Disclaimer: Shingeki no Kyojin no me pertenece. Son propiedad de Isayama

Advertencias: Yaio- Relación hombrexhombre. Tragedia, muerte de personaje, poco dialogo, un Levi sensible (?

Nota de la autora: No esperen final feliz…De hecho no esperen tampoco un principio feliz…Ni un desarrollo feliz…Mejor no esperen nada feliz en este fic Dx .Nos leemos abajo.

Rutina

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Caminaba con paso tranquila. Su presencia desprendía tal calma, que cualquiera diría que estaba en un relajado paseo por el parque. Pocos sabían lo que ese paseo significaba y podían saberlo con los simples objetos que llevaba entre sus manos. La mayoría de las personas simplemente pasaban de largo, ignorándolo casi por completo. Algunos curiosos pasaban su vista rápida a lo que ese hombre llevaba.

Ahora que la muralla María estaba restablecida, cada vez llegaban más personas a asentarse en ese enorme pedazo de tierra que habían recuperado. No había sido sencillo. El pago por dicha victoria fue la vida de cientos de soldados. Uno en especial.

Su ropa era civil, una camisa blanca y unos pantalones negros era lo único que adornaba su cuerpo, mientras en su rostro estaba una expresión seria. Sin embargo tenía un atisbo de tranquilidad e incluso serenidad. Pocos entendían porque esto. Hanji más que nadie lo había tratado de persuadir sobre lo que estaba pasando, sobre lo que mal que le hacía hacer eso año tras año. Pero hace dos años exactamente se rindió de tratar de hacerlo entrar en razón. Sabía que aquella herida jamás sanaría, un herido que terminaría matándolo, pero simplemente ya no podía hacer nada más que observar la inexorable descomposición de su amigo y camarada.

Él no entendía la razón de tanto alboroto. Había estado saliendo con Eren desde que el muro María fue tomado y pareciera que todos estuvieran en contra de esa relación. Si mencionar el enorme escándalo que le hicieron pasar por el simple hecho de llevarle un regalo el día de su aniversario. Ya sabía que un poco de arena de mar en un frasco, un poco de agua salada, y un poco de esa extensión de arena enorme en diferentes frascos cada, no era muy romántico. Pero era algo que a Eren le gustaba y que le agradecía llevarle. Después de todo, era la prueba viviente de que habían logrado recorrer grandes extensiones de vida y del mundo, una muestra de que nada ni nadie les pudiera detener. Él solo quería regalarle algo a su pareja el día de su aniversario, el día de su unión como pareja, ¿Tan malo era eso?

A él nunca le importo lo que dijeran los demás, eso le entraba por un oído y le salía por el otro y esta no sería la excepción. A Eren tampoco parecía molestarle, puesto que nunca le había oído quejarse y eso en verdad le tranquilizaba, porque significaba que Eren estaba de su lado, aun cuando su amigo Armin y su odiosa hermana lo odiaran a él por lo que hacía. Con eso en mente una sonrisa se curvo en sus labios, sonrisa que se regalaba así mismo y por supuesto a su amante. Cada año era lo mismo, pero para él era como si fuera algo nuevo, algo nada ni nadie podría quitarle. Ahora que lo pensaba era la razón por la cual salía de su hogar. Ya que cuando salían de una expedición y regresaban con vida, el se encerraba en esas cuatro paredes sin recibir a nadie. No recordaba en ese instante la razón por la cual lo hacía, pues al final de cuentas estaba en el presente y no en el pasado. Lo que significaba que nada importaba más que eso, en ese preciso instante.

Entro, atravesando el arco negro y metálico, pasando por alto al vendedor de flores rojas, blancas, e incluso azules. No las necesitaba, no para su cita preparada.

