Humillación.
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Cuando Hinami quiere darse cuenta ya está enredada entre las garras del conejo. Cuando su olfato se dispara y ella recorre las calles mojadas por las lluvias de Septiembre y lo odia sólo un poco. Cuando recuerda a Touka y el cabello púrpura tiene peso sobre sus párpados y neuronas. Cuando se da cuenta de que ha perdido no sólo lo batalla, ha perdido la vida entera cazando entre botes de basura y contenedores industriales.
Es en las noches cuando la sangre se aglomera en el callejón y ella sabe que el demonio con orejas de conejo la está observando; siente las orbes negras y los ojos rojos, oscuros y rebalsando de pecados como su propia condición ¿Cuándo fue que las cosas se retorcieron tanto para que estuviera allí, desgarrando la piel de otro ghoul y quebrando los huesos hasta que los sonidos resbalaran por sus oídos?
¿Cuándo dejó la inocencia a un lado para volverse esa basura?
—Oye, Hinami.
Y entonces la voz lúgubre tiene peso sobre sus oídos de la misma manera que el color púrpura en sus ojos malditos con esa sombra del pasado; es cuando recuerda a su madre mientras observa en cadáver destazado bajo ella y la sangre le mancha las mangas de su vestido. Cuando Ayato la llama porque no le gusta que se llame basura.
Pero Hinami se siente como basura.
Se siente sucia.
Se siente atrapada en una oscuridad densa y fría, que le desgarra la garganta con sus garras ensombrecidas cada vez que Ayato le besa el cuello y siente la piel arder, cuando siente que morirá en cualquier momento. Termina por levantarse de su lugar ante la insistencia muda del peli-violáceo y se pregunta si algún día será capaz de dejar de sentirse tan basura como lo hace ahora.
—No lo eres, pero no lo entiendes porque Anteiku te hizo creer que también podías ser humana.
Y una risa apagada florece de los labios del chico; porque corromper a Hinami le produce cierto placer infausto, uno que le recorre las arterias bajo los ojos y que inyecta todo su cuerpo de sangre. Hace que el éxtasis gorjee cuando la observa tan violenta desde las azoteas acabar con los ghoul. Le gusta verla así de humillada, así de confianzuda y así de perdida. Le gusta.
¿Quién dice que alguien como Ayato no puede caer de a poco en la depravación que lo incita con esos ojos oscuros?
Ésto ocurre cuando ves el anime y te das cuenta que no está basado en el manga y odias a todo el mundo(?).
