ELLA CAMINA EN BELLEZA

(SHE WALKS IN BEAUTY)

Traducción por: Dark Veggie: una de esas noches.

Era una de esas noches en las que ella se movía entre las sombras caminando hacia su habitación. Se detuvo brevemente en el umbral, entonces levantó una mano para empujar la puerta apenas lo suficiente para que pudiera estar adentro.

Era una de esas noches en las que ella se deslizaba a la esquina de su cama y observó su forma de dormir. En todos los años que lo conocía, ella lo quería aún más cuando lo veía dormir. Ciertamente, él era hermoso. Un pálido rayo de luna brilló tenuemente sobre su pecho desnudo y le dio a su rostro un aire aún más sutil. Arwen amaba ver a su querido amigo dormir, por que le recordaba épocas más sencillas. Épocas más felices. Regresó al pasado, cuando ambos eran jóvenes elfos y forjaron una amistad que sobreviviría por siglos.

Era una de esas noches cuando Legolas sentía su mirada e inmediatamente despertaba y fijaba sus brillantes ojos en ella. Ella estaba parada en una esquina de su cama, con un vestido pálido que flotaba sobre su cuerpo y con sus interrogantes ojos violetas. Como siempre, ella estaba magnifica.

Era una de esas noches en las que sin mucho que decir él levantaba las sábanas y la aceptaba en su cama.

Era una de esas noches donde, como siempre, se vieron el uno al otro y él pacientemente esperó a que hablara. Ella visitaría a menudo su recámara durante la noche cada vez que él estuviera en Rivendell. A veces por que estaba aburrida, otras por que estaba preocupada y la mayoría de las veces solo por que deseaba estar en su compañía.

Era una de esas noches en las que ella buscaba su presencia solo por comodidad. En el pasado, después de que habían sido mandados a la cama por sus padres, ella irrumpía en la habitación de él en la primera oportunidad que se presentaba. Allí continuaban con sus juegos llenos de imaginación y viajaban a lugares grandiosos siempre en busca de aventuras. Permanecían despiertos toda la noche y las primeras luces del día hasta que finalmente se agotaban y caían dormidos en los brazos del otro.

Era una de esas noches en las que ella recordaba la amistad más grande que jamás hubiera conocido. Hablaron de memorias entrañables y de grandes aventuras, de los amigos que tuvieron durante su vida. Ella no negaba que lo amaba. Él había sido un apoyo constante la mayor parte de su vida y por eso ella estaría eternamente agradecida. Y tal vez ella era la única en toda la tierra media que él había amado libremente y sin reserva. Para ella, también era su fortaleza. Siempre que él se sintiera solo, solamente tenía que pensar en ella para pensar en la belleza del mundo y saber que en su corazón siempre habría algo bueno en medio de toda la oscuridad.

Era una de esas noches que les daban paz a ambos. Ninguno de los dos se sentía culpable por sus acciones. Cualquier persona que los conocía sabía de sus visitas nocturnas, desde el día en que Elrond los encontró durmiendo en medio de un completo desorden. Se escuchaba un tema entre los elfos acerca del florecimiento de un romance entre ellos. Pero simplemente no podía ser. Arwen lo amaba¿Cómo no hacerlo? Pero no, ella no estaba enamorada de él, lo estaba de Aragorn. Legolas nunca sería tan abiertamente sincero con ella en público. No pasaba de una rutina nocturna, un hábito. Él nunca podría estar íntimamente con ella.

Era una de esas noches en las que ambos se sentían tranquilos y cómodos entre los brazos del otro. Ella levantó muy suavemente una mano y acarició sus mejillas apenas rozando con las yemas de sus dedos sobre la suave superficie. Con la misma suavidad él acomodó algunos filamentos perdidos de su cabello sedoso detrás de su oído. Entonces ella le dio la espalda, como lo había hecho en muchas ocasiones, señalando el final de la conversación. Y como siempre él se le acercó más a ella y le colocó un brazo protector alrededor de la cintura. Cuando ella era más joven encontraba difícil dormir sin su brazo que proporcionaba seguridad y calor. Ella gozaba de su presencia cada vez que podía.

Era una de esas noches en las que todo se sentía bien en el mundo.

Era una de esas noches donde a pesar de toda la agitación que sentía en su corazón, ella caía dormida con una sonrisa que jugaba en sus labios.