La propuesta

1950

"Pasa, Steve, adelante" la voz de aquella mujer hermosa con una dulce sonrisa solo propiciaba a que Steve se sonrojara aún más, asintió murmurando un tímido "Gracias" y pasó a la gran sala de aquella mansión poco conocida. Sus dedos moviéndose nerviosos.

"¿Una taza de té?" preguntó con la misma cálida sonrisa.

Sus ojos eran castaños, un castaño amielado que robaba suspiros de cualquier que se atreviera a mirarla por más de 10 segundos, Steve bajó la mirada, su tez era pálida y su cabello castaño claro caía suelto hasta su cintura, vestía un conjunto negro con blanco, la falda a la rodilla y tacones de no más de 5 centímetros, un collar de perlas en su cuello, y varios diamantes en sus múltiples anillos, vestía como toda una burguesa de los años 50's, como la digna esposa de un millonario. Steve tragó con dificultad, no estaba acostumbrado a tanta opulencia económica, de hecho apenas se estaba acostumbrando a Howard.

"No gracias madame, estoy bien" dijo aún tímido y escucho la ligera risa de ella, no podía evitarlo, María era una mujer cautivante, levantó la mirada y sonrió tímidamente.

"Howard vendrá en seguida" dijo sonriente y salió de la enorme sala alfombrada, dos mucamas siguiéndola.

Después de varios minutos un hombre vistiendo un chaleco tinto, camisa blanca, pantalón de vestir negro y manchas notorias de aceite en su cara entró a la sala, estaba platicando animadamente con el mayordomo.

"Capitán" dijo sonriente y Steve asintió.

"Señor Stark, Pegg… La agente Carter me informó que quería verme"

"Está bien Steve, calmado, puedes llamarle Peggy, sé que llevan saliendo ya dos años" Steve asintió sonrojándose aún más.

"Por cierto, ¿Es mucho tiempo ya, no? Creí que se casarían de inmediato" dijo caminando con un vaso vacío hasta la botella de licor que tenía sobre la mesa de caoba del comedor, Steve asintió de nuevo.

"No he encontrado el momento de proponerle" dijo honesto y Howard lo volteo a ver con una enorme sonrisa

"El momento es lo de menos, ella te diría que sí en donde fuera" dijo con una amplia sonrisa y caminó hasta Steve, extendió su mano desocupada y Steve la tomó en un firme apretón de manos.

"¿Y para qué soy bueno?" preguntó curioso y Howard levantó una ceja tentativamente.

"Ven, tengo que mostrarte algo" dijo y salió de la sala, Steve permaneció parado en donde lo había dejado, hasta que escuchó el grito lejano de aquel hombre "Sígueme"

Steve volteo a sus alrededores, la casa perfectamente ordenada, las maderas más caras, las alfombras de miles de hilos, floreros artesanales con flores naturales por doquier, demasiada servidumbre para una pareja de recién casados, tragó saliva con dificultad y obedeció.

Bajo unas escaleras oscuras hasta llegar a un sótano donde al parecer era el estudio de Howard, miles de máquinas distintas, misiles, herramientas, manchas de aceite y planos por doquier. Steve intento caminar cauteloso.

"Procura no tocar nada, el 80% de lo que hay aquí son bombas funcionales" Steve lo volteo a ver nervioso esperando que fuera una broma. No lo era.

Lo siguió intentando pisar donde el pisaba, Howard se detuvo frente a una capsula metálica que despedía luz azul cielo y en la que se leían muchos números distintos.

"¿Qué es eso?" Steve preguntó curioso.

"Tengo una teoría. Pero necesito que me escuches con atención Steve"

Steve asintió algo asustado.

"Creo que inventé una máquina del tiempo"

Steve volteo a ver la capsula con ojos abiertos y con los labios entreabiertos, quería decir tanto pero no encontraba las palabras, Howard levantó la mano pidiendo silencio.

