Llevaba soñando con ello desde la derrota de Voldemort. Es decir, con el Velo. Ese a través del que había caído Sirius. La última vez que soñó con el Departamento de Misterios le costó la vida a final se supo la verdad sobre Voldemort, pero a un precio demasiado elevado como para agradecerlo y una vez que la verdad salió a la luz, los ataques empeoraron.

Por un momento se preguntó qué hacía ahí. Ginny estaba en casa, estaba embarazada y le necesitaba. Y sin embargo no podía alejarse. Voldemort estaba muerto, ciertamente, pero aun así había mucha gente, buena gente, que no debería haber muerto.

Contó los pasos hasta situarse justo donde Sirius había caido .Cedrid. Sirius. Dumbledore. Hedwig. Moody. Dobby. El padre de Tonks. Remus. Colin Creevey. Tonks. Snape .Fred. Diablos, ni siquiera Crabbe mereció morir entonces. Había más, muchos más, pero ninguno cercano a él. Cercanos a otra gente, sin embargo. Tal vez era por eso por lo que no podía mantenerse alejado ni dejar de mirar. En este momento no podía ni siquiera moverse de allí.

Harry se despertó de repente. Estaba en el suelo, cubierto por una pobre excusa de manta, y alguien parecía estar intentando tirar la puerta abajo.

"¿Dónde está el cañón?", preguntó Dudley. ¿Dudley? ¿Adónde lo había enviado el Velo? ¿Podría ser que fuera cuando Hagrid le habló de Hogwarts por primera vez?. Debía de ser, porque no podía recordar ninguna otra ocasión en la que él y Dudley hubieran dormido en lo que parecía ser una choza.

Sonó un enorme ruido detrás de ellos y el tío Vernon entró a la habitación, arrastrándose y con un rifle en la mano. A Harry se le escapó un bufido. Como si eso pudiera hacerle algo a Hagrid. Sin embargo su tío no lo sabía y gritó "¿Quién está ahí? Se lo advierto-¡voy armado!"

Aunque se le ocurrió a Harry que cuando alguien intenta allanar una casa, se puede asumir que probablemente vayan armados también. Y como si no supieran que era un mago el que había venido a por Harry.¿Quien más podría atravesar el mar con este tiempo, es más quien siquiera se molestaría?

¡SMASH! La puerta salió arrancada de sus bisagras y aterrizó en el suelo con un estruendoso ruido. Hagrid estaba en la puerta con una apariencia realmente impresionante.

Ahora, Harry no había planeado nada de esto, pero se figuraba que al menos podría sacar el máximo provecho de ello. No es que las cosas hubieran salido muy mal cuando acabó con Voldemort, pero tampoco lo habían hecho muy bien. Tal vez esto era una segunda oportunidad. Y si ese era el caso, por todos los demonios que la iba aprovechar.

"¿Qué tal una taza de te? No ha sido precisamente una travesía fácil…", empezó a decir Hagrid. Arruinando por completo su escalofriante primera impresión. Se acercó al sofá donde estaba sentado un petrificado Dudley . "Haz sitio, pedazo de bulto", le dijo mientras veía como Dudley corría a esconderse detrás de su madre que a su vez se escondía detrás de su marido. "¡Y aquí está Harry! La última vez que te vi eras solo un bebé. Te pareces mucho a tu padre, pero con los ojos de tu madre."

"¡Le exijo que que salga de aquí enseguida, señor!", demandó Tío Vernon con voz áspera. "¡Esto es allanamiento de morada!"

"Ah, cállate, Dursley, pedazo de mentecato." A Harry se le escapó una sonrisa. La última vez había estado demasiado confuso como para disfrutar de la paliza verbal de Hagrid a su Tío. Cuando Hagrid se acercó y convirtió el arma en un pretzel, su sonrisa creció incluso más aun.

"De cualquier modo", dijo Hagrid, volviendo su atención a Harry como si la gente normal fuera por ahí convirtiendo armas mortíferas en la forma de sabrosas galletitas. "Harry, feliz cumpleaños. Tengo algo para ti por aquí- tal vez me haya sentado encima en algún momento, pero tendrá un buen sabor de todos modos." Sacó un pastel con la inscripción 'Feliz Cumpleaños Harry' escrito en un caramelo verde.

"Vaya, gracias", dijo Harry con agradecimiento al aceptar el pastel. Deseaba, sin embargo, que Hagrid no hubiese elegido un color de Slytherin, aunque hiciera juego con sus ojos. "Parece usted conocerme, pero si, como usted mismo ha dicho, no nos hemos visto uno a otro desde que yo era un bebé, ¿tal vez sería tan amable como para decirme su nombre?", preguntó Harry con educación.

