Título: La chica problema
Autora: NiuKoneko
Género: Romance erótico, musical, drama.
Sinopsis: La vida normal de Soe como de cualquier chica rebelde de instituto se ve alterada cuando se topa con un chico que la conoce mejor que a nadie y que además le ofrece la posibilidad de hacer realidad su sueño… ¿pero a costa de qué?
Pareja principal: Soe x Castiel
Advertencias: El fic contendrá escenas con lime y lemon, también una que otra mala palabra.
Clasificación: M (16+)
Notas: Este es el primer fanfic que publico en esta página.
Los personajes de corazón no son de mi propiedad ni busco adueñarme de ellos, sólo me pertenece la protagonista llamada Soe.
Acepto todo tipo de comentarios y críticas constructivas para mejorar mi trabajo.
¿Por qué Castiel? Porque la historia tendrá música rock y según leí a este chico le va ese género, ya que le gusta su guitarra eléctrica.
El primer capítulo es corto porque sólo es introductorio, los siguientes serán más largos.
Capítulo 1. El día en que lo conocí… ¿sueño o pesadilla?
Mi nombre es Soe Adkins, aunque también soy conocida como "La chica problema", tengo 17 años de edad y en particular odio la mayoría de las cosas, menos cantar y ser libre de hacer lo que me plazca. Mi cabello es corto, oscuro y me encanta tenerlo alborotado, ya que rara vez paso el peine sobre él; tengo la tez blanca y mis ojos son originalmente de tonalidad gris profundo, pero últimamente los cubro con dos lentillas de diferente color, una azul y otra verde. Casi siempre me visto de colores oscuros porque es parte de mi personalidad, preferentemente uso shorts o pantalones pegaditos y blusas con escote o de tirantes. En cuanto a mi actitud… es más que obvio ¿no? Soy fría, rebelde y para algunos tenebrosa y antisocial, pero "X" nada fuera de lo normal.
Estudio en el "prestigioso" (no sé de dónde le ven lo prestigioso) instituto "Walter Hofman", mis calificaciones no son las mejores y nunca lo serán, por lo que me sorprende haber avanzado de curso, y también carezco de amigos de verdad, obviamente porque la mayoría de las personas me temen. Y no es por nada, se dice que todo lo que toco termina hecho un desastre. El pasado lunes incendié un laboratorio de química general, y es el segundo que llevo incendiado en el actual curso.
Por otro lado debo confesar que en más de una ocasión he envidiado a las mariposas, es decir ellas pueden volar y ser libres y yo sólo debo limitarme a seguir reglas, mi vida social y escolar está invadida por esas estúpidas reglas, que en lugar de ayudarme a avanzar sólo me hacen sentir encerrada en una jaula, porque sólo te dicen que no hacer y ya, ¿dónde queda la bendita libertad de la juventud?
La música rock es mi pasión y siempre he soñado con ser una gran cantante de una banda de ese género, pero eso es sólo una fantasía, porque mi maldita realidad sólo me dice que debo seguir los pasos de mi empresario padre y estudiar una carrera que ni siquiera sé con qué se come, creo que se llama Economía y finanzas, ¿para qué leches voy a estudiar eso? Estoy segura de que si llego a ser la presidenta de la empresa de mi papá la voy a mandar a la quiebra, ¿sorprendidos? ¿Aún no?
En cuanto al amor, oh el amor puro de la adolescencia. Pamplinas, creo que no querré nunca a nadie y antes dudaba de gustarle a alguien hasta que un chico se me acercó para darme una carta. Con las manos temerosas me extendió el sobre y una vez que observó que lo sostuve en mi poder, el chico se echó a correr como alma que lleva el diablo. Está bien, les contaré la historia completa… la semana pasada se me declaró un chico llamado…Agus, Angus, ¡August! Perdón soy muy mala para recordar nombres. Me entregó la carta más cursi que había leído en toda mi vida, esperen un momento… si nunca me habían dado una. No hagan caso a lo anterior, la carta decía lo que sigue:
"Querida Soe Adkins, eres la chica más bella del planeta, desde que te conocí no he dejado de pensar en ti, eres como la flor más bella del jardín, cada vez que te miro mi corazón se acelera, eres como el dulce más suave y esponjoso que dan ganas de comer, te amo con todo mi hermoso corazón, por favor acepta ser mi linda, adorable y tierna novia"
Ya se podrán imaginar la cara que puse después de haberla leído, es obvio que el chico no me conoce y así quiere andar conmigo. Lo único que le contesté fue un rotundo NO. ¿Soy cruel? No es que me guste ser una rompecorazones, pero si me quedo a su lado le haría la vida imposible y eso sería mucho peor, o al menos eso creo yo.
Como todos los días estoy en mi "hora libre", mentira ahorita tengo clase de Física, pero me da mucha flojera y mejor no voy a entrar. Prefiero eso a quedarme dormida sobre el pupitre y que la maestra me rete una y otra vez para después mandarme con la bruja a la que todos llaman directora y ella me ponga una sanción donde cita por millonésima vez a mis cansados padres para hacerles firmar un reporte para que finalmente me regañen en casa y me prohíban tocar mi guitarra eléctrica, ¿sorprendidos? Todo eso ya no es nuevo para mí.
Salí de la escuela saltándome la barda y me fui al parque más cercano. Estaba tan tranquila imaginando cómo sería mi vida si fuese una estrella de rock cuando escuché unos espantosos gritos. Me levanté irritada del lugar en el que me hallaba acostada y miré en dirección a la bola de chicas entusiasmadas rodeando a una persona, así como un famoso con un montón de paparazis a su alrededor.
Sin poderlo asimilar con detenimiento, el individuo volteo a mirarme y me obsequio una sonrisa torcida… ¿Qué demonios? ¿Qué le pasa a este sujeto? Traté de no darle importancia al asunto dándole la espalda para irme a un sitio más relajado.
Estaba sumergida en mis pensamientos cuando sentí que alguien se sentó al lado de mí, le miré de reojo y me di cuenta de que era el tipo de hace un rato. Un chico de pelo rojo, corto, desordenado y ojos en tonalidad ¿gris? ¿Es una broma? Vestía con una chaqueta negra semi-abierta y sin playera, unos pantalones del mismo color que el de la chaqueta y en ese momento sacó un cigarro de su bolsillo.
Sin haberlo pensado dos veces me levanté y me dispuse a irme, no tenía ganas de hablar con nadie y menos de poseer un autógrafo. Antes de dar el segundo paso para mi huida, sentí que jaló de mi muñeca tan fuerte que caí sentada en sus piernas. ¡Yo lo mato!
—¿Qué tan buena eres cantando? —dijo con mucha confianza y rodeo con su brazo mi cintura. Aquel acto no duró mucho pues forcejé para liberarme de su agarre.
—No sé quién demonios eres —mascullé fríamente como suelo ser yo y lo empujé finalmente.
—Me vas a contestar sí o no "niña" —habló luego de soplar humo por sus labios.
—¿Niña? ¿Quién te crees que eres para decirme así? —me crucé de brazos. Estaba poniéndome de los nervios.
—Me llamo Castiel Dickens y soy alguien que busca una voz para su banda.
