Prólogo
La pequeña Josephine March, Jo. Orgullosa de ser el hombre de la casa, como su querido padre había proclamado al tiempo de marcharse a la guerra; jamás había demostrado debilidad, ni la más mínima lágrima por nada…
Nada excepto por las cosas que amaba, como aquella vez que su egoísta y vanidosa hermana menor había quemado su obra maestra, ese manuscrito en el que había puesto el más grande de los esfuerzos; el trabajo de todo un año hecho cenizas. O cuando Meg había decidido dejar atrás la niñez y contraer matrimonio con John Brooke ¡Sí que pensaba que su hermana la iba a abandonar!
Una vez más los recuerdos invadieron su mente, precisamente cuando todos disfrutaban de una feliz Navidad ella se lamentaba del compromiso de su queridísima hermana. Sólo una persona se encargó de reconfortarla diciendo las palabras que más quería oír.
Pero, ¿eran algunas de esas las razones por la que se hallaba frente a aquel hermoso piano de cola, sola y lamentándose con silenciosas lágrimas?
Su familia y sus manuscritos eran lo único que ella amaba con toda su alma ¿No es así? Entonces, ¿por qué suspira, entre llantos, el nombre de ese joven que tanto tiempo fue su vecino y, aún más, su mejor amigo?
¿No ve, acaso, al "anciano señor" que la observa atentamente? Para la suerte de Jo, el caballero había adivinado qué era lo que la atormentaba y ya se había formulado un ingenioso plan que haría que las lágrimas de esa joven señorita desaparecieran.
Bueno, aquí el prólogo de lo que promete ser una gran historia (o eso espero).
¡Disfrútenlo!
SissiDarcy.