Hagrid se rió entre dientes. "Por supuesto, por supuesto. Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts." Y con eso sacudió el brazo de Harry arriba y abajo. "¿Acerca de ese té? No diría que no a añadirle algo más fuerte, si entiende lo que digo."

"Lo siento, salimos con bastante prisa así que no tenemos nada para beber", dijo Harry como pidiendo perdón.

"No pasa nada, tango algo por aquí." Dijo Hagrid mientras se giraba hacia la chimenea y enseguida ya había un buen fuego en marcha. A continuación procedió a sacar una buena docena de cosas de los bolsillos de su abrigo.

Tío Vernon dijo bruscamente, "No toques nada que te de, Dudley."

Hagrid soltó una oscura risotada. "El gran puding que es tu hijo no necesita engordar más, Dursely, no te preocupes."

Hagrid le pasó las salchichas a Harry y éste le dio las gracias por su consideración. Entonces decidió que sería sospechoso si simplemente aceptara todo esto, así que le pidió más detalles a Hagrid.

"Llámame Hagrid, todo el mundo lo hace. Y como ya he dicho, soy el Guardián de las Llaves y los Terrenos de Hogwarts- tu ya sabrás todo acerca de Hogwarts, por supuesto."

Harry asintió con la cabeza. "Por supuesto."

A Tío Vernon casi se le salieron los ojos. "¿LO SABES?"

"Sí", contestó Harry con calma.

"Pero, ¿cómo? Siempre hemos sido muy cuidadosos de no dejarte tener ideas peligrosas. ¿Cómo te enteraste de todo este disparate acerca de la magia?"

"¡Un momento!, dijo Hagrid con voz atronadora mientras se ponía en pie. Tan enfadado estaba que parecía llenar la cabaña por completo. Los Dursleys se acobardaron contra la pared. Siguió gritándole a los Dursleys, "¿ Me estas diciendo que no le habéis dicho nada a este chico, nada acer- acerca de NADA?"

"No", contestó Harry mientras agitaba la cabeza con tristeza. "No lo han hecho."

Hagrid parecía que estaba a punto de explotar.

"¡DURSLEY!"

Tío Vernon, que se había puesto realmente pálido, murmuró algo que sonaba como ' Mimblewimble'.

"Pero- pero si Papi no le dijo nada a Harry, ¿cómo es que lo sabe?", preguntó Dudley, hablando por primera vez desde detrás de su madre.

Hagrid miró a Harry con expectación.

"Es justo", admitió Harry. "Bien, el caso es que estos diez años ha habido gente siguiéndome y dándome la mano e inclinándose ante mí, normalmente con la apariencia de sentirse muy honorados de estar en mi presencia, y con el tiempo uno se da cuenta de las cosas."

"No es suficiente con 'darse cuenta', Harry. Tienes que saber."

"Pero se", contestó Harry. "Se acerca de Hogwarts, de mis padres, de Voldemort…"

Hagrid se estremeció. "¡No digas ese nombre!"

Harry se encogió de hombros. "Los viejos hábitos tardan en morir. Aunque si alguna vez me voy de camping otra vez, me aseguraré de aceptar tu consejo. En fin, ¿iremos al Callejón Diagon mañana?"

"Por supuesto", asintió Hagrid.

"¡NO PIENSO PAGAR PARA QUE UN VIEJO CHIFLADO LE ENSEÑE TRUCOS DE MAGIA!", gritó Tío Vernon.

Harry debería haberse dado cuenta de que Tío Vernon insistiría en provocar a Hagrid. Rápido como un relámpago, sacó su paraguas que contenía las piezas de su varita y lo agitó en al aire apuntando a Dudley.

Un flash de luz violeta, un sonoro ruido y un chillido de cerdo después, Dudley estaba dando vueltas con las manos pegas a su gordo culo aullando de dolor. Cuando se dio la vuelta, Harry pudo ver el rizado rabo de cerdo a través de un agujero de la parte de atrás de sus pantalones.

Tío Vernon rugió. Arrastrando a Tia Petunia y a Dudley a la otra habitación, le echó una aterrorizada mirada a Hagrid y cerró la puerta detrás de ellos.

Hagrid miró a su paraguas y se acarició la barba.

"No debería haber perdido los estribos", dijo amargamente, "pero no funcionó, de todos modos. Mi intención era convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya era tan parecido que no es que yo pudiera hacer mucho."

Le echó una mirada a Harry bajo sus tupidas cejas.

