Nota previa: Para entender de mejor forma esta historia es recomendable leer primero el one short de "Es una promesa". Arigatou

Promesas pasadas 

Por Kary

Capitulo I:

Es un caso de escasez

Esta historia comienza como muchas, había una vez en la hermosa ciudad de Tokio, llena de sol y de vida… no, no.

Había una vez en la hermosa ciudad de Tokio, llena de gente, trabajando y … no, no tampoco.

Había un vez en la ciudad de Tokio, en una calle llena de vida, donde todos se conocen y viven en relativa paz, un banco donde todos hacen sus pagos, un restaurante donde todos disfrutan de ricos almuerzos y reuniones, una peluquería donde todos se arreglan, una boutique donde todos mandan a hacer sus trajes de gala, un consultorio medico al cual van todos cuando tienen que ir y una hermosa floristería, y allí es donde llegamos, pero esta no es cualquier floristería, por que esta es la 'Floristería Las Kamiya', siempre llena de alegría y sobretodo flores, muchas flores, ese lugar era lo que principalmente le daba vida a esa calle, claro, ese lugar y las personas que vivían en el…

- ¡Mou! es tarde! es tarde! es tarde! apurence!!- ella es Kaoru Kamiya, de largo cabello negro como la noche y brillantes ojos azules, es la segunda hija del matrimonio Kamiya, siempre vivaz y con una increíble determinación para lograr lo que quiere, a sus diecinueve años fue la que principalmente tuvo que encargarse de la floristería (patrimonio familiar) luego de la muerte de sus padres.

- ¡¡Ya vamos Kaoru-neechan!!- estas dos niñas tan llenas de vigorosidad y energía son Ayame y Susume Kamiya, las más pequeñas de la familia, hermanas adoptivas de Kaoru, de seis y siete años

- ¡¡Niñas apurence que van a llegar tarde al colegio!!- grito Kaoru apurando un vaso de leche

- Oi Tanuki- chan, deberías calmarte un poco, aun es temprano- la que hablo con tanta tranquilidad es Megumi Kamiya, la mayor de la familia, siempre sensual y bien arreglada, de aproximados veinte años, ojos como almendras y cabello negro, ella estudia septimo semestre en la facultad de medicina, aunque también tiene que encargarse de la floristería, y del cuidado de sus hermanas menores

- ¡Claro dices eso por que estas ahí tiradota sin hacer nada! ¡Por que no te pones a revisar el inventario que parece que falta dinero!- grito al borde de la histeria Kaoru amarrándose una larga cinta azul en el cabello y apresurando a las dos niñas que se habían puesto a jugar, Megumi la miro 'siempre es lo mismo' pensó tomando de su jugo, Kaoru miro el reloj de la pared casi con histeria- ¡Misao apresúrate! 

- ¡Ya voy, ya voy Kaoru!- grito una voz bajando de las largas escaleras que iban al piso superior de la casa, de ella se podían esperar muchas cosas, ella es Misao Kamiya, la hija menor (de sangre) de los Kamiya, de largo cabello negro siempre en una muy larga trenza y grandes ojos verdes. Misao siempre era optimista, (diferencia notable a sus dos hermanas) y veía el lado positivo de todo, aunque estuviera todo negro ella siempre veía algo de luz, aun cursaba la secundaria. Misao era la que se encargaba de escribir las tarjetas de los ramos, por eso era conocida, no importa cuan enojada estuviera una mujer con su novio, cuando leía la tarjeta escrita por Misa, se volvía un trozo de mantequilla derretida, sus tarjetas siempre eran dulces y optimistas. A sus dieciséis años, Misao era una joven muy ágil, aunque no tanto para despertarse temprano.

Y sonara raro, pero esta era la familia Kamiya, si, en ella solo habían mujeres, Megumi, Kaoru, Misao, Ayame y Suzume, Kamiya se conocían solo dos hombres, el difunto padre de las hermanas y un hermano de este, los demás, eran todas mujeres, primas, tías y sobrinas, parecía que de hombres había escasez en la familia.

Kaoru tomo los morrales de las dos niñas y comenzó a empujarlas a la salida de la casa, mientras le gritaba a Misao que se apresurará.

Kaoru a pesar de ser muy optimista, últimamente no la estaba pasando bien, estudiaba quinto semestre en la facultad de contabilidad, no le gustaba mucho esa carrera, pero había tenido que elegirla principalmente para encargarse de la contabilidad de la floristería, y la floristería no estaba pasando un muy buen momento económico, por eso no era raro ver a Kaoru de mal humor, gritando o peleando con cualquiera que se le cruzara en frente. Jalando de la trenza a Misao (que se atraganto con el jugo) salio corriendo, para llegar temprano al colegio y dejar a sus tres hermanas.

