Sirius caminaba por los terrenos de Hogwarts, venía de hacer una broma a los Slytherins que tenía que contar a sus amigos en cuanto los encontrara.
Cornamenta estaría en practicas de quidditch mientras que Remus estaría estudiando para el próximo examen de Mcgonagall y Peter… bueno, no sabe muy bien donde estaría Peter a esas horas, si comiendo o durmiendo después de anoche.
Habían hecho una salida hacia el bosque prohibido en forma de animagos, excepto Remus por obvias razones. Aunque en realidad todo eso estaba quedando en segundo plano, las bromas, las salidas… lo único que le motivaba eran sus amigos. Unos verdaderos amigos en los cual confiar más que en su familia, pero claro ese no era su único motivo… el segundo era Lily Evans.
Sí, se había dado cuenta demasiado tarde que la quería. Había disimulado muy bien sus sentimientos, contaba con años de práctica de relaciones superficiales con chicas. Aún así, cada vez que la veía sentía que iba a perder el control… ese pelo rojo comparado con el fuego, con la libertad del fuego y lo imparable que era que le recordaba al carácter de la pelirroja respecto a James y esos ojos verdes que definitivamente eran su color favorito. El tercero después del rojo y el dorado por supuesto, al fin y al cabo era un Gryffindor.
Era una locura, dicen que lo prohibido se vuelve tentador y Lily no le podía parecer más excitante… y se consideraba un traidor, estaba mintiendo y traicionando a la única familia que le importaba, y más a su hermano James.
¿Pero qué podía hacer? él también la amaba… y no pasaba ni un día ni una noche en los cuales no se odiara por ello. Él ni siquiera merecía a Cornamenta, merecía que le lanzaran un Avada Kevadra. Se sentó en el césped lejos del castillo, toda esa emoción había desaparecido y sólo tenía ganas de llorar… era irónico como después de haber hecho llorar a muchas chicas, aunque él siempre les decía que no era nada serio, estuviera llorando por amor. No quería creer que era karma ni que se lo merecía, era mucho menos doloroso buscar alguna excusa…
Y al pasar los años conoció a Harry, Harry Potter… el apellido de su mejor amigo y el que Lily adoptó. Y cuando lo miraba podía verla a ella… porque sólo era un bebé pero desprendía su dulzura, e intuía que tendría parte de su personalidad, de los dos, de James y Lily…
Lo quería tanto como a su amigo, pero a veces, sólo por unos segundos, se permitía no hacerlo por no ser su hijo. Se decía que no tenía que protegerlo cuando era la prueba viviente de que la pelirroja nunca fue ni sería suya. Después volvía a apartar ese pensamiento junto a los recuerdos de su juventud diciéndose que él no era un verdadero Black y tenía que demostrarlo, no podía ser como sus parientes… pero se preguntaba si era algo genético.
- ¡Avada Kedrava! - gritó una mujer.
Se quedó allí en la Sala de las Profecías quieto, paralizado, incapaz de articular palabra. ¿Quién diría que su odiada prima acabaría con su tormento? día tras día había deseado un descanso y ahora lo tenía.
Miró a Harry por última vez, y aunque sabía que no tenía derecho a que él le tuviera cariño, se dijo que al menos ellos pudieron ser felices, por un corto tiempo, pero lo habían sido y esa era su recompensa…
Notas de autora: Tenía pensado un fic de humor pero esta idea se me vino a la cabeza y preferí elegirla, ya que no sabía si el otro sería suficientemente divertido xD
Por último, este fic es para el reto "La Noble y Ancestral Casa de los Black" es mi primer reto y espero que quedase bien xD si les gusta dejen review!