"Te estaría agradecido si no mencionaras nada de esto en Hogwarts", dijo. "No-er- no tengo permitido hacer magia, estrictamente hablando. Me permitieron un poco para poder seguirte y mandarte las cartas y demás- una de las razones por las que estaba tan interesado en el trabajo."

"Por supuesto que no diré nada", le aseguró Harry. "Se está haciendo tarde, así que tal deberíamos recogernos ya."

"Tienes toda la razón, Harry. Tenemos mucho que hacer mañana. Hay que acercarse a la ciudad y conseguir todos tus libros y demás." Se quitó su grueso y negro abrigo y se lo arrojó a Harry. "puedes meterte ahí debajo", le dijo. "No te preocupes si se agita un poco, creo que aun hay un par de lirones en uno de los bolsillos."

Harry se despertó a la mañana siguiente. Aunque ya había luz del día, mantuvo los ojos cerrados.

Ha sido un sueño, se dijo a sí mismo con firmeza. He soñado que estaba de vuelta a cuando Hagrid vino a decirme que iba a ir a Hogwarts. Cuando abra los ojos estaré en casa con Ginny.

Unos ruiditos sonaron de repente.

Y ahí está Hedwig Jr. llamando a la ventana, pensó Harry con alivio sin levantarse aun.

.Tap.

"De acuerdo", murmuró Harry, "ya me levanto."

Se incorporó y el abrigo de Hagrid se le cayó.

La cabaña estaba llena de luz del sol, la tormenta ya había pasado, Hagrid estaba dormido el sofá y había una lechuza raspando una garra en la ventana con un periódico en el pico.

A Harry se le encogió el corazón. No había sido un sueño después de todo. Con presteza le pagó a la lechuza y le pasó el Diario del Profeta a Hagrid. Luego escuchó con paciencia como el semigigante le contaba acerca de Gringotts. Entonces cogieron el bote de los Dursleys y se dirigieron a Londres y al Callejón Diagon.

Dejando a los Dursleys en la isla. Es de lo que se dio cuenta Harry con una sonrisa maliciosa. Sabía que llegarían a casa antes que él y además, les estaba merecido.

Enseguida se encontraron en el Caldero Chorreante. Como la vez anterior, todo el mundo estaba ansioso por chocar su mano.

Al final, un joven pálido se dirigió hacia Harry, su ojo izquierdo con un violento tic.

"¡Profesor Quirrell!" dijo Hagrid. "Harry, el profesor Quirrell será uno de tus maestros en Hogwarts."

"P-P-Potter", tartamudeó el Profesor Quirrell, aferrándose a la mano de Harry, "no t-te haces una idea lo e-encantado que estoy de conocerte."

Por un momento Harry se preguntó como era posible que pudiera soportar tocarle, pero se dio cuenta de que no debía de haber sido poseido todavía. Probablemente no ocurriría hasta que fallara en hacerse con la piedra. También se preguntó por qué demonios tuvo la necesidad de tartamudear todo el año. Podía aparecer perfectamente inocente (especialmente comparado con Severus Snape) sin necesidad de ello, y francamente resultaba bastante molesto. Y por otra parte, según las memorias de Snape, Dumbledore había estado al tanto de Quirrell desde el principio.

Supuso que Hagrid decidió no mencionar que este era el primer año de Quirrell enseñando para no asustarlo con lo de la maldición del trabajo de Defensa Contra las Artes Oscuras. Harry decidió sacar a colación el tema.

"Así que, ¿Cuánto tiempo lleva enseñando?", le preguntó.

"B-B-Bueno, en realidad e-este es mi p-primer año, pero estoy muy e-excitado", dijo Quirrel un poco tímido.

"¿Qué materia enseña?", le preguntó Harry aunque conocía la respuesta, pero esa era el tipo de cosas que uno le pregunta a sus futuros profesores.

"D-Defensa Contra las A-Artes O-Oscuras" murmulló el Profesor Quirrell, como si no quisiera pensar en ello.

Sí, Quirrell y su maestro, Voldemort probablemente serían MUCHO más felices sin esas molestas cosas como enseñanzas en contra de las Artes Oscuras.

"N-No es que tú lo necesites, ¿eh P-Potter?" se rió nervioso. "Estarás consiguiendo todo tu m-material, supongo. T-Tengo que ir a recoger un libro acerca de v-vampiros, yo m-mismo." Parecía aterrorizado solo de pensarlo. Harry se maravilló al pensar en el hecho de que esta era la primera persona que intentó matarlo, que él recordara al menos.

Los otros clientes del bar los interrumpieron y le costo diez minutos a Hagrid rescatarlo del gentío de admiradores.

Las cosas fueron más o menos lo igual hasta que llegó el momento de ir la tienda de Madam Malkin a recoger su uniforme.

