I.- Un correo
Kozo Fuyutzuki enciende con aire cansado y dubitativo su terminal de computadora en la oficina cercana al centro de mando.
Debería de tener privacidad, pero Gendo se la ha quitado casi por completo. Lo considera un peón más en su estrategia final.
Revisa algunos documentos, divaga entre algunas fotos enviadas por los supervisores de la construcción de los nuevos EVA's fuera de Tokio-3.
Decide entrar a su correo electrónico. Una de esas aplicaciones hechas a la medida por los desarrolladores de software ufanados de ser los mejores criptologos de su tiempo.
Un icono en forma de hoja de parra cambia de color rojo a verde, simbolizando la llegada de nuevos mensajes. Su rostro refleja entonces sorpresa y casi una sonrisa abierta,
Da click en la liga del asunto del mensaje y comienza a leer. Termina y con minuciosidad lo estudia. No parece una broma o una equivocación.
Vocean en el altavoz su nombre. Sale de la sesión y apaga la terminal. Avanza por los pasillos para encontrarse con Gendo Ikari.
II.- Contemplación
En los andenes de la estación se escuchaba el lejano ir y venir de un tren. Un semáforo va cambiando de señales a intervalos regulares y contrasta con el silencio afuera.
Uno esperaría ver automóviles circulando por aquí y allá, algunos con prisa rebasando a los demás. No es así. Estan vacías. Como si se tratara de un pueblo fantasma.
Después de un rato el tren llega al anden. Las puertas se abren y de él solo desciende una persona con una maleta muy sencilla. Piensa que ha estado lejos de casa durante mucho tiempo. Ya no reconoce ciertos paisajes. Se asombra con el tamaño de los nuevos lagos producto de los bombardeos, mientras consulta un mapa recién adquirido en la estación inicial.
Observa las montañas lejanas y recuerda el día en que partió. Saca de la bolsa de su camisa una hoja con una dirección anotada. Siguiendo el mapa camina sobre una avenida poco transitada. Son las 2 de la tarde y la cercanía con un parque y una escuela delatan cierto bullicio. Está algo cansado así que decide sentarse en una banca. Piensa por un instante una promesa. Esa persona seguramente tendría ahora 28 años.
Sale de la estación y camina por las calles, mirando aquí y allá. En un momento dado se detiene a comprar unos obento en una tienda.
Decide ir a un parque a comerselo. El sol pega de lleno, es un día caluroso.
Observa a través de los juegos de un grupo de muchachos cerca de él. Ve una imagen extraña. Era una chava como de catorce años de cabello azul y unos profundos pero inexpresivos ojos carmesí. Pero eso no es lo que lo sorprende. Su rostro recuerda al de Yui. Aquella mujer que le salvó la vida.
Se ha aproximado a la chava que vió. Desde hace un rato la contemplaba. Ella simplemente sostenía un libro, primero estudiando su forma, como deseando quedarse con la impresión de su peso, su forma y su tamaño. Después lo abrió y hojeó hasta cierta página amarilla donde se puso a leer atentamente.
Él no pretendía asustarla. Tenía curiosidad. ¿Porque era ta parecida a Yui? ¿Sus anómalos ojos carmesíes eran señal de albinismo? No.... No podían serlo ella no parecía tan débil y estaba haciendo sol. Un albino no lo soportaría.
La observa a cierta distancia. Un chavo pasa y saluda a la muchacha. Comienzan a platicar. Soujiro entiende que son amigos o conocidos. Ella no muestra alegría ni pena o miedo. Ese rostro no cambia de expresión.
Piensa - Estoy aquí parado, viendo la imagen de un ángel, ¿qué estoy haciendo? -
Da media vuelta y se encamina a las oficinas de NERV.
III.- La junta
En la sala de juntas de Seele los líderes del mundo deliberaban acerca del plan económico.
-- Señores, no podemos seguir con esta situación. Puede que no lo parezca, pero aún en el fin del mundo se requiere del dinero.
-- Bueno más bien no es tanto el dinero. Si no aquello que lo respalda. La riqueza. Podemos producir todo el dinero que queramos. Pero sin oro, madera o inclusive trabajo no sirve de nada.
-- ¿Y que nos dices de la gran idea de nuestros ancestros: el crédito?
-- Si abusamos de él, terminaremos como ellos, subordinados a aquellos que lo otorgan.
-- ¡Gendo! es por ello que no podemos seguir así. O determinas de una vez cuanto nos cuesta construir un EVA o justificas el porque no los hacemos en masa.
El comandante Ikari observaba este debate con su aire serio, sin interrumpir. Hasta que es invitado por ese último integrante de la junta interviene:
-- Pensar en dinero o en trabajo, o como lo llamó el presidente de la junta "Riqueza", no es más que una distracción. Estamos hablando de la seguridad y la supervivencia de la raza humana. Prioridades, eso es lo que pido que pongan en la mesa.
-- De nuevo con esa retahila. ¡No podemos avanzar si no te´pones en nuestros zapatos! Tienes hasta mañana para presentar un plan coherente, Un presupuesto completo de todo ese proyecto del EVA construido en Japón o tomaremos medidas drásticas!
Interviene Fuyutzuki
-- Señores, con el debido respeto. Intentamos negociar una situación en la que Tokio-3 y su geofront mantenga la administración de la construcción de EVA's como hasta ahora.
-- Inaceptable. Ya no se trata de administración. Gendo está llevando esto al área personal. Gasta dinero y no revela en que.
-- ¿Vamos a llevar esto ante la ONU?
-- !Ante cualquier instancia de ser necesario¡
-- ¿Aún refiriendonos a las facultades de NERV?
-- NERV por lo que a mi respecta y al resto de esta junta es una entidad "pozo". No produce dinero de vuelta.
Gendo solo se levanta y añade.
-- Pueden tomar la decisión que requieran. Pronto se darán cuenta de su error.
Sale del lugar con un aire molesto. La junta había ganado.
