Hola
Generalmente utilizo las notas de autor para hablar sobre mis retrasos, alguna que otra banalidad y, cuando me acuerdo, porque muchas otras veces lo doy por sabido –en mi mala costumbre- aclarar el tema del disclaimer.
Pero en esta nota de autor tengo que darle la espalda a las banalidades y ahora que ya mencioné el disclaimer, ponerlo al final de la nota.
A lo que iba, este es un fic que vengo cosechando hace meses. Lo empecé, hice tres capítulos de un tirón, lo abandoné por largo rato, me volví a encaprichar con él y volví a dejarlo; siempre dando por sentado que no iba a publicarlo, no porque creyera que es malo, cosa que no creo ( y no estamos hablando de vanidad, -o quizás si-), sino porque me sentía más cómoda escribiendo para mí; escribiendo porque me gusta escribir y no porque tengo que hacerlo. Pero surgió la necesidad de darlo a conocer (no sin miedo, porque es un fic al que le tomé cariño), así que espero que a todos aquellos que tuvieron tiempo de entrar y lograron terminar la lectura, que es muy breve, me deje un mínimo comentario, alguna crítica, que es lo que necesito o alguna felicitación, que es lo que me va a hacer feliz xD
Finalmente tengo que aclarar que estas son viñetas, generalmente cortas, que están conectadas o no entre sí.
Y nada es mío.
Elecciones.
Lily Evans es, como pocas, una chica diferente. Es diferente, por ejemplo, cuando elige -porque no hablamos más que de elecciones- que prefiere leer un libro y no una revista de chimentos. O cuando logra comprender que sus afectos e intereses están desligados de los de sus compañeras de curso; y como es una chica inteligente, también nota que no se refiere a sus compañeras como amigas, si no, como simples colegas.
Como sea, Lily Evans es diferente -entre muchas otras cosas- porque la razón de su vida no es el Quidditch, porque prefiere llevar una vida organizada, o, sin ir más lejos, porque ha rechazado a James Potter más veces de las que puede enumerar.
Y finalmente, Lily Evans es una chica diferente porque -inconsciente o no- eso elige.
De la misma manera, opta por eludir sus diferencias con el resto de sus compañeros -así como uno elude un camino oscuro o los charcos sobre el asfalto el día posterior a un diluvio-, dar por sentado que todo está bien y descansar un poco antes de volver a concentrarse en el tablero de ajedrez mágico, ubicado frente a ella. Pero lo quiera o no, no logra concentrarse.
Porque Lily Evans también puede ser una chica divertida y darse un respiro de sus tareas de Transformaciones, Pociones, Herbología y demás materias, aprovechar las horas libres posteriores a las reuniones de prefectos y sentarse a jugar ajedrez.
Lily no lo mira, pero sabe –con la certeza con la cual una persona afirma que uno más uno es dos- que Remus Lupin está sonriendo. Ambos saben quién va a ganar, pero saberlo, no significa aceptarlo.
Testaruda, la pelirroja mueve una pieza, no muy segura de su decisión y casi adelantándose al movimiento de su adversario.
–Jaque.-
La muchacha se muerde el labio inferior y da por perdida la batalla -no así la guerra, lo volverá a intentar otro día- y, resignada, mueve su pieza.
–Jaque mate.- sonríe Remus. - ¿Algún problema? –consulta.
–Ninguno.
Él la mira expectante y ella toma una tableta de chocolate de tamaño considerable y se la extiende a su contrincante. Al fin y al cabo, había perdido y una apuesta era una apuesta.
Remus toma la tableta y la examina como quien cuenta dinero y debe verificar que no sea falso.
–Chocolate con almendras. –lee la envoltura en voz alta. Y la muchacha balbucea algo y finalmente sonríe y se encoge de hombros.
–Es más interesante que el chocolate con leche. –se excusa infantilmente y ríe, quizás, repasando mentalmente sus palabras.
El muchacho sonríe y finalmente abre la tableta, parte dos trozos pequeños y se los entrega. Ella arquea una ceja, pero no dice nada, no hace falta. Y finalmente acepta la suerte del perdedor.
Lily Evans es consciente de todas sus elecciones, o al menos las más relevantes, esas que no pasan desapercibidas.
Y así era como Lily Evans decidía pasar sus ratos libres luego de las reuniones de prefectos.
