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Este es un fic dedicado a Eileithyia793, del foro "El lobo, la oveja y el león". ¡Espero que te guste!


POV Esme

No podía creerlo. Mi hijo, mi pobre hijo, había muerto.

Cuando nació era tan diminuto, tan rosadito, tan precioso; que pensé que haría lo que fuera por protegerle, que nunca jamás permitiría que sufriera ningún daño. Hubiera dado mi vida por ese niño, pero no tuve oportunidad.

Aquella noche le había dejado durmiendo junto a mí. Sentía su suave respiración y oía sus gimoteos; un par de veces rompió a llorar y me despertó, pero no me importó, porque yo le amaba. Jamás pensé que pudiera ocurrir nada parecido. No creí que la vida pudiera destinarme más desgracias, más dolor.

Pero cuando, a la mañana siguiente, desperté, ya había muerto. Le besé en la frente, y estaba frío. Muy frío. Su frágil existencia se había extinguido. Me horrorizó pensar que yo le había matado durante la noche al caerme encima de él por error. Pero no. Él solito se había ido, tal vez al notar el dolor que había en mi interior había tenido miedo y se había marchado de este mundo. No pude evitarlo.

Lloré tanto que la amargura y el dolor se aguaron de tal forma, que se hundieron en mi alma y no los volví a ver. Durante un tiempo lo agradecí, pero al poco me enfrenté a algo mucho peor: vacío. El vacío no era nada; no sentía nada. Apoyaba la mano en mi pecho sólo para asegurarme de que mi corazón seguía latiendo, porque me parecía que los únicos que no sentían nada eran los muertos. Pero yo estaba viva, estaba viva y lo lamentaba.

Aquella noche salí corriendo y llegué al acantilado. Me quedé cerca del borde, intentando inútilmente sacar algún sentimiento de mi pecho, pero tan sólo estaba aquel vacío. Me desgañité y sollocé, hasta que me harté de intentarlo. Si no estaba muerta aún, pronto lo estaría.

Furiosamente, corrí hacia el borde del precipicio y me dejé caer. Sentí como mi cuerpo chocaba violentamente contra el suelo, un dolor intenso y físico me recorrió, y mientras la vida me abandonaba le dediqué un último pensamiento a mi pequeño hijo sin nombre, con el que pensaba volver a encontrarme pronto.

No podía imaginarme que jamás lo lograría, porque el destino me reservaría algo mejor que la muerte. Aunque no podría olvidar a mi pequeño, porque él fue el primer amor de mi vida y siempre lo será.