Cap. 1: Cambios.

Es increíble como las cosas pueden cambiar de un segundo a otro, como alguien puede pasar a ser tu mejor amigo, al que casi podías considerar como un hermano, del que creías saber absolutamente todo y en el que habías depositado toda tu confianza, a ser un completo extraño por unas simples palabras o ciertas actitudes.

Los cambios pueden ser tanto buenos y emocionantes como malos y dolorosos. Había tratado de disculparme con Nick y no lo había logrado, y cuando quise escuchar lo que Blaine tenía para decirme, ya no estaba. Lo que presencié al día siguiente se puede considerar como un cambio malo. Por lo menos para mí lo fue. Ese día sentí una distancia entre mi mejor amigo y yo, y no eran imaginaciones mías, la distancia podía palparse en el ambiente.

Lo que me despertó aquella mañana fue el olor irresistible del café, casi nunca tomaba pero si alguien se había tomado la molestia en hacer, no iba a dudar en aceptar una taza.

Desperté sin abrir los ojos. Me quedé un rato contemplando mis párpados iluminados por el sol, y su calidez sobre mi piel. Suspiré profundamente, conté hasta diez, abrí los ojos y me senté en el sillón.

Con el ceño fruncido empecé a escanear los alrededores. En ese breve segundo no me acordaba donde estaba y porque no estaba en mi habitación. Me refregué los ojos con ambas manos hasta que pude recordar lo de Jeff y lo de Blaine, y como me había quedado dormido esperando al segundo chico.

Miré con el ceño aún más fruncido la manta que cubría mi cuerpo. Estaba completamente seguro que no me había tapado la noche anterior, y que no podía ser qu….

Blaine.

Adoraba los pequeños detalles que él tenía conmigo y una sonrisa creció en mi rostro al pensar en él, teníamos que hablar, cara a cara. Me levanté de un salto del sillón y caminé hasta la barra de la cocina, me senté sobre uno de los bancos y me quedé mirando al morocho que tenía en frente que tarareaba una alegre canción a medida que batía algo en una taza.

Al verlo haciendo el ridículo, me reí por lo bajo para que no me escuchara y para no romper su concentración. Apoyé el codo sobre la barra y apoyé mi cabeza sobre mi mano, contemplándolo.

Blaine no se dio cuenta de mi presencia, hasta que pasaron algunos minutos y decidió agregarle a la canción una coreografía. Al dar una vuelta, me miró y se quedó petrificado, sus mejillas se ruborizaron levemente, cosa que casi nunca pasaba. Me miraba con os ojos bien abiertos, como si hubiera visto a un fantasma. Fue poco el tiempo que tardé en matarme de la risa.

El morocho se paró derecho y me miró seriamente, volviendo a batir lo que había en la taza, sin perder el rubor sobre su rostro ni por un segundo "No sé qué es lo que encuentras tan gracioso"

Yo traté de responder, pero no podía. Las carcajadas salían descontroladas de mi boca y no había nada ni nadie que pudiera contenerlas. Las lágrimas comenzaron recorrer mis mejillas y pose mis manos sobre mi vientre, gesto totalmente inútil ahora que lo pienso.

De mis labios solo escapaban risas y cada tanto me acordaba que necesitaba del oxígeno para seguir viviendo, así que trataba de llenar mis pulmones con la mayor cantidad de aire posible, para luego continuar con mis infinitas carcajadas.

Veía a Blaine en frente mío, con cara larga. Quería parar, pero me resultaba imposible y, cuando lo notó, dejó la taza sobre la mesada y una media sonrisa apareció en su rostro, y alzó una ceja antes de preguntar "¿No tienes que estar en NYADA payaso?"

Mis risas cesaron al instante y me volví más pálido, si eso era genéticamente posible, a medida que, con una sonrisa de satisfacción, dejaba sobre la barra otra taza llena de café. El aroma de aquella bebida era embriagador, era el aroma de algo que anhelaba pero que no podía tener.

Era un planteo dramático en aquellas horas de la mañana, pero hubiera matado por un café, me había despertado más cansado de lo que estaba al irme a dormir, sentía las extremidades y los párpados pesados. Necesitaba de ese café.

Pero no tenía en tiempo suficiente, así que me paré de un salto y fui corriendo hasta mi habitación mientras escuchaba la risita del morocho. Lo ignoré, metí la mano en el armario y saqué lo primero que encontré, luego fui al baño cual Flash y comencé a lavarme los dientes, mientras trataba de arreglarme el pelo y cuando por fin logré estar presentable, agarré mi bolso.

En tiempo récord volví a la barra, tomé un sorbo de mi café y le di un beso en la mejilla a Blaine a modo de despedida. Se mostró algo… ¿Incómodo? Con mi muestra de afecto, cosa que era raro en él. No le di importancia en aquel momento ya que era probable que se hubiera puesto así por la sorpresa, quizás no se lo esperaba.

Me fui volando a la universidad y terminé llegando sobre la hora. Antes de entrar a la clase me sequé algunas gotitas de sudor sobre mi frente con el dorso de mi mano.

Traté de que mi respiración volviera a la normalidad mientras dejaba mi bolso sobre el piso y me sentaba en el piso para comenzar a estirarme.

A la mitad del calentamiento alguien se sentó al lado mío y fruncí el ceño, estaba acostumbrado a estar solo, por lo menos en aquella parte de la clase. Me reincorporé lentamente y giré la cabeza. Sentí por un segundo como los ojos se salían de sus órbitas y un escalofrío me recorría la espalda.

El chico sentado a mi lado me miró con una pequeña sonrisa y con una ceja alzada, esperando una respuesta por mi parte.

Y yo quería responder, quería decir algo, lo que fuera. Cualquier cosa para no parecer un idiota. Pero no pude, mi boca se movía gesticulando, pero no fui capaz de emitir ningún sonido, creo que nunca estuve mas sorprendido que en ese momento.

"Hola Kurt" Me saludó con una sonrisa completa y yo traté de responderle de la misma manera, pero creo haber logrado una extraña mueca.

"H-Hola….D-Derek…" Fue lo único que fui capaz de pronunciar.


Espero que les haya gustado, no me pude aguantar las ganas de escribir :P

Derek is back! Chan chan chaaaaan D:

Dejen sus reviews! :D