El silencio de la noche reinaba por el lugar. Todo estaba en calma, pero su mente no lo estaba en lo absoluto. Hacía solo unas horas, su vida era tranquila, sin contar los típicos problemillas cotidianos. Le gustaba disfrutar de cada día al máximo, sin arrepentirse de nada, sin complicaciones.
Es increíble como tu vida puede cambiar en tan solo unas horas. Se había enterado de algo que nunca se habría imaginado, y como consecuencia de ello tendría que marcharse dentro de poco a buscar a alguien. Probablemente no volvería, y por alguna extraña razón, eso le causaba tranquilidad y remordimiento al mismo tiempo. Tranquilidad, porque no podría aguantar estar con esas personas que ella creía de su misma sangre, pero remordimientos al no poder devolverles todo el cariño que ellos le habían otorgado. Le habían dado un hogar, una familia…
Ahora entendía tantas cosas… la diferencia de edad entre ella y su hermano, se había descubierto un día a si misma viendo una película de miedo, ¡con lo miedica que podía llegar a ser, ese carácter que había cambiado a partir de empezar la adolescencia, antes era despistada y tímida, muy alegre… pero desde los trece años, empezó a cambiar. Se empezó a despreocupar de algunas cosas, era coqueta y algo rebelde. ¡Hasta ella misma se había sorprendido! Y sobre todo el poder que tenía. Sabía que su hermano veía a los espíritus, pero nunca se habría imaginado que ella también tenía poder. Lo descubrió a los diez años…
Pero…
Pero ahora todo cobraba sentido, talvez sus verdaderos padres también fueran así… ¿Tendrían tanto poder como le habían explicado? Ya sabía que tenía a un hermano. ¿Cómo sería él? ¿Sabría que, en alguna parte del mundo tenía a una hermana? Por eso se marchaba. Para poder conocerle. ¿Estaría bien? Esas eran alguna de las tantas preguntas que se había hecho desde que se había enterado de que en verdad, sus padres le habían dado a otra familia. Y sobre todo, ¿por qué? ¿Por qué le habían apartado de sus padres, de su hermano…?
Ojala no se hubiera enterado nunca. Hubiera preferido vivir una mentira a tener que enterarse que en verdad, nunca había pertenecido a la familia Kinomoto.
Memorias del Pasado
Clase 01: Antiguos Conocidos
Los primeros rayos del sol entraron por la ventana y le dieron directamente en el rostro, haciendo que se despertara. Miró el reloj que había encima del buró. Eran las 6 de la mañana. Había dormido muy poco rato pensando en ese tema que tanto la atormentaba desde el día anterior.
Se levantó y se dio una ducha para refrescarse. Se vistió y bajó a la cocina en donde encontró a Fujitaka preparando el desayuno.
"Buenos días"- le saludó como cada mañana.
"Bu… buenos días"- contestó ella sin mirarle. Después de lo de ayer, no se atrevía a verlo a la cara, por temor al rechazo.
Un silencio incómodo se apoderó del lugar mientras que el hombre terminaba de servir el desayuno.
Comieron en silencio y cuando acabaron, la chica se levantó y recogió los platos. Cuando volvió, se encontró al señor Kinomoto en el sofá sentado y le miraba. Ella se puso seria y se sentó en frente suyo diciendo…
"Tenemos que hablar."
"Ya…"
"Me gustaría hacerte unas preguntas."
"Quieres que te hable de tu familia, ¿verdad?"
"Sí"- después de unos momentos iba empezar con la sesión de preguntas-. "Mira, yo…"
"Antes que nada, quiero que sepas que yo te quiero como si fueras mi hija, Sakura"- le interrumpió -. "Y me gustaría que me siguieras tratando como si fuera tu padre. Es un simple favor que te pido. ¿Lo harás?"
"Papá"- se lanzó corriendo a abrazarlo mientras lloraba amargamente.
"No te preocupes. Siempre podrás contar conmigo para lo que quieras."
"Lo sé. Pero ahora, tenemos mucho de que hablar"- dijo separándose de él.
oooooooooooooooooooooo
Se encontraba pensando en los días que quedaban para volver al colegio. Un mes. Todavía tenía que aguantar a sus insoportables tíos durante una semana más antes de irse a La Madriguera o a Grinmauld Place.
Le dolía. Tenía que reconocerlo. Todavía le dolía saber que Sirius no volvería. Cada vez que lo pensaba, sus verdes ojos se empañaban por las lágrimas. Y es que la muerte de su padrino, todavía estaba demasiado reciente en su mente. Sabía que era culpa suya que él hubiera ido a buscarle. No tendría que haber echo caso de ese sueño que le llevó al departamento de misterios. Tendría que haber aprendido Oclumancia…
Pero ya no tenía caso lamentarse. Sirius se había ido, y no volvería. Al menos había aprendido la lección y ahora había podía cerrar su mente. Pero ¿de que le servía ya?
"De nada"- pensó para si mismo.
Pero al cabo del rato, otra voz en su cabeza le dijo:
"Sabes que no es verdad. Tienes a tus amigos, que se preocupan por ti… Tienes a Ron y a Hermione, Remus, Hagrid, a todos los Weasley, y mucha otra gente que te apoya."
