Digimon no me pertenece, yo solo escribo por diversión y sin ánimo de lucro.

Drabbles varios acerca de los pequeños detalles que hacen del día a día algo especial. Hace tiempo que esta idea ronda mi cabeza, porque a veces me doy cuenta de las cosas tan extrañas que pienso, y quería escribir algún drabble así que este es el resultado.


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~ Pequeños placeres de la vida ~

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1. Taichi: No pisar las rayas

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Un pequeño salto. Otro más grande para llegar al otro lado. De puntillas, da unos pocos pasos.

Taichi, como casi en un ritual, avanza por la calle con la vista fija en el suelo. Con cuidado, se asegura de únicamente caminar por las baldosas rojas. Cuando el dibujo de la acera se vuelve monocromático, se limita a intentar encajar su gran pie en el centro de cada cuadrado.

Cruza un paso de cebra saltando para pisar solamente las líneas blancas. No aprecia la mirada confusa de los conductores, no le importa realmente.

Llega a una calle complicada, donde las baldosas son realmente pequeñas, así que se pone de puntillas.

Se tambalea. Un paso en falso. Y ya ha pisado la raya.

Con desesperación, busca a su alrededor una alcantarilla y corre a ponerse sobre la más cercana, siendo casi atropellado en el camino por una bici. Sonríe exultante cuando llega a tiempo y retoma su extraño ritual.

¿Nunca habéis jugado a no pisar las rayas por la calle? Él sí.

De pequeño imaginaba que, cuando daba un paso en falso, muchas serpientes salían del suelo y lo perseguían. La única manera de librarse de sus atacantes era correr hasta una alcantarilla, porque al tocarla sus enemigos desparecían, siempre y cuando fuera rápido.

Aunque no recordaba haber perdido nunca. Es lo que tiene jugar contigo mismo, nadie sabrá si haces trampas.

Ya está mayor para esas cosas, lo sabe. Pero, ¿quién dice cuándo debemos dejar de hacer cosas que nos encantaban de pequeños? Él lo sigue haciendo, sobre todo cuando ve que algunos niños empiezan a copiar su juego. Siente que es un maestro que les regala una enseñanza sobre la vida.

Un pequeño salto. Otro más grande para llegar al otro lado. De puntillas, da unos pocos pasos.

Así el camino hasta su casa es mucho más divertido.

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Delirios de pequeñas vivencias personales, no os asustéis por mis tonterías.