Ever After:
A REBEL WEDDING; PARTE 1 de 2

Apple White, hija de Blancanieves no era la misma desde aquel horrible día; el día en que Raven finalmente destruyó su amado destino junto con los sueños de todos en esa guerra de revolución. ¿Libertad? ¿Quién quería más libertad que aquella de escoger el camino que fue escrito para ti? Apple no entendía, simplemente no entendía cómo alguien podía ser tan egoísta y no pensar en las personas a quienes afectaban sus decisiones. Y los demás, ¿cómo no veían que Raven estaba equivocada? ¿Cómo es que al final todos se tornaron contra ella? Blondie, esa asquerosa traidora, eso le sucedía por confiarse de una plebeya. No importaba cuánto ella sostuviera que era una Royal, no lo era en lo absoluto, pero de todos modos Apple fue tan estúpida como para confiar en ella… ¿y qué obtuvo? El libro entero fue destruido. No entendía como eso sucedió si sólo un verdadero Royal lo podría acabar; bueno, tendría que preguntarle a Grimm si es que algún día volvería a verlo.

Y es que luego de aquel horrible espectáculo, ella cayó en la desesperación; tanto que por mucho tiempo fue una marioneta viviente, moviéndose sin un objetivo específico, limitándose a existir; no a vivir. Pero había despertado, sólo para enterarse que Raven había ganado en verdad y que el Libro del Destino había sido destruido; no había sido una pesadilla. Y para colmo de males, aquel que consideraba el invencible protector del Destino; Milton Grimm, había sido apresado por su propio hermano y sus peligrosos principios de la libre elección.

—El mundo se ha ido a la mierda — dijo sin interés. Era una Princesa, no se supone que debía de decir groserías, pero ya le daba igual. Todo estaba perdido

Por eso huyó de casa. Aunque su madre la había persuadido por todos los medios (incluida la fuerza) para mantenerla junto a ella; Apple no quería permanecer en ese Reino ahora que sabía que nunca sería suyo. En sus tontos intentos de persuasión, su madre le aseguró que lo heredaría; pero Apple sabía que no había tal cosa como un destino gratis. Para heredar lo que era suyo, alguien debía de ser envenenado. Y si ese era el caso, ¿para qué quedarse? Comenzó a caminar sin rumbo fijo, sin fijarse siquiera si cruzaba fronteras o no. Eso no importaba para alguien cuyo destino había sido arrebatado de forma tan malvada.

—Malvada, malvada, esa siempre serás tú Raven; no importa qué digas, ¡NO PUEDES OCULTAR TU VERDADERO YO!

Un golpe en la espalda la derribó de repente. Apple sonrió, hacía tiempo que no sentía nada; y en ese estado hasta el dolor era aceptable. Sonrió.

—Los esbirros de Raven han venido por mí, me alegra tanto. Ya sabía que su verdadero yo era bajo y despiadado. Bueno, por favor mátenme con veneno; ella es tan cobarde como para no hacerlo en persona pero por lo menos puede concederme la muerte que quiero. Esa es la muerte que dicta mi destino, sí que sí. ¡Adiós para siempre imbéciles, y díganle a su ama Raven que me alegra que haya escogido su verdadero yo, aunque no tenga las pelotas de venir a matarme en persona! ¡ADIÓS PARA SIEMPRE!

Los sujetos que rodeaban a Apple intercambiaron miradas de incredulidad, ¿qué le pasaba a esta lunática? La mayoría de ellos no entendía lo que decía, pero los pocos que sí simplemente la miraban como si estuviera loca.

—Sumimasen demo… ¿Raven wa dare desu-ka? ¿Quién rayos es Raven? — Preguntó una alta figura vestida de negro, que parecía que lideraba al grupo aquel que la rodeaba.

—¿Eh? ¿No sabes quién es tu propia líder? — Dijo Apple.

