Disclaimer: nada de esto es mío, todo es de J.K.Rowling porque tiene más dinero y posiblemente su propio código postal.

Bien, personalmente a mí, las vacaciones de verano me golpean duramente en la vena de la imaginación, no sé si estoy loca (es lo más seguro) pero siempre quise hacer un fic POV James, creo que siempre me gustó ese aire divertido que tenía al estar enamorado de Lily, y bueno yo solo lo escribo y lo subo, y si a algún alma caritativa le gusta y quiere dejar algún review, yo lo recibiré con gusto y lo responderé como es debido.

Aclaraciones: esta no es una historia con una trama, son capítulos sueltos desde el punto de vista del chico y algunos comentarios y conclusiones de sus amigos. En total, van a ser cinco capítulos en la vida escolar de James, Lily y los merodeadores. Esto no quiere decir que me voy a demorar con mis otros fics, porque este está prácticamente listo. Así que, no me maten.

Eso, disfrúten el fic y muchos besos.

R.S.Black


I. Primera fase: Atracción

(O la manera en que me di cuenta de que Lily Evans también tenía pechos)

Amargada

Esa fue la primera impresión que tuve al ver a esa chica pelirroja que gritaba al final del pasillo mientras se acercaba a nosotros cuando encantábamos a Quejicus. Una pequeña niña de trece años con las orejas encendidas por la furia y la indignación, no era algo que se viera todos los días allá en Hogwarts. Por lo general, nuestras bromas eran memorables y todos se reían y hablaban de ellas por varios días hasta que mi buen amigo Sirius Black se metía una uva en uno de los agujeros de la nariz y tiraba un misil a la mesa de los profesores. Sí, eso era una gran noticia en el colegio. Aunque creo que el castigo de limpiar la lechucería fue aún mejor. Se lo preguntaré a Sirius la próxima vez que lo vea.

Remus aún lo molesta con eso de Lávate, Canuto. La lechucería te dejó graves secuelas.

Cuando encantábamos a Quejicus, las personas hacían un gran círculo a nuestro alrededor para ver que idea teníamos esa vez para probar con nuestro ratón de laboratorio. Ese día, simplemente le dimos la apariencia de una serpiente, nada peligroso ni del otro mundo, pero claro, Evans tenía que pegar el grito en el cielo diciéndonos que éramos unos delincuentes juveniles ¡Ja!¿Nosotros?¿Delincuentes? La mente de esa chica no tenía límites.

Y dos años después lo seguía demostrando. Cada vez que ocurría algo fuera de lo normal, me miraba a mí con los ojos entrecerrados, diciendo algo así como Madura de una buena vez, Potter y después de eso, se daba la vuelta lo más dignamente posible sin tomarse la molestia de mirar atrás para percatarse de que yo estaba sonriendo. Si, porque para mí era satisfactorio hacerla enojar. Y la cantidad de puntos menos al día siguiente, se los pueden demostrar.

Nunca antes me había importado lo que ella pensara. En serio. Todo en mi vida era diversión y Quidditch. Hasta que pasó eso.

Como todo chico de quince años, yo era un completo idiota si de mujeres se trataba. Estaba en plena etapa de la pubertad y mi vida se reducía a dos cosas:

Quidditch y lo que Sirius denominaba como un buen par de delanteras, querido Cornamenta. Claro que sabía a lo que se refería, nuestra mayor diversión en las noches era ver un rato esas revistas muggles que Sirius tenía bajo el colchón de su cama. Era eso lo que hacíamos a los quince años, ver mujeres con hermosos cuerpos mientras reíamos y babeábamos bajo la luz de una linterna.

Si días atrás me hubieran dicho que algo así me iba a pasar, primero me moría de la risa y después hechizaba al que me lo dijo para que se diera cuenta de que nadie le jodía la vida a James Potter. Claro que después, me hubiera tragado mis palabras porque precisamente eso sucedió.

Los días de verano siempre me habían gustado. Los juegos cerca del lago eran los mejores y la manera en que nuestros pies se enfriaban con el contacto del agua era gloriosa.

