Capítulo uno: Prólogo.

La tierra estaba en paz. Hace tres años que destruyeron a Sailor Galaxia y Darién se fue a los hace un año, todavía le quedaba otro para estudiar la carrera de medicina. Serena estaba rara, su novio no la llamaba tan seguido ahora. Antes la llamaba cada día y ahora tan solo tres veces por semana pero lo peor de todo es que no le molestaba eso.

-¿Por qué?- Se preguntaba ella.- Si yo lo sigo amando... ¿Por qué no me entristece que no me llame ni me escriba?- En esos momentos, una estrella fugaz se dejó ver en el cielo estrellado. -¿Estarás viendo el mismo cielo que yo, Darién? Espero que no tengas otra porque sino...- Se deshizo de esa idea y se fue a la cama. Aquella noche soñó con su futuro, recordando todo lo que tendrían que vivir para cumplirlo.

Darién se despertó muy temprano, tenía la sensación de que hoy iba a pasar algo aunque no sabía si sería bueno o malo. En dos semanas se iba a casar con la rubia de coletas pero... ¿Por qué no estaba emocionado? Eso era lo que querían: Casarse. En un futuro cercano tendrían una hija y crearían la utopía de Tokio de Cristal. Se levantó y se duchó, decidió salir a pasear un rato por la ciudad porque hoy era festivo allí. Estaba caminando tan tranquilo cuando se chocó con alguien.

-Perdone. ¿Se encuentra bien?-

-Sí, gracias.-

Cuando se cogieron de la mano, un sentimiento cálido les recorrió a ambos y, como si una fuerza les atrajera y se besaron. La cogió en brazos y la llevó a su departamento y allí ambos se amaron. Para cuando el pelinegro se quiso dar cuenta, ya era demasiado tarde. Alguien descansaba en su pecho pero no se sentía culpable de nada, era una sensación de bienestar que con su cabeza de chorlito no sentía desde hacía tiempo.

-No he preguntado tu nombre.- Dijo acariciándole el pelo rojizo a la chica.

-Me llamo Kakyuu. ¿Y tú?-

-Darién Chiba, a su servicio damisela.-

En esos momentos, a Serena le recorrió un escalofrío. Tenía unas ganas tremendas de llamar a su prometido pero no lo hizo. Quizá porque sabía que había alguien más en su departamento pero, curiosamente, no sentía celos, ni rabia ni tristeza. El amor se acabó entre ellos dos y decidió que ahí no pintaba nada en esos momentos. Cogió el bolso y las llaves y salió de ahí, dispuesta a olvidarlo todo durante un rato.

Estaba recorriendo las mismas calles que hacía con él. Una nostalgia invadió todo su ser. Iba pensando cuando se chocó con alguien.

-Lo siento. ¿Te has hecho daño?- Preguntó el chico.

-No, tan solo iba distraída.- Al momento de mirarse, se quedaron viendo a los ojos.

Ese chico era muy guapo, tenía el cabello azul y corto, sus ojos eran color dorado y marrón claro, sus hombros eran bastante anchos y parecía estar bien formado su torso. Sin camiseta se debería ver bastante bien... Y se sonrojó ante tal pensamiento.

-¿Pero qué estoy diciendo? Yo tengo a mi Darién aunque no me llame...- Pensó la rubia bajo la atónita mirada del chico de ojos dorados, el cual sonreía dulcemente.

-Quiero disculparme mejor contigo. ¿Puedo invitarte a un trozo de pastel? Tengo la ligera impresión de que te gustan mucho...-

Oh, ese chico si sabía lo que a ella le gustaba pero con tan solo tocarla... Eso le dio muy mala espina y apartó la mano un poco bruscamente. Al escuchar el suspiro de su acompañante la conciencia apareció. ¿Y si lo había herido con ese gesto?

-No te preocupes, estoy acostumbrado a que se queden así cuando toco a alguien.- Entonces no estaba enfadado con ella.

-Está bien, acepto la invitación pero seré yo quien lo pague por haber sido borde contigo.-

-Insisto, yo te invitaré hermosa dama.- Se arrodilló como un caballero, la cogió de la mano y se lo propuso de otra manera al ver que no aceptaba del todo:

-Sería un gran honor para mi que tan bella dama estuviera a mi lado la tarde de hoy.- Le besó la mano a la antigua y se sonrojó.

¿Qué le pasaba con ese chico? Era increíblemente hermoso, caballeroso y talentoso. Así no pudo negarse y le ofreció el brazo el cual ella lo cogió gustosamente mientras que en el otro lado de la acera Luna miraba toda la escena con cara preocupada. Ese chico no le caía bien pero lo recordaba de algún lado pero no sabía de dónde así que los siguió

Mientras, Darién estaba hablando con Kakyuu de todo lo que pasaría en el futuro.

-Y eso es todo. Tengo un maldito destino que cumplir junto a una mujer que no amo.-

-Bueno Dar, ya lo solucionaremos como sea.- Y volvieron a besarse, cayendo en la tentación otra vez.


Yehaaa, Es un SerenaxOwen. ¿Quién es Owen? Pues un personaje que una autora de fanfiction se inventó, éste tiene un romance con serena y quise hacerle un tributo porque está buenísimo... En realidad es Len Tsukimori, búsquenlo y luego juzguen... Está... (Ojos de corazoncito).

Será un KakyuuxDarien y un OwenxSerena así que no me matéis xD.

¿Por qué los nombres en Español-latino? Porque mira, cuando me da la vena estúpida, pues se me va la olla xD