Rose caminaba apresurada por el pasillo, tenía que ir a la biblioteca a hacer una redacción de pociones. "Porque no lo habré hecho antes, maldito Slughorn" Pensó la chica. Solo faltaba una hora para el partido y debía ir a ver a su primo Albus que debutaba como buscador de Slytherin. Se dirigió hacia la puerta de la biblioteca. Cuando se disponía a ingresar, una figura rubia se cruzó en su camino, estorbándole el paso.
-Malfoy- Murmuró fríamente la pelirroja.
-Rosie- Dijo arrastrando sus palabras.
-Weasley para ti ¿Qué quieres?- Dijo, cortante, Rose.
"Estúpido rubio oxigenado, quien se cree que es, solo por ser un Malfoy piensa que puede molestarme todo el tiempo. Pero no, ésta no se la dejo ganar, le dejaré un ojo morado marca Weasley" Pensaba la pelirroja. "Bueno, tal vez no es para tanto, pero le daré una buena lección"…
-Eh Rosie ¿A qué se debe tu cálido recibimiento?- Dijo el rubio con claro sarcasmo.
-Me harías el grandísimo favor de apartarte de mi vista? Tírate al lago, tal vez, si tenemos suerte, el calamar gigante se compadecerá de ti y te comerá- Murmuró la chica sonriendo falsamente.
De un empujón sacó al rubio de la puerta e ingresó a la biblioteca. Para su desgracia él la siguió. Se sentó en una mesa cercana a la ventana y examinó al chico con la mirada… "No es endemoniadamente guapo, no entiendo el porqué todas las chicas andan detrás de él".
-¿Vas a hacer tu tarea o estarás todo el día mirándome? Por cierto, límpiate la saliva Weasley, no querrás babear tus preciados libros- Dijo el Slytherin.
-Si hago o no mi tarea no te incumbe Malfoy. Porque no vas a besuquearte con la hueca de turno? Ya no soporto respirar el mismo aire- Dijo la Griffindor, pensando que con eso se lo sacaría de encima.
Scorpius ignoró su comentario y se sentó en frente a ella. Esto solo empeoró el ánimo de la pelirroja.
-¿Qué rayos crees que haces?- Dijo la chica moderando su tono de voz.
-Tarea. Algunos aún nos preocupamos por nuestras notas- Respondió desafiante mientras sacaba un pergamino y una pluma.
Rose soltó un bufido, parece que tendría que soportar la presencia del rubio toda la maldita hora. Hizo un esfuerzo e intentó concentrarse en su hoja, algo que le pareció casi imposible, ya que sentía la mirada del chico sobre ella todo el tiempo. Al cabo de medio hora, exclamó desesperada:
-YA BASTA- al sentir el "Shh" de la bibliotecaria, bajó el tono de voz- ¿Porqué me miras?
-Pienso que te ves tierna cuando estás concentrada- Dijo el rubio tranquilo.
No, eso no. Ella había esperado insultos, mentiras, excusas, cualquier cosa menos eso. Sintió la sangre acumularse en sus mejillas y bajó la mirada arrepentida de haber preguntado. Porque diablos siempre quería saber todo, definitivamente eso no necesitaba saberlo. Al darse cuenta que hacía el ridículo frente a Malfoy, levantó la mirada y se dio cuenta de que él ya no la miraba, si no que estaba concentrado en su libro de transformaciones. Intentó no pensar más en el Slytherin y continuó (o mejor dicho empezó) su redacción. Luego de quince minutos terminó (no por nada era hija de la famosa Hermione Granger ). Recogió sus cosas y se dispuso a salir de la biblioteca.
-Ehh… Weasley- Murmuro inseguro el chico.
-¿Qué sucede?- Dijo en tono neutral.
-Lamento haber derramado el tintero sobre tu túnica hoy en Encantamientos…- Respondió apenado el rubio.
-No hay problema- A la pelirroja parecía haberle mejorado el ánimo. Se dio la vuelta y continuó caminando.
- También lamento haber dicho que tu pelo parece un nido de acromántulas- Rose sintió su voz detrás de su nuca. Al darse vuelta se encontró con la boca de Scorpius rozándole la punta de la nariz y su fresco aliento invadir sus fosas nasales- A decir verdad, tu pelo me encanta- Susurró cerca de su boca.
Rose fue retrocediendo hasta quedar acorralada contra una estantería. Sentía que su corazón iba a salirse de su pecho, sus piernas temblaban y de su boca no salía sonido alguno.
-¿Te comieron la lengua los ratones Rose? O mejor dicho los hurones, No?- Susurró el rubio rozando sus labios con los de ella.
Rose sintió desfallecer al rozar los finos labios del Slytherin. Percibió el olor a menta que emanaba de su boca. Cerró los ojos y esperó que él la besara. Pero al no sentir su tibio aliento los abrió y vio al rubio con una sonrisa arrogante.
-No sería correcto Rosie, tu abuelo nunca permitiría que te cases con un sangre pura- Dicho esto salió camino al campo de Quidditch, dejando a una Rose totalmente confundida que emanaba furia de sus poros "Ésta me la pagarás, no hay duda"...