A Sirius le gustaba acostarse bajo la sombra del gran árbol cerca del lago y dormir un rato en los descansos-esto si es vida, Lunático-. A Remus le gustaba leer uno de sus libros de Poe y Peter adoraba mojarse el pelo. Yo, por supuesto, adoraba que las chicas frente a nosotros jugaran un rato con el agua sin darse cuenta de que sus escotes se agrandaban un poquito y que sus sujetadores se veían tras la transparente tela de la camisa del uniforme. No soy un pervertido, claro que no, pero esa visión no se podía desaprovechar así como así-toda la razón, Jimmy-.

Ese viernes, el profesor de pociones tuvo que ausentarse por un asunto importante y nos dieron sus dos horas de clases libres para descansar. Sirius, Remus, Peter y yo fuimos al lago para jugar un rato. Al llegar, vi a las mismas chicas de siempre mojándose y un poco más allá estaba Evans con los pies sumergidos en el agua. Al ver que los demás ya habían empezado a hacer lo de siempre, yo decidí divertirme un rato molestando a la chica pelirroja. Dije que volvería en un momento y me acerqué a ella para darle una sorpresa por detrás, claro que la chica se me adelantó y me dijo sin voltearse:

-Sea lo que sea que vallas a hacer, Potter, será mejor que no tenga nada que ver conmigo. No quieres saber lo que se siente tener una prolongación menos en tu anatomía, y créeme que yo sé un buen hechizo para que sepas lo que se siente.-esa chica siempre tuvo mal carácter, desde que me conoció, nunca dejó de mirarme mal y criticarme.

-No te creas tan importante, Evans, tengo mejores cosas que hacer que molestarte un rato.-me senté junto a ella y sonreí al ver que se apartaba.

-Y yo tengo mejores cosas que hacer que sentarme junto a ti cerca de un lago.-Evans iba a levantarse, pero yo me apresuré y me levanté justo a tiempo para evitarlo. Claro que no tenía nada mejor que hacer que molestarla, pero tengo un orgullo y no me dejo vencer fácilmente.

-Oh vamos, Evans ¿En serio te vas a ir?

-Si soltaras mi brazo podría hacerlo, idiota.

-Quédate un rato más, ya verás que la pasamos bien.

-Una proposición tentadora, pero no gracias, así que…¡Suéltame!-agitó su brazo para zafarse, pero mi fuerza era superior. Claro que al cabo de unos minutos, recurrió a otros medios. Con la mano libre que tenía, tocó mi pecho y me empujó hacia al lago, yo no la solté y mi único pensamiento era: Si yo voy, tú vienes conmigo.

Y así fue, ambos caímos estrepitosamente en el lago. Varios voltearon a ver y se acercaron para saber que ocurría. Al salir a la superficie, me di cuenta de que Peter, Remus y Sirius estaban en la orilla. El último decía algo así como si querías tomar un baño, Potter, hubieras esperado a llegar al castillo. Peter me ayudó a salir y Remus ayudó a Lily, que más furiosa de lo que le había visto nunca, salió del lago apretando los puños, bufando y despotricando por lo bajo.

-Muchas gracias, Potter, por la gran demostración de que los idiotas aún existen en este planeta.-ese fue un golpe bajo. Yo lo sabía, Remus y Sirius lo sabían. ¡Hasta Peter lo sabía!

El problema era que mi vista no iba más allá del escote de Evans y el borde del simple sujetador blanco que sobresalía de la camisa mojada.

Ese día fue memorable, no solo por la sonora cachetada que me dio la chica al notar donde estaba posada mi mirada, ni por el sonrojo de la susodicha al salir de ahí dignamente dando grandes zancadas.

Ese día fue memorable, simplemente porque me di cuenta de que algo que no conocía muy bien había ardido en mi pecho al verla mojada.

Y claro, me di cuenta de que Evans era una chica. Con piernas, trasero, pechos y todo lo que eso conllevaba.

Estás mal, Potter, muy mal…


Eso era.

Bueno, si algún alma caritativa quiere otro capítulo y quiere dejarme un review, ya dije, lo recibo con las manos abiertas y lo responderé como es debido.

Besos

R.S.Black