Todo le pertenece a la BBC, etc.
Donna, te extraño ;_;
El Doctor arribó justo antes que Donna y su familia lo hicieran. Wilf le había dicho a él que ella estaría llegando a eso de las cuatro a la heladería, también le dijo que iba los martes, jueves y sábados (en realidad el Doctor se le había sacado a Wilf sin que éste se diera cuenta). Cuando Donna llegó, sus corazones empezaron a latir más rápido.
Era tiempo de despedirse.
Por supuesto, no se acercaría a ella por si sus palabras desencadenaban algo, la vería desde la distancia como el cobarde que era. Pero, hey, siempre lo fue.
Donna, su esposo y sus dos hijas (a esto el Doctor sonrió) buscaron una mesa en donde sentarse y hacer cosas-que-los-humanos-hacen-cuando-piden-helado.
El Doctor supo que haber dejado a Donna sin memoria en la Tierra fue lo correcto, no lo mejor, ni lo más fácil, sino lo correcto, así ella podría tener esta vida de humanos que él nunca le dio, no a ella ni a Martha ni a Rose (oh, Rose…) y que si todo salía bien, se la podría dar a los Ponds. Era su tour de despedida, al menos con su muerte tenía que hacer algo bien.
Vio como Donna entretenía a una de sus hijas haciendo muecas graciosas y los demás se reían con ella. «¡Oi! Cómete todo eso, antes de que tu hermana lo haga por ti» escuchó con sus sentidos de Señor del Tiempo, Donna nunca cambiaría, de eso estaba seguro.
Como si lo hubiese escuchado, ella levantó la cabeza y lo miró raro. Él se congeló en donde estaba, ¿lo había reconocido? Se desparalizó poco a poco y la saludó con la cabeza, ella ladeó la suya y le sonrió levemente, asintiendo, por último se golpeó con los dedos en la sien y siguió prestándole atención a su familia.
Incluso aunque no recordara, Donna Temple-Noble era brillante.
