Ryoma se encontraba en la azotea como siempre tratando de liberarse de todos los problemas que conlleva la vida de un adolescente, mientras en otra parte de Seigaku una chica de ojos carmesí buscaba a su mejor amigo por toda la escuela.

―Ryoma, ¿dónde estás? ―se cuestionaba la chica― ¡Ah! de seguro está ahí ¿cómo no me di cuenta antes?

Él ya estaba a punto de dormirse hasta que escucho pasos que se hacían más fuertes a medida que se acercaban, decidió sentarse para ver quién era. Cuando logro ver su larga cabellera castaña supo de quien de trataba, esa chica que lograba alegrarle el día con solo y su cálida sonrisa estaba parada frente a él.

―Así que estabas aquí ―decía saliendo y cerrando la puerta tras de si―te he buscado por toda la escuela.

―Mada mada dane, Ryuzaki —habla respondiendo indiferente volviendo a recostarse.

―Ya deja de llamarme así, Ryoma ―cruzándose de brazos para demostrar su enojo― te dije que me llamaras por mi nombre, que por si no lo recuerdas es Sakuno.

―Sí, sí, Sakuno lo que digas ―volviendo a sentarse para verla a esos ojos que eran su perdición. Sin apartar la vista Sakuno se acercaba para sentarse a su lado.

Ella sentía que se perdía en esos ámbares, sintiendo como su pulso aumentaba gradualmente mientras afloraba el amor que tenía por el desde ya hace dos años. Ya estaban en 3º y pronto se graduarían, pero aun no tenía la confianza para declararse aun así pudo acercarse lo suficiente como para ser su amiga teniendo en cuenta que era un puesto muy difícil de llevar ya que el club de fans que organizaba Tomoka estaba en su contra.

El por su parte la miraba penetrantemente con deseo, desde hace tiempo acepto que estaba perdidamente enamorado de aquel ángel que se encontraba frente a él ¿porque aún no se lo había dicho? simple, su orgullo, si su maldito orgullo le impedía ir tras una mujer, nunca. Si, había tenido barias novias antes, pero ellas lo buscaban a él no el a ellas, así que pronto decidiría como revelar lo que sentía por ella "pronto lograre que te quedes solo conmigo, así todo el Seigaku sabrá que eres mía, solo mía" ante este pensamiento se río de sí mismo sacudiendo la cabeza queriendo que esos pensamientos se alejaran.

―¿Que sucede? ¿de qué te ríes? ―preguntó preocupada no era normal que de la nada sonriera, pocas veces lo hacía, cuando estaban solos lo hacía, pero por alguna cosa que ella había hecho pero esta vez no hizo nada.

―Nada ―volviendo a mirarla fijamente― solo que tienes unos muy lindos ojos ―esa frase salió de la nada sin que él pudiera detenerla. No se dio cuenta de que tanto había perturbado a su amiga hasta que vio el mayúsculo sonrojo que esta llevaba en sus mejillas ―L… lo siento… yo no…

―N-no, no pasa nada.

―¡Ah! Sakuno, ¿por qué me buscabas? ―recordando que ella lo había estado buscando tan desesperadamente.

―¡Cierto! Mi abuela tiene médico y como no hay supervisor se suspendieron los entrenamientos.

―Si solo era eso ―recostándose y serrando los ojos para dormir― no era necesario que me buscaras por todas partes.

―No, yo solo te buscaba para pedirte un favor.

―¿Qué es lo que quieres?

―¿Podrías ayudarme a entrenar? así como cuando estábamos en 1º.

―Para que, si ya eres titular.

―Sí, pero sigo siendo torpe y aunque soy titular siento que en el próximo torneo interno ya quedare afuera.

―Bueno, el domingo en la mañana paso a buscarte.

―¡Si, gracias Ryoma-kun! ―con la emoción se atrevió a darle un beso en la mejilla, se detuvo en la puerta a último momento para darle un último aviso―. Una última cosa, deberías dejar de saltarte las clases, aunque vayas a ser tenista no significa que tengas que dejar los estudios de lado. Nos vemos.

