CAPITULO 1: Luchas sin fin
Un shinobi de pelo castaño y ojos como la luna saltaba de rama en rama por el bosque. Su maestro y sus compañeros de equipo le seguían cada vez más rápido pues eran perseguidos por ninjas renegados. Los cuatro ninjas de Konoha estaban cansados después de su lucha con otros shinobis. Habían estado persiguiendo a ninjas renegados que habían quedado sueltos después de la Cuarta Guerra. Después de cumplir con el objetivo de su misión, se dirigían hacia Konoha, pero gracias al byakugan del Hyuuga supieron que doce ninjas los seguían muy de cerca. Sabían que podrían con ellos, pero después de haber luchado antes siguieron corriendo hasta que su sensei les avisó de que no correrían como viejecitas. Ellos no eran de los que escapaban de las peleas. Al pararse, decidieron que pelearían cada uno contra tres.
Cuando llegaron al lugar donde se escondían los shinobis de Konoha, los doce ninjas fueron atacados por varios kunais y shurikens, procedentes de los árboles que los rodeaban, alcanzando a varios que cayeron al suelo muertos. En seguida, los cuatro ninjas se dejaron ver y empezó la lucha.
Al principio, parecía que los renegados iban ganando, pero al final los de Konoha pudieron con ellos.
Estaban muy heridos y, para recuperar energías, decidieron descansar unas horas y comer algo.
Cuando transcurrió una hora, se pusieron en marcha con la luna llena y las estrellas alumbrándoles el camino. Cuando el sol empezaba a asomar por el horizonte, Tenten se dio cuenta de que el ojiperla corría más lento de lo normal. No le dio mucha importancia. Pensó que estaba en guardia por si atacaban otra vez.
Mientras Tenten se ponía a su altura, Neji notó que veía borroso y que le fallaba todo el cuerpo. De repente, se cayó aunque no llegó a tocar el suelo ya que su sensei lo cogió a tiempo.
-Debemos llegar rápido a Konoha – dijo cogiéndole la muñeca -. Su pulso es muy débil. Deben de haberle envenenado.
Sus dos alumnos asintieron y se pusieron a correr rápidamente. Al mediodía apareció ante ellos las grandes puertas de la aldea.
-Yo tengo que ir a avisar a Tsunade-sama de lo ocurrido – les dijo Gai-sensei a sus alumnos mientras le entregaba a Lee un Neji inconsciente -. Lleváoslo rápido al hospital.
- ... -
En el hospital de Konoha, una linda kunoichi de penetrantes ojos verdes y largo cabello rosa, estaba en su despacho mirando unos papeles cuando, de repente, entró una enfermera.
-Sakura-chan se requiere su presencia en el quirófano. Acaban de llegar los alumnos de Gai con Hyuga-san inconsciente y malherido.
Sakura se levantó rápidamente y se dirigió hacia el quirófano para ver que le pasaba a su compañero. Se dio mucha prisa en llegar pues debía de estar muy grave para que ella se tuviera que encargar de él.
Al entrar, vio al ojiblanco como le había dicho la enfermera: inconsciente en una camilla, respirando con dificultad y lleno de heridas por todo el cuerpo. Lo raro era que parecía que no eran graves pues a simple vista no eran profundas. Aún así empezó a curarlo, no sin antes decirles a todos que esperasen fuera hasta que ella acabara.
Aún con ayuda de unas enfermeras, tardó mucho en acabar pues al parecer tenía veneno en la sangre a causa de las heridas. El proceso de limpieza de la sangre era complicado y uno de los kunais había herido uno de los ojos del joven. Temía que hubiese dañado la visión del ojo derecho. Cuando salió, aparte de Lee y Tenten que no se habían ido, habían llegado el patriarca del clan Hyuuga y su hija Hinata. Todos se levantaron y le preguntaron cómo estaba el joven, pero tenía que hablar primero con Hiashi Hyuga a solas.
- Está bien –dirigiéndose al patriarca-, pero deberá guardar reposo durante dos meses como mucho. Le he curado todas las heridas y su sangre está limpia del veneno, pero sufrió una herida en el ojo derecho. Temo que haya podido afectar a su visión, pero eso no lo sabremos hasta que despierte. Lo más aconsejable es que un médico visite a su sobrino durante el tiempo que tarde en recuperarse. Si ha dañado su visión tendrá que hacer rehabilitación.
- En ese caso quiero un médico que esté a su cargo las veinticuatro horas del día. No puedo correr el riesgo de que afecte a su byakugan. – Después de un rato pensando añadió - : Me gustaría que te ocuparas de su seguimiento médico tú, Sakura. Quiero que mi sobrino esté en las mejores manos y, dado que Tsunade te entrenó muy bien, quiero que te ocupes tú de él, si la Hokage no tiene inconveniente.
-No creo que pase nada, Hyuga-sama. Estos días en el hospital no hay casi ningún herido de gravedad. No habrá inconveniente.
-Muy bien. En ese caso te quedarás a dormir en una de nuestras habitaciones para invitados cerca de la de Hinata, si así lo prefieres. Así te resultará más fácil cuidar de él.
Sakura aceptó. Y, mientras le explicaba al Hyuuga lo que tendría que hacer, pensaba que así podría acercarse más al Hyuga. Era el único con el que no hablaba mucho y, las pocas veces que hablaron, fue un buen compañero de charla y muy amable con ella.
- ... -
Cuando Hiashi y Hinata se fueron, Sakura fue a ver como estaba Neji. Al entrar en la habitación, se acercó a él. Empezó a revisar sus constantes vitales y a preguntarse cuándo despertaría. Quería saber lo antes posible si su visión, y más importante su byakugan, habían sido dañados.
