Este mini-fanfic que cuenta con 3 capítulos fue escrito inicialmente como un one-shot, el cual decidí "remasterizar" y desde luego mejorar para todos ustedes, mis queridos lectores, a modo de celebración por los 350 reviews de "Lento Sangrar", otra de mis historias.

La historia está inspirada por las canciones "¿Porqué no?" de Laura Pausini y "El final del cuento de hadas" del Chojin, así que si pueden, lean el fanfic con estas canciones de fondo.

Les agradezco con todo mi corazón el apoyo que me han brindado y espero que sigan animándome. Ojalá disfruten este pequeño fanfic y me hagan feliz dejando sus comentarios...es tan sencillo como presionar "GO"

Atte. Aimé

No me demoro más: 3, 2, 1...¡Comenzamos!


¿POR QUE NO?

I


Una fiesta en pleno apogeo, para ser más exactos: una reunión de ex-alumnos en auge...charla por todas partes, viejos recuerdos y nuevos sucesos, risas y champagne, todos entrelazados en un ambiente de cordialidad en un elegante salón de fiestas; todo sería condenadamente perfecto y normal de no ser porque estos "ex-alumnos" pertenecieron años atrás a Howarts, la prestigiada escuela de Magia y Hechicería...

-Hermione ¿cómo has estado? Hace meses que no te vemos, creo que desde la boda...-exclamó una pelirroja de dulce mirada.

-Estoy bien Ginny, siento no haberles hablado o escrito a ti y a Harry, pero es que estado muy ocupada con... - la castaña dirigió una tímida mirada hacia Draco Malfoy, quien se encontraba a unos cuantos metros de ella, conversando con sus viejos compañeros de Slytherin.

-Ah, ya veo... - susurró la pelirroja guiñándole el ojo - Supongo que él es la razón que te ha impedido llamarle a mi hermano como se lo prometiste hace meses.

La castaña enrojeció profusamente y asintió con lentitud. - Lo siento... - dijo apenada.

-Pues deberías ir a verlo y darle tu misma esas disculpas, está por allá...- dijo señalando al lado opuesto - está ansioso por verte.

-Pues se quedará con las ganas.-dijo una voz a espaldas de Ginny

-Vaya Draco, veo que sigues tan entrometido como siempre...

-Lo mismo digo "pobretona", así que es mejor que le digas a tu "hermanito" que ni se le ocurra acercarse a Hermione...

-Vamos, no peleen...-trató de intervenir Hermione.

Draco sólo la ignoró.

-Creo que no será necesario ser tu intermediaria...-exclamó irritada la ex-gryffindor - ¡Mira, hay viene Ron...!

-Bien, en ese caso podré decírselo yo mismo.-dijo el rubio de manera petulante avanzando hacia el Gryffindor.

Hermione tomó el brazo de Draco y lo miró de forma suplicante.

-Por favor...no hagas un escándalo, aquí no...

Como toda respuesta el Slytherin miró a la castaña de una manera tan fría que parecía decir "cállate"

Al encontrarse, ambos se miraron con desprecio y el clima se volvió tenso, sin duda todo el salón lo notó...

-Malfoy.-dijo el pelirrojo en forma despreciativa.

-Weasley.-exclamó el rubio como si tan sólo pronunciar su apellido le causara asco.

Ron pareció ignorarle, pues de inmediato centró su atención en la frágil figura que se encontraba detrás de Draco. ¿Era su impresión, o Hermione se veía...temerosa?

-Herm...¿cómo has estado pequeña? - susurró abrazándola y se sorprendió al notar que estaba temblando...

-Bi...bien.-musitó la castaña tartamudeado.

-Excelente.-corrigió Draco abrazándola posesivamente- MI PROMETIDA y yo hemos estado muy bien.