Sakuno estaba tan concentrada en regañar al chico por sus accione que no se dio cuenta como había quedado este después de ese sorpresivo beso. Aunque actuó de manera indiferente, él ya se había sonrojado y acelerado su pulso por los nervios repentinos que le causaba la chica de ojos carmesí, la cual se encontraba inmensamente feliz cosa que su mejor amiga Tomoka que al darse cuenta no dejo pasar esta oportunidad.

―Oye Saku-chan, ¿qué es lo que te tiene de tan buen humor? ―pregunto Tomoka al ver a su amiga regresar tan sonriente.

―¿Eh? Nada, ¿porque lo dices?

―Por esa sonrisa que tienes, más aún que bienes de hablar con Ryoma-sama.

― ¿Que ya no puedo sonreír? Además, que haya hablado con Ryoma no significa nada.

―Si es posible ―Sakuno ya sonreía aliviada de que no preguntaba más― pero….

―¿Pero? ―pregunta muy confundida.

―Acabas de inculparte al decir su nombre sin honorifico, cosa que usabas hasta no hace mucho.

―Eso es porque somos amigos, es algo normal.

―¿Y a mí porque no me sacas el honorifico?

―Porque tu apodo sin el honorifico no tendría sentido Tomo-chan.

―Uh, tienes razón ―dijo con pesar―, pero aun así sé que hay algo que te traes entre manos.

―Lo que tú digas ―respondió ya resignada porque sabía que, si ella comenzaba, no paraba.

Aun así, estaba tranquila, era viernes por lo que tendría que esperar hasta el lunes, así que, si mantenía los pensamientos de Tomoka lejos de ella, estaría tranquila para entrenar con Ryoma el domingo, así que estaba feliz.

Ella pensaba que al pasar tiempo juntos con la confianza que se tienen, los entrenamientos serian distintos a los que estaba acostumbrados de un tiempo atrás, y tal vez, solo tal vez, tendría el valor para declararse y poder dejar esa enorme mochila, la cual estaba condenada a cargar desde el primer día que lo vio y que cada día aumentaba su peso, más aún cuando se volvió su amiga.

Después de una larga caminata hasta la casa de Sakuno se despidieron. Cuando Sakuno estaba a punto de entrar su mejor amiga la llama.

―Hey Sakuno ¿tienes planes para el domingo? pensé que podríamos ir de compras el domingo.

¿Domingo? ¿este domingo? oh no, piensa Saku piensa se decía a si misma ― n…no puedo, t…tengo reunión familiar ―¡¿Qué?! ¿en qué estás pensando? lo siento Tomo-chan.

―Bueno, otro día será. Nos vemos.

―Nos vemos ―ah… eso estuvo cerca―¡Ah!… que cansancio tengo ―dijo desperezándose― voy a relajarme lo todo lo posible para ver a Ryoma-kun.


Ya se encontraba en casa, regreso directo de la escuela, tomo un baño, ahora se encontraba en su cama, cualquiera pensaría que estaba durmiendo, hasta él mismo lo haría, pero no, estaba despierto y todo gracias a lo que había sucedido en la tarde cuando Sakuno fue a buscarlo, el beso y el entrenamiento los domingos, la única cosa que lo haría levantarse temprano un fin de semana y más aún si era con Sakuno Ryuzaki.

―Hm. quién lo diría. Sakuno Ryuzaki ―dijo en un susurro, pero lo suficientemente alto para que él lo escuchara.

―Hmp, quien lo diría digo yo ―al escuchar esas palabras se dio vuelta abruptamente para ver a su padre parado bajo el marco de la puerta.

―Viejo, ¿se puede saber qué haces aquí?

―Yo solo pasaba por aquí, que tu hables fuerte no es mi problema.

―1º yo no hablo fuerte, 2º la puerta estaba cerrada, por lo que no deberías entrar y 3° sal y déjame tranquilo.

―Hey. hey, hey, deberías de respetar a tu padre, chiquillo malcriado ― y con eso último se fue.

Sin la molestia de su padre, Ryoma, siguió pensando en su día y son ese pensamiento se quedó profundamente dormido.

Continuara…


Bueno este es mi primer fic, soy nueva en esto, pero no escribiendo solo tengo que esperar a la inspiración, por lo que puedo tener tanto caps. largos, demasiado largos o cortos, así que espero que les guste según los reviews sigo así que no vemos ¡besos!