Suspiró cansado de sus pensamientos y se dispuso a acabar de hacer sus deberes.
oooooooooooooooooooooo
Abrió la puerta de su habitación, cansado de tanto entrenamiento. Aunque lo entendía. Al fin y al cabo, se convertiría en el líder del clan al acabar el colegio.
"El colegio…"- suspiró pesadamente. Otra cosa que requería de su atención. Aún no había acabado la tarea que le habían mandado-. "¡Malditos profesores! ¿Siempre tienen que molestar con sus trabajitos inútiles?"
Se dirigió al escritorio y divisó el calendario que tenía encima. Sus ojos fueron a parar a un día en concreto.
"¡Mierda! Me había olvidado del cumpleaños de Harry…"- luego se quedó pensando un rato en que podía hacer-. "Bah, le compraré algo en el Callejón Diagon…."
oooooooooooooooooooooo
"Eso es todo"- le dijo después de horas de conversación.
"Vaya"- se quedó pensativa sin saber bien que hacer. Pero… esa noche había tomado la decisión-. "Quiero que sepas que esto no es culpa tuya. No es por ti, ni por Touya, pero necesito irme de aquí. Lejos. Necesito pensar bien las cosas, y me gustaría ir a buscar a mi verdadero hermano."
"Lo se"- suspiró pesadamente-. "Y por eso…"
Se levantó y se dirigió a un cajón. De ahí, extrajo un sobre y se lo dio.
"¿Qué es esto?"
"Léela."
Sakura le hizo caso y sacó la carta. Estaba escrita en inglés, pero no le costó leerlo, ya que ella hacía tiempo que había aprendido inglés.
'Señorita Kinomoto:
Me complace el comunicarle que ha sido admitida para formar parte del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Sus conocimientos de este tipo de magia son escasos, por lo tanto hemos decidido, en el caso que acepte la oferta, atrasarla un curso. Las clases empiezan el día 1 de Septiembre y le adjuntamos la lista del material que necesite. Sabemos que su padre acabará de informarle de todo.
Cordialmente:
Albus Dumbledore
Director del Colegio Hogwarts
de Magia y Hechicería'
"¿Qué ha querido…?"
"Exactamente lo que has leído. Supe desde siempre que tenías poderes mágicos."
La chica quedó un rato en silencio. Todavía estaba algo asombrada, y tenía alguna que otra pregunta.
"¿Cómo podré comprar el material?"
Fujitaka se asombró ante aquella pregunta. Se habría esperado cualquier otra, excepto esa.
"Veo que no estás sorprendida."
"Lo que me sorprende es que me hayan aceptado en Hogwarts."
"¿Sabías de la existencia de esa escuela?"
"Lo leí hace algún tiempo en un libro. Hablaba de la existencia de un mundo que nosotros no conocíamos, pero que tenía que ver con la magia. Me llamó la atención. Lo decía todo acerca de ese mundo. De algunas criaturas extrañas, plantas de todos los tipos… pero hablaban de que existían colegios que impartían los conocimientos de ésa magia. Explicaba muchas cosas. Algo que me resulta un poco extraño, ya que estaba redactado todo al detalle. Y lo que más me atrajo de ese libro fue que no ponía quien lo escribió."
"Ese libro… ¿De dónde lo sacaste?"- preguntó el señor Kinomoto algo serio.
"Lo vi en una librería y me lo compré. Espera, iré a buscarlo"- y salió de la estancia en búsqueda del objeto mencionado anteriormente.
"Si es lo que yo me pienso, entonces ella es realmente…"
"Aquí está"- interrumpió sus pensamientos la joven, apareciendo de nuevo, con un libro de tapas negras de un tamaño considerable.
"Déjame verlo"- pidió amablemente.
La chica le pasó el libro y el hombre se quedó contemplando el título. 'Memorias del pasado'. Sonrió imperceptiblemente, confirmando así, todas sus dudas.
"Lo conozco."
"¿Ah si?"- se sorprendió.
"Ajá"- le confirmó asintiendo levemente con la cabeza-. "Y también se quien lo escribió. Fueron dos hechiceros muy poderosos que a ti, el nombre de uno de ellos te debe sonar."
"¿Cómo se llamaba?"
"Clow Read"- respondió simplemente.
"Ya me lo imaginaba. Cuando has dicho que era un hechicero muy poderoso y que lo debía conocer, me vino su imagen a la mente."
"Eres muy lista… pero dudo mucho que conozcas a la otra escritora… Se hace llamar Hikari, pocas personas saben cual es su verdadero nombre…"
"Hablas de ella en presente. Eso quiere decir que ella no está…"- razonó la chica.
"… muerta"- acabó por ella la frase-. "La verdad, está bien viva…"
"¿La conoces acaso?"
"Si…"- suspiró-. "La conozco bastante bien. Fue hace diecisiete años. Las circunstancias no importan ahora. Es una mujer muy misteriosa. Le encantan los misterios. No hace mucho que la vi, por eso te expliqué todo. Me dijo que ya era hora de que te enteraras de todo."
"Entiendo… le contestaré la carta a Dumbledore."