-Me alegra...-dijo el ex-gryffindor mirando únicamente a su amiga.-¿Te gustaría pasar unos días en mi nueva casa?-preguntó- Como sabrás, gracias a mis nuevos negocios he podido trasladarme a una mansión muy amplia cerca del mar; creo que te haría mucho bien, te veo algo pálida...- acarició suave y dulcemente el rostro de Hermione.

-Me encant...-pero la castaña no pudo terminar su frase pues su "prometido" la interrumpió.

-No podremos ir...lamentablemente tenemos unos compromisos inaplazables-musitó con una burlona sonrisa.

Ron hizo una mueca de disgusto-Aún así, la invitación sigue abierta...-dicho esto abrazó de nuevo a su amiga y se despidió.-adiós Herm, espero verte pronto...¡Vamos Ginny!, como Harry no pudo venir esta preocupado y quiere que lleve a su esposa "sana y salva" a casa.

Los hermanos Weasley se retiraron y la reunión terminó poco después, Draco lucía tenso mientras acompañaba a su novia al interior de su automovil.

-¿Porqué?

-¿Porqué, qué?-preguntó el rubio ayudando a subir a su prometida a un lujoso automóvil deportivo.

-¿Porqué no me dejaste ir a casa de Ron? - preguntó un tanto agitada - Sabes tan bien como yo cuanto necesito un "cambio de aires"...

Una vez puesto en "marcha" el auto, el rubio exclamó:

-Con que necesitas un "cambio de aires" ¿no? - pregunto burlón- En ese caso te llevaré a la mansión de varano de los Malfoy, también esta junto a la playa y tiene hermosos jardines, mi madre se encargaba de cuidarlos.

-Yo preferiría...

-¡Me importa un comino lo que tú prefieras!-gritó furioso golpeando el volante con la palma de su mano.- ¿Crees que no vi como te observaba ese estúpido Weasley¡Te desnudaba con la mirada! y esas dos veces que te abrazó, o cuando acarició tu rostro... ¡Tuve que contenerme para no caerle encima a golpes¡Maldición...eres mi prometida y harás lo que yo diga!

-¡El que sea tu prometida no quiere decir que te pertenezca!

Draco paró violentamente el auto.

-Aún si no fueras mi prometida, tú me perteneces y lo sabes ¿no?

Hermione bajo la mirada, pero el rubio le tomó por el mentón y levanto su rostro hacia él...

-¿Lo sabes...?-volvió a preguntar.

-Lo sé... - respondió la castaña - "Si que lo sé"- pensó.

Ella refirió no discutir más...Draco estaba tan diferente, ya no era el chico del que se enamoró al salir de Howarts; ahora a sólo 5 años de la graduación, era todo un hombre, intachable, capaz y recto; pero con un corazón de hielo y la mirada aún más fría de lo que recordaba; ahora era un hombre que más que ternura, le infundía miedo.

Flashback

-¿Qué te ocurre Malfoy?

-¿Qué es lo que quieres? - respondió el rubio con ira.

- Nada, es sólo que me intriga saber que haces aquí en el lago tan "pensativo"¿Al fin llegó el día en que se activo tú única neurona?

-Te lo advierto: vete de aquí sangre sucia.

-¿Y si no quiero? - preguntó ella con altanería - el lago es libre…

Al ver la seriedad del rubio ella se preocupó.

-Dime que pasa, se que no somos los mejores amigos, pero llevamos compartiendo la misma Sala Común desde hace un año.

-Mi madre…murió.-contestó él con un nudo en la garganta.

-Lo…lo siento, yo no lo sabía.

-No importa, ya era tiempo, después de que mi padre murió en Azkaban, mi madre ya no tenia deseos de vivir, fue una cobarde…se dejó morir.

-No digas eso…al menos tú conociste a tus padres, yo en cambio me enteré de que soy adoptada justo cuando mis "padres" murieron protegiéndome, en la última batalla…

-Lo sé…es curioso ¿no?- musitó el rubio con ironía – llevo años llamándote "Sangre sucia"y finalmente resulta que tu sangre es tan pura como la mía.

