¡Hola amorosos lectores! Es Kazu~
Me pregunto si hay alguien más aquí que piense que la palabra más linda del mundo es angst.
Como pueden ver, otro drabble de Katekyo Hitman Reborn! y OchentaDieciocho (aunque no muy explícito). Y, otra vez, escrito bajo presión académica. Pero es un capricho, de esos que mientras más avanzas y escribes; más amor les vas cogiendo. Y finalmente~ acabas amando el resultado.
Advertencias: Yaoi soterrado, angst (o intento de narración dramática, porque es lo único que me sale natural). Influencias Católico Apostólicas Romanas de mi madre y, como mencioné en el resumen, Death!Fic. Publicado celebrando que el 23 de Noviembre cumpliré dos años escribiendo :D
Padre Nuestro.
Kyôya cogió el móvil, sin importarle realmente si acabaría manchándolo con la misma sangre que teñía sus manos y lo puso junto a su oído.
Al otro lado de la línea, Yamamoto sonrió. Está vivo. Respira, pensó. No hay de qué preocuparse. Entonces, colgó y Hibari guardó el teléfono en su saco, sin cambiar de expresión. En los pasillos del cuartel enemigo quedaban algunos hervíboros que pedían a gritos ser mordidos hasta la muerte y una imperceptible curvatura se dibujó en sus labios. Las tonfas silvaron en el aire y unas cuantas llamas se extinguieron para siempre. Nada fuera de lo usual.
(Si queremos a alguien y no se lo decimos, ¿de qué nos sirve ese amor?)
Uno, dos, tres. Se obligó a sí mismo a mantener la calma. Que se tardara en tomar la llamada no tenía por qué significar que las cosas no marchaban bien. Cuatro, cinco, seis pitidos. El corazón se le encogió en el pecho y apagó su cigarrillo contra el muro.
Siete y la voz pregrabada de una mujer, advirtiéndole que el número no se encontraba disponible.
Masculló algo que bien podría haber sido una maldición o una súplica y miró al cielo. Un terrible presentimiento se apoderó de él, llenándole de ese terror paralizante que los últimos diez años de ver a sus amigos morir había impreso a fuego en su piel.
Volvió a discar, con dedos temblorosos, y se apoyó en la pared. Al hacerlo, contempló con mórbida fijeza la sangre seca bajo sus uñas. No, no conseguía limpiarla del todo (ni nunca podría hacerlo) y ese pensamiento le convirtió en hiel la saliva que pasó con dificultad. Era matar o morir, como le dijo Kyôya la primera vez que se vio obligado a tomar la vida de otro para salvar su propio pellejo.
(Y desde entonces, la sangre coagulada jamás había desaparecido de sus manos)
Era matar o morir.
Una pequeña gota de agua cayó contra su mejilla. La primera de muchas que vendrían esa noche, se dijo guiado por el oscuro nubarrón que cobijaba la noche veneciana. Y suspiró, recordando los retazos de una plegaria que, de tanto oírle a sus enemigos, ya conocía de memoria.
Padre nostro, che sei nei cieli, sia santificato il tuo nome. Venga il tuo regno, sia fatta la tua volontà come in cielo così in terra.
Los segundos y los pitidos le parecieron eternos.
Uno, dos, tres. Dacci oggi il nostro pane quotidiano e rimetti a noi i nostri debiti come noi li rimettiamo ai nostri debitori. Cuatro. Cinco, seis, sie—
Al fin, alguien respondió al otro lado de la línea y Yamamoto suspiró aliviado. En una fracción de segundo, quiso decirle el terror del que fue presa y que por un momento, le había imaginado inmóvil y sangrando sobre el campo de batalla. Que puede que a Kyôya le parezca estúpido y se enfade por ello, pero casi se vuelve loco pensando en lo peor. Que la próxima vez que se encontraran, le haría el amor mil veces.
E non ci indurre in tentazione...
Que, incluso, había rezado por él.
Entonces, por primera vez, su rutina secreta se quebró. Su nombre fue susurrado bajito a través del teléfono y Yamamoto se dejó deslizar contra la pared.
Ma liberaci dal male...
—¿Re... Reborn?
Y de pronto, comenzó a llover.
Fin.
Lunes, 08 de Noviembre, 2010 ~ 02:30 a.m.
La narración es demasiado simple, no me gustó ese pequeño (gran) detalle.
Así que... ¿alguien entendió el final? Por favor, hacédmelo saber.
Y las críticas por el OOC y todos aquellos errores técnicos :3 Y si les ha gustado, también :D
Muchas gracias por detenerse a leer :D
¡Besos!