Al entrar Harry se congeló. Casi se había olvidado de su primer encuentro con Draco Malfoy, aquí justo antes de que cada uno supiera nada acerca del camino que había sido elegido para el otro. Porque eran archienemigos. Antes de averiguar que Draco, si bien era sin duda desagradable, no era malvado y más o menos se había redimido a sí mismo.

Hm, pensó Harry. Esto puede ser divertido.

"Hola", dijo Draco. "¿Hogwarts también?"

"Sí", contestó Harry.

"Mi padre está enfrente comprando mis libros, y madre al final de la calle mirando varitas", dijo Malfoy. Tenía la misma cadencia de palabra lenta y aburrida a los once años que a los veintitrés.

"No tiene mucho sentido hasta que llegues allí, ¿no?

"Cierto, pero necesita hacer algo mientras yo estoy aquí. Después de eso voy a arrastrarlos a mirar escobas de carreras. La verdad es que no entiendo por qué los del primer año no pueden tener una. Creo que voy a insistir a padre para que me consiga una y ya la meteré de contrabando como sea."

"No creo que registren el equipaje, así que si simplemente la encoges puedes llevarla y desencogerla una vez ya estés allí. Por supuesto, tendrías que decir que es de un estudiante mayor si alguien pregunta, pero no debería ser muy difícil", le sugirió Harry.

Draco le echó una mirada aprobadora a Harry . "Podría funcionar. Tendría que aprender como desencoger objetos, pero hasta entonces un estudiante mayor podría hacerlo también. Dime ¿tienes tú una escoba propia?"

"De momento no", contestó Harry sin comprometerse.

"¿Juegas a Quidditch?"

"Por supuesto, soy Buscador. ¿Y tú?"

"Lo mismo. Padre dice que sería un crimen si no me eligieran para jugar en mi casa, y debo decir que estoy de acuerdo. ¿Sabes ya en qué casa vas a estar?"

"Creo que me gustaría estar en Gryffindor. He oido que hacen las mejores fiestas."

"Bueno, está bien , si eso es lo que te gusta. Yo voy a estar en Slytherin, toda nuestra familia ha estado ahí-"

"Bueno, está bien , si eso es lo que te gusta", le interrumpió Harry, y podría asegurar que vio una mueca en la boca de Draco.

"Imagina ser un Hufflpuff, creo que abandonaría la escuela, ¿no crees?"

"Bueno, tanto como ABANDONAR…es un pelín drástico, pero sin duda desertaría de la casa. Quiero decir, Hufflepuff suena como una marca de marshmallows o almohadas o algo parecido."

Esta vez sabía que no se lo estaba imaginando. Draco Malfoy estaba conteniéndose la risa por algo que él, Harry Potter, había dicho. ¡Nunca pensó que llegaría a ver el día! Esto en realidad estaba siendo bastante divertido. ¿Cuál era la razón de que no fueran amigos?

"¡Mira a ese hombre!", Harry se giró hacia donde Draco estaba señalando para ver a Hagrid por detrás de la ventana, sonriéndole a Harry y apuntando a dos enormes helados como la razón de que no podía entrar.

"Ese es Hagrid. Trabaja en Hogwarts."

"Oh, he oído hablar de él. Es una especie de sirviente, ¿no?" Oh, esa era la razón.

"Es el guardabosques"

"Lo que he dicho", dijo Draco con impaciencia.

"No, no es lo mismo, hay una diferencia entre un guardabosques y un sirviente. Quizá no mucha diferencia, pero sin duda una que cualquier Señor de Mansiones debería conocer", dijo Harry sabiendo perfectamente que Draco heredaría la Mansión Malfoy algún día. Con gusto se dio cuenta de que a Malfoy se le pusieron las orejas de color rosa.

"He oído que vive de manera salvaje en una cabaña en los terrenos de la escuela y que de vez encuando se emborracha, intenta hacer magia y le prende fuego a su cama."

"Bueno", dijo Harry mientras recordaba como Hagrid había cargado con él cuando casi resultó muerto por Voldemort y luchando por mantener la calma, "apostaría a que es un poco difícil hacer magia mientras se está borracho incluso bajo las mejores condiciones. Y no todo el mundo puede vivir en Mansiones. Si lo hicieran, entonces ya no sería tan especial, no crees, y la gente tendría que encontrar otras maneras de lucir su riqueza."

Draco inclinó la cabeza en afirmación al considerarlo. "Tienes razón, nunca pensé que diría esto, pero los Hagrids del mundo son necesarios para mostrar el contraste con el tipo adecuado de gente." Harry sabía exactamente lo que quería decir con lo de 'tipo adecuado de gente', pero hizo como que no para evitar una escena. "Eh, ¿está contigo?"