Y se dirigió a su habitación. Entró y cerró la puerta detrás de si y se recargó en ella, suspirando profundamente. Se dirigió al escritorio y de ahí sacó una hoja y un bolígrafo, y se dispuso a contestar la misiva.
'Profesor Dumbledore:
Ya he hablado sobre todo lo que concierne al colegio con mi padre, y estoy de acuerdo en ir hacia allí. Mañana mismo, viajaré hacia Londres para poder acomodarme y acostumbrarme al idioma.
Sobre el asunto de retrasarme un año, me gustaría hablarlo con usted personalmente cuando llegue a Hogwarts el día 1. Me gustaría tratar ése y otros asuntos, así que, por favor, cuando llegue me gustaría concertar una cita con usted.
Nos veremos en Septiembre.
Sakura Kinomoto
Maestra de Cartas'
Leyó de nuevo la carta y bajó para poder enviarla.
"Papá, ¿Cómo le envío la carta?"- le preguntó al profesor de arqueología-. "No le va a llegar a tiempo."
"Para eso mismo, el profesor Dumbledore me dejó a cargo de ello. Yo se la haré llegar, tengo un pequeño contacto que se lo hará llegar mañana mismo."
"Bien. Me voy al estudio. Quiero enviarle un correo a Tomoyo."
Y volvió a desaparecer por las escaleras.
oooooooooooooooooooooo
No muy lejos de allí, una mujer de largo pelo negro sonreía misteriosamente.
"Así que ya se ha enterado de todo. Has hecho bien de explicárselo, Fujitaka"- le dijo a una especie de espejo.
"-'Tal y como tu dijiste. Pero hay cosas que no me he atrevido a explicarle…'"
"Está bien. No pasa nada. Supongo que Albus se encargará de ello… no debes preocuparte."
"-'Muchas gracias por todo, Hikari.'"- y la conexión se cerró, y la imagen del señor Kinomoto desapareció del espejo.
"La cosa está que arde"- amplió su sonrisa.
Se levantó y se dirigió a un muchacho que la observaba atentamente.
"Cielo, prepara una buena cena, ¿quieres? ¡Ah! ¡¡Y no te olvides de la botella de Sake!"
"¿Por qué siempre me toca hacerlo todo a mí?"- se quejó el joven.
oooooooooooooooooooooo
Estaba haciendo las maletas para marcharse mañana mismo. Su padre le acababa de decir que se iba a comprarle el billete de avión, y ella había decidido aprovechar el tiempo.
Cuando hubo acabado, decidió llamar a Touya para decirle lo que tenía pensado hacer.
"-'Así que ya te lo ha dicho'"- le dijo él cuando la chica terminó de explicarle la conversación con su padre el día anterior.
"¿Tú también lo sabías?"
"-'Pues claro. Yo tenía siete años cuando te trajeron. Le pregunté a mamá lo que pasaba y me dijo que cuando fuera más mayor me lo explicaría todo, pero ella murió antes de poder decirme nada. Cuando tenía 15 años, papá me lo explicó'."
"Vaya… así que yo era la única que no lo sabía…"
"-'No te apenes por eso, monstruo, que si lloras demasiado inundarás la ciudad'."
"¡Touya!"- le reprochó con una sonrisa
"-'¿Has pensado en lo que vas a hacer?'."
"Sí"- suspiró-. "Iré a buscar a mi hermano. Pero, no tengo ni idea de cómo lo voy a encontrar, y aunque lo hiciera, dudo que el sepa que tiene una hermana, y la verdad, no se como se lo podría explicar…"
"-'Bueno… ya pensarás en eso más adelante, lo que importa ahora es encontrarlo'."
"Gracias por intentar animarme."
"-'No se de que me hablas…'"- contestó provocando la risa de Sakura.
oooooooooooooooooooooo
Abrió la puerta de su habitación algo cansada. Llevaba todo el día pensando en qué regalarle a su amigo para su cumpleaños, y todavía no había decidido nada.
Encendió su lap top y vio que tenía un e-mail. Lo abrió y se alegró al saber de quien era.
'Querida Tomoyo
¿Qué tal estás? Yo bien. ¿Qué tal las vacaciones? Espero que te esté yendo todo muy bien. Recibí tu última carta hará unos dos días. ¡Me hizo mucha ilusión!
Hace tiempo que no te conectas, y me gustaría hablar contigo. Ha pasado algo que me tiene un poco de cabeza. Y por ese motivo, me voy a ir de viaje. No sé exactamente hacia dónde iré, pero si paso por Inglaterra te llamaré y quedamos. No me preguntes el motivo de mi viaje, porque si te lo explicara por mail, no acabaría nunca. Y además, prefiero decírtelo en persona cuando nos veamos.
No te preocupes por mí, me encuentro perfectamente.
Espero que nos veamos pronto.
Hasta entonces
Sakura Kinomoto'
¿Qué no se preocupara? Con el mensaje que le había enviado, ¿cómo no se iba a preocupar? Pero ella decía que se encontraba bien, así que, debía estarlo, ¿no?
"Eso espero."
oooooooooooooooooooooo
"-'Pasajeros del vuelo 5823 procedente de Tokyo, favor de salir por la puerta 1'."