Megumi suspiro cuando la vio salir, definitivamente su hermana menor se estaba volviendo algo paranoica, siempre corriendo de un lugar a otro, fijándose en el bienestar de todas, menos en el suyo, entre la floristería, los problemas, la crianza de las niñas, la universidad,  y la infinita lista de cosas, nunca tenía tiempo para ella, aunque Megumi le decía que era su culpa, ya que ella (Megumi) tenía las mismas responsabilidades y ocupaciones, y no estaba tan estresada, aunque en el fondo Megumi sabía que no era así, Kaoru se ocupaba de hacer los ramos, de hacer la contabilidad de la floristería, de hablar con los proveedores de las cintas, los globos, las flores y los papeles, de estar atenta de que todo se entregara bien, de pagarle a los repartidores, de la limpieza (aunque se turnaban en eso, Kaoru tenía obsesión de que todo estuviera limpio) sin contar con sus estudios, simplemente Kaoru no tenía vida y hacia más de dos años que no tenía una cita (aunque no por que no se lo pidieran).

Megumi abrió la puerta de la sala y caminó por un corto pasillo, abriendo otra, donde se dejo ver un espectáculo de flores, vivían en su casa que estaba detrás de la floristería, por lo tanto estaban siempre ahí (casi), era un lugar enorme, el vitral que daba hacía la calle estaba impecable, dejando ver tras su vidrio muchos arreglos de muestra, Megumi se coloco un delantal azul que decía en letras negras pequeñas a un costado 'Floristería Las Kamiya', los arreglos que debían entregarse esa mañana estaban estrictamente acomodados sobre un estante de vidrio, dentro de este estante, se podían ver peluches de todos los colores y tamaños, acomodados juguetonamente, las cintas y lazos estaban sobre otra mesa de cristal en perfecto orden, y todo lleno de flores, habían muchas largas mesas de cristal en donde habían enormes jarrones con flores, orquídeas, amapolas, violetas, rosas, margaritas, magnolias, jazmines, alelí, botones de oro y cientos y cientos de tipos de flores distintas, de tamaño, color y olores, las paredes estaban pintadas de blanco y tonos claros, dándole un toque delicado al lugar.

Megumi suspiro comenzando a quitarle las espinas a una rosa, bajo el papel de periódico para no ensuciar (Kaoru armaría un escándalo si eso pasase) antes, cuando su madre aun estaba con vida, las personas llegaban de todas partes a pedir arreglos florales, la campanilla de la tienda sonaba constantemente, sin duda era la tienda más exitosa de la ciudad, de eso ya hacían dos años, pero eso cambio cuando la señora Kamiya murió, al parecer las personas no confiaban en que tres niñas sin experiencia manejaran la tienda, y dejaron de ir, aunque los arreglos seguían siendo tan hermosos, y las flores mas frescas junto a las tarjetas mas originales, ya no iban, eso sumado a que la situación económica del país no iba del todo bien, y sumado a que habían cinco bocas que alimentar en la casa, cinco mentes que necesitaban ser educadas y cinco mujeres que habían estado toda la vida acostumbrada a la buena vida, no estaba del todo bien, sin sumar los gastos de luz, gas, teléfono, flores, peluches, globos, y el pago de los repartidores, o mejor dicho él repartidor, no, definitivamente estaban mal, no tenían mucho dinero. Kaoru había tenido que pedir un préstamo al banco, pero aun no le daban respuesta, por suerte solo faltaba una semana para el comienzo de las vacaciones, eso les daría más tiempo. 

La campanita de la tienda sonó, indicándole a Megumi que alguien había entrado, si tenía suerte sería un cliente, dejo la rosa a un lado y vio quien era, suspiro decepcionada, era el repartidor, un joven alto y de cabello castaño.

- Ohaiyo Tomo-kun- saludo Megumi

- Ohaiyo Megumi-san- dijo él

- Allí están los arreglos que tienes que entregar hoy, ten cuidado… - la joven no pudo terminar de hablar ya que el muchacho hizo una señal con la garganta

- Megumi- san tengo algo que decirle- dijo él, y Megumi vio en sus ojos que no era nada bueno.

