Hinata, 19 años.

No puedo creerlo.

Tengo frente a mí a la versión kawaii de mí recién esposo. Aun no sé cómo llegó aquí el Naruto-kun de 12 años, y, sinceramente, en estos momentos no me importa.

Sólo quiero abrazarlo, apapacharlo y comérmelo a besos. Darle todo el amor que no recibió a esa edad. Sé que suena mal y posiblemente degenerado pero realmente quiero que sienta todo mi amor por él.

Y lo hago.

Estoy ahogándolo en un abrazo fuerte. Lo siento retorcerse en mí, con su cara increíblemente caliente entre mis pechos. Pero no quiero alejarlo, quiero tenerlo así mucho tiempo.

―¡Shdsjdgf!

Lo separó un poco de mí porque no entiendo lo que dice. Lo miro enternecida, brindándole la sonrisa más cálida que le puedo dar. Él me mira aterrado, y como lo sospeché su cara está tan roja como un tomate maduro.

Claro que no tiene idea de quién soy yo, en dónde está, o por qué razón parece que quiero abusar de él… ¡Es ilegal, Hinata! ¡Contrólate!

―¡Señora, quiere soltarle por favor! ¡¿Quién es usted?! ¡¿Dónde estoy?! ¡¿Por qué tengo la sensación de que quiere propasarse conmigo?!

Soy la mujer que te va a dar amor todas las noches. ¡Quisiera decírselo, pero sé que no debo! Entonces me limité a darle una respuesta que pueda entender y que espero no afecte el pasado-futuro.

―Estás en el futuro. Yo soy Hinata, tu futura esposa.

Pude ver la mandíbula de Narutoncito-kun caer hasta el piso.

―¿¡Q-Q-QUÉ?!

Me pregunto si fui muy directa.

―Escucha, bebé. Sé que seguramente esperabas estar casado con Sakura-san, y entiendo que estés decepcionado… pero te prometo que mis sentimientos son reales. Yo, todos los días me esfuerzo por dar lo máximo de mí para hacerte feliz, y desde mi perspectiva lo eres, aun casado conmigo. Te amo, Naruto-kun, al de 12 años, al de 16, al de 19 y estoy segura de que mi amor por ti seguirá creciendo mientras pasen los años.

Sus ojos brillan, creo que está a punto de llorar porque su labio está temblando y parpadea continuamente. Su rostro sigue sonrosado. Lo vuelvo a pegar a mi pecho, esta vez no se molesta y permanece quieto y relajado.

―Eres increíble, Naruto-kun. Antes, ahora y en adelante. Nunca te rindas, estoy segura de que alcanzaras todos tus sueños, y recuerda que aunque no te des cuenta yo siempre estaré apoyándote en todo, no importa la decisión que tomes o a quién elijas para estar a tu lado. Yo siempre estaré para ti.

Estaba tan enternecida por la forma en la que hipaba escondiéndose en mi cuerpo que había olvidado un importante detalle por completo. Mi esposo.