La chica cogió su maleta, se dirigió a la salida y pidió un taxi.
"Ya estoy aquí. Espero que pueda encontrarlo. Pero… ¿que le diré? No puedo venir de pronto como si nada y decirle que tiene una hermana. Estoy nerviosa. ¿Cómo será?"
"Ya llegamos, señorita"- la voz del taxista le sacó de sus pensamientos.
Sacó sus cosas y pagó el transporte. Entró a una taberna llamada El Caldero Chorreante. La gente se la quedó mirando, y ella, un poco cohibida, se dirigió a la barra para hablar con el dueño.
"Disculpe, tengo reservada una habitación"- le dijo en inglés.
"¿A nombre de quien?"- le preguntó este a su vez.
"Sakura Kinomoto."
"Oh, si… el profesor Dumbledore ya me explicó que vendría"- la chica sonrió-. "Sígame. Yo llevaré sus cosas."
"No, gracias, en verdad no hace falta."
"Como quiera."
La guió hasta una habitación enorme. Aunque un poco deteriorada por el tiempo. Después de decirle el horario máximo de llegada por la noche, la dejó sola.
Sakura, empezó a deshacer sus maletas, ya que se quedaría allí durante tres semanas. Cuando acabó, decidió ir a dar una vuelta por el callejón Diagon. Había leído sobre ese lugar en el libro y tenía ganas de ver que tal era en realidad.
Cuando entró, se quedó al instante maravillada. Había un montón de gente comprando por todos lados. Pero ella tenía únicamente dinero muggle, así que decidió visitar primero el banco de Gringotts.
Se introdujo en el edificio y fue hacia uno de los duendes.
"Me gustaría sacar dinero."
"¿Tiene la llave?"- le preguntó éste mirándola fijamente.
"No, pero tengo esta carta. Es del profesor Dumbledore"- dijo entregándole un sobre.
Era una carta que venía a parte, en el sobre que había recibido el día anterior.
"Bien"-dijo el duende una vez acabó de leerla-. "Sígame."
Así lo hizo. Se metieron por unos cuantos pasillos hasta llegar a una cámara. Cuando el duende la abrió, la chica se vio rodeada de montañas de oro. Sacó una bolsa que tenía guardada y la llenó.
Salió del banco, y se dispuso a comprar el material que venía en la lista.
oooooooooooooooooooooo
Se encontraba en el callejón Diagon. Como nadie había podido ir a buscarle, había decidido ir él mismo con el Autobús noctámbulo. Había quedado con sus amigos en la heladería y se retrasaban.
"¡Harry!"
Un chico de casi dieciséis años se giró al oír que lo llamaban. Era de estatura media. Fuerte y de espaldas anchas. Tenía el pelo negro alborotado, y unos ojos verdes ocultos tras unas gafas redondas.
Se vio envuelto de pronto en los brazos de una chica de su misma edad. Ella tenía el pelo castaño y rizado, algo enmarañado. Sus ojos marrones, reflejaban ahora mismo alegría al poder abrazar de nuevo a su mejor amigo. Era un poco más baja que el chico, pero estaba muy bien formada, aunque por la ropa que llevaba no se le notaba.
"¡Hermione!"- dijo a su vez el chico abrazándola también.
Al cabo del rato se separaron y se sonrieron.
"Cuanto tiempo. ¿Qué tal las vacaciones?"- le preguntó la chica.
"Pues… como siempre"- dijo con una mueca de desagrado-. "¿Y tú que tal?"
"Estuve en muchos sitios. Fui a Alemania, Italia y a…"
"Hermione, no corras tan… ¡Harry!"- dijo un chico pelirrojo.
"Hola Ron"- le contestó éste abrazándole a él también.
El chico casi no había cambiado. Seguía igual de pelirrojo y pecoso. Lo único que tal vez había cambiado, es que ahora parecía un poco más maduro (Ron, ¿Maduro? No se lo cree ni él XD)
"Mi madre nos está esperando en el caldero chorreante. Ha reservado habitación para todos."
Y así los tres amigos se dirigieron hacia aquel lugar. Pero por el camino, la chica chocó contra otra que llevaba un par de bolsas en la mano, cayendo las dos al suelo.
"Ay…"- dijo la de ojos marrones.
"Hemione, ¿Estás bien?"- le dijo Harry ayudando a que se levantara.
"¿Ha dicho Hermione?"- se preguntó la otra chica alzando la cabeza al instante.
"Si, si."- dijo la muchacha en cuestión.
"¿Hermy-chan, eres tú?"- preguntó todavía en el suelo, observándola detenidamente.
"Solo hay una persona que me llama así"- murmuró la chica y miró a la otra que tenía en esos momentos una gran sonrisa. Tenía el pelo castaño claro, largo y algo ondulado en las puntas. Los ojos verde esmeralda, era lo que mas resaltaba. Era un poquito más alta que Hermione, y tenía un cuerpo, para muchas chicas envidiable-. "¿Saku-chan?"
"¡¡Kya, Hermione!"- se levantó de golpe y la abrazó.
