Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug & Chat Noir no me pertenece.
Esa no era la habitación de ella.
Esa no era la habitación de él.
De hecho, ni siquiera era una habitación. Era un baño; estaban besándose en el baño de la escuela. Los santitos del salón habían acabado librando una guerra de lenguas a puerta cerrada sobre la tapa del inodoro.
¿Qué mierda había pasado? Bueno, es una larga historia llena de hormonas que no les interesa, porque no incluye la palabra «lengua» o «gemido», que sé que es lo que han venido a leer. El caso es que su largo juego de caricias bajo la mesa los había llevado a mentir a sus amigos y pedir permiso a la profesora. Uno para el baño; uno para la enfermería. Y ni el baño de mujeres ni la anciana enfermera habían visto a alguno de aquellos jóvenes.
Marinette se encontraba sentada sobre las piernas del rubio, con ambas rodillas a los lados de él; cada vez que embestía su lengua, arqueaba la espalda. Y Adrien, pues este estaba en las nubes, recorriendo con una mano la piel desnuda bajo la blusa de la chica, y usando la mano libre para acariciar libremente y sin pudor sus senos. Ahogó un ronco gemido en la boca de ella y bajó a dar pequeños lengüetazos en su cuello.
Hasta que la puerta del baño general fue abierta. A ninguno pareció importarle demasiado, pues la puerta del cubículo aún hacía imposible que alguien los viera, pero no que los oyera.
—Adrien, ¿estás ahí?
Este presionó con fuerza uno de sus pechos en la palma de su mano y luego pasó a cubrirle la boca a Marinette para evitar ser descubiertos Respiró hondo antes de responderle a Nino.
—Sí, ¿sucede algo? —Se movió un poco bajo las piernas de ella y volvió a lamer su cuello.
— ¿Qué no ibas a la enfermería? No importa, ¿viste a Marinette de camino aquí? Alya no deja de preguntar por ella, así que salí a buscarla, pero no está en el pasillo y no puedo entrar al baño de mujeres. Creí que quizá la habrías…—Un gemido escapó de la boca de la mencionada lo suficientemente alto como para que el castaño pudiera oírlo—…visto entrar. ¿Marinette?
Ambos dejaron de moverse, pero la excitación le ganó a la preocupación y pronto era ella quien se encargaba de regar besos por la línea de la clavícula.
—Mierda —continuó Nino—. Mierda y más mierda. ¿Están…? No me jodan, ¿es en serio?
Aún bajo su semi inconsciente estado, Adrien pudo notar por el sonido cómo su amigo caminaba de un lado a otro hasta detenerse y lavarse la cara.
—Nino…—suplicó.
— ¿Por qué carajos soy tu mejor amigo? —Suspiró—. De acuerdo ¿sabes qué? En lo que a mí concierne, Marinette está en el baño de chicas.
Y salió cerrando la puerta, dejando a los otros dos para que hicieran la mierda que quisieran.
Aquí les dejo mi último desvarío de madrugada.
Acabo de empezar la universidad y mi mente parece más agenda que otra cosa, así que la locura me invade cuando intento dormir.
Espero se entretengan con esta última «zukulencia». Por cierto, no hago lemmon porque...pues, todavía no tengo práctica y no me va; si quieren que haya uno, ayúdenme a invocar a mi querida amiga (Jek, si llegas a leer esto..., mándame un PM, que necesito tu mente pervertida).
Y... Oup. Pásense por mi nueva historia «Sabrina», prometo que no es un punto de vista de la parte estúpida y terca de esta pelirroja con potencial. Somos pocos, pero tenemos Nathloe y Kibrina,
Cheoreom.
