VOLVERTE A AMAR – CAPÍTULO 1

-MARINETTE-

—¿Has visto estos diseños?

—¡Sí! ¡Son muy buenos!

—Y lo más increíble de estos diseños, ¡es que la diseñadora sólo tiene veinticuatro años! Y ya posee tiendas en Nueva York, Londres, Madrid, Roma, Hong Kong y en pocos meses abrirá una en París

—¡¿Veinticuatro años?!

—¡Sí! Exactamente como dices, veinticuatro años. Y según he escuchado es toda una belleza

Eso es lo que siempre escucho cuando paro en un café cerca de mis tiendas; al inicio era algo vergonzoso porque nunca me había sucedido, pero con el tiempo he podido acostumbrarme.

Ya no soy la misma chica nerviosa y torpe, la que suele avergonzarse y tartamudear, ¡ya no!

Ahora creo que he adquirido en mi vida normal 100% la actitud de Ladybug, y eso me gusta; porque en este mundo de la "Moda" una actitud como la que tiene la vieja Marinette no me llevaría a ningún lado.

He vivido muchas cosas, al igual que también he aprendido y sufrido otras, las cuales me han dado fuerzas para ser quien soy hoy en día. Pero también he perdido muchas...

Cuando me fui de Francia, deje todo allá; desde mi vida como Ladybug, mis amigos, y en especial, a mi mejor amiga Alya...

Tenemos ocho años sin vernos, más que por video-llamadas; pero ahora que se volvió periodista casi que ni sé de ella, pero lo comprendo. Ya no somos niñas, ya tenemos trabajos y responsabilidades; ya nada es como antes.

Y entre esas cosas que dejé atrás también se encuentra mi primer amor, Adrien. ¿Cómo olvidarlo? Me enteré por Alya que ahora es un famoso Modelo en Francia, y también es el CEO de las Tiendas de moda de su padre. Una vida muy ocupada a mí parecer. Con él, no he hablado desde que me fui.

La última conversación que tuvimos me rechazó... dijo que tenía a alguien más en su corazón, que para ese tiempo recuerdo que sólo era llorar, jaja...

Pero eso ya es cosa del pasado, al igual que Ladybug. Ya no recuerdo cuándo fue la última vez que me transformé. A veces extraño mucho esos días en los que luchaba contra los Akumas junto con Chat... el cual me pregunto, ¿qué será de su vida? Al no saber su identidad, tan sólo perdí contacto con él...

Si pudiese pedir un deseo sería que esos días regresaran... aquellos días donde era Ladybug.

-¡Marinette!

—Oh, lo siento... No sabía que estabas escribiendo en tu diario.

—No te preocupes, Tikki. Sólo tenía ganas de volver a escribir en él, y ponerle al tanto de cómo ha sido mi vida estos últimos años.

—¿Ya estás nerviosa por tu regreso?—dice la pequeña criatura roja, en tono de burla.

—¡No! Ya no soy la Marinette de antes, la verdad estoy bien preparada para cuando regrese.

—Recuerda que sólo falta una semana. ¿Ya dejaste todo arreglado en las tiendas?

—Sí. Sólo tengo que ir a Londres a ultimar algunos detalles que hacen falta sobre la Pasarela.

—También ahora a las 7:00 p.m. te vas a reunir con tus padres a cenar—contesta la kwami.

—¡Oh! ¡Gracias Tikki! Con esto de la Pasarela y la Inauguración se me había olvidado. ¿Que haría yo sin ti?.

Después de eso, Marinette se dirigió al hotel en el que se hospedaba en China, y de allí, fue a cenar con sus padres, a quienes no había visto en dos meses por el tema de sus tiendas y las reuniones a las que debía asistir.

Cuándo llegó al restaurante, que se especializaba en comida francesa, ya Marinette comenzó a sentirse nerviosa. Tikki lo notó y no pudo evitar molestarla.

—¿Enserio te vas a poner nerviosa por un restaurante francés en China? ¿A quién temes encontrar? A Adrien... ¿Quizás?

—¡Tikki! Ya te dije que él es alguien del pasado, y ya no siento nada por él. ¡Entiende!