"¡Sakura! Cuanto tiempo sin verte"- gritó la chica en japonés devolviéndole el abrazo.
Los otros dos chicos se quedaron de piedra. ¿Desde cuando Hermione sabía hablar en japonés?
"Y que lo digas, nenita. ¡Desde hace 5 años! Pero oye… ¿no me piensas presentar a tus amigos?"- le preguntó la ojiverde en inglés.
"Si, pero… ¿desde cuando se te da tan bien el inglés?"
"Hace algunos años. Bueno, me presento. Me llamo Sangmi Kim."
Hermione se quedó un poco sorprendida.
"¿Cómo que te llamas Sangmi?"- le preguntó en japonés.
"Más tarde te lo explico, hasta entonces te suplico que me llames así."
"Mi nombre es Ron Weasley."
"Pero puedes llamarle Ronnie"- se burló la chica inglesa.
"Muy graciosa"- le dijo con ironía. La otra le sacó la lengua infantilmente.
"Chicos, no empiecen. Yo soy Harry Potter"- le dijo esperando que empezara con sus preguntas, o que los ojos se le fueran hacia la cicatriz de la frente. Pero la chica no pareció inmutarse.
"Mucho gusto"- dijo dándoles la mano a cada uno.
"Herms… ¿me puedes decir desde cuando tú sabes japonés?"- le preguntó el chico, algo sorprendido por la reacción de Kim.
"Pues, cuando tenía cinco años fui de vacaciones a Japón con mis padres, y allí nos conocimos. Yo le enseñé un poquito de inglés, y ella me enseñó japonés."
"Vaya…"
"¿Estáis alojados aquí cerca?"- pregunto la ojiverde.
"Sí, en el Caldero Chorreante."
"Hoe, yo también estoy allí."
"Que bien. Pero, escucha una cosa, ¿desde cuando eres bruja?"- le preguntó Granger.
"¿Eh? Pues… jeje, recibí la carta de Hogwarts hace dos días. Iré al mismo curso que vosotros."
"Pero, si tú tienes diecisiete años, ¿no deberías ir a séptimo?"
"Eto… es que… me retrasaron un curso, porque no tengo muchos conocimientos hacia este tipo de magia… tú ya me entiendes…"
"Aps… ¿Has venido tú sola, o te acompañan tu padre y tu hermano?"
La chica paró de caminar y se puso algo seria.
"He venido sola."
"Sangmi… ¿ha pasado algo?"- la chica le miró significativamente y Hermione entendió.
Siguieron caminando y entraron a la taberna. Una chica pelirroja se les acercó y saludó a uno de ellos.
"¡Hola Harry!"
"¡Ginny!"
Se dieron un abrazo y Hermione hizo las presentaciones.
"Ginny, ésta es Sangmi Kim, una amiga de la infancia. Sangmi, ella es Virginia Weasley, la hermana de Ron."
"Encantada."
"Llámame Ginny"- dijo sonriendo.
"¿De dónde eres?"- le preguntó Ron sentándose a la mesa y empezando a devorar su cena.
"De Corea. Pero he vivido en Japón desde pequeña. Aunque algunas veces, en verano, he ido allí de vacaciones."
"¡Que bien! ¿Podrías enseñarme a hablar japonés?"- le dijo la pelirroja.
"Claro, no hay problema."
"Genial."
En ese momento, la puerta del bar se abrió y dejó ver a un chico de cabellos castaños alborotados, con los ojos ámbar. Medía un metro ochenta y se le notaba que hacía ejercicio, pues los músculos se marcaban debajo de la camiseta sin mangas negra.
"¡Syaoran!"- gritó de repente Harry, llamando la atención del resto de gente.
"Oh, no… él aquí, ¡no!"- pensó la ojiverde con temor.
"Hola chicos"- saludó acercándose a ellos-. "¿Qué tal el verano? ¿Harry…?"
"Lo mismo de siempre"- sentenció con un suspiro-. "Aunque… esta vez, no me han llamado "chico"."
"¿Y eso?"
"Corrijo… no me han llamado"- finalizó provocando una carcajada colectiva.
Sakura observaba todo esto desde el punto más alejado de la mesa, intentando por todos los medios escabullirse a su habitación hasta el día de coger 'el maldito tren'.
Justo cuando terminó el postre y se levantaba de la mesa dispuesta a salir corriendo, Hermione le cogió de la mano
"¿A dónde te crees que vas?"- le dijo en japonés y con una sonrisa traviesa, atrayendo la atención del castaño.
"A mi habitación. He terminado de cenar"- le contestó con una mirada significativa-. "¿Me sueltas el brazo, Hermy-chan?"
"De eso nada, monada"- le contestó mientras la arrastraba hacia el recién llegado, que las miraba con sorpresa-. "Enfréntate a tus miedos"- le susurró al oído con una sonrisa muy poco común en la inglesa.
"Nota mental: Si salgo de ésta, acordarse de torturar a Hermione, muy lentamente"- pensó con una vena en la frente, cuando tuvo delante al chico.
"Hola Hermione, cuanto tiempo"
"Sí, Syaoran. Un mes"- el chico puso una pose pensativa mientras sonreía.