- ¡¡No cierre, no cierre, señor!!- grito Kaoru mientras dejaba una estela de humo de tras de si, en cada mano llevaba arrastrando a sus dos pequeñas hermanas, mientras la otra corría desesperadamente detrás de ellas, el portero del colegio sonrió al verlas llegar

- Pasen, pasen antes de que se les haga más tarde- dijo en tono amable el anciano, Ayame, Suzume y Misao entraron como alma que lleva el diablo, sin ni siquiera saludar al portero ni despedirse de su hermana mayor

- Arigatou Sonamo-san- dijo Kaoru secándose el sudor de la frente, el anciano sonrió y cerro la reja de la entrada al colegio.

'Muy bien' se dijo Kaoru mentalmente comenzando a caminar 'hoy tengo mucho que hacer, por suerte no tengo clases, así que regresare a terminar los arreglos que faltan y luego iré al banco, si eso haré, hoy estoy de muy buen humor' claro tal vez el buen humor repentino de Kaoru se debía al sueño que había tenido ese día, en otro tiempo y en otro lugar, una era antigua, un dojo donde se practicaba el kendo, ella pasaba horas hablando con una persona desconocida, su rostro escondido entre el sueño, solo su hakama blanco y su gi rosa le eran visibles y claro, un largo cabello rojo, tan rojo como el fuego; ese sueño era lo mejor que le había pasado a Kaoru en muchos días, lastima que solo era un sueño.

- Oi Tsubame- chan ¿por que no fuiste al colegio?- ella Tae Kamiya, hermana de padre de Kaoru y sus hermanas, su cabello castaño estaba en un moño bajo y sus ojos siempre risueños estaban algo enfadados

- Es que no me siento bien kaasan- esta es Tsubame Kamiya, hija de Tae Kamiya, por lo tanto prima de Kaoru y las demás, su cabellos castaño corto, sus ojos cafés y su timidez la representaban, tiene once años.

- Bueno, entonces descansa un rato, yo voy a salir un momento- dijo Tae

- Yo voy contigo kaasan- dijo Tsubame quitándose las sabanas

- Esta bien- dijo Tae saliendo de la habitación de su hija. Tae no había tenido mucho éxito en la vida, si tenía éxito en los negocios, era la dueña de el restaurante más conocido en la cuidad 'EL Akabeko' y era muy buena en administrarlo, ella era la que trataba de ayudar a sus sobrinas con la floristería, pero ellas siempre se negaban a recibir su apoyo económico. Pero en lo que respecta a SU vida, no había tenido tanta suerte, se había enamorado de un pobre estúpido, que luego de prometerle el cielo y la tierra, la dejo cuando se entero que estaba embarazada, esa es la razón por la que Tsubame, lleva el apellido Kamiya, que es él de su madre. Tae se había enamorado varías veces, pero siempre terminaban siendo pobres diablos, que la buscaban solo por interés. La pobre Tae había decidido dejar el amor a un lado y dedicarse a cuidar a su hija, su negocio y sus sobrinas, que por cierto no la estaban pasando del todo bien. 

- ¡Ya llegue!- Kaoru entro por la puerta de la floristería haciendo sonar la campanilla- Ohaiyo Obaasan, Tsubame- dijo al notar la presencia de su tía Tae y su pequeña prima Tsubame

- Ohaiyo Kaoru- chan- dijeron estas 

- Oi Megumi-oneesan, hay que entregar estos ramos ¿Ya llego Tomo? Tengo que…

- Kaoru tengo malas noticias- dijo Megumi apartando las rosas que estaba acomodando- Tomo- kun renunci

- ¿Qué?

- Hai, y no lo culpo. Ya le debíamos dos meses del pago, según me dijo consiguió un mejor empleo en donde si le pagaban- explico Megumi preocupada

- Mou, ¿Ya ahora que hago? Hay que entregar estos ramos, no podemos darnos el lujo de perder más clientes, tendré que entregarlos yo, ya no podré ir al banco, no se si llegué a tiempo para buscar a las niñas al colegio, no podemos dejar la tienda sola y…

- Kaoru-chan- dijo calmadamente Megumi, Kaoru estaba como histérica, contando con los dedos y hablando sin parar- tranquilízate, yo hoy tampoco tengo clases, puedo quedarme cuidando la tienda, y por lo que respecta a las niñas Misao ya esta bastante grande para llegar sola

- Hai Misao si, pero Ayame y Suzume no. Recuerdas lo que paso la última vez, Misao se olvido de ellas en la heladería, y si no fuera por Okon que las vio, quien sabe que hubiera pasado. Misao a veces es muy despistada y…    

- Maa, Maa Kaoru- chan yo puedo ir a buscarlas- dijo Tae sonriendo, Kaoru la miro felizmente agradecida

- Arigatou obaasan- dijo contenta- por cierto Tsubame ¿Por qué no fuiste al colegio hoy?

