Ya te extraño.
Disclaimer: Love Live! Pertenece a su creadora Sakurako Kimino y a ASCII media works junto con Sunrise.
NdelA: Inicio esta serie de drabbles YouRiko porque al mundo le hace falta YouRiko tanto como a mi me hace falta mi novia.
—¿Riko-chan?
You no podía dar crédito a lo que veía. Se había despedido de su novia por la mañana y ya se había hecho a la idea de que no podría verla hasta dentro de un mes, cuando su viaje hubiera concluido.
Acababa de graduarse de la academia nautica y por fin había sido reclutada para su primer viaje. Desde el momento en que se enteró, corrió emocionada a contarle a su novia, sin embargo, ella no tomó la noticia con tanta emoción como You hubiera querido.
Pasaron días verdaderamente difíciles. You se desesperaba viendo como Riko prácticamente se dormía entre lágrimas y sollozos por las noches, pero aún así, no podía retractarse del viaje, su contrato ya estaba firmado y no podía simplemente rechazarlo.
Riko tenía una forma de expresar sus emociones un tanto diferente que la de You, por lo que en muchas ocasiones terminaban contrastando en su manera de externarlas. Mientras Riko pasó todos los días previos al viaje llorando y pegandose a su novia en cada oportunidad que tenía; You pasó los días haciendo los preparativos, ocupando todo su día en cosas que la ayudaran a mantener lejos esos pensamientos de tristeza. Ella sabía que debía ser fuerte por las dos, pues si se desmoronaba, no habría quien pudiera levantar a ambas de la depresión que les aguardaba.
Y no es que Riko no fuera fuerte, You sabía que muy probablemente Riko era mucho más fuerte, al menos emocionalmente, que ella; pero siempre que se separaban, pasaban por el mismo suplicio.
En esa mañana, cuando se despidieron, Riko la abrazó tan fuerte como sus brazos le permitieron y You no se quedó atrás, si algo podía hacer para ayudar a que la espera fuera menos pesada para Riko, ella lo hacía con gusto. Deseaba transmitir en ese abrazo todo el amor que sentía por la pianista.
Su emotiva despedida la había dejado con miles de pensamientos vagando en su mente. Aunque no había nada que resonara más fuerte, que sus inseguridades. Era la primera vez que la tomaban en cuenta para una misión en altamar, y por lo tanto, aun si sólo era un viaje de reconocimiento, no quería hacer menos que un trabajo perfecto. Si bien su carrera iba despegando, quería subir de rango lo más rápido que se pudiera, para así poder darle a Riko, la vida que tanto soñaba para ellas.
Riko era una pianista cuya carrera apenas iba en ascenso. No era fácil hacerse un nombre en el mundo de la música clásica, sin embargo, gracias a su talento, los trabajos llegaban a ella lo suficiente para que llevaran un vida decorosa, pero ambas mujeres deseaban poder hacer más para poder vivir despreocupadamente, o simplemente para poder dedicarse a sus pasiones.
El muelle estaba lleno de personas que habían ido a despedir a sus familiares que se embarcarían en la misión, pero en ese día, Riko tenía trabajo, así que se habían despedido por la mañana, razón por la cual, You no esperaba verla entre todas las personas. Incluso por un segundo pensó que era su mente la que le jugaba una mala pasada, pero no, era Riko, su Riko, quien corría a toda velocidad a su encuentro.
—¡You-chan! —Riko la abrazó con fuerza, sin poder contener sus lágrimas.
—¿Qué haces aquí? —dijo, recibiendo a Riko entre sus brazos—. Pensé que estarías trabajando.
—Me escapé —respondió Riko con simpleza, sin aflojar su abrazo—. ¿Realmente creías que te dejaría ir sin despedirnos?
—Yo… bueno… ¿si? —tener a Riko entre sus brazos realmente podía hacer que sus barreras bajaran de inmediato y todo el esfuerzo que había hecho para contener sus lágrimas, fue borrado en segundos, cuando Riko le robó un beso de sus labios.
—¡Claro que no! —Riko picó sus costillas—. Tenía que verte, porque… No te veré hasta dentro de…
—Un mes —agregó You, al ver que la mandibula de Riko comenzaba a temblar.
—Sí, sólo un mes, y volveremos a vernos —respondió Riko, sobreponiéndose a su pequeño ataque.
—Estaremos hablando Riko-chan, trataré de llamar todos los días…
—¡No! Nada de que tratarás… —hizo un puchero y tomó el rostro de You entre sus manos—. Prometiste que llamarías todos los días.
Una sonrisa se formó en el rostro de la chica.
—Claro que sí, llamaré todos los días y cuando menos te des cuenta, me tendrás de regreso, lista para molestarte, como todos los días.
—Mas te vale You-chan, porque si no regresas entera, sana y salva, personalmente me encargaré de ir por ti a donde quiera que estés y traerte de regreso —amenazó Riko.
—Riko-chan, incluso si me perdiera en mi camino de regreso, quiero que sepas que jamás dejaría de buscarte, tu eres y serás siempre mi único camino —You le devolvió el beso.
—No quiero perderte You-chan… Si tu no estás…
—Hey, tranquila Riko-chan —el cuerpo de Riko comenzaba a temblar como una hoja y You no podía evitar que se formara un nudo en su garganta—. No me perderás, todo estará bien y estaremos juntas de nuevo muy pronto.
—Lo sé —Riko se recargó en su pecho—. Es sólo que… Ya te extraño y ni siquiera te has marchado.
You la abrazó con fuerza, tratando de consolarla. Aún si Riko era más alta que ella, siempre se las arreglaba para acomodarla entre su pecho.
—Yo tambien te extraño Riko-chan, pero tienes que pensar en positivo, ¿Recuerdas lo que prometimos?
Riko negó con la cabeza, sin despegarse del pecho de You.
—Que siempre velaríamos por la felicidad de la otra, sin importar que estemos a kilómetros de distancia —You besó su frente—. Te amo Riko-chan y eso no va a cambiar aunque me manden al otro lado del mundo.
—Pero sería agradable que no lo hicieran —rebatió Riko.
Un fuerte sonido proveniente del barco anunció que el tiempo de las despedidas se había terminado, y los tripulantes debían abordar el navío.
—Es tiempo —dijo You, con pesar—. Te amo mi niña bonita.
—Yo tambien te amo.
Sin importar que estuvieran en medio de un auténtico río de personas, Riko besó a You con todo su amor. Si ese sería el último beso que se darían en mucho tiempo, entonces ella haría que valiera la pena.
—No te olvides de mí, no te olvides de cuanto te amo —le dijo Riko al separarse, con los ojos llenos de lágrimas.
—Jamás lo haría —respondió You, tomando sus manos y depositando un beso sobre ellas.
El tiempo no perdona y ambas mujeres tuvieron que separarse para continuar aunque fuera por un breve tiempo, por caminos separados, aunque al final ese camino siempre las llevaría de regreso a los brazos de la otra, porque mientras exista el amor, no existirá distancia suficiente que se interponga entre ellas y les impida cumplir la promesa que se hicieron.