Atravesó las múltiples estatuas de cera o de piedra que coloreaban el lugar, así como un campo abierto de flores de todo tipo. Escrituras pasadas por alto, que no tuvo interés en leer nunca, porque cada vez que iba ahí, solo pensaba en él, en lo mucho que lo amaba y en lo cuanto anhelaba llegar a su presencia. Finalmente encontró su punto de reunión indicado y lo vio a él. Una emoción vacía se albergo en su pecho, pero de nuevo la paso por alto y continuo caminando. Sin decir palabra alguna se sentó justo frente a él, con tranquilidad, cruzando sus piernas y poniendo los objetos que estaban en sus manos, casi mostrándoselos.

-Hey-saludo muy a su estilo "informe" que podría hacer-¿Cómo te va, mocoso?-

Sabía lo mucho que su pareja odiaba que le llamara de ese modo, pero simplemente no pudo contenerse. Soltó una leve risita.

-Acabo de llegar hace dos semanas. Fue un completo éxito. Ya sabes…con toda esa mierda de muerte y demás…con todo y eso fue un éxito. Así lo declaro el viejo de Irvin-relato mirando fijamente aquellos frascos que aguardaban en sus manos-Los putos funcionalistas no quieren aprobar la siguiente misión, parece que se traen algo contra mí. Pero que les den…de todos modos no vine a hablar de ellos-

Con superficialidad tomo uno de los frascos y lo alzo a la altura de su rostro.

-Logre ver la extensión de arena. Ahora está declarado como "desierto", eso me dijeron los científicos locos que llevamos para que investigaran el lugar y pudieran grabarlo en los libros de la historia de la humanidad. No importa, pude colarme y traerte un poco-sonrió con tristeza.

Incontrolablemente y como todos los años, un nudo en su garganta se formo y lagrimas comenzaron a formarse a la orilla de sus ojos, amenazando con salir en cualquier momento, aun así no borro su sonrisa. Porque no quería hacerlo sufrir, sabía que a Eren no le gustaba verlo llorar o lamentarse por lo perdido y no quería preocuparlo.

-Perdón…-se disculpo-Ya sabes…el puto polvo…Hay mucha tierra este año-señaló-Aun…aun tengo planeado cumplirte esa promesa, ¿Recuerdas? Te prometí que te llevaría a conocer todos esos lados…Al mar…A los campos…ríos…-miro fijamente el punto inexistente-Lo prometo-

Lagrimas bajaron de sus ojos, dejando un rastro húmedo en su mejilla, la ignoro.

-Eren…Te amo…Y lo seguiré haciendo en el futuro…-

Ahora recordaba porque siempre era su rutina hacer eso. Levi dejo esos frascos justo frente a la tumba hecha de piedra con escrituras, formando una hilera de múltiples colores. De ese mismo modo limpio sus lágrimas y se marcho de ahí. Aquella piedra tenia grabada las escrituras "Eren Jager 80-92 "El Salvador de la Humanidad"

Esa era rutina del Sargento Levi. Dar informes sobre los avances de la humanidad tal como lo había prometido a Eren el año 92, el año en falleció, justo el día número 120 del año. El mismo día en que inicio su enfermiza y traumática relación. Justo el día en que las últimas palabras de Eren fueron un susurro inolvidable, letras que se quedarían en su mente por el resto de su existencia.

Te amo

Palabras que el Sargento no pudo devolver antes de que la mano de Eren cayera como con el resto de los soldados que había visto morir Levi.

Todos quienes estuvieron cerca presenciaron la constante e insana rutina de Levi debido a eso. Hanji, más que nadie. Una rutina irrompible, insaciable, enferma y completamente llena de locura. Pero a él no le importaba. Porque solo lo recordaba por un momento. Solo unos minutos. Para luego volver, salir a matar titanes, regresar e ir a llorar al joven que amo demasiado tarde.

Si, su rutina era bastante especial

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Nota final: Simplemente se me ocurrió esto y no pude evitar subirlo. No soy buena creando finales, mucho menos finales felices. Tengo pensado hacer un Two-Shot en vez de un One-Shot para narrar el día de la muerte de Eren. No estoy segura, lo seguiré pensando. Nos leemos.

Atte. Ari