¡Drabble, dedicado a mi Zorro Rojo!

Sinceramente, el KagaKuro no me seduce, ya que el AkaKuro es mi OTP, pero tuve ganas de hacértelo, mujer. ―beso, beso.―

Te amo, y lo sabes. *corazónzónzón así bien grande[?]*

Kuroko no Basket es propiedad de Fujimaki Tadatoshi.

[ Dedicado a: Layla Redfox. ]

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Sentimiento rebosante

El temporal había mejorado respecto al anterior día, por ello, los pájaros salían nuevamente de sus hogares, para buscar alimentos y nutrientes; los niños se dirigían a los parques más cercanos a sus casas, jugando con sus amigos; las mascotas iban por aire libre revoloteando por todos lados, y, finalmente; parejas que por todos lados podías ver.

En esto, podemos encontrar especialmente a dos personas que se encogieron en el asiento de un restaurante de comida rápida; Maji Burger.

―Kagami-kun… ―Tetsuya inhaló aire buscando la calma (que raramente se iban de sus manos, no obstante…) y cerró sus ojos, luego lanzó un suspiro, entrelazando suavemente, y con un leve sonrojo en sus mejillas, su mano con la del pelirrojo.

―¿Eh? ―Taiga levanta la vista avergonzado de lo producido por el contrario, así observando un poco desencajado por la repentina mirada fría y seria ―pero de alguna manera, cariñosa―, de la sombra.

―Mis sentimientos por ti son tantos, que siento que se desbordarán con tan sólo susurrarlos… ―ante aquella inesperada confesión de Kuroko, Kagami no sabía qué hacer. Las mejillas de éste último se encontraban rojas al igual que sus orejas y manos. La vergüenza podía percibirse a metros, y de lo más posible, reírse delante de la pareja por tal escena. Tetsuya tal vez podría hacerlo de todas formas, pero no lo hacía, simplemente; porque estaba en un estado similar o de más peligro que el más alto.

―E-eso… ¿eh? ¿Ah? ¿Qué? ―Kagami consiguió balbucear solo palabras incoherentes y de no mucho sentido, así que simplemente se calló.

―S… ―las palabras de Kuroko se trabaron en su lengua y se sorprendió. ―Sólo quería que lo supieras…

Un sentimiento de ternura cruzó por el corazón (o cuerpo, quién sabe) de Taiga.

Su mirada se suavizó aún más que de costumbre y sonrió.

―¿Kagami-kun? ―preguntó desconcertado al no escuchar ninguna respuesta, todavía con su cara de: no-me-sorprende-ni-siquiera-un-Akashi-volando-con-vestido-y-tijeras-negras.

Pero en su rostro se percibió más de un atisbo de sorpresa, que lo hizo quedarse en shock. Oteó el rostro de Kagami más cerca que antes.

Dio un respingo de sorpresa.

―Y-yo…, también. ―masculló reticente Kagami. ―Pienso igual… que tú, maldito asustador.

Kuroko curvó sus labios y posó estos últimos en los de su actual luz.