—El líder soy yo, y mi jefe es sólo aquel que tenga el dinero para pagar nuestros servicios — dijo el sujeto. — Y no, nadie llamado Raven nos ha contratado. ¿De dónde vienes'

Apple se levantó con la ayuda que le ofrecían los sujetos.

—Como veras estábamos algo cortos de efectivo, nadie nos ha solicitado ayuda en una temporada; así pues decidimos tomar tus pertenencias. Pero veo que no traes nada.

Apple se encogió de hombros.

—Me han asaltado muchas veces en el camino. ¿Y qué? Ni que tuviera un rumbo fijo a dónde ir, nada importa ahora.

El sujeto miró claramente la desesperación en los ojos de Apple. Algo en ella lo conmovió, pero porque algo le decía que era la típica persona que se había quedado sin metas luego de una horrible decepción. El hombre entonces se quitó la máscara de tela negra que cubría todo menos sus ojos y le ofreció una mano.

—Hajime mashite, permíteme presentarme. Ore wa Masaaki Hatsumi.

—¿De qué cuento eres tú? — Preguntó Apple.

—¿Cuento? Una leyenda más bien, según el folklore japonés, soy el padre del ninjutsu.

Apple miró a su alrededor, los hombres que la rodeaban eran asiáticos.

—No sabía que podía llegar tan lejos.

—La depresión puede llevarnos por los caminos más extraños e insospechados — dijo el sujeto. — Sou, ¿nande? ¿Qué hizo que alguien como tú terminara tan lejos de su hogar?

Apple tomó la mano que él le ofrecía y sin más, se dejó llevar.

—¿Hatsumi-Sama? — Preguntó uno de los ninjas.

—No podemos quitarle nada que valga la pena, Seiji-kun — respondió el líder en su idioma. — Y esta pobre joven está desvalida, matarla sería un desperdicio de esfuerzo; ya no le queda nada. Además… kanojo no sutori me llama mucho la atención. Minna-san, Kaerimashou.

Le vendaron los ojos a Apple y la condujeron hacia una locación desconocida. Una vez llegaron, le ofrecieron una taza de té verde estilo asiático y el tal Hatsumi se sentó junto a ella con su propia taza de té. También tenía una bandeja de dulces hechos de azúcar comprimido y duro. Le dio una mordida al dulce y luego tomó un sorbo.

—Los dulces deben tomarse antes de tomar un sorbo al té, de este modo no se siente tan amargo. Te hará bien.

Apple obedeció, aunque usualmente detestaba el té porque le recordaba a la maldita de Maddie y cuando le vertió el té hirviendo en los ojos. Entonces comenzó a contarlo todo, desde el inicio de la rebelión el Día D y luego cómo las cosas escalaron hasta que finalmente la guerra civil hizo que derrocaran a Grimm y ella perdiera su destino.

—Raven, cómo la detesto. Ella, ella… ¡ella me arrebató mi destino! Y puso a mis amigas en contra mía, ella…

El anciano padre del ninjustu tomó un sorbo de su propio té.

—Por lo que cuentas, el resultado de la batalla había sido obvio desde el primer momento, Apple White de la Reino de Blancanieves.

Apple lo miró.

—¿Entonces también usted es un Rebelde que lucha contra su destino?

—Nosotros estamos ajenos ante esas luchas, yo soy un soldado niñita; no tengo nada que ver con esas tonterías del Destino. Pero ante todo, ¿no te das cuenta que eres una idiota? Tu amiga tenía razón, necesitas pelear por lo que quieres; no asumirlo. Eso que tu amiga no era una verdadera Royal, me temo que estás equivocada. Ella entendió la esencia de lo que son los Royal, y lo es; mucho más que tú.

Apple no podía creerlo, ¿de qué estaba hablando? ¿Acaso no entendía la esencia de su cuento?