"Pues no es tanto…"- y se giró hacia la ojiverde, que había empezado a sudar-. "Y, ¿tú eres…?"
"Se llama Sangmi Kim, es coreana"- la presentó-. "Él es Syaoran Li, viene de Hong Kong."
"No tengo el conocimiento de ningún clan que se llame Kim"- pensó en voz alta.
"Llevo viviendo en Japón desde que tenía un año"- contestó seriamente-. "Y tanto que no tienes conocimiento de ese clan, me lo he sacado de la manga…"
Hermione tenía una sonrisa maliciosa que le adornaba todo el rostro. Sus amigos la veían extrañados. ¿Desde cuando era así? La Hermione que ellos conocían nunca se hubiera reído de aquella manera.
"Por cierto Herms, ¿desde cuando sabes hablar japonés?"- le preguntó el chino.
"Desde los cinco años. Me fui de vacaciones a Japón con mis padres y conocí a Sangmi. Por cierto… tú y yo tenemos una conversación pendiente."
"Vamos a mi habitación"- le dijo llevándosela por el brazo, dejando atrás a los demás.
"Dios, pensé que era Sakura… se parece algo a ella, pero resulta que es de Corea. Será mejor investigar…"
oooooooooooooooooooooo
"¿Se puede saber por qué demonios has hecho eso?"- le estaba reprochando Sakura a su amiga.
"Venga, no te enfades. Si te he hecho un favor…"- contestó sentándose en la cama.
"¡Si, hombre! Sabes perfectamente que desde que él y yo nos peleamos hace un año y medio, ni siquiera le escribo. Te lo dije en mi última carta"- le gritó furiosa-. "Además, como él se entere de que soy Sakura Kinomoto estaré en un problema."
"Eso te quería preguntar yo a ti. ¿A que viene todo ese rollo de que te llamas Sangmi Kim?"
La chica se sentó a su lado suspirando pesadamente. Tendría que explicarle a Hermione la verdad.
oooooooooooooooooooooo
Estaba pensando en Hermione y en la otra chica, Sangmi. Cuando ella estaba cerca, su amiga se comportaba de una manera extraña. Hacía bromas, hablaba mucho y sonreía. En verdad no parecía ella. Pero se alegraba. Esa faceta de Hermione no la conocía.
oooooooooooooooooooooo
"… y Dumbledore me ha aconsejado que me cambie de nombre. Por eso estoy aquí. Quiero conocer a mi hermano"- finalizó la chica su relato.
La inglesa estaba muda de asombro. Nunca habría imaginado que Sakura Kinomoto en verdad era adoptada. Si en las fotos que había visto de la señora Nadeshiko, veía a su amiga. Aunque bien podría ser una coincidencia.
"Siento haberte hecho explicar eso. Debe de ser muy duro para ti, y ahora vengo yo y te digo que me lo sueltes todo así como así… de verdad, lo siento mucho Saku."
"No importa. En verdad necesitaba desahogarme"- sonrió la ojiverde-. "Y quiero darte las gracias por haberme escuchado hasta el final."
"Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras"- se abrazaron y la 'coreana' se puso a llorar.
En verdad le había hecho tanta falta el poder hablar con alguien… hasta ahora había sentido una espina clavada, y estaba aguantando ese grito de dolor que pugnaba por salir desde lo mas profundo de su alma.
oooooooooooooooooooooo
A la mañana siguiente, Harry se levantó contento. Ese día era su decimosexto cumpleaños, y podría celebrarlo con todos sus amigos. Bajó a desayunar y se encontró con que todos ya estaban en la mesa. Al verlo gritaron a la vez.
"¡¡¡Feliz cumpleaños, Harry!"
El chico sonrió algo cohibido, ya que las pocas personas que había en el resto del local, se le quedaron mirando.
"Muchas gracias, chicos."
"¡Abre el mío primero!"- exclamó Ginny.
"De eso nada"- contestó su hermano quitándola de en medio.
Así, los dos hermanos empezaron a pelearse para ver quien era el primero. Pero no se dieron cuenta que mientras, otra chica se acercó al ojiverde, que lo miraba todo con una gota de sudor.
"Felicidades"- le dijo Hermione dándole un paquete.
El chico lo desenvolvió y se encontró con un libro titulado 'Hechizos oscuros de las artes oscuras' dónde venían un montón de maleficios, y alguna que otra poción.
"Muchas gracias, Herms"- dijo abrazándola.
Cunado los dos Weasley se dieron cuenta miraron a la chica de mala manera.
"¿A que viene tanto alboroto de buena mañana?"- preguntó Sangmi apareciendo por las escaleras.
"Buenos días"- dijo su amiga.
"Buenos días."
"Respondiendo a tu pregunta, es el cumpleaños de Harry."
"Mmmh"- dijo la chica pensativa-. "Ahora vengo."
Y desapareció rumbo al callejón. Volvió al cabo de una hora con una bolsa en la mano.
"¿Dónde te habías metido?"- le preguntó Ginny.
"Fui a hacer unas compras"- contestó simplemente-. "Toma Harry, feliz cumpleaños"- le dijo sacando un paquete de la bolsa.
