Descargo de responsabilidad: ya, ya lo sé… Ni Skip Beat ni sus personajes son míos…


SUBASTA

Fue un error. Un lamentable error…

Los operarios encargados de la mudanza dejaron esa caja atrás y Okami-san pensó que era una más de las destinadas a la basura.

Unos días después, cuando todavía no se ha apagado el revuelo mediático de la boda del siglo, la noticia llegó a la prensa. Televisión, radio, prensa escrita, redes sociales… Por todas partes se hablaba de los misteriosos muñecos de Tsuruga Ren que se habían vendido en iBey por millones de yenes.

Todo el mundo quería uno y la página web estuvo a punto de colapsarse. Las pujas se iniciaron, rabiosas, feroces, despiadadas, en su afán de hacerse con un Tsuruga Ren tan realista. Un Sonrisa celestial, un Regañador, un Príncipe de las hadas, un Dios de la muerte, sin olvidar los distintos modelos de R'Mandy y de Cain Heel. Pero sin duda, el más cotizado, y por el que llegó a pagarse una cantidad escandalosa, fue el Febril en pijama.

Se vendieron absolutamente todos. Incluso unos cuantos del cantante Fuwa Sho que formaban parte de los lotes, aunque no con tanto éxito…

Nadie sabe de dónde salieron y el vendedor hace bien en mantener el anonimato. Los coleccionistas llenan las redes con sus deseos de que el artesano que confeccionó estos muñecos vuelva a encontrar la inspiración para seguir brindando su maravilloso don al mundo.

Okami-san suspira y apaga el televisor. ¿Cómo se lo va a decir a la muchacha?

Kyoko-chan tendrá que conformarse con el original… ¡Qué gran desdicha! ¡Pobre Kyoko-chan!, piensa Okami-san con una sonrisa traviesa. Pero seguro que ahora podrá añadir mayor realismo y precisión absoluta a sus nuevos muñecos… Ella todavía recuerda bien su luna de miel…