- Es que no me sentía muy bien- dijo agarrando varias margaritas y comenzando a acomodarlas en un ramillete. Todas las miembros de la familia disfrutaban haciendo arreglos y siempre colaboraban (aunque trabajaran en algo diferente) eso es lo que hacía los ramos tan hermosos.

- Ya veo. Bueno entonces me voy a entregar estos ramos. Onegai ayúdame oneechan, a llevarlos al auto.

- Hai- dijo ella saliendo detrás del mostrador. En poco tiempo los ramos estaban todos guardados en auto de Kaoru, Megumi le dio la lista de las direcciones.

- Bueno me voy, cualquier cosa me llaman al celular ¿si?- dijo Kaoru abriendo la puerta de su coche, prendió el motor y dio marcha atrás, su auto desapareció en la esquina.

- Pobre Kaoru- murmuro Tsubame

- Esta muy estresada- dijo Tae

- Lo que necesita mi hermana es un novio- Megumi entro suspirando a la tienda, mientras las otras dos mujeres asentían con la cabeza.

- Hoy no hay clientes- murmuro Omazu Kamiya sentada en la silla frente al espejo de su peluquería, su cabello era largo y negro

- Bueno es mejor, tengo sueño- dijo Okon  Kamiya viéndose las uñas. Okon y Omazu son hermanas, ellas dos dirigen la peluquería más solicitada de la ciudad "El Aoiya" aunque ahora no había nadie, su padre, Okina Kamiya, era el hermano del padre de Kaoru y sus hermanas, por lo tanto su tío.

La peluquería era un lugar amplio, muy claro por las ventanas, frente de las sillas donde las clientas se sentaban habían grandes espejos, todo estaba ordenado, los peines, las tijeras, los secadores, las toallas, todo, lo que hacía ver al lugar un poco solitario cuando no había nadie.

- ¿Por qué no hay hombres?- pregunto Okon más para si que para su hermana

- Por que los que no están casados son raros o pobres diablos- dijo suspirando   Omazu. Un silencio cubrió el lugar, y ambas hermanas suspiraron.

- Creo que tendremos que cerrar temprano- dijo Omazu escuchando el silencio.

- ¿Viste al alumno nuevo?

- ¿Cuál?

- Ese que sonríe de lo más bonito

- Ah! ya se quien, esta hecho un bombón

- ¿Un bombón? Un bombonazo          

- ¿De que hablan amigas?- pregunto Misao a sus tres compañeras que hablaban en cuchicheos, faltaban quince minutos para salir de clase y todos los alumnos lo aprovechaban para hablar

- De ese muchacho nuevo ¿acaso no lo haz visto Misao?- le pregunto una muchacha de ojos grises

- Iie- respondió Misao

- Eres muy despistada para lo que no te importa Misao - dijo otra de cabello rubio- Esta en séptimo B, y al igual que nosotras es su último año en secundaría. Es muy raro, ya que solo queda una semana de clases y el apenas se cambio ayer, no entiendo eso. Seguro que lo haz visto Misao, tiene el cabello oscuro y los ojos también, siempre que lo veo esta sonriendo.

- Misao tú eres muy buena investigando cosas, podrías investigar sobre el- pregunto con anhelo la pelirroja, las tres amigas vieron con ojos como estrellas a Misao mientras suplicaban con las manos

- Yare, yare… veré que puedo hacer- dijo Misao sonriendo nerviosamente, mientras una gota rodaba por su frente. 

- Uff! Hasta que termine de entregar todo- dijo suspirando Kaoru, mientras subía a su coche, nunca había imaginado que entregar los ramos fuera tan pesado, y el día casi había acabado, estaba cansada y con hambre, mucha hambre, solo había desayunado en todo el día, tendría que contratar urgente a un nuevo repartidor, uno que no cobrara mucho, además llamaría al banco apenas llegara a casa, necesitaba saber si le iban a dar el préstamo ó no, tendría que ponerse a estudiar para su examen de matemática. Sin darse cuenta, llego hasta la calle donde estaba su casa, bajo del coche le puso la alarma y entro a su casa extrañada de que Megumi hubiera cerrado la floristería

- ¡¡Kaoru- neechan!!- Ayame y Suzume salieron corriendo hacia su hermana cuando la vieron llegar, Kaoru las saludo cerrando la puerta tras de si

- ¿Dónde están todas?- pregunto Kaoru llegando a la sala, la casa estaba dividida en dos plantas, en la planta de abajo estaba la cocina, la sala y el comedor, además de un baño, en la planta de arriba estaban las habitaciones, era una casa muy grande con un estilo cómodo y agradable, las paredes estaban pintadas de anaranjado claro y blanco, los muebles eran negros y habían muchos cuadros coloridos.

