-Por favor, no puedes dejarnos solo así.- decía el troll desde su meca.- Sabes que sin tí no hay más equipo, y sin equipo tendré que regresar a trabajar en las cavernas como los demás trolls.

Blakk estaba derrotado, momento que había esperado el Shane para regresar a su hogar en la superficie. Pero sus compañeros insistían en que permaneciera allí con ellos. Después de todo, su tiempo ahí los había convertido en una familia.

-Pronto no quiere regresar a Colina Topo. Los topoides son desesperantes.- dijo su majestad. El Shane rodó los ojos con una sonrisa.

-En serio, Eli. No puedes irte.- dijo Trixie.

-¿Por qué no?- preguntó él interesado.

-Por que si te vas, me quedaré sin mi Shane...- Los demás voltearon a verla, extrañados.- para mis películas, claro.

-Mmm... ¿Solo para tus películas?- dijo Eli sonriendo.

-Bueno, todo filme de acción necesita un héroe.- se justificó ella.

Finalmente llegaron a donde todo inició. Aquel lugar donde cientos de lanzadores pasaba día a día, ignorantes de lo que yacía sobre sus cabezas.

-Vamos, amigo. ¿En serio vas a regresar a la superficie?- insistió el troll una vez más luego de bajar de sus mecas.

-No seas tan sentimental, Kord.- dijo Pronto.- Claro que sí, ahora que conoce bien a su infierno. Por eso hemos venido a... el descenso.- señaló el agujero allá arriba.

-¿Lista?- preguntó el chico a su babosa.

-¿No hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión?- preguntó una triste pelirroja.

-Les agradezco todo lo que dijeron de camino aquí, pero yo sé lo que debo hacer...- dijo antes de tomar a Burpy.

¿Y que pasó después?