"He estado haciendo cálculos e intente viajar en ella yo mismo, viaje al pasado, no mucho, solo dos horas atrás y me di cuenta que tenía el poder de cambiar los actos que hacía y que estos repercutían notablemente en mis siguientes minutos. Intente viajar hacia adelante, una hora adelante cuando tú me dabas la respuesta de lo que te preguntaré al final, aún no sé si este momento es repetido o es el primero, no lo sé a ciencia cierta pero tengo una teoría al respecto.

Existen varias realidades alternas, por ejemplo, en una perdemos la guerra, en otra la ganamos. Ambas se desarrollan perfectamente con sus causas y consecuencias, ambas son reales, y en ambas habitamos, solo que no somos conscientes de ellas, por eso creemos que está es la única.

Mi plan era hacerlo yo mismo, y puedo viajar al pasado cuántas veces quiera, sin embargo mi condición física no soporta viajar al futuro, es mucho más desgastante, no sé si envejecería en el intento o tal vez incluso, moriría. No sé si morir en el futuro repercuta directamente en el presente, aún nada está seguro.

Sin embargo estuve analizando tu composición física y tú excedes los parámetros, tú podrías volver en el tiempo, pasado, futuro…. Las veces que quisieras"

Steve asintió algo asustado, adivinando hacía donde iba esto.

"Necesito que avances en el tiempo"

"¿Por qué?" Steve preguntó confundido

"Necesito la fórmula de Erskine, entre otras cosas"

"¿Por qué es tan necesario? Me tienen a mí, la guerra se ganó"

"Sí, pero Steve, imagínate, con lo que nosotros dejamos, nuestro legado es su punto de partida para seguir creando, si nosotros dejáramos lo que ellos ya crearon, ¿Te imaginas? Sería una revolución tecnológica que dejaría en vergüenza a la revolución industrial. Es una evolución universal, conocer no el mundo, el sistema solar, las galaxias… Steve, es el futuro"

La voz de Howard estaba exaltada, hablaba apresurado, sus ojos castaños brillando vívidamente, la emoción de un hombre de cambios, de ciencia, Steve se sentía aterrado ante la idea, sin embargo los argumentos de Howard eran válidos, sería una evolución constante para todos.

Asintió asustado.

"¿Aceptas?" preguntó incrédulo y Steve lo vio temeroso.

"¿Es por el bien del país y la humanidad, no?"

"Por supuesto"

"Entonces te ayudaré en todo lo que pueda" dijo y Howard le regaló una sonrisa deslumbrante.

"Vamos a ir moviéndonos a una realidad alternativa vecina, una en la cual la guerra no se gana gracias a Inglaterra, sino a América"

"¿Existe?"

"Todo existe Steve"

"¿Por qué no analizamos la realidad en la que habitamos?" preguntó temeroso de quedarse absorto en realidades desconocidas.

"Porque en esta realidad todos los derechos sobre ti, sobre la fórmula de Erskine y los avances tecnológicos están al mando de Inglaterra, necesitamos ganarla nosotros, para poder tener el control de esto"

"¿Para qué tener el control si ellos están de nuestro lado?"

Howard soltó una risita

"Steve cada país ve exclusivamente por su gente, si a América lo abate una epidemia, Inglaterra no moverá un solo dedo sino para conquistarnos de nuevo. Necesitamos haber ganado nosotros"

Steve asintió de nuevo.

"Nos vamos a ir de vuelta a la guerra, un año así como eso de 1944. Será rápido, solo para que nos digas cómo está la situación, el pasado no me interesa, solo el futuro" Steve asintió de nuevo "Después nos iremos por décadas. 1960, 1970, 1980… etc."

"¿Cuándo empezamos?" preguntó nervioso y Howard sonrió agradecido.

"Si quieres coméntale a Peggy, tómate el día para pensarlo y mañana a las 10 de la mañana te veo aquí"

"Gracias, con permiso Señor Stark" dijo y extendió la mano temblorosa, Howard sonrió desinteresado y sacudió su mano.

"Por favor, dime Howard" dijo sonriente y Steve no pudo evitar sonreír avergonzado.