"Sí", dijo simplemente Harry.

"¿Por qué?¿Dónde están tus padres?

"Godric's Hollow."

"¿Y por qué no han venido contigo?"

"Bueno, lo hubieran hecho, pero el caso es que fueron asesinados por Voldemort", explicó Harry.

A Draco se le ensancharon los ojos. "Has dicho el nombre del Señor Oscuro!"

"Sí, eso he hecho."

Draco no parecía encontrar nada que decir a eso, así que preguntó, "Pero eran de los nuestros, ¿no?"

A Harry le costó mucho trabajo no poner los ojos en blanco. "Si no lo fueran, ¿por qué iba Voldemort a molestarse con ellos personalmente? Estaba bastante ocupado hacia el final, he oído, y tenía a otra gente para matar Muggles por él"

"A los nacidos de Muggles no se les debería permitir la entrada en Hogwarts, ¿no crees? No son como nosotros; no han sido educados en nuestros modos. Algunos ni siquiera han oído hablar de Hogwarts hasta que reciben la carta, imagínate."

"Bueno, no creo que sea que no hayan oído hablar de Hogwarts lo que debería preocuparte, per se, tanto como que no hayan oído de la magia o no sepan nada de nuestra cultura", dijo Harry sin gustarle su propia respuesta.

"Sí, eso es exactamente por lo que deberían mantenerlo en las antiguas familias mágicas. ¿Cuál es tu apellido, por cierto?"

Antes de que Harry pudiera contestar, Madam Malkins dijo, "Ya lo tienes listo, cariño." Por un momento Harry se preguntó por qué lo suyo estaba preparado antes cuando había entrado después que Draco, pero decidió que en realidad no importaba.

"Bueno, supongo que te veré en Hogwarts" dijo Draco.

"Hasta luego. Mira a ver si puedes adivinar mi apellido y me lo cuentas en el tren,"

"Eso haré" dijo Draco con determinación.

Poco después de eso, Harry y Hagrid compraron todos sus suministros y se encontró de vuelta con los Dursleys. El último mes no resultó ser tan malo. Sus Tíos lo ignoraron casi todo el rato y Dudley salía corriendo de la habitación cada vez que veía a Harry. En realidad no estaba tan mal, de todos modos ya tenía mucha experiencia con gente ignorándole y/o temiéndole en su primero, segundo, cuarto y quinto años por ser descubierto mientras de deshacía de Norbert, hablar Parsel, ser el cuarto campeón y por ser un mentiroso esquizofrénico, respectivamente.

Una cosa de la que se aseguró fue de memorizar el libro de pociones. No iba a arriesgarse ahí. Tal vez Snape estuviera enamorado de su madre, pero había odiado a Harry con toda su alma hasta el momento de su muerte.

El último día de Agosto Harry bajó a la sala de estar y se aclaró la garganta mientras veía divertido como Dudley pegaba un grito y salía corriendo de la habitación. Harry supuso que eso era lo que sucedía cuando los padres de Dudley lo animaban a hacer miserable la vida de Harry sin mencionarle nada acerca de los poderes mágicos de Harry. "Um- ¿Tío Vernon?"

Tío Vernó gruñó para demostrar que estaba escuchando.

"Necesito estar mañana en la estación de King´s Cross para ir a Hogwarts." Otro gruñido. "¿Harías el favor de llevarme?" Gruñido. "Gracias."

"Curiosa manera de ir a una escuela de magos, el tren. ¿Se agujerearon las alfombras mágicas, entonces?"

"No, pero son ilegales en Gran Bretaña, y dudo que se fiaran de nosotros para ir directos a la escuela y sin ser vistos si cada uno de nosotros tuviera una. Sin mencionar lo caro que sería…"

"¿Dónde está esta escuela, de todos modos?"

"Escocia"

"¿No puedes ser más específico?, le preguntó Tío Vernon.

"¿Acaso estás planeando algo para el Día de la Familia?"

Tía Petunia parecía horrorizada. ¿Ahora tienen Día la Familia?"

"Está bien, te llevaremos a King´s Cross. Tenemos que ir a Londres mañana de todos modos, o si no no me molestaría."

"Genial" dijo Harry al salir. Pensar que solo un día más y estaría de vuelta en Hogwarts. Y… también vería a Ginny, aunque solo fuera brevemente.

Sí, esto podría funcionar después de todo, si es que esta vez podía mantener a raya su genio y no alienar a la prensa y al Ministerio.

Madre mía. Estos iban a ser unos LARGOS siete años.