—Tu gran oponente se preparó, peleó por lo que quería; ¿y qué hay de ti? Tú decidiste esperar a que las cosas salieron como lo dictara el "destino· — el ninja hasta hizo las comillas con los dedos. — Y como no pasó, te rendiste. ¿Te parece que todo está perdido porque no ganaste sin pelear? ¿Te botaron de cabeza de chiquita o algo?

Apple se quedó sin qué decir, ante tal lógica no había argumento posible.

—Pero yo no sé pelear, sólo sé esperar a que las cosas salgan según el destino…

—Quien te haya enseñado eso, te hizo un gran daño, joven Oujo-Sama. En lo único que tienes razón es que el destino no es gratis, pero no puedes esperar a que las cosas pasen como las planeaste; sino que debes moverte para obtenerlas. Comienza a moverte, pero antes recupérate. Pasa la noche con nosotros y luego decide qué hacer.

Apple se quedó reflexionando, ¿por qué nadie le había dicho eso cuando tuvo la oportunidad? Antes de la rebelión, antes de todo aquello… fue cuando se levantó rápidamente y corrió hacia el ninja, que reaccionó instintivamente y lo siguiente que supo Apple es que le ponían la punta de un cuchillo arrojadizo en la garganta.

—No te atrevas a venir por mí desde atrás.

—Por favor, no sé cómo empezar a moverme. ¡Pero usted puede enseñarme! Quiero aprender, por favor dígame qué debo hacer. Yo…

—¿Quieres que te enseñe a cómo luchar, dices?

—Tengo que aprender a derrotar a Raven, si la derroto podría… quiero luchar por lo que quiero y usted es quien puede enseñarme.

—Si te empeñas en esto, sólo vas a lograr que te maten — dijo el ninja. — La venganza es el camino de los tontos.

—Pues moriré por lo que quiero — dijo Apple. — ¡Tengo que conseguir lo que quiero y si muero en el intento por lo menos lograré ponerle fin a esta existencia sin destino!

El ninja finalmente asintió.

—Si no mueres en el intento, quién sabe. Puede que encuentres lo que en verdad quieres hacer, no un deseo motivado por tu estupidez infantil. Bien, lo haré, pero porque confío en que hallarás un verdadero camino con lo que voy a mostrarte… pero alguien así de trastornado…

Mejor no dijo nada más y se preparó para enseñarle a Apple.

Los días se tornaron apacibles y tranquilos; pero no por eso Raven dejaba de entrenarse en la espada. Ahora que no era necesario ser malvada, usar su magia oscura quedaba fuera de discusión; así que luchaba por convertirse en la mejor espadachina que pudiera. Con el duro entrenamiento del señor Morrible y de Bella Sister, sus habilidades sólo mejoraban. Pero todavía tenía un largo camino por recorrer.

—¿No es encantadora? — Se rio alegremente Darcy, observando a su hija hacer lo que pudiera contra una gran cantidad de ghouls y las descarnadas alimañas de la noche; mientras ella y su marido el Rey Bondadoso tomaban el té al aire libre.

—Fuerte e independiente como ella sola — dijo el anciano Rey. — Quién diría que fuera ella la que terminaría por convertirse en la horma del zapato de Grimm.

Darcy asintió complacida, aunque no pudo evitar hacer una mueca de dolor cuando un Shantack surcó el cielo y derribó a Raven por detrás; dejándola a merced de los ghouls que la ataron fuertemente con pesadas cadenas.

—¡Aaaaaarg! — Luchaba Raven por librarse de aquello, cuando entre sus forcejeos logró liberar su mano ligeramente; lo suficiente para mover su mano. Luego se arrojó al suelo hacia atrás y recuperando así su espada, hizo un rápido movimiento de muñeca para que ésta y su negra hoja cortaran sus cadenas.

—Perfecto, todo por hoy — anunciaron Bella y Morrible.

—Finalmente dominé ese movimiento — sonrió ella.

