###Los derechos de esta serie y sus personajes son de su autor.
yo solo creo historias nada más.#####
Mamá ahora y siempre.
Chapter I
Fate estaba sentada recargada en el respaldo de su silla en su oficina, observando un retrato puesto en el escritorio que tenía en frente, observaba la imagen, recuerdos de la tarde donde la tomaron llegaron a su mente "Has crecido tanto", las lagrimas comenzaron a brotar nuevamente de sus cansados ojos, en la imagen una niña rubia sonriente salía a su lado izquierdo mientras al derecho una hermosa joven hacía morisquetas molestando a la rubia grande. Esos momentos que pasaron Fate los atesoraría siempre.
Un golpe en la puerta llamo su atención, uno, dos, tres, golpes, la chica se puso de pie y fue hacia la puerta donde encontró a una chica peli morada, la hizo entrar al despacho tomando asiento en el sofá, ella la observo detenidamente, la tristeza en sus ojos hacían crear un nudo en la garganta a la rubia, "ella no tiene la culpa de nada".
- No tienes nada que decirme, lo entiendo, se que sigues sufriendo por eso… Fate…, ven.- la peli morada la aferró en un cálido abrazo.
La rubia escondió su rostro en el cuello de la otra dejando aflorar sus lágrimas con todo el dolor acumulado en años. Al tranquilizarse observo su mano que estaba entrelazada con la de la peli morada, el destello del anillo en el dedo anular la hizo mirar hipnotizada la joya. Ya no había más vueltas atrás, ya todo lo que podría haber hecho se lo llevo el viento. Se repuso y observo los ojos acogedores de la chica, se acerco y la presiono contra si nuevamente, necesitaba a alguien que le hiciese volar y olvidarse de todo.
-Fate cariño deberíamos irnos a casa, ya es algo tarde.- decía la peli morada mientras jugueteaba con el cabello de la rubia.
- lo sé Ginga… es solo que hoy… hoy necesito desaparecer aunque sea unos segundos.- la voz quebrada daba a entender que unas cuantas lagrimas mas se derramarían. Fate se levanto del sofá, verificó que la puerta quedase bien cerrada tras salir del cuarto, tomó la mano de su esposa guiándola al convertible negro que las esperaba para llevarlas a su hogar. La rubia vio a Ginga que caminaba silenciosamente, no se disponía a decir ninguna palabra de lo sucedido, ella sabía que si mencionaba algo la rubia caería en lágrimas nuevamente. Al salir del edificio un torrente se hizo presente, como si el cielo sintiese la pena que llevaba dentro. Un ruido la hizo observar su dispositivo quien parpadeaba una luz.
- "00:00 hrs. Master, today is Vivio's birthday.-
La rubia guardo el dispositivo nuevamente, dio un paso hacia la calle empapándose con el agua que caía.
-"feliz cumpleaños mi pequeña, has crecido mucho desde la última vez… dime…cuanto hace de eso... ¿3, 5,10 años?, espero algún dia me logres comprender y me perdondes VIvio".- Ginga tomó a fate de la mano, sabia que ese dia en especial hacía a su esposa sentirse fatal, desde que Vivio dejó de hablarle la chica rubia no hacia nada más que llorar y pensar en ella, la pequeña la había expulsado de su vida.
-Vámonos, si nos quedamos acá pescaras un resfriado.- la peli morada metió a la rubia en su automóvil y partió hacia el departamento donde Vivian.
Fate solo observaba por la ventanilla del auto, las gotas que chocaban empapando el vidrio. Un recuerdo le vino a la mente, una pequeña la miraba con los ojos llenos de lágrimas.
- Fate- mamá!, por qué te vas y nos dejas!, es por ella cierto?- grito la pequeña apuntando a la pelimorada.
- ¡Vivió tranquila puedo explicarlo!.- la rubia adulta trataba de abrazar a la menor pero esta la alejo.
- ¡NO!, ándate con esa!, te odio!, te odio Fate-mamá!- la pequeña entro a la casa dejando a una perpleja rubia.
El motor del auto paró haciéndola venir nuevamente al ahora, observo a Ginga bajar del auto, y dirigirse hacia el ascensor, mientras la esperaba.
Fate se puso de pie, debía ser fuerte "por ella, Ginga no tiene culpa alguna de mis errores", la rubia salió del automóvil y subió al ascensor marcando el piso 22. Nuevamente su mente divago, "si tan solo hace 10 años esto se hubiese aclarado nada sería como lo es", el numero 22 apareció y las puertas se abrieron, Fate iba a bajar cuando una voz familiar la llamo.
- Fate.-
La rubia quedo petrificada en su lugar, sus manos sudaban y temblaba.
-"no… no puede ser… esto no es real…no... ES… real".-
