Necesidad
one-shot
Sabía que lo necesitaba, estaba tan segura de eso como que si dejo de respirar durante un minuto mi corazón se detendría, y quizás hacer eso sería mejor. Mire hacía la ventana esperanzada, esperando ver a la silueta de Edward entrar y cobijarme en sus brazos mientras besaba mi frente con sus fríos labios y me susurra un dulce te amo… Me estremecí ante el pensamiento, me hacía falta. Estuve sentada en el borde de mi cama esperando que entrara cerca de una hora, pero nada pasó. Suspiré.
Volví a mi posición normal, intentando dormir mientras una lágrima inconsciente resbalaba por mi mejilla. Una veloz mano tomo mi lágrima antes de que llegará a la almohada, abrí los ojos de golpe para encontrarme con su par de ojos dorados.
Edward… -Susurré y levante una mano para acariciar su rostro- Pensé que…
No puedo vivir sin ti… -Se acercó a mi y apenas si rozó nuestros labios en un suave beso.
No quiero que me dejes nunca mas… -Dije con un tono cortado, verlo allí me había dejado anonadada.
Nunca mientras eso sea lo mejor para ti. –Repitió aquella frase que acababa con casi todas mis esperanzas. Casi.
Jamás me dañarías más que si te vuelves a ir –Me senté en mi cama, quedando frente a Edward. Tomó mi rostro entre sus manos para volver a juntar sus labios con los míos. Casi me sentí valiente cuando me aventure a abrir mi boca dejando entrar la lengua de Edward, su lengua jugó con la mía un largo rato hasta que necesite aire. Soltó una pequeña risa y se separó para dejarme respirar.
Eres tan humana –Susurró en mi oído y me recostó en la cama, no podía responderle ya que el hecho de volver a sentir su aliento en mi oído me hacía enmudecer. Una vez que estuve en una posición cómoda para dormir Edward se acostó detrás de mi y paso uno de sus brazos por mi cintura mientras susurraba- No te olvides de respirar –Comencé a tomar aire desesperadamente, pensando que Edward bromeaba cuando decía que no podía leer mi mente ya que ni siquiera me había dado cuenta que había dejado de respirar. Una risa se dejo oír entre sus dientes- Descansa pequeña…
Te amo… -Susurré en un tono bajito ya que pensaba que Charlie nos podía oír.
Yo también… y mucho –Sentí su aliento en mi oído una vez mas y me deje caer en la inconciencia.