- Misao-neechan esta bañándose, y Megumi- neechan esta haciendo la cena- explico Ayame

- mmm… ya veo, bueno vayan a jugar, ahora voy a bañarlas- dijo Kaoru, tomando una libreta negra de un estante, era mejor llamar al banco antes de que se hiciera más tarde, tomo el teléfono inalámbrico y marco un número, espero a que le contestaran- Si, soy Kaoru Kamiya…si la de la floristería… aun no tienen respuesta… ¡mou! son todos unos inútiles… ¡¿nani?!... si, esta  bien, mañana lo espero- dijo colgando

- ¿Por qué armas tanto escándalo Kaoru?- pregunto Megumi saliendo de la cocina con un paño entre las manos

- ¡Son esos estúpidos del banco! ¡Diciendo que necesitan verificar las instalaciones de la floristería y los inventarios para ver si pueden aprobar el préstamo! ¡Mou! ¡Dudan de mi palabra!

- Ya cálmate Kaoru- oneechan, si necesitan ver las condiciones de la floristería por algo será- dijo Misao bajando las escaleras, con una toalla cubriendo su cuerpo y secándose el cabello con otra

- Estas muy estresada Kaoru-chan – dijo Tae, Kaoru se sorprendió al verla- deberías ir mañana a trotar un poco para desacerté del estrés, a mi siempre me funciona

- No mañana no puedo, el tipo este del banco viene a inspeccionar todo temprano, ¿Cómo es que se llama? No me acuerdo, bueno el dijo que iba a tratar de convencer a la gente esta del banco y que luego pasaba por aquí, además tengo hacer algunos arreglos, buscar un repartidor, revisar los inventarios, hacer algunas compras…

- Kaoru- dijo Megumi interrumpiéndola- cállate y ve a bañarte

Kaoru subió con pesadez las escaleras, seguida por las dos pequeñas que saltaba a su alrededor.

- Creo que debería hacerse unos masajes o hacer algo diferente- dijo Tae viéndola subir

- Iie, ya lo dije, Kaoru se esta amargando. Lo que necesita es un novio- dijo Megumi sonriendo mientras dos orejas de zorro le salían y regresaba a la cocina, Tsubame, Misao y Tae asintieron con la cabeza.

Pero  ninguna de ellas sabía que pronto, sus suplicas serían escuchadas. Por que ahora lo que sobraría serían hombres en esta historia, y Kaoru no será la única beneficiada.

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Notas de la autora:

¡Hola minna-san! Bueno como verán esta es la continuación de "Es una promesa…" no pensaba hacer una, pero pensé que había sido muy mala con Kenshin y Kaoru ^^U así que quise darles una oportunidad. Es la primera historia que hago de reencarnación con estos personajes y es algo difícil, sobretodo por que ya comencé la escuela otra vez *suspiros* así que sean buenitos y déjenme sus comentarios.

Le dedico esta historia a todas las personas que siempre me apoyan con mis otros fics (por cierto perdón por comenzar una historia sin terminar otra ^^'') los quiero muchísimo a todos!!

Bueno la idea principal en la que me estoy basando para hacer esta historia es de una novela llamada "Las Gonzáles" de mi país, les digo que yo no he visto esta novela, por lo tanto solo me baso en lo que me han contado, y solo me gusto la idea principal (quitando lo culebrones y los rollos familiares ^^') así que si alguien que ha visto la novela y ve parecidos en mi historia, ya saben por que es ^^ aunque no creo que se parezca mucho.

Como se habrán dado cuenta estoy intentando con una forma de narración más personal, diferente, pero me gusta, díganme que tal les parece, es algo nuevo que estoy intentando, espero que les guste.

Por cierto también para hacer esta historia me inspire en "EL Fraude" de Shiomei y en "Por siempre" de Koneko-dono ¡¡Muchas gracias por ser mi inspiración, las admiro mucho!!

Por ahora no ha pasado mucho pero tengan seguro que se va a poner bueno, así que es principalmente un K+K, con S+M, M+A, y quien sabe si no saco otra pareja :P

Por cierto las palabras en '' son pensamientos. Díganme que les parece, yo acepto feliz todos los comentarios!!!

Kary

Ja ne