Obediencia.
Summary: Rose Weasley nunca desobedecía a su padre. Bueno, casi nunca.
Las partes en cursiva son los recuerdos de Rose.
Disclaimer: Los personajes y lugares le pertenecen a J.K. Rowling. Esta historia no tiene fines de lucro.
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Rose era muy estudiosa y responsable, aunque un poco desordenada. Pero Rose Weasley siempre obedecía a su padre. Bueno, lo había desobedecido tres veces.
La primera vez había sido en el tren camino a Hogwarts para cursar su primer año.
Rose estaba sentada en un compartimiento vacío, hasta que un chico rubio entró.
El chico tenía los ojos grises y la misma edad que Rose. Parecía muy amigable.
-¿Puedo sentarme?-preguntó {el-. Soy Scorpius Malfoy.
Cuando Rose asintió, Scorpius se sentó.
-Yo soy Rose, Rose Weasley.
Ambos empezaron a hablar, sobre las casas en las que querían entrar, sobre libros y sobre otras cosas.
Aquella vez, Rose se había acercado a Scorpius y se habían hecho amigos, a pesar de las previas advertencias de Ron a Rose. Había desobedecido a su padre por primera vez.
La segunda había sido dos semanas atrás.
Rose caminaba por un pasillo de Hogwarts, cuando vio a Scorpius Malfoy caminando de un lado a otro, y revolviéndose el cabello.
-¿Qué pasa, Scorpius?
-Yo... Yo...-Scorpius reunió valor, antes de decir algo-. Rose, me gustas. No puedo decirte desde cuando, por que no lo sé, solo sé que me gustas mucho.
Rose miró al chico, que se acercó y la besó. Cuando se separaron, Scorpius le dijo:
-Rose, ¿quieres ser mi novia?
-Yo... Yo debo pensarlo-dijo Rose, le había gustado el beso e incluso le había respondido, pero debía pensarlo.
Rose había desobedecido a su padre por segunda vez.
Y la última vez que Rose lo había desobedecido había sido el día anterior.
Rose sonrió al ver al rubio que había estado buscando hace horas. Se acercó a él y le dijo:
-Si.
Scorpius, que estaba leyendo un libro en el patio, levantó una ceja extrañado.
-Si, Scorpius. SI quiero ser tu novia.
-¿En serio?
Rose sonrió divertida.
-No, tonto. Te estoy tomando el pelo- dijo sarcásticamente.
Luego, sonriendo y mostrando sus dientes blancos, se sentó junto a él y le dio un corto beso en los labios.
Y esa había sido la última y tercera vez, hasta ahora. Posiblemente, Rose desobedecería muchas veces más a su padre.
