Primero que nada, posiblemente este prólogo le suene familiar a algunos y es precisamente lo que creen. 'Uzumaki Naruto: El Guardián de los Bijū' es la versión mejorada de 'Las Aventuras de Naruto y Akatsuki', historia publicada en forosdz bajo otro nombre ya hace mucho tiempo y que nunca concluí. Pero finalmente decidí retomar mi primer fic con un enfoque más serio de lo que era en ese entonces (un burdo intento de comedia más bien). Sin más que decir aquí dejo el prólogo para que lean.

Disclaimer: Los personajes de Naruto le pertenecen a Masashi Kishimoto, de ser míos Sasuke ya hubiera muerto en lugar de Deidara o Itachi.

—Eso es mío— personaje hablando.

(—Eso es mío—) personaje pensando

—Eso es mío— Bijū hablando

(—Eso es mío—) Bijū pensando


Prólogo

Amegakure no Sato (Aldea Oculta de la Lluvia), 3 de octubre

Tal y como era costumbre en la aldea, ese día había amanecido lloviendo y una joven de cabellos azules se encontraba en el edificio más alto viendo las gotas de agua caer mientras se hundía en sus pensamientos con algo de melancolía pintada en su rostro. Tanta era la tristeza que sentía que no pudo darse cuenta que una presencia se fue acercando a ella hasta quedar de pie a su lado, justo en ese instante fue que habló para despertar a la peliazul de su ensimismamiento.

—Konan, ¿sucede algo?— Expresó un joven de cabello naranja que vestía una capa negra con nubes rojas, sus ojos tenían varios círculos alrededor de la pupila y en su rostro portaba distintos piercings. Al escuchar su voz carente de emociones, la mencionada no pudo evitar sobresaltarse y miró a su acompañante unos breves segundos.

—Sólo pensaba... Nagato— Replicó Konan tras desviar la mirada del pelinaranja ya que le dolía ver su aspecto porque le recordaba mucho a su primer amor, un chico de nombre Yahiko, quien había muerto muchos años antes para protegerla. —Me estaba preguntando si estamos tomando el camino correcto para alcanzar la paz que Yahiko deseó tanto— Soltando un ligero suspiro de decepción siguió hablando. —¿Crees que matar personas inocentes sería algo que el aprobaría?— El silencio se hizo presente hasta que fue roto por Nagato.

—Creo que tienes razón, Konan— El pelinaranja alzó la mirada al cielo y cerró sus ojos. —A Yahiko no le hubiera gustado el método que estamos empleando y mucho menos los miembros que Akatsuki posee actualmente— Hizo una breve pausa para preguntarle. —¿Y qué se supone haremos ahora?—

—Pienso que unos días libres para meditar serían lo adecuado— Replicó la joven de cabello azul. —Quizás Konoha sea un buen lugar, he escuchado rumores que tienen unas termales muy populares dentro de Hi no Kuni (País del Fuego)—

—Konoha, ¿eh?— Murmuró el joven de cabello naranja pensativo. —Supongo que no es mala idea, aunque no debe suponer problema si mi cuerpo original se mantiene cerca de la aldea— Reflexionó en voz alta sin darse cuenta del dolor que cruzó por los ojos de Konan. —Nos iremos en unos días, solamente espero que a nuestro regreso la guarida principal siga intacta—

+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+

Finalmente el día de la partida llegó y ambos Akatsuki estaban preparados para marcharse sin saber que todo ese tiempo fueron espiados por un miembro de la organización. Apenas Zetsu los vio abandonar Amegakure se dirigió velozmente hacia donde se hallaba el verdadero líder de Akatsuki para rendir un reporte sobre la situación con respecto a Konan y Nagato.

—Entonces ese par se marchó a Konoha— Replicó el enmascarado con seriedad por el giro inesperado de los acontecimientos. —Posiblemente regresen trayendo al jinchūriki del Kyūbi— Dijo más para sí mismo que para Zetsu. —En ese caso déjalos, en algún momento íbamos a ir por él y no se me ocurre una mejor opción que Nagato para realizar esa labor. Además, quizás lo terminemos entrenando para que sea él quien nos brinde su poder y ejecutar el Tsuki no Me (Plan Ojo de la Luna)— Tras su máscara esbozó una cruel sonrisa que no fue vista por él espía de Akatsuki.

+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+

Konohagakure no Sato (Aldea Oculta entre las Hojas), 10 de octubre.

Luego de algunos días de viaje, Nagato y Konan llegaron a un bosque cercano de la aldea en donde la peliazul hizo un árbol lo bastante creíble para ocultar al pelirrojo y emprendió el trayecto a Konoha en compañía de Tendō (Camino Deva). Habiendo llegado a la puerta principal pudieron apreciar sus calles decoradas de forma festiva, detalle que les sorprendió, aunque no tanto como ver a dos Chūnin adolescentes dormidos en el puesto de vigilancia. Avanzaron con calma hasta que un barullo les hizo detenerse y dirigir sus pasos hacia esa dirección. Una vez que llegaron, Konan no pudo evitar abrir los ojos al ver como una turba de ninjas y civiles golpeaban sin compasión a un pequeño niño que suplicaba lo dejasen en paz, fue entonces que una corriente de papeles se hizo presente frente a la enfurecida multitud la protegerlo en tanto algunos se sintieron atraídos hacia un extraño joven de cabello naranja.

Furiosos por la interrupción, los ninjas presentes comenzaron a hacer uso de sus jutsus para atacar a Konan, sin darse cuenta que el Sandaime Hokage estaba viéndolo todo desde un edificio cercano. Los ataques siguieron volando de un punto a otro mientras un Kami Bunshin (Clon de Papel) de Konan tomaba al pequeño rubio y desaparecía de ahí. En ese preciso instante, Tendō y la peliazul dejaron de defenderse para contraatacar, fue entonces que el Sandaime hizo acto de presencia en medio de ambos bandos y miró con dureza a sus ninjas que retrocedieron aterrados por el instinto asesino de su líder.

—¡ANBU!— Tan pronto pronunció esa palabra dos escuadrones aparecieron, los cuales eran comandados por un peligris con máscara de perro y una pelimorada con máscara de gato. —¡Llévenselos a todos con Anko e Ibiki por atentar contra un niño inocente!— Sin esperar más órdenes los 8 ANBU noquearon a los presentes para movilizarse con más facilidad y desaparecieron en nubes de humo, apenas el Kage se vio solo volteó hacia los forasteros que se mantenían en guardia por cualquier eventualidad, detalle que le agradó en cierto modo aunque de inmediato la preocupación se hizo presente en sus ojos al no ver al pequeño rubio cerca, así que se acercó a ambos. —Quiero saber, ¿dónde está el chico que estaba siendo maltratado?—

—Él está a salvo— Expresó Konan con un tono gélido que no afectó al Hokage. —¿A qué se debe el interés por averiguar su ubicación?— A su lado, Tendō mantenía una mano extendida para utilizar el Shinra Tensei en caso de ataque.

—Simplemente porque es como un nieto para mí— Replicó Sarutobi con seriedad sin quitarle la mirada de encima al pelinaranja por los extraños ojos que poseía. —Y prometí cuidar de él, aunque he fallado en más de una ocasión— Se quedó en silencio por unos breves instantes y retomó la palabra. —Sin embargo, no puedo colocarlo en una familia por temor a que lo de hoy se repita en una peor escala—

—Entonces permítanos hacernos cargo del chico— Fueron las palabras de Tendō que bajó la mano ante la sorpresa de su peliazul compañera. —Nosotros nos ocuparemos de darle aquello que necesita, una familia. Ahora bien, si lo que le preocupa es no volver a verlo, le garantizo que en unos cuantos años estará de vuelta en esta aldea— El pelinaranja terminó de hablar y se quedó esperando una respuesta.

Sarutobi, al escuchar su propuesta, no pudo quedar más impresionado que la misma Konan de que alguien quisiera adoptar al pequeño ojiazul por voluntad propia. Lo pensó unos minutos y dando media vuelta se dirigió a su oficina seguido de los forasteros que no dejaban de estar alerta, pronto el trío llegó a la Torre Hokage y el Sandaime activó un sello de silencio en su despacho para que nadie pudiera escuchar nada.

—Bien, sobre la proposición que hiciste, lamentablemente aún no pudo darte una respuesta— Expresó Sarutobi tras encender su pipa y fumar un poco. —Es algo que debo pensar muy bien, sobre todo considerando quien es su padre— Dijo el anciano Hokage sin querer revelar que el rubio era de hecho dle jinchūriki del Kyūbi por temor a que ellos desistieran de su propuesta. —Por cierto, su nombre es Uzumaki Naruto—

—Entiendo su posición, Hokage-san— Respondió Tendō con una expresión neutral. —Pero sepa que vendremos en una semana para conocer su respuesta sobre mi petición con respecto a Naruto-kun— El pelinaranja dio media vuelta para abandonar la Torre Hokage en compañía de Konan, dejando al Sandaime sumido en sus pensamientos.

+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.

Mientras eso ocurría dentro de Konoha, en las afueras de la aldea el ambiente era completamente distinto dentro de cierto árbol, el Kami no Bunshin que logró rescatar a Naruto lo había llevado con Nagato para que éste pudiera curar las heridas del pequeño, sin embargo no fue necesario puesto que pronto un chakra rojizo se hizo presente desde su estómago y rodeó todo su cuerpo. En ese instante el Clon de Konan le quitó el pedazo de camisa para observar un sello del cual salía aquel chakra rojo.

—Vaya, quien diría que tendríamos en nuestras manos al Jinchūriki del Kyūbi— Reflexionó Nagato al ver como las señales de aquella cruel paliza dejaban de existir en la piel del Uzumaki. —Me pregunto de que será capaz cuando crezca y sea entrenado correctamente— Murmuró con la mirada fija en Naruto.

Al tiempo que eso pasaba dentro del falso árbol, en la mente de Naruto éste se hallaba caminando por un largo corredor lleno de agua y tuberías mientras seguía el sonido de una respiración bastante audible, finalmente tras recorrer aquel pasillo tenebroso llegó a una jaula muy amplia que tenía un trozo de papel con la palabra "Fūin" (sello). Algo curioso, Naruto se acercó a dicha jaula cuando un par de ojos color sangre con la pupila rasgada se abrieron en la oscuridad y una garra salió de la prisión tratando de alcanzarlo en vano.

—Vaya, quien iba a pensar que mi carcelero vendría tan pronto a visitarme— Expresó aquella figura oculta con cierta crueldad en su voz mientras una boca llena de colmillos se hacía presente aterrando aún más al rubio por la espeluznante sonrisa que tenía. —No sé si sentirme honrado de tu visita o estar decepcionado de que eres un mocoso débil que no sabe defenderse— Tras decir esas palabras soltó una oscura carcajada logrando que un escalofrío recorriese a Naruto de pies a cabeza.

—¿Quién...quién eres?— Cuestionó el ojiazul tembloroso del miedo que sentía cuando se dejaron escuchar pisadas, las cuales eran tranquilas y pausadas, haciendo que el terror abandonara el cuerpo del Uzumaki mientras la figura tras los barrotes dejara de reír y entrecerrase los ojos.

—Eso puedo explicarlo yo, después de todo mi padre fue quien dio origen a los Bijū, ¿no es así, Kurama?— En ese preciso instante logró salir a la luz la figura de un joven pelinegro, cuyos ojos poseían un peculiar Sharingan. —Aunque me gustaría saber porque estás asustando tanto a mi reencarnación, éste chico no es culpable del odio que llevas dentro— Replicó el pelinegro con simpleza mientras ponía a Naruto en pie.

—¡No mientas, Indra! ¡Ese mocoso jamás podría ser tu sucesor!— Respondió con furia el recién nombrado Kurama al tiempo que su figura se iluminaba despacio dando lugar a un gigantesco zorro con nueve colas ondeando a su espalda, detalle que asustó aún más al Uzumaki quien se refugió tras las piernas de Indra. —Solamente míralo, es un cobarde que se esconde sin querer pelear primero! ¡JAJAJAJA, definitivamente te equivocaste junto con el viejo al elegirlo—

Indra, un poco harto de las burlas de Kurama, chasqueó los dedos y pronto la jaula del Bijū desapareció dando lugar a un espacio muy iluminado. Fue entonces que se dio vuelta y se inclinó frente a Naruto quien le miró con timidez.

—Hola Naruto, mi nombre es Ōtsutsuki Indra y soy el hijo mayor de Rikudō Senin, al igual que tu antepasado... Aunque si te soy honesto, no entiendo porque estoy en lugar de mi hermano menor, Ōtsutsuki Ashura— Explicó el pelinegro con una ligera sonrisa ladeada que tranquilizó a Naruto. —Lamentablemente, aún no es tiempo de que tú y yo nos conociéramos, así que deberé borrarte los recuerdos de lo ocurrido... Pero te daré un regalo que podrás utilizar en el momento adecuado y yo estaré ahí para ayudarte a controlarlo— Sin darle oportunidad de replicar, Indra tocó su frente y pecho al mismo tiempo mientras el rubio se desvanecía del lugar.

Fuera de la mente del Uzumaki, Nagato y la Konan original que había llegado en compañía de Tendō, pudieron observar como el ojiazul iba despertando confuso al no saber donde se hallaba mientras la forma de una luna menguante se hizo lugar en una de sus manos sin que nadie se diera cuenta. Konan, al verlo tan desorientado se acercó a él y le sonrió con suavidad.

—Hola Naruto-kun, mi nombre es Konan y él es Nagato— Dijo la peliazul señalando al serio pelirrojo. —Nosotros te rescatamos de aquellas personas que te lastimaron y debes saber que posiblemente al concluir la semana termines siendo parte de nuestra familia con la autorización de Hokage-san—

—¿Eh? ¿Parte... de una familia?— Expresó Naruto mientras las lágrimas salían de sus ojos por las palabras que la Akatsuki mencionó. —Eso... ¡es lo mejor que me ha pasado, ttebayo!— Dijo el rubio bastante feliz ante las expresiones de los adultos que sonrieron leve.

—Konan tiene razón, solamente debemos esperar la decisión de Hokage-dono al respecto de tu adopción— Habló Nagato retirando la sonrisa de su rostro. —Pero debes saber que te entrenaremos para que seas un gran shinobi en el futuro. Así que no esperes que seamos blandos contigo, Naruto-kun—

—¡Ya lo verán! ¡Seré el mejor ninja que Konoha haya visto, dattebayo!— Fueron las palabras de un eufórico Uzumaki que alzó un puño al cielo mientras la determinación brillaba en sus ojos haciendo sonreír a ambos Akatsuki.

(—Éste chico se parece mucho a ti, Yahiko—) Eran los pensamientos de Nagato y Konan. (—Seguramente él sí sea capaz de lograr la paz que tanto deseaste conseguir—)

+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+.+

—Indra, ¿estás seguro de que el viejo no se equivoca al escoger a éste mocoso?— Cuestionó Kurama viendo al hijo mayor de Rikudō quien le daba la espalda.

—Claro que lo estoy Kurama, después de todo es mi sucesor y quien los reunirá a todos ustedes— Replicó el pelinegro con los ojos cerrados. —Aunque me preocupa más el destino que tendrá el dobe de Ashura, solamente espero que no cause problemas en el futuro, pero confío en que Naruto pueda enfrentarlo con el regalo que le di—

—Como digas— Bufó el Bijū al tiempo que se entregaba al sueño. (—Y yo espero que no suceda nada malo que pueda afectar el curso de las cosas, viejo—) Pensó Kurama sin saber que le depararía el futuro a su jinchūriki.


Y con esto concluye el prólogo, espero que les haya gustado leerlo tanto como a mí escribirlo. En cuanto a lo de Ōtsutsuki Indra se me ocurrió luego de leer unos cuantos fic's donde Naruto es la reencarnación de Ashura e Indra al mismo tiempo, mientras que en el manga obtuvo solamente el poder de Ashura, así que pensé en ponerlo únicamente con Indra, más adelante sabrán la razón. Otro detalle importante es que será harem y lo siento mucho pero Hinata no estará dentro ya que tengo otros planes para ella. Sin más que decir, se despide Kurayami no Kurai. ¡Nos vemos en la siguiente entrega y no olviden dejar sus opiniones!

–¿Ya terminaste?– La autora asiente mientras lo mira fijo. –Ya era hora porque tú y yo 'debemos ponernos al corriente'– Es alzada en brazos al estilo "princesa" mientras se la llevan al segundo piso y agita una mano como despedida.