"No tenías que molestarte"- dijo el chico cogiendo el presente.
"No es molestia"- contestó sonriente-. "Ábrelo, anda."
Así lo hizo. Lo desenvolvió y se encontró con un reloj de pulsera.
"A parte de indicarte la hora, te puede servir para buscar objetos o personas. Además, si estás en peligro vibra. Ya se que no es gran cosa, pero es lo mejor que he podido encontrar."
"Muchas gracias"- le dijo dándole un abrazo a ella también.
La chica sonrió, pero al instante, tuvo una visión. Era él con once años. También estaban Ron y Hermione. Los veía superando alguna especie de pruebas. Luego a él mismo en una cámara clavándole una espada a una serpiente gigante. Otra vez veía a Harry al lado de un lago, con un hombre tirado en el suelo a su lado, y un montón de figuras encapuchadas rodeándole. Después, en un cementerio rodeado de otro tipo de encapuchados con máscaras y un hombre delante suyo. Y finalmente, la imagen del mismo hombre que estaba tendido en el suelo del lago, cayendo a través de un arco con un velo.
"¿Qué te pasa?"- le dijo el mismo muchacho sosteniéndola para que no se cayera al suelo.
"¡Sangmi!"- exclamó Hermione yendo hacia ella-. "¿Qué has visto?"
"Eran imágenes de él. De su pasado en el colegio. No es nada grave, solamente que no estoy acostumbrada a viajes tan largos y me he mareado. No os preocupéis"- dijo sonriente.
"¿Estás segura?"- le preguntó Harry.
"Claro, tranquilo. Siento haberos asustado."
Las dos amigas se miraron y la ojiverde le dijo mentalmente.
"Hablaremos de eso más tarde."
"Como quieras…"
En un rincón alejado del lugar, Syaoran meditaba lo que las chicas acababan de decir.
"¿Qué ha tenido una visión? ¿Qué tipo de visión? ¿Qué ha querido decir con eso? Deberé decirle a madre que se de prisa en la investigación. Esto no me hace mucha gracia".
oooooooooooooooooooooo
Las tres semanas que faltaban para que empezara el curso, las pasaron entre bromas, dar alguna vuelta por el callejón, y los chicos explicándole a Sakura de que iba el Quidditch, que, para desgracia de Hermione, le gustó el juego y se compró una Saeta de Fuego Deluxe. La ojiverde les había caído muy bien a todos, y hablaban como si se conocieran de años. En cambio ella rehusaba hablar con Syaoran.
El día 1 de Septiembre les llegó en un abrir y cerrar de ojos. Por la mañana todos estaban desayunando con caras de sueño. Entonces bajó Kim muy contenta.
"¡Buenos días!"
"Buenos días, Sangmi"- contestaron algo cansados.
"Se te ve contenta"- comentó la pequeña de los pelirrojos.
"Es que lo estoy, Gi-chan"- sonrió. Gi-chan era el apodo cariñoso que le había puesto. Todos tenían uno.
"¿Y eso?"- preguntó Ron curioso.
"Tengo ganas de ver el colegio"- contestó simplemente-. "Lleváis un mes explicándome como es y ya estoy impaciente por verlo yo misma."
La puerta de la taberna se abrió, e ingresaron en ello el grupo de aurores; Remus, Kingsley, Tonks y los señores Weasley. Los dos últimos ya conocían a la ojiverde, ya que habían ido más a menudo a ver a sus hijos.
"Buenos días, Sangmi"- le dijo la madre de los pelirrojos.
"Buenos días, señora Weasley."
"Ven. Te presento al grupo de aurores que vendrán con nosotros al ministerio. Son: Remus Lupin, Kingsley Shacklebott y Nymphadora Tonks."
"Encantada. Me llamo Sangmi Kim. Soy coreana, pero he vivido en Japón desde que era niña."
"Mucho gusto"- contestaron.
"Bueno. Será mejor irse si no queréis perder el tren."
Cogieron diferentes Taxis y fueron a la estación. Cuando Hermione, Ginny y Ron pasaron la barrera, Sakura quedó impresionada, y poco después pasaron ella y Harry. El expreso de Hogwarts esperaba sacando humo. Los estudiantes iban y venían por todo el andén. Los chicos entraron a dejar sus cosas en un vagón y salieron a despedirse de los miembros de la Orden del Fénix. El licántropo estaba mirando desde hacía un rato a Kinomoto.
"Esto… Sangmi… ¿Podría hablar contigo un momento?"- le pidió.
"Eh… claro"- dijo ésta y los dos se alejaron.
Los chicos vieron como el hombre le decía algo y la castaña se sorprendía, pero después se puso seria para luego asentir. Lupin le revelaba algo, y la chica abría los ojos de la impresión, mientras que el otro seguía hablando y le daba un abrazo. La ojiverde le correspondió mientras volvía a sentir y dos pequeñas lágrimas surcaban su rostro. Los demás sentían intriga. ¿De que podrían estar hablando para que la alegre Sangmi se pusiera a llorar?
"Chicos, no es bueno espiar las conversaciones de los demás"- les reprochó Molly poniendo una mano en el hombro de Syaoran y Harry.