-Al fin lo admites…-dijo la castaña dedicándole una dulce sonrisa.-¿Sabes?yo también me he quedado sola, así que si quieres puedes desahogarte conmigo.

Sin saber porqué, Draco le tomó la palabra, al principio empezó a hablar sobre sus padres, a quejarse, a maldecirlos...a recordarlos, y de nuevo, sin saber cómo, termino recostado en el regazo de la chica mientras ésta le susurraba palabras de consuelo.

-Parece como si nunca hubieramos sido enemigos.

-Nunca lo fuimos en realidad...

-Tienes razón. - concedió ella – Ya debo irme...

Draco extendió una mano y la retuvo por la muñeca.

-Tú lo has dicho, ambos estamos solos...Así que, tal vez podríamos juntar nuestras dos soledades…-dijo de pronto el rubio.

Hermione se sorprendió ante tal petición, pero le sonrió y un momento después asintió con dulzura…¿Qué tenia que perder?

Fin del Flashback

El camino de regreso a casa fue silencioso, Hermione se frotaba las manos dándose calor, a pesar de que el rubio le había colocado encima su capa y había encendido la calefacción del auto; en realidad el frío era lo que menos le importaba a Hermione, sólo podía pensar en lo distante que había estado Draco los últimos meses, desde que se anunció su compromiso.

- "Sin duda cree que me tiene segura sólo porque nos comprometimos" - pensaba la castaña - "Ha cambiado tanto...¿qué pasaría si lo dejara?"- se preguntó ella mientras un escalofrío, producto del remordimiento recorría su espalda.

Volteó a ver a su novio quien estaba concentrado estacionando el convertible...desde aquel día no se habían separado. Seguramente nunca lo harían.

-Al fin llegamos... - anunció Draco abriéndole la puerta a Hermione.

-Si...al fin.-dijo ella sin el menor rastro de emoción en el rostro.

-Herm...- masculló el abrazándola - lo siento, no quise decir todas esas cosas, entiende, me pongo como loco cuando te veo con alguien más.

-Lo sé, pero no entiendo porqué.

-¿No te das cuenta? - preguntó acariciando los rizos de la castaña - quiero que sólo tengas ojos para mi...

Ahora tomó suavemente el mentón de Hermione y le dio un cálido y dulce beso en los labios.

-Sabes que detesto ver esa carita de preocupación...Vamos, perdóname...¿sí?

La castaña se preguntó como lo hacía. ¿Cómo podía ser un en momento el tipo más frío y posesivo del mundo, y al siguiente volver a ser aquel Draco del que me había perdidamente enamorado?

Las preguntas se agolpaban en la mente de Hermione cuando Draco la besaba y acariciaba de esa forma...

Eran esos simples momentos en los que podía convertirse en aquel hombre dulce y amoroso, cuando todos los problemas y disputas quedaban atrás para la castaña, en esos momentos olvidaba por completo los malos ratos y era de nuevo feliz.

-Te amo...

Y también era por esa simples palabras que se reprochaba asimisma por los pensamientos que tenía cuando deseaba huir de él y alejarse de su lado, cuando el lograba que ella se sintiera culpable por tan sólo pensarlo; era por esas simples palabras y esos gestos dulces que recordaba que aún amaba a Draco Malfoy...

-Y yo también.

Hermione decidió perdonarlo, como lo hacía siempre. Draco sabía que podía dominarla a su antojo, que tenía un poder que nadie más tenía sobre ella: Amor.

Ese sentimiento era un arma de doble filo, con el que podías "lastimar, o ser lastimado", y Draco lo sabía la perfección, pues su propio padre se lo había enseñado...

"Recuerda Draco, las mujeres son tan sentimentales que si logras que una de ellas te ame, te seguirá incondicionalmente y podrás obtener cualquier cosa de ella, pero también ten cuenta que jamás debes enamorarte, y por ende: entregarlo todo, pues de lo contrario tú serás el dominado..."