—Si tú lo dices...

—Sólo entra en mi bolso, qué harás si algu... —. Marinette se percató que las personas a su alrededor la miraban extrañados, preguntándose con quién charlaba esa chica, ya que no había nadie a su alrededor...

Ella sólo les dio la espalda, y entró rápidamente al restaurante donde sus padres esperaban.

Al estar dentro sintió que había regresado a Francia. La decoración era hermosa, y el estar allí hizo que aumentara su deseo por regresar a aquel país donde vivió tantas alegrías y tristezas; no podía ocultar su emoción.

Después de haber tenido ese momento de recuerdos, se dirigió casi corriendo hacia sus padres y les dio un gran abrazo.

—¡Los extrañe mucho! Me hicieron tanta falta... Fueron sólo dos meses, pero pareció una vida—dijo la peliazul, con unas pequeñas lágrimas en los ojos.

—Oh hija, tranquila, nosotros sabemos lo muy ocupada que debiste estar, y con las llamadas que nos diste, estando bastante ajetreada, ya es mucho para nosotros—dice el padre de Marinette mientras acariciaba su cabeza.

—Además... ¡Hoy vinimos a celebrar tu nueva tienda en París! Así que, no llores cariño—contesta la madre, mientras le limpiaba las lágrimas.

—Gracias mamá, papá; por ustedes es que estoy donde estoy.

Las horas pasaban mientras ella contaba a sus padres sobre sus dos meses alejada de ellos, y entre esas conversaciones salió el nombre de "Adrien".

Marinette quedó sorprendida, no quería que su madre hablara de él; pero ella le dijo que tarde o temprano se lo iba encontrar.

—Lo sé, mamá... Es sólo que aún no quiero recordar eso, además fue algo que no llegó a nada. Es más... ni comenzó—decía mientras con su dedo índice recorría el borde de la copa con la mirada perdida.

—Oh, y... ¿cuándo te vas?—pregunta su padre, intentando cambiar el tema y que sus ánimos no cayeran.

—Tengo planeado ir a Londres pasado mañana y de allí directo a París, ya que tengo que ver lo de la pasarela que haré para la inauguración de mi tienda—dice Marinette, mostrando una sonrisa a sus padres.

—Alya... ¿cuándo nos vamos para la casa? Sé que le quieres hacer una fiesta de bienvenida a Marinette, pero.. ¿cuándo tendremos tiempo para nosotros?

—¡Cálmate, Nino! ¡A ti te llevo viendo a todas horas todos los días todos estos años! ¡Y a Marinette no la veo en persona desde hace más de ocho! Así que aguanta una o dos semanas. ¡No te morirás!

Nino le hace un puchero a Alya y ésta lo ignora. Justo cuando pensaba decirle algo suena el celular.

—¡Hola hermano! ¿Cómo estás?—Alya deja de hacer lo que hacía y siente interés por saber con quién hablaba Nino.

—¡Tiempo sin hablar! Vivimos en la misma ciudad y tengo como tres semanas que no sé de ti—Alya sigue escuchando atenta para ver si es quien piensa que es.—¿Hoy? Claro, ahora estoy con Alya. No sé si quieres que nos encontremos en el café que está frente al parque... ¿Sí? Ah, bueno... nos vemos allí en una hora.

Cuando Nino termina de hablar por teléfono y se gira, ve a Alya con los ojos muy abiertos y prácticamente diciéndole que si esa persona en el teléfono era Adrien.

—Te diré, con la condición de que me dediques todo el día de mañana a mí —Alya lo mira emocionada y acepta.

—Nino... ¡Te daré tres días completos con tal que me digas!

—¿Enserio?—pregunta Nino, dudoso.

—¡Sí! Tres días.

—Bueno, el de la llamada era Adrien, y va a encontrarse con nosotros en una hora—dice Nino, emocionado.

Alya y Nino ya estaban en el café que antes era la panadería de los padres de Marinette. Mientras ellos dos hablaban de lo que harían para la fiesta de bienvenida, aparece Adrien.

Espero que les gustara este capítulo! Gracias por leerlo!