Todos se despidieron de ella y entraron al tren. Llegó la japonesa, se despidió de los demás y se introdujo con ellos.
oooooooooooooooooooooo
"¿Qué te dijo, Remus?"- le interrogaba Arthur Weasley.
"No cabe duda. Es ella"- contestó observando como el tren desaparecía.
Los demás no dijeron nada. Debía ser algo duro para él, pero sobretodo para ella. A partir de ahora, tendría que aguantar todo esto sola.
oooooooooooooooooooooo
"¿Qué pasa, Saku-chan?"- le preguntó Hermione.
"¿Está Syaoran por aquí?"- interrogó la aludida en un susurro, mientras se limpiaba los rastros de lágrimas.
"Ha ido a buscar un compartimento libre."
"Bien."
Harry y Ron se miraron. No entendían de lo que hablaban las chicas, pero intuyeron que era algo delicado ya que cuando Sangmi le explicó lo que fuera que le decía, Hermione quedó muda y también la abrazó.
"¿Pasa algo?"- preguntó la voz de Syaoran apareciendo detrás de los chicos.
"Ni idea"- contestaron al unísono.
"¿Te pasa algo?"- dijo dirigiéndose a Kim, apoyando una mano en su brazo.
"No es nada"- contestó apartándose con brusquedad, haciendo que el chico se sobresaltara.
Por un momento no dijo nada, pero después cambió su mirada pensando: "Si no me quiere decir nada allá ella".
"Bueno. He encontrado un compartimiento libre al final del todo."
Todos se dirigieron hacia el lugar y guardaron los baúles en las rejillas portaequipajes.
"Voy a dar una vuelta"- anunció la ojiverde.
Y sin esperar respuesta alguna, salió de allí empezando a caminar por el pasillo. Iba sumida en sus pensamientos cuando una voz le dijo arrastrando las palabras…
"Sal del medio."
La chica alzó la vista encontrándose de frente con un joven de 15 o 16 años con el pelo rubio y los ojos grises.
oooooooooooooooooooooo
"Si que tarda Sangmi"- comentó Harry.
"Había ido a dar una vuelta. Y es la primera vez que sube al tren. Seguro que se ha entretenido en cualquier lado."
"Hablando de ella…"- empezó Ron-. "¿Qué fue lo que le pasó antes? No es normal que llore, además eso fue después de hablar con Lupin."
Hermione puso mala cara y le dirigió una mirada asesina al pelirrojo.
"No es asunto tuyo"- concluyó tajante.
"Pero a ti te lo ha dicho, ¿No? Y yo no sé japonés…"
"Pues si lo habló en ese idioma, será por algo. Cuando ella quiera, ya te lo explicará, no soy quien para decir nada."
Lo siguiente fue la típica pelea de ellos dos en la que Syaoran y Harry los miraban con cara entre asustada y resignada (una buena combinación…). Éste último se puso entremedias antes de que empezaran a sacarse los ojos e intentó separarlos, sin muchos resultados.
"Chicos, chicos, calmaos un poco"- se dirigió al pelirrojo diciéndole-. "Ron, ella tiene razón. No tiene derecho a contarte nada. Hermione, sé que tú tienes razón, pero tampoco es motivo para que se acaben peleando…"
Los aludidos se acomodaron mejor en los asientos y miraron cada quien a un lado, cruzándose de brazos.
"Esto… Syaoran, ¿qué tal si vas a buscarla y así calmamos el ambiente?"
El chino se encogió de hombros mientras se levantaba del asiento. Tampoco tenía otra cosa mejor que hacer…
oooooooooooooooooooooo
"Jajajajaja, ¿en serio? ¡No me lo puedo creer!"
"No te rías que no es gracioso"- le contestó el rubio, sonrosado.
"Pero es que es muy bueno… ¿Hermione hizo eso en verdad?"
"Sí… y no solo eso. Por culpa de su amigo 'Potty' un 'profesor' me convirtió en hurón. Llevo arrastrando ese mote por su parte desde entonces."
Sakura y Malfoy estaban sentados en un compartimiento en los primeros vagones del tren. Draco, al darse cuenta de que la joven no era quien él creía (léase Hemione), se disculpó (raro pero cierto) y empezaron a entablar una conversación centrada básicamente en la amistad y enemistad de cada uno de ellos con la prefecta. Se hicieron 'amigos' al instante comparando anécdotas vividas con la Gryffindor.
La puerta se abrió de golpe dando paso a un joven de pelo negro y mirada mística azulada que los observaba misteriosamente. Una insignia brillaba en su túnica.
"Por fin te encuentro Draco"- le habló al rubio-. "Y veo que muy bien acompañado, por cierto."
"No fastidies"- le espetó-. "Me la he encontrado en el pasillo y la he confundido con una Gryffindor marisabidilla"- añadió arrancando una risita de la chica.
"Supongo que te refieres a Granger."
"Bueno… eso no viene al caso. Sangmi es mi 'amiga', aunque la acabe de conocer…"
"¿Sangmi?"- preguntó mirando a la ojiverde con una sonrisa pícara-. "Tanto tiempo…"
"¿Os conocíais?"
"Algo así"- contestