Hola! es la primera vez que publico algo en FanFiction! estoy emocionada jajaja XD
Usare mi OC de México (que también se encuentra en DeviantArt) despues hare una ficha adecuada del personaje creo yo jajaja.
Advertencias!: (… si se le dice asi?) Uso de mi OC de México, así como el nombre tanto de país como humano! XD si! Me gusta hacerlo jajaja y pues… que esto puede ser un gran fail! Así que disfrútenlo!
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¡Hola Mundo! ¡México aquí!
1° Parte. ¡Hola Mundo! Se abre la puerta al extranjero.
Era un día como cualquier otro en la Ciudad de México. Como cada día México, Luna Maria García López, se dirigía de regreso al castillo después de realizar un encargo de su actual jefe.
El día estaba soleado con una brisa refrescante, curiosamente no había tenido ninguna dificultad o imprevisto en el camino… por lo que parecía, todo pintaba para que fuera un día perfecto.
Cabalgó hasta llegar a Chapultepec, tomo el camino de subida al castillo, al llegar, desmonto y guardo su caballo tranquilamente, realmente estaba disfrutando esa inusual calma.
Se dirigió hacia la oficina de su jefe, al no encontrarlo ahí, pregunto donde se encontraba, al parecer estaba en una de las salas atendiendo unas visitas, lo cual realmente no le sorprendió, visto que Díaz era una persona muy sociable.
Subió a la sala en la cual le habían dicho que estaba, mientras subía las escaleras, pensaba que haría en la tarde después de terminar todos sus deberes, lo mas seguro es que se iría a tomar un trago a una nueva cantina en el Centro. Antes de que se diera cuenta ya se encontraba afuera de la sala, tocó la puerta (visto que a Díaz le molestaba mucho que entrara sin tocar) y después de escuchar un tenue "adelante" entró como si nada.
Sus ojos no podían creer lo que veían… ¿Acaso era una alucinación? ¿Estaba soñando? No, no era un sueño, esto era una pesadilla…
En menos de un segundo su cuerpo se petrificó, el color de sus mejillas se desvaneció y sus ojos, al igual que su boca, quedaron bien abiertos.
Ahí se encontraba su jefe sentado, al igual que otras tres personas a las que conocía bastante bien: Arthur Kirkland, a.k.a. Reino Unido, ex pirata con el cual ya había tenido encuentros y el incitador de que su país fuese intervenido unos años atrás; Alfred F. Jones, a.k.a. Estados Unidos de América, el gringo ladrón de la mitad de su territorio y el que le hizo pasar la peor humillación de su vida y por ultimo Francis Bonnefoy, a.k.a. Francia, el pervertido insistente, el cual había invadido 2 veces su territorio y no satisfecho, le impuso un gobernante.
- Luna, que gusto que llegaras – Dijo Díaz ignorando la reacción de la chica –como veras tenemos visitas muy importantes, quiero que les des la bienveni-
- ¡¿Qué carajos hacen ustedes aquí? – explotó – ¡Les dije que nunca se acercaran a mi territorio!
- México, tranquila, venimos aquí porque – trató de razonar con ella el inglés
- No me importa porque hayan venido – interrumpió furiosa la mexicana – ¡solo quiero que se larguen en este mismo instante!
- ¡México! – la voz de Díaz tomó un tono severo – ve a mi oficina, te alcanzare ahí en un momento
- Pero es que-
- ¡Que vayas!
La joven no pudo replicar, le tenía mucho respeto y algo de miedo a su jefe, solo se quedo callada, bajó la mirada y salió de la habitación, no sin antes lanzar una mirada asesina a los otros tres países.
- Discúlpenla, pero ustedes mejor que nadie saben todo lo que ha pasado – les dijo Díaz ya con su tono de voz normal – Permítanme un momento – Se levanto con tranquilidad y se retiro, dejando a los tres solos
- Oigan, es idea mía o México estaba molesta – dijo el norteamericano
Los otros dos solo se le quedaron viendo como diciendo "eres un verdadero idiota"
- ¡¿Qué? ¡¿Por qué los invitaste?
- Mira Luna – tomo asiento Díaz – se perfectamente como te sientes, recuerda que yo también pelee con el ejercito francés, pero esto es necesario
- No entiendo porque es necesario – refunfuño como una niña pequeña
- Mira, como país, debes estar conciente de que tienes que desarrollarte, crecer no solo militarmente, si no también científica, industrial y económicamente
- Eso ya lo se, puedo hacerlo perfectamente, solo tengo que trabajar duro el campo y también tengo que-
- Sabes que no servirá –interrumpió Díaz- si realmente queremos mejorar, no podemos depender solo del campo, no producirá ninguna ganancia verdadera, se que te duele, pero necesitamos el capital y la ayuda del extranjero
- Pero… ¡No! ¡Me niego a aceptar ayuda de alguno de ellos! Tu sabes perfectamente todo lo que me han hecho, todo lo que han dicho de mi, no quiero su ayuda, me rehusó a aceptarla
- México comprendo tu enojo, pero te pediré algo, no pienses ni ti ni en mi, piensa en tu gente, pueden tener algo mejor, dejar de ser un pueblo pobre, tu podrías formarles una de las naciones mas grandes del mundo, piensa que todo esto será para ellos y para mejorar sus vidas
La joven no sabia que decir ni que hacer, tenia muchos sentimientos encontrados en ese momento, por una parte ella amaba a su gente, era todo para ella y quería lo mejor para ellos, pero por el otro lado, también estaba todo el resentimiento hacia las naciones extranjeras.
- Esta bien, acepto, volveré a tener contacto con el extranjero…
- Buena elección
- Pero que conste que hago esto por mi gente, y que no pienso hacerme "amiga" ni tener ninguna otra clase de relación que no sea política con las otras naciones
- Esta bien, como tu decidas, puedes hacer lo que quieras – Se levanto de su asiento – ahora volvamos con nuestros invitados, es de mala educación dejar esperando a las personas
- Si, tiene razón
La muchacha se dirigió a la puerta, giro la perilla y la abrió. En ese instante las tres naciones invitadas cayeron al piso, visto que estaban recargadas en la puerta escuchando la conversación
- Esto es tú culpa wine bastard! – dijo furioso Arthur
- La culpa la tiene Alfred, el dijo que viniéramos a escuchar – trato de defenderse Francis
- ¡Pero tu apoyaste mi idea¡
- ¡Los dos son unos idiotas! – dijo el inglés mas enojado aun
Así, las tres naciones se quedaron en el piso, mientras discutían e intercambiaban más maldiciones, jalones de cabello y algunos golpes.
México solo suspiro, miro a Díaz queriendo decirle con la mirada "¿Realmente tengo que llevarme con ellos?" a lo cual solo Díaz le regreso una sonrisa.
- Los tres son unos idiotas – les dijo a los tres mirándolos despectivamente – me largo a mi habitación – y con esto, solo dio un paso largo esquivando a las naciones tiradas en el suelo y se fue maldiciendo mentalmente
- Disculpen – dijo Díaz – Ya todo esta arreglado, si gustan, pasemos a la mesa, la comida ya debe de estar servida
- Food! – grito el norteamericano y salio corriendo
Los tres mayores solo se lo vieron partir.
- am… - Regresó el norteamericano unos momentos después - ¿Dónde esta el comedor?
- Al fondo de este pasillo a mano derecha
- Thank you! – salio corriendo con mas velocidad
- Bien, visto que todo esta arreglado, iré a probar la comida – le siguió el francés
- Disculpe, pero ¿realmente ya esta todo arreglado con ella? – cuestiono el inglés a Díaz
- Esta pasando un momento difícil, solo denle algo de tiempo, se que ustedes solo han visto su cara seria y agresiva, pero una vez que la conocen, ella es la persona mas dulce del mundo
- Entiendo…
- Solo acérquense con cuidado a ella, busquen algo que los una y ya verán que en poco tiempo se harán buenos amigos
- Si, espero que así sea… n-no es que me importe – tartamudeo Arthur - pero es algo necesario para la relación entre nuestras naciones, ahora iré a comer, muero de hambre –se fue a toda prisa sonrojado
Mientras tanto, la mexicana se encontraba en su cuarto, sentada en su cama meditando la situación, solo tenia que soportar a los otros y su gente seria la que ganaría, pero aun así se preguntaba "¿Por qué? ¿Por qué estas cosas me pasan a mi?" Al parecer, se acercaba una temporada bastante difícil para ella.
Si, esa calma de más temprano solo anunciaba la tormenta en la que se convertiría su vida, o por lo menos, eso es lo que creía.