—Es esgrima muy avanzada — dijo Bella Sister orgullosa de su pupila. — No me extraña que Milton Grimm haya sido derrotado, sin mencionar que me alegra que sigas entrenándote.

—Soy una figura de la revolución, no puedo bajar la guardia — dijo Raven. — Sin mencionar que es muy divertido.

—Pues a mí me alegra servirla, siempre es tan diligente oh señorita Raven — dijo Morrible. — Siempre es un gusto servir a los monarcas que pelean lado a lado contigo en lugar de aquellos que sólo ordenan. ¡Sin ofender por supuesto mi Reina!

—No ofendes — dijo Darcy. — Comprendo que no haya sido agradable servirme. Pero el pasado en el pasado, gracias a mi hija.

—Fue un esfuerzo de todos — dijo Raven. — Siempre digo que hay que reconocer a todos los que trabajaron duro para librarnos del gordo aquel.

Sus padres sonrieron orgullosos, pero entonces se escuchó una alegre risita que a estas alturas ya era muy conocida en el Palacio de Raven.

—¡Maddie! — Gritó alegremente Raven corriendo hacia su novia, que la abrazó con ternura y la besó profundamente.

—Mi querida Raven; estuviste maravillística como siempre. Eres genial como caballero en negra armadura…

Raven le sonrió sonrojada, le gustaban las atenciones de Maddie.

—¿Y qué te trae por aquí, Maddie? — Preguntó Raven quitándose el peto negro y morado de su armadura… obviamente manualmente. — Perdona que no te abrace pero estoy cubierta de sudor.

Maddie se rio alegremente.

—¿Y desde cuando necesito razones para visitar a mi novia? — Dijo ella. — Además si no mal recuerdo hace un par de días estuvimos las dos abrazadas cubiertas de sudor hasta altas horas de la madrugada… ya sabes, cuando ni tú ni yo podíamos con otro round ¡ehehehé!

El color del sonrojo de Raven pasó de rosa a rojo fuerte.

—¡Maddie! ¡Mis padres están aquí!

—Como si no nos hubiéramos enterado ya, ustedes dos hacen demasiado ruido a pesar que dormimos en alas separadas del castillo — dijo Darcy pícaramente.

—¡Mamá! ¡No me gustan ese tipo de bromas! — Dijo Raven.

—Ojalá fuera una simple broma — dijo el Rey Bondadoso. — Raven, te quiero y todo pero enterarme de tus prácticas de cama es algo que va más allá del amor paterno. Si pueden, ¿no quisieran irse a un hotel por esta noche?

—Eso quisiéramos pero nos echaron la última vez — dijo Maddie. — Según el gerente fue cosa del exceso de ruido.

—¡Maddie! — Volvió a gritar Raven, poniéndose roja otra vez.

El Rey Bondadoso puso mala cara, esta era una conversación que en definitiva no quería tener; al igual que Raven. Por su parte Darcy estalló en alegres carcajadas que se unieron a las de Maddie, ella estaba como siempre de excelente humor y como ahora estaba libre y era ella otra vez; nada podía molestarla.

—Ya Raven, sólo una pequeña risa para alegrarnos el día — dijo Maddie acariciando su rostro y besándola con suavidad. — Además hoy sí vengo con una razón, verás…

—Bueno, ¿pero se van a quedar ahí paradas o se unen al té con nosotros? — La interrumpió Darcy alegremente. Le encantaba la novia de su hija; cuando ella estaba nadie se aburría en el lugar.

—¡Uy, nunca le digo que no a una taza de té! — Dijo Maddie saltando de felicidad y sirviéndole una a Earl Gray, otra a Raven y una para ella; a la cual le puso una verdadera montaña de azúcar. — Delicioso, ¿no es así?

Raven sonrió y le dio un sorbo a su propio té, cuando sintió que se tragaba algo. Comenzó a toser con violencia, tornándose roja; pero por el ahogo.

—¡RAVEN! — Gritaron los tres presentes apresurándose a hacerle la maniobra Heimlich cuando finalmente Raven escupió un pequeño anillo con un hermoso brillante.

—¿Pero qué? — Dijo ella respirando agitadamente.

Maddie se arrodilló con ella sacando un abanico de su sombrero y comenzó a darle aire con una expresión torturada; y sinceramente arrepentida.

—¡Raven! ¡Lo siento tanto mi amor! Así fue como mi padre le propuso matrimonio a mi madre y pensé que tal vez… Raven perdóname, no estaba pensando, casi te ahogas por mi culpa y yo no quería; tan sólo quería hallar la forma perfecta de pedírtelo. Perdóname.

Raven sólo se encogió de hombros.

—Vamos Maddie, no es problema. También yo estaba sedienta por el entrenamiento y… un minuto, ¿me estás pidiendo matrimonio? ¡Oh Maddie!

Maddie se arregló el cabello con valor y tras tomar aire, se arrodilló tomando el anillo y con delicadeza tomó la mano de Raven; que la extendió para que ella le colocara más fácilmente la sortija.

—Raven, han pasado dos años desde que inició todo esto, ya sabes, lo nuestro; la revolución y este hermoso período de libertad para todos. Yo realmente quisiera… es decir, no puedo concebir la vida sin ti. Raven, sé que tú eres mi caballero en negra armadura; pero, ¿me harías el honor de convertirte en mi damisela? Es decir, lo que realmente quiero preguntarte es, Raven Queen, ¿te casarías conmigo?

Raven se enjuagó una lágrima y sin poder controlarse abrazó a Maddie con fuerza.

—¡Oh sí, sí! Por supuesto que me casaré contigo Madeline Hatter. Oh, soy tan feliz…

Maddie sonrió y acarició el cabello de Raven mientras ella la apretaba con fuerza contra sí, llorando sobre su pecho. Maddie sonreía, y también dejó escapar una lágrima de felicidad.

Viendo la escena, el Rey Bondadoso y Darcy lloraban también, intentando inútilmente de contener sus lágrimas pero era imposible.

—Nuestra pequeña está creciendo — dijo Darcy con una sonrisa. — Es una lástima que me haya perdido tanto de su vida…

El Rey Bondadoso abrazó a su esposa por la cintura y la besó en la frente.

—Lo importante es que ahora estarás junto a ella en su nueva etapa. De hecho, Maddie querida, ¿en las ceremonias Maravillanas es costumbre que el padre de la novia la lleve al altar?

Maddie se rio.

—¿A los gatos les gusta desaparecer tras su sonrisa? ¡Pues claro!

—En ese caso, ¿por qué no te encargas tú de esa parte, Darcy? Si es que Raven está de acuerdo; claro…

Raven sonrió.

—Sería un honor, mamá.

Darcy se limpió las lágrimas con alegría y corrió a abrazar a su hija. Al poco tiempo su esposo se unió, era un buen momento para ser felices.

—Tenemos que llamar a los Hatter — dijo Darcy. — Querrán saber la noticia.

Maddie se encogió de hombros.

—¡Ya vienen hacia acá! El señor narrador ya dijo todo lo que querían saber.

Darcy y el Rey Bondadoso sonrieron, con tantas visitas de Maddie al castillo ya se había acostumbrado a la voz que sólo los Maravillanos conocían. Pero entonces la Reina palideció.

—Oh no… los Hatter, ¿qué dirán si me ven? Yo destruí su hogar, yo destruí el País de las Maravillas. Oh no, yo jamás quise esto… no…

—Mis padres no la culpan — dijo Maddie en tono conciliador. — No desde que todos supimos que estaba bajo el control de Milton Grimm. Además, ¿no recuerda que ha hecho todo lo posible por recuperar nuestro hogar? Nadie le guarda rencor, señora Queen.

