I. ¿Qué eres capaz de hacer por ti y por los que amas? El castillo del Juicio de Dios.

En tierras lejanas, en tiempos ya olvidados, existió una reina cuya sabiduría era infinita. Podía discernir correctamente acerca de los asuntos de su reino con sagacidad y paciencia. No tomaba el camino difícil o superfluo sin antes considerar el valor de lo sencillo y lo simple, pero sólido. Mitsune era su nombre.

Pero era infeliz.....

El rey, su esposo, sufría de una terrible maldición. No podía salir de sus aposentos excepto el día del aniversario de bodas. De lo contrario la sentencia era morir lentamente debido a una extraña enfermedad de la piel. El antiguo mago y consejero de los reyes Fanel los maldijo por que no pudo derrocar al rey mediante un ejército.

Gracias al maestro de armas Kentaro se controló la rebelión a tiempo. Sin embargo nadie pudo romper el encantamiento.

Una tarde llegó un villano a la corte y contó a la reina Mitsune acerca de una leyenda. Un castillo labrado en el costado de una montaña alta junto a un lago. Si alguien podía entrar y pasar una noche ahí podría pedir un deseo, el que quisiese le seria concedido por Dios en persona. Pero a cambio no volvería a salir nunca más.

El camino a esa fortaleza era custodiado por seres gigantescos come-hombres impulsados por la ira. La mala suerte iba para aquél que pasara por allí sin entrar al castillo e intentar la prueba.

Organizaron entonces una búsqueda. La reina iría protegida por el maestro de armas y se convocó a un torneo para decidir quien los acompañaría. Se ofrecían grandes cantidades de dinero o la mano de la princesa Naru (que, claro era la más hermosa de todas las mujeres).

El día del torneo se presentaron muchas personas pero ninguno satisfacía el criterio de Kentaro. Peleaban con fuerza y decisión pero carecían de técnica. Otros se lanzaban llenos de ira y rencor. Eso no era lo que necesitaba.

Kentaro tenía un amigo, un antiguo compañero de batalla dedicado ahora a la herrería y forjador de espadas inigualables: Mishimune.

Mishimune estaba observando también el torneo. Entonces llegó un grupo nuevo: Un muchacho montado en una mula blanca, conducida por una joven. Detrás venía un caballero a pie y una persona delgada con visos de ser mago por llevar instrumentos extraños colgando de su cinturón.

La joven se presentó ante Mishimune y dijo: mi nombre es Motoko y traigo a mi señor el príncipe Keitaro porque ha decidido acompañar a la reina al castillo del juicio de Dios. Ha demostrado gran valor a pesar de su corta edad y ha peleado al lado de su padre. Desea participar en el torneo si se le permite. Mishimune los dejó pasar pero notó que Motoko llevaba una espada en la cintura ¿acaso participaría también?

Después se presentó el mago:

- He venido desde una tierra lejana escuchando acerca de la maldición que sufre el rey de este castillo. Me interesa el dinero y la princesa, por esa recompensa soy capaz de derrotar al mago Fanel. -

- ¿Cuál es tu nombre? - - Anfortas el mago de las tierras del Norte y poseo la habilidad de convocar a las diosas del destino Verandy, Urd y Skuld para protegernos de los sortilegios del castillo del Juicio de Dios.-

- Serás muy útil, adelante -.

El último era el caballero a pie. Pero era tan ridículo y tan impetuoso. Al adelantarse a saludar a Mishimune tropezó y casi cae a un charco. Era lo que se dice un torpe, además llevaba una pesada espada con el símbolo de una casta guerrera.

- Lo sss ssiento, perdón. Yo también quiero ir con ustedes -

- ¿En serio? ¿De dónde vienes? -

- Bueno, yo vengo de muy lejos de la tierra llamada de las Ilusiones Perfidas, perdón digo Perdidas -

- Tranquilo, no te haré daño, continúa. -

- Señor yo quiero demostrarle a una mujer de la que estoy enamorado que soy un hombre digno de casarme con ella. -

- Pero si estás hecho un manojo de nervios frente a mi, ¿cómo pretendes enfrentar los peligros? -

- Para llegar aquí mucha gente me ayudó y confié, aunque no los conocía. -

- ¡Eres un palurdo!, dime ¿quién te dió esa espada? -

-- Mi reina antes de morir. Se llamaba Kaolla.-

- ¿No te interesa la mano de la princesa Naru? -

- No señor yo sosossólo pienssso en Shinobu..... Mi prometida. -

- Adelante, si puedes triunfar en el torneo, nos acompañarás. pero dime tu nombre. -

- Mi nombre es Soujiro, Soujiro Hiko.-

Toda la tarde y avanzada la noche se continuó con la pelea. Volaban trozos de lanzas pesadas y otros caían de cansancio. Los villanos eran fuertes pero al no tener adiestramiento se cansaban fácilmente. Al final sólo quedaron el grupo de los más hábiles: Motoko y Keitaro, el mago Anfortas y el caballero cobarde Soujiro, además de una mujer: Kanako una especie de sacerdotisa de un culto ancestral.

Kentaro decidió quedarse con este grupo y partir muy temprano por la mañana. La reina Mitsune al fin tenía una esperanza y no se detendría ante nada.

¿Qué cómo lo logró el caballero Soujiro? Bueno tal vez es una mezcla de suerte y sus conocimientos de esgrima. Pero la suerte también forma parte del destino por eso Mishimune aceptó integrarlo.