-"Eso jamás pasará"- se repetía el rubio cada noche desde hacía cinco años, cuando había empezado a salir con la castaña.


Había temporadas buenas y malas, y también días buenos y malos...

-Draco ¿dónde has estado?

-¿Porqué la pregunta? - respondió el rubio - ¿Acaso no puedo salir a despejarme ni siquiera un poco…? - preguntó él tambaleándose.

-¿Porqué la pregunta? - repitió ella - ¡Mírate...estas ebrio¿Hace cuánto has estado bebiendo?

Draco pareció pensarlo unos momentos.

-Pues hasta hace una hora seguía sentado cómodamente en un bar, bebiendo tranquilamente, cuando de repente una mujer muy hermosa se me acercó...

Hermione estaba apretando fuertemente los dientes.

-Y me recordó a ti...

-¿Ah sí? Es decir que necesitaste que una mujer se acercara a coquetearte para recordar que tenías una cena pendiente con tu prometida…

-Si lo dices de esa forma…si. - admitió cínicamente.

-Pues bien¿qué te parece si ahora soy yo la que salgo a un bar y cuándo vea a un tipo parecido a ti regreso?

Draco dejó de tambalearse y cambió su semblante hasta volverse duro.

-Tú haces eso, y yo te mato.

Hermione se asustó ante tales palabras. Había que tener cuidado con Draco, pero sabía que a pesar de todo, el jamás le haría daño; además¿Quién le haría caso a las amenazas de un borracho?

-Si Draco…lo que digas.-exclamó dándole la espalda.

El rubio la tomó bruscamente por un brazo, la miró a los ojos y la besó con brusquedad, su aliento olía a whisky, algo que extrañamente no desagradó a la castaña quien no tuvo tiempo de reaccionar.

Draco la aventó a bruscamente a la cama, se dio la vuelta y cerró la puerta de un solo golpe. Ella se quedó confundida unos instantes. ¿Eso es todo lo que haría?

Al dirigirse a la puerta y girar la perilla se percató de lo en realidad pretendía Draco…

-Draco...¡no me puedes dejar aquí encerrada!-primero gritó con desesperación, pero poco a poco su voz se fue apagando y entre sollozos murmuraba: - Abre Draco…abre la puerta, no me puedes hacer esto…

Pero ya nadie respondía…él se había ido.


-Herm, ya regresé…mira lo que te traje…

Draco colocó la llave en la cerradura y entró en silencio a la recámara con un ramo de flores en una mano y una gargantilla de diamantes en la otra, sintió un nudo en la garganta al ver a su novia profundamente dormida en el piso, con los ojos hinchados y rastros de lágrimas secas surcando su angelical rostro. Justo a la entrada de la habitación.

Allí estaba ella, la mujer con la que pronto compartiría el resto de su vida, la próxima madre de sus hijos (al menos eso deseaba), tal como lo había dicho su padre, tan…incondicional.

-Cariño...

Se agacho ante la frágil figura y la tomó en brazos, después con delicadeza la recostó en la cama y se dedicó a observarla dormir… Se preguntó como había sido capaz de hacerla llegar a tal estado, por un momento sintió el dolor del arrepentimiento, pero un Malfoy nunca se arrepentía ¿no es verdad?

- "Vamos Draco…acéptalo: te enamoraste.


El sol lastimó su rostro. Al abrir los ojos lo primero que encontró frente a ella fue el rostro afligido de Draco.

-Al fin despiertas querida

-Draco…

-Shu, shu, shu…no hables. - Ordenó poniendo un dedo en los labios de Hermione.

-Sé que lo he dicho muchas veces y que tal vez no me creerás, pero lo siento tanto.

-Me encerraste…estuve gritando toda la noche hasta quedarme dormida…¡no vayas a decir que esto fue culpa del alcohol, porque sé que hubieras hecho exactamente lo mismo incluso estando sobrio!

