Disclaimer: Nada de esto es mío, ni mucho menos, salvo la trama y las colillas de los cigarrillos de Remus ¡recordadlo! ;)
Tabaco
A Remus le gusta fumar, pese a que esto no cuadre demasiado con su imagen de chico bueno.
Siempre lleva una cajetilla de tabaco en esa mochila algo vieja que tiene desde hace un par de años, entre los libros, plumas y demás instrumentos de tortura, como les llama Sirius, que utiliza para estudiar.
Cada mañana, después de levantarse, ducharse, vestirse y quitarse las legañas se sienta en el alfeizar de la ventana más baja de la Sala Común después de abrirla, el aire helado jugueteando con los mechones más claros de pelo que le hacen de flequillo, el cigarrillo sin encender en la mano y el zippo negro recargable con el logo de los Rolling en la otra.
Se está un buen rato en silencio, escudriñando el paisaje si el tiempo lo permite y no hay demasiada niebla, escuchando el murmullo del amanecer e intentando recordar alguno de los muchos sueños de los que ha sido el protagonista esta noche.
Al cabo de un rato, con los retazos del sueño entre los dedos intentando escapar, a veces con éxito, a veces sin él, enciende el cigarrillo, se lo lleva a los labios con lentitud y aspira profundamente. Siente el humo tóxico esparcirse por sus pulmones, un calorcillo en el cuello, la boca se le seca y siente un pequeño picor que pese al hábito nunca ha acabado de desaparecer, que le acompaña desde el primer día con cada calada.
Nadie sospecha nada cuando baja a desayunar con la pinta de buen chico salvo Lily, que lo pilló una vez, ya ha dejado de intentar convencerlo y alguna vez hasta ha caído bajo el influjo de la sonrisa lobuna de su amigo y el humo embriagador del tabaco mágico que a veces fuma Lunático.
Tampoco nadie sospecha cuando llega cinco segundos antes de que el profesor abra la puerta al menos una vez al día, ni lo hacen cuando después de comer se va con Lily a los invernaderos y hablan un rato entre calada y calada y mucho menos cuando cada noche sube un rato antes aprovechando que Sirius y James están haciendo el payaso en la Sala Común y se fuma uno o un par más tumbado en la cama y dejando caer la ceniza encima de algún papel de apuntes, algo que de lo que si la pelirroja se llega a enterar provocaría más de un regaño al más puro estilo prefecta perfecta.
Por eso, cuando un día a sus compañeros de habitación se les ocurrió subir antes y lo encontraron fumando, a James se le quedó la boca abierta de la impresión, Peter preguntó con voz curiosa y algo chillona si lo de fumar era algo interesante y comentó que a él le habían dicho más de una vez que te morías de eso y a Sirius, a Sirius le brillaron los ojos con algo que Remus no supo identificar en ese momento al verlo con la mirada perdida, el cigarro colgando de sus dedos larguísimos y el humo saliendo perezosamente de entre sus labios.
A partir de ese día los Merodeadores dejaron de montar escándalos a las diez para hacerlo a las nueve y media, y así poder acompañar a Remus en sus largos silencios entre calada y calada, y Sirius siguió mirándolo con los ojos brillando hasta que un día subió solo y le acabó comiendo a besos.
A besos con sabor a tabaco, obviamente.
Bueno, pues soy yo, ¿Quién sino? Que regreso de mi exilio forzado :P
Estoy instalada en un cyber publicando esto a toda pastilla y no me pasaré por aquí hasta dentro de una semana más (que lento va el tiempo por estos lares… ¡para mí esto ha sido como un siglo!)
Esto va a ser una serie de viñetas sobre Remus Lupin que participan en la comunidad de los 30vicios, supongo que todos sabéis de que va, (sino, pasaros por livejournal y buscad "30vicios", todo junto :P) así que no me demoro en explicaciones inecesarias.
Espero que os guste, blablabla… y yo me despido, que no tengo demasiado tiempo y quiero aprovechar para leer algo ;) ;)
Letta