Darcy no supo qué decir, sólo esperaba que Maddie tuviera razón. Por su parte Raven decidió subir su anuncio de bodas al Espejo-Net invitando a todos sus amigos.

—¡Increíble! — Dijo Ashleen desde la PC de Hunter. — ¿Hunter ya viste? ¡Maddie y Raven se nos adelantaron! Dentro de muy poco…

—Bien por la chica — sonrió Hunter, — ese es el espíritu Rebel. ¿Crees que nos invite?

Mientras tanto, en la cabaña de la bisabuela de Cerise; la loba no pudo sino sonreír mientras uno de los cachorros de Carmine destrozaba la mantita que usaban para dormir; hecha con la vieja caperuza de Cerise; pues desde la guerra civil ella mostraba sus orejas con orgullo.

—¿Algo nuevo Cerise? — Dijo el profesor Lobomalo.

—Una gran noticia papá — dijo Cerise. — Es Raven, se casa.

—Déjame adivinar: Madeline Hatter.

Cerise solo sonrió y le dio un "like" al anuncio de bodas. Todo salía muy bien para todos.

Mientras tanto; Sparrow revisaba la noticia en un Espejófono que le quitó a un transeúnte.

—Wow, más vale que nos invite — dijo Sparrow. — Ey Douchess, ¿ya leíste la red social?

—Claro — dijo la nueva compañera de fechorías de Sparrow. — Necesito algo qué ponerme.

—Tú tranquila, ya pasará alguien — dijo el ladrón preparando las flechas especiales que le hizo Raven; con todo tipo de trucos para luchar de forma más eficiente.

En todo el País Por siempre Jamás sólo se hablaba del gran acontecimiento, la futura boda de aquellas dos que lo cambiaron todo derrocando a Milton Grimm. Sería el evento del siglo, tanto o más sonado que el Día del Destino o el día de la Revolución.

Y tal como lo aseguraba Maddie, a pesar de sus temores, la familia Hatter no tuvo problemas con Darcy. Tal como lo aseguró la chica, nadie le culpaba por lo sucedido sino más bien a Milton Grimm; al maldito de Milton Grimm que se pudría en una celda en lo profundo de una mazmorra desconocida.

—Y según la tradición la familia del novio siempre costea la boda — dijo la madre de Maddie, la Duquesa con firmeza. — Y como Maddie ya manifestó sus deseos que Raven sea su damisela, en ese caso…

Darcy rio divertida, de hecho el único pleito que habían tenido durante la organización de la boda era que Raven insistía en que ambas utilizaran hermosos vestidos de novia; pero Maddie se negó rotundamente, alegando que una de ellas debía ser el caballero de la otra; y como Raven ya había cumplido su papel durante la revolución, le tocaba a ella hacer de caballero. Al final Raven accedió pero a regañadientes; aunque tuvo que admitir que hasta ahora no había nada más hermoso que Maddie en su hermoso esmoquin. Y Maddie hubiera opinado lo mismo del vestido de Raven de no ser porque no se le permitía ver el vestido hasta el momento de la verdad. Fuera de eso todo avanzó de lo más bien.

—En ese caso señora, al menos insisto en pagar por la luna de miel — dijo Darcy pensando en el hotel para su hija y su futura nueva hija.

Ambas se pusieron de acuerdo muy fácilmente, todo parecía estar destinado a ir de lo más bien en aquella ceremonia de Rebels.

Y finalmente llegó el gran día: todos los jóvenes Rebel; y algunos Royal como la reciente pareja de Daring y Lizzie; y Blondie; esperaban en el palacio que servía a la vez como la escuela Ever After High. Finalmente comenzó una música extrañamente armónica del coro de ratones violinistas; específicamente la marcha nupcial.

En el altar, Maddie esperaba con un elegante traje turquesa y púrpura; mientras que al ritmo de la música Raven comenzó a aparecer al final del pasillo del gran salón; flotante en un vestido blanco; del brazo de su madre, quien estaba orgullosa de estar en aquella posición.

Finalmente llegaron al altar y en un signo tan antiguo como el mundo, Darcy tomó la mano de su hija y con firmeza la colocó sobre la de Maddie.

—Madeline Hatter, ¿en manos de quién más estaría mejor este tesoro mío?

Maddie sólo sonrió a su futura suegra y luego a Raven, que le devolvió la sonrisa. En toda boda jamás faltaba la sonrojada novia. Entonces Giles Grimm, que precedía la ceremonia, comenzó:
—Queridos compañeros de Ever After High; luego de dos años de permanecer una al lado de la otra; sin importarles cuanta adversidad se toparan en su camino, el día de hoy veremos a estas dos almas gemelas unirse por fin. Madeline Hatter, ¿aceptas a Raven Queen como tu legítima esposa, en la salud y la enfermedad; la pobreza y la riqueza; en las buenas y en las malas hasta que la muerte las separe?

—Sí, acepto — dijo Maddie.

—Y tú Raven Queen, ¿aceptas a Madeline Hatter como tu legítima esposa, en la salud y la enfermedad; la pobreza y la riqueza; en las buenas y en las malas hasta que la muerte las separe?

—Ahora y siempre — dijo Raven.

—Ahora las novias leerán sus votos — dijo Giles Grimm.

Maddie tomó su sombrero de copa y tomó un pequeño pergamino, y con una sonrisa y una mirada llena de amor, simplemente recitó:
—Raven, mi hermosa Raven; mi caballero en negra armadura. Muchas cosas han pasado desde aquel día en que en un incidente accidental decidimos que éramos nuestras mutuas almas gemelas; porque nada tiene que ver el destino. Todo es cosa de decidir, y yo he decidido que quiero pasar toda mi vida junto a ti, y que eres y serás siempre la única. Raven, yo te amo y pase lo que pase; estaré a tu lado. Te amo Raven Queen, no me canso de repetirlo porque es la verdad; mi verdad, aquella verdad en la que creo y alrededor de la cual gira todo mi mundo. Y el saber que tú me amas de vuelta, tanto o más intensamente que yo; es la mayor de mis alegrías. Ninguna chifladura o locura vale la pena si no es junto a quien amo, y esa eres y serás siempre tú Raven.

Raven sonrió, conteniendo las ganas de llorar.

—Maddie… yo… desde siempre has sido mi gran apoyo, esa dulce sonrisa que siempre estará junto a mí sin importar qué. No te importó mi legado ni mucho menos, para ti yo era alguien con quien podía ser yo misma; y viceversa. Entonces comenzó esta locura de la revolución, tenía miedo, y más de una vez pensé en renunciar; pero el saber que de otra forma jamás estaríamos juntas para siempre fue suficiente para darme fuerzas. Maddie, te amo y desde aquel momento en que la luz de la luna fue testigo de nuestro amor, he deseado este momento secretamente. Te amo mi amada Maddie; y siempre estaré ahí para ti, así como sé que tú estarás ahí para mí, porque eso es el amor; estar la una al lado de la otra sin importar qué. Mi verdad también es que te amo y siempre lo haré; y ahora que estaremos juntas para siempre, apenas si puedo contenerme.

Ambas se sonrieron, ardientes en deseos de lanzarse una a los brazos de la otra y sellar su amor eterno con un beso de amor. Pero esperaban el protocolo, tenían que escuchar esas palabras, "puede besar a la novia"

—Si alguien se opone a esta unión, que hable ahora o calle para siempre — dijo entonces Giles Grimm.

Nadie dijo nada, esperaron el momento crucial cuando dijera el "puede besar a la novia" pero entonces una potente voz gritó por toda la sala:

—¡YO ME OPONGO!

Todos se volvieron para ver quién se había atrevido a semejante cosa, era Apple. Apple White, la mismísima Apple White.

—¿Qué crees que haces aquí Apple? — Le dijo Maddie tornando sus ojos de verde a naranja, lista para el combate.

—¿Qué hago aquí? Pongo fin a todo esto.

Apple White avanzó con decisión, sin importarle nada de nada. Tenía todo a su favor, la sorpresa de todos, sus meses de entrenamiento con el señor Maasaki. Nada podía sino salir a su favor, como siempre saldrían las cosas. De entre los pliegues de sus mangas sacó una aguja bastante grande; con la cual jugueteó entre sus dedos pero ninguno de los presentes lo notó aún.

—¡Madeline Hatter! Luego de mucho reflexionarlo, he llegado a la conclusión que la culpable de todo eres tú. De no haber alimentado las depravadas fantasías de Raven con tu antinatural amor esto no hubiera pasado. ¡MUÉRETE!

Entonces con una gran habilidad, lanzó la aguja (un arma ninja llamada Senbon) contra Maddie que apenas si tuvo tiempo de reaccionar; no así Raven que de un golpe apartó a Maddie y a pesar del voluminoso vestido de novia que llevaba pudo saltar a tiempo para salvar a su amada; con el Senbon clavándose en el pecho. Raven se lo quitó rápidamente.

—¿Cuál es la idea, Apple?

Pero entonces cayó de rodillas.

—¿Qué hiciste? — Preguntó con un hilo de voz, temblando mas no de miedo sino por causa de la toxina que recorría su sistema.

Apple la miró indiferente.

—Pensaba que la que caería sería Maddie pero tú servirás también.

—¿Qué hiciste? — Preguntó Raven en voz más débil que antes. Algo raro pasaba, ¿qué le había hecho Apple? Esa púa con la que la atacó, ¿acaso estaba envenenada? ¡No! eso quería decir que…

—La que tiene el antídoto soy yo y solamente yo; no te queda mucho Raven — dijo Apple indiferente viendo a Raven retorcerse y adivinando lo que pensaba. — Mi amado sensei me dijo que Blondie tenía razón y que debía de luchar por lo que quería, bien eso hago. En mi cuento alguien tiene que ser envenenado; y puesto que te rehúsas a envenenarme, ¡PUES SUFRE LAS CONSECUENCIAS RAVEN QUEEN! ¡DESPÍDETE, DE LA MISMA FORMA EN QUE YO HUBIERA TENIDO QUE IRME!

Entonces arrojó una bomba de humo y se desapareció justo en el momento en que Raven caía en un sueño profundo ante la consternada Maddie; que soltó tal grito que llegó a escucharse por todos los alrededores, un grito que suponía tal agonía y furia; que le helaría la sangre a cualquiera. Pero no a Apple, que sonrió complacida.

—Tienen lo que se merecen, Rebels.

Comenzó a andar, cuando se topó con su sensei.

—¡Masaki-sensei! — Dijo haciendo una profunda reverencia.

El anciano de leyenda negó con la cabeza muy decepcionado.

—Es como te lo advertí Apple White. Vas a hacer que te maten, a partir de ahora; estás más allá de toda ayuda. Lo siento.

Dicho esto desapareció dejando a Apple llena de dudas, pero que se disiparon rápido. Ella había peleado por su destino; y ahora nada que esas asquerosas Rebels hicieran podría cambiar las cosas. La suerte estaba echada.


Y un two-shot como secuela a mi obra maestra de Ever After High; una en donde he decidido un giro final; pues acabo de verme la peli de la Fiesta de la Coronación y compre el libro 2 de la saga. Y bueno sé que lo de Apple suena exagerado y todo pero es porque quiero darle un cierre definitivo a la saga de Ever After. Así pues me dije a mí mismo:

"Mí mismo, hagamos una secuela, de todos modos te divertiste mucho haciendo la primera"

Espero les haya gustado y como siempre me despediré con mi:

Chao; nos leemos!