-Lo sé y lo siento, pero déjame recompensarte…-musitó enseñándole las flores y la gargantilla.

-¡Ni sueñes que conseguirás mi perdón con joyas y flores!

-Entonces, habrá otras formas de conseguirlo…-le susurró Draco al oído, a la vez que besaba su cuello, su frente, mejillas párpados y labios, y mientras mordisqueaba con suavidad una de sus orejas.

Hermione adivinó de pronto sus intenciones, pero ya era tarde para huir. Esos fieros ojos grises llameaban. Bajó pesadamente la boca hacia la de ella, en un beso triunfante. La castaña permaneció petrificada por un instante fuera del tiempo. No podía moverse, no podía siquiera pensar. Nada de cuanto hubiera experimentado la había preparado para el acercamiento de Draco.

Él gruñó flexionando la mano con sorprendente suavidad contra el cuello de la castaña, siguiendo en el pulgar la línea de su mandíbula. Un momento después la acercaba contra el calor de su propio cuerpo.

-Cariño...te deseo.

No lograba recuperar el aliento. Después de la sorpresa inicial, por ella corrió una excitación refulgente. Sin voluntad consciente, hundió los dedos en los rubios cabellos del Sly. No sabía si trataba de rechazarlo o de acercarlo aún más.

Draco hizo una mueca ante el contacto. Bajó otra vez la cabeza, moviendo la boca contra la de ella con asombrosa ternura, y le entreabrió los labios. La castaña cayó en la cuenta, y aunque vacilando, obedeció esa orden silenciosa.

Cuando la lengua de Draco se hundió en su calor con desconcertante intimidad, gimió suavemente y se dejó caer contra él. Como si fuera la primera vez que la besaban de ese modo.

-Eres tan delicada...

La castaña, estremecida, se dejó levantar contra ese pecho. Él la alzó sin esfuerzo. Sin detenerse a pensar, Hermione le echó los brazos al cuello para rozarle tímidamente la boca con los labios, se sentía aturdida por las emociones que la recorrían. Tocó apenas la cara del rubio con una sonrisa trémula.

Draco pareció sobresaltarse por un instante. Sus ojos lanzaron una llamarada. Luego, con expresión endurecida, la depositó lentamente sobre la cama...


-Ah...Ahhhhh...Draco…-exclamó Hermione al llegar al clímax, al mismo tiempo que el rubio emitía un gruñido algo ronco al llegar el éxtasis.

-Te amo.

Hermione se sorprendió y lo miró con incredulidad.

-¿Qué sucede?- preguntó Draco confundido.

-Nada, es sólo que jamás, me habías dicho que me amabas…

-"¡Es cierto!"- se reclamó internamente: -"Que error acabas de cometer"

-Repítelo. - pidió la castaña.

-¿Qué parte?- preguntó él con una pícara sonrisa.

-La parte en donde dices que me amas…-musitó la castaña acurrucándose en el pecho del Slytherin.

-No. –respondió cortante.

-Vamos…por favor…-ronroneó como una gatita.

-No importa lo que hagas, no volveré a decirlo.

-Vamos, sino tendré que usar mi arma secreta…

-No lo harías... - la retó él.

-Si que lo haré…

-No...

-¡Ataque de cosquillas!

El rubió empezó a retorcerse de risa.

-Jajaja…jajaja…¡Basta Hermione! - exclamó él - Esta bien: te amo.

-Repítelo…

-Te amo, te adoro...

-Eso esta mejor. - susurró la castaña abrazando sensualmente a su prometido.

-Draco¿podrías jurarme algo?

-Depende…

-Júrame que nunca me dejarás.

Draco la miró con una dulzura impropia de él.

-¿Acaso es necesario que lo jure¿no lo sabes aún?...JAMÁS te dejaré…

Continuará...

¡Espero sus reviews, nos vemos en el siguiente capítulo!