemos. — el doctor se tenso al instante. — Pero como hoy me siento de lo más generosa lo enviaremos a la prisión de Colorado*.

—No…—eso era lo peor que le pudieron haber hecho, esa era una de las prisiones de más alta seguridad del mundo, o por lo menos de Estados Unidos, ahí los presos eran completamente aislados casi todo el día, privados de todo contacto humano, los presos no reciben ni visitas ni llamadas telefónicas, no hay rehabilitación y tienen restringido todo tipo de diversión o entretenimiento.

—No hace falta que recoja todas sus cosas, al lugar donde va, no las necesitara. — le dijo con una sonrisa.

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Prisión de Colorado

Florence, Colorado, EUA

Tobías lleva 4 días recluido en las cuatros paredes de la prisión, su contacto con el mundo se había reducido a cero en cuanto los guardias lo arrojaron a su celda, pero eso no era lo que lo tenia preocupado sino que ahora su salud estaba peor que deplorable, se sentía inquieto y sobretodo hambriento, la escaza comida que le entregaban no lo satisfacía en absoluto, el hambre era lo que lo tenia al borde de la locura trataba de mantenerse sereno pero le era imposible, había ocasiones en las cuales tanta era su locura que terminaba golpeándose él mismo contra las paredes, tenia hambre y no nadie lo alimentaba, sus uñas se habían convertido en masas sanguinolentas de tanto raspar las paredes buscando algo que lo alimentara.

—¿Qué me esta pasando? —se dijo así mismo en uno de los pocos momentos de lucidez que tenia.

Diez días habían pasado desde que Tobías Miller había sido mordido por el inocente Barry, diez días cuando todo empezó y diez días para que perdiera completamente la conciencia convirtiéndose en una bestia que solo quería alimentarse sin importar nada, ya no dormía solo se limitaba a esperar su porción del día y si esta no le era dada su control se iba comenzando a atacar a su único enemigo hasta ahora… La puerta. Los guardias lo observaban diariamente, el como el hombre destrozaba la bandeja de comida para llegar solamente a la poca carne que se le suministraba la sopa, el pan y el agua eran arrojadas por todo la habitación mientras que el hombre devoraba como bestia la carne.

—Algo no esta bien. —dijo Aarón, uno de los guardias.

—Tienes razón, ese hombre ah perdido completamente el juicio. —dijo su compañero.

—No lo se, Mike pero ese hombre ya no debe estar aquí.

—Y creo que tampoco en un psiquiátrico. —observo la pantalla, Tobías se azotaba contra la pared queriendo salir. — Es algo más.

—¿Qué debemos hacer?

—Lo más humanamente posible. —miro a su compañero y este solo asintió comprendiendo lo que su compañero le quería decir. —Llama a dos guardias.

Después de una hora los cuatro estaban frente a la puerta de Tobías, preparados para lo que fueran a encontrar.

—¿Listos muchachos? —dijo Aarón.

Los tres asintieron.

Aarón presiono el código de seguridad para poder abrir la puerta.

—Chicos, si las cosas se ponen mal, tiren a matar.

La puerta se abrió completamente, dos de los cuatro guardias entraron con las armas cargadas y apuntando, el hombre se hallaba en una esquina sentado a espaldas de la puerta, Aarón le hizo una señal a su compañero para que no se acercara y lo esperara, camino lentamente para no asustar al prisionero.

—¿Dr. Miller? —le hablo lentamente. —Venimos ayudarle.

Estaba un paso para acercarse totalmente.

—Doctor…

En el instante en que Aarón roso el hombro del hombre, este volteo y después de dar un rugido que no era humano se lanzo sobre el guardia lanzándolo completamente contra el piso, el arma salió volando al otro lado de la habitación, Aarón puso su brazo para evitar que Tobías lo atacara en la cara, pero en cuanto su brazo estuvo a la merced de esté inserto sus dientes fuertemente ganándose un grito de parte del guardia.

—¡Disparen! —grito tomando la cabeza de Tobías para evitar que lo volviera a morder.

Los disparos no se hicieron esperar, uno de ellos dio en la cabeza de Tobías derrumbándolo completamente.

—¿Estas bien? —pregunto Mike corriendo hacia su compañero que se quitaba de encima al preso y se sostenía el brazo.

—Me dio una buena mordida ¡Idiota loco! —se levanto completamente, su brazo sangraba mucho. —Vamos, debo ir a la enfermería.

—¿Qué hacemos con él, señor? —pregunto uno de sus compañeros.

—Lo mejor es que quemen el cuerpo, debemos evitar cualquier cosa que este hombre pueda contraer.

Llevaron a Aarón a la enfermería donde se le curo el brazo, la herida no fue tan profunda pero si necesito puntos en unas partes.

—¿Cómo te hiciste eso? —pregunto la enfermera.

—Un preso loco me mordió.

—¿Y que hacías tu en la celda de uno de los presos? Sabes que esta prohibido.

—Fui a darle los buenos días. — contesto con sarcasmo, ganándose una mirada reprobatoria de la mujer. — Estaba portándose de una manera muy extraña… no era humano.

—¿Y que le hicieron?

—Lo mejor que pudimos hacer por el tipo. — se levanto poniéndose su chaqueta. — Gracias por curarme.

—Debes tomar antibiótico, no se te vaya a infectar.

—No es necesario. — le sonrió. — ¡Soy tan fuerte como un toro! — dijo golpeándose el pecho, ganándose una mirada divertida de la enfermera.

10 días después Aarón dejo de ser el mismo…

La peste se propago erradicando a la raza humana conforme el tiempo pasaba, nadie sabia que era lo que sobrevenía todo había comenzado lentamente que al principio nadie se había dado cuenta hasta que poco a poco pasando los días la gente comenzó atacarse una a la otra sin explicación alguna y así la gente "cuerda" fue desapareciendo, los pocos supervivientes, entre ellos unos cuantos científicos, fueron trazando teoría tras teoría pero todo era inútil aun no había cura para la locura con la cual estaba siendo infestada a la humanidad, la única certeza que tenían era que solo se necesitaban 10 días para que el virus o lo que fuera tomara por completo el control del cuerpo humano así como su conciencia, solo era necesaria una mordida solo eso para que pasara, pero eran pocos los que sobrevivían puesto que los monstruos (a lo que la gente bautizo zombies, por el patrón de conducta que tenia la gente contagiada, gracias a las muchas películas proyectadas sobre el tema, nada parecido a la realidad) terminaban con todo el cuerpo de sus victimas, si te escapabas era mejor que te dieran un disparo antes de convertirte en una de esas cosas.

¿Era posible que este fuera el fin o había una excepción a la regla?

* Tanto como el LBL y la prisión de Colorado existen y la información es verdadera (excepto por el laboratorio secreto, eso es mío xD).

Hola de nuevo, estoy aquí con una nueva locura, espero que la encuentren lo suficientemente interesante para seguir conmigo en esta nueva aventura.

Esto apenas comienza, espero contar con sus lindos comentarios.

Besos

Paulina R.