El dolor de perderte.
One-shot.
Notas: Espero que lo disfruten :´v
Kurosaki Ichigo seguía pensando muchas cosas de su inexistente enamoramiento por aquella chica de cabellos negros y ojos del mismo color, aquella shinigami le había lanzado un hechizo y como no amarla era alguien espontanea, un poco agresiva lo admitía pero también la caracterizaba, buena, alegre, responsable y se preocupaba por los demás.
Un poco bajita, temperamental pero la amaba mucho era tan tonto que no quería admitirlo hasta cierto momento llego a pensar que el mundo era tan idealista para que el fuera masoquista sintiéndose alegre al recibir un golpe de ella o también observarla dormir tranquilamente pero no quería admitir sus sentimientos porque era algo tan raro admitirlo.
Era tan inútil hacerlo entrar en razon pero cada momento que observaba su andar o también el momento de las peleas era lo que lo convencía a cada rato que ella era especial para su corazón, algo que debía proteger a toda costa y que nunca debía ser herida por nadie, como una muñeca de porcelana delicada e inconfundiblemente tan linda.
Su pequeña figura, su cabello corto siendo iluminado por la luz del sol, sus labios rosados pidiendo a gritos que fueran robados por un beso, suspiro pesadamente debía dejar de observarla pero como no hacerlo, toda su figura reflejaba muchas cosas que él quería ir descubriendo como el olor de su cabello, el sabor de sus labios al recibir un beso, la profundidad de su mirada, su sonrisa por las bromas de su persona especial, el olor de su cuerpo, sus piernas y todo de ella lo volvía loco.
Algo especial era lo que alguna vez sintió por ella pero ella tenía un amor y al verla vestida de blanco recordó lo que alguna vez le dijo uno de sus amigos que nunca debió haber guardado esos sentimientos porque si no se lamentaría y lo andaba haciendo pero les deseaba lo mejor a ambas personas, como a su amada le deseaba lo mejor. Intento dejar aquellos sentimientos a un lado saliendo con otras personas pero nunca logro olvidarla, aun casándose con alguien linda y tener una familia no olvidaba los días en que solo él podía ver su sonrisa y compartir sus tristezas.
Aquello para Ichigo había llegado a un dolor efímero que lo perseguía casi siempre desde su trabajo hasta en su casa, recordando aquella tristeza de perderla para siempre y no volver a esos recuerdos.
