El viento sopla. Es una brisa agradable en esta época primaveral, Rapunzel está en un campo de flores aspirando el aroma entretanto su corto cabello es mecido. Cierra los ojos y se deja envolver por la tranquila sensación que le brinda el ambiente mientras ella sostiene el pincel en su mano y la otra, la paleta donde tiene diversos colores.

Ella le da ligeras pinceladas al lienzo que esta sostenido por un caballete. Concentrada en su pintura, la cual lo está tanto que no se percata de que Eugene se encuentra a su lado y solo lo hace cuando entrelaza sus manos en su cintura y apoya su barbilla en su hombro.

Ella sonríe ante esa demostración de afecto y un rubor tenue aparece por sus mejillas.

— ¿Que estas pintando? —Le pregunto Eugene enterrando su nariz en su cuello aspirando su delicioso aroma. Provocándole cosquillas a la susodicha.

— Mi nuevo sueño.

Al escucharla, él alzo su cara y vio que su pintura representaba un campo de flores. Igual al que tenían enfrente, pero también había niños, corriendo con sonrisas dibujadas en sus caras. Él sonrió dándose cuenta a lo que se refería.

Porque Rapunzel quiere formar una familia con Eugene, quien también lo anhela. Acaricio la panza de ella ligeramente abultada y sonrió de nuevo. A los segundos le susurro en el oído: Pronto... pronto.

Estremeciendo ante ese contacto a su esposa. A su princesa y ahora a la futura madre de sus hijos.