Pairing: Dean Winchester/Castiel. Sam Winchester/Gabriel. Crowley/OC

Adventencia: M/M pairing. Si no es lo tuyo, de recomiendo que salgas. Spoiler hasta temporada 9.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son parte de CW, lo único mio es la historia, por la cual no gano nada, solo entretener a ustedes y a mi.

Nota de la autora: Hola! si, esto debe ser molesto, pero es necesario. Esta es mi primera historia y nacio en el medio del Hellatus entre la temporada nueve y diez, por lo que esto seria la nueva temporada. Trate de subirlo ahora, desde ya lamento las faltas de ortografías y trataré de subir cada semana (si la facultad me lo permite). Me despido! Adiossss!

Hace unos años

18 de septiembre del 2008

El paisaje semidesértico, lleno de tierra y pasto seco se vio iluminado por unos segundos, no era la luz del sol reflejada en algún objeto metálico, era algo más. La luz se desvaneció dejando atrás a una chica inconsciente en el suelo.

La joven abrió los ojos, muy aturdida.

El sol golpeaba su rostro dificultando la tarea de abrir los ojos para inspeccionar el lugar. Luego de unos minutos se acostumbró a los fuertes rayos del sol, que le daban la bienvenida al extraño lugar. Miró a todos lados, tratando de entender dónde estaba. Su visión se veía disminuida por la cantidad de sol que inundaba el campo, pero sus oídos captaron algo.

-¡Dean!- dijo una voz. La chica trató de encontrar de donde provenía esa extraña voz, parecía que la tenía al lado, pero estaba sola.- ¡Dean!- volvió a escuchar.

Logro divisar una estructura, una casa quizás. De ese lugar un hombre salía corriendo a toda velocidad. La joven trato de gritar pero solo se escuchó el aire escapando de sus pulmones. Con la garganta seca y mareada por el sol, vio cómo se escapada en un auto su oportunidad de ayuda.

Trato de caminar hacia el lugar donde había salido el hombre con la esperanza de encontrar ayuda. Sus piernas temblaban por consecuencia del mareo que sentía en ese momento. Sus rodillas cedieron y cayó en la tierra con un quejido de dolor por las piedras incrustadas en la piel de sus rodillas. Como pudo, volvió a reincorporarse y luego de varios intentos fallidos, pudo dar unos pasos.

Cada paso que la acercaba a la edificación, más dolía y más quemaba. El pasto seco y las piedras puntiagudas lastimaban sus pies desnudos.

Luego de la tortura de caminar que parecieron horas, que no fueron más de cinco minutos de caminata lenta, el batir de alas la distrajo de su tarea. A solo diez pasos más habría llegado, pero su curiosidad fue más fuerte y giro para enfrentar al nuevo acompañante.

-¡Hey!- El hombre era un poco más alto que ella, cabello rubio y ojos calmos. La tomo de la cadera y la sostuvo.-Para, para…te lastimaras si sigues así-sonrió abiertamente a la joven.- Déjame ayudarte.

Ella no estaba en posición de negar la ayuda del extraño hombre, la necesitaba y mucho, además…su instinto no le decía lo contrario.

Antes de que ella pudiera decir una palabra, él la tomo en brazos.

-Sostente fuerte- dijo el hombre antes de dejar ver un par de alas de dimensiones enormes. Sus alas eran de un color blanco puro, que brillaban como un cristal bajo el sol; se veían suaves, muy suaves. Por algún motivo no la asusto, al contrario, la fascinó.

-¿Eres un ángel?- pregunto la chica bajo un asombro absoluto.

Antes de contestar, el ángel la sostuvo con fuerza sobre su pecho y ella se relajó inmediatamente sobre él. La chica sintió un ligero tirón en su estómago y por instinto cerro sus ojos, cuando los volvió a abrir se encontraban en un lugar completamente diferente, un departamento para ser más específico.

-Un arcángel pequeña- contestó ante la pregunta curiosa de la joven y la miro a los ojos.- ¡Pero no digas nada! estoy bajo un programa de protección de testigos, soy más conocido como Loki.- Con una sonrisa la deposito en un sofá.- Aunque puedes llamarme Gabriel- continuó el arcángel- o Gabe…o tío Gabe mejor aún- amplio su sonrisa, si es que eso era posible. La emoción ere evidente en sus ojos.

La chica lo miro curiosa, por mero instinto ladeo la cabeza a un costado y lo observo confundida "¿Tío Gabe?"

-¡Por mí Padre, eres igual a él!- dijo mientras chasqueaba los dejos y riendo abiertamente.

"¿Se reirá de mí?" fue lo primero que pensó la chica.

-¿Perdón?- fue lo único que salió de los labios de la joven, y eso que tenía millones de preguntas.

-Si sigues doblando el cuello así- se rio Gabe más fuerte- te quebraras el cuello-con paso tranquilo, como acercándose a un animal asustado, puso su dedo índice en la frente y lo empujó levemente- y si sigues pensando así de duro…se te explotara la cabeza. –se acercó al pilón de ropa que había aparecido al lado de ella sin darse cuenta.

Gabe con paciencia comenzó a revolver el pilón de ropa, sacando las cosas que necesitaría para ella de allí. Una camiseta sin mangas color negro, un short de jean y un par de medias hasta la rodilla negra y blanca.

-Ponte esto primero- Gabe le alcanzó un conjunto de ropa interior rosa y rojo, no era para nada revelador, era muy inocente.-vístete y luego hablaremos- con un chasquido de dedos se esfumó en el aire.

Luego de diez minutos luchando con el brassier para colocarlo en la forma correspondiente, terminó de cambiarse. Se miró al espejo, y sonrió ante la vista. La ropa le quedaba increíble.

Se sentó en el sofá de nuevo, esperando por Gabriel quien apareció unos minutos después con una bolsa y dos gaseosas.

-Gabriel -rompió el silencio la misteriosa chica, aun no se sentía cómoda llamando tío a un completo extraño, y Gabriel parecía comprenderlo.

-Dime- contesto Gabe colocando la bolsa en la mesa junto con las gaseosas.

De la bolsa saco cuatro hamburguesas y dos paquetes de papas, la joven ante la visión de la comida no pudo evitar que se le hiciera agua la boca, tenía

mucha hambre, eso no lo negaba. Antes de comer, ella quería respuestas.

-No entiendo nada de lo que está sucediendo- hablo finalmente, pese a que trato de pensar una pregunta…tenía varias en la cabeza.

-Es bastante sencillo- sonrió el arcángel - te explicare mientras comemos, se nota a leguas que tienes hambre – tomo asiento en la mesa que había en el lugar, frente a una gran hamburguesa- siéntate –dijo señalando a la silla frente a él- tu come.

Pese a que se moría de hambre trato de disimularla comiendo pedazos pequeños. El silencio volvió a instalarse en el medio llenando la habitación.

Gabe succionaba la pajilla, pensativo, y la muchacha lo observaba, él tenía que romper el silencio esta vez.

-Esto quizás te suena a una locura-dijo Gabe dejando su gaseosa a un lado- y no hay forma adecuada de decirlo…-comenzó a decir, aunque una ansiosa chica lo interrumpió.

-Creeré cualquier cosa que me digas- sonrió levemente

-Eres una Nephilim-continuo Gabe- Hija de una conexión especial, muy profunda entre un ángel y un humano.-metió una papa frita en su boca y la masticó- Tengo mucho hermanos, tu padre es uno de ellos. Mi favorito podría decirse –rompió en una gran risa-aunque es un poco raro.

-Crees que podría hablar con…-la muchacha dejo la frase inconclusa.

-Castiel –completo arcángel -El ángel de los jueves –se rio suavemente mientras llevaba a su boca la otra hamburguesa que había comprado. Mordió un gran pedazo de ella y continuo, con la boca llena- no creo que sea conveniente –hizo una pausa mientras pasaba todo el contenido de su boca- las cosas se están poniendo bastantes feas.

Eso preocupo bastante a la chica, que podía ser tan malo que no le permitiera ver a su padre. Aparentemente Gabe parecía leer su mente, porque contesto de inmediato luego de haber formulado el pensamiento.

-No es muy fácil de explicar-contestó- tus otros tíos, Michael y Lucifer…están muriendo por tener una batalla de machos alfa, que terminara en el apocalipsis. Te haré un resumen de toda la historia –río Gabriel, y con el último sorbo de gaseosa, tomo aire y comenzó a contarle la historia.

La chica lo escuchaba mientras masticaba y daba largos tragos a su bebida. Hacia pequeñas acotaciones o asentimientos en la parte correspondiente. Aparentemente tío Luke era un tipo rebelde que no quería obedecer las reglas que su Padre le había dicho, y tío Mike, por el contrario, un niño obediente de papá que hacia todo lo que él decía sin rechistar.

-Entiendo…-un bostezo corto la frase de la muchacha a la mitad.

-Lo mejor es que duermas…pero primero –sonrío y se levantó de su silla, de su bolsillo saco su teléfono celular- ¡Una foto con el tío!

La respuesta de la chica fue solo un asentimiento y una risotada. La felicidad que irradiaba su tío, era muy contagiosa. Gabe se puso a su lado y extendió el brazo, poniendo el celular ante ellos.

-Sonríe-dijo en la voz más graciosa que podía hacer.

Lo que fue recompensado por una gran sonrisa mostrando su perfecta dentadura, por parte de la chica. Luego de que el teléfono celular capturara la foto, Gabe se disponía a ponerle un nombre a la foto.

-¿Cómo te llamas?- pregunto el arcángel sin dejar de mirar el teléfono.

-N-no tengo nombre…-contesto la chica.

-Oh, ¿Cómo te quieres llamar entonces?-volvió a preguntar

Luego de varios segundos la chica por fin contesto.

-Joyce.

-Me gusta ese nombre –Sonrió el rubio, y tecleo "Joyce y yo" en el nombre de la foto.

Los meses venideros fueron así, comidas, charlas, y clases de "humanización" porque según Gabriel, Joy, era muy parecida a Castiel.

"Tienes que camuflarte con ellos" solía decir.

Los meses se convirtieron en años, los cuales Gabe le enseñó a su pequeña sobrina a usar su Grace, por lo que al año y medio ella podía hacer lo mismo que su tío. Dos años de risas y felicidad para ambos.

La vida de Gabriel se iluminó, quien había perdido la esperanza de encontrar una verdadera familia, con la llegada de la pequeña morocha todo cambio. Fue feliz, realmente, por primera vez que dejo el cielo. No negaba que no ama a todos sus hermanos ni a su Padre, pero eso ya no era una familia…por lo menos, no como la que él deseaba y ahora la tenía y no iba a perderla, por lo que juró cuidarla eternamente.

Gabriel se fue del departamento para la fecha del primero de abril, April fools' day, el día favorito del Trickster. Pero no regreso…nunca más.

Cuatro años estoy rezando, pidiendo por ti. Donde estas tío, tengo miedo…por favor…por favor, no sé qué hacer…Gabriel, te necesito.

Desde ya, gracias por leer. Espero con ansias sus críticas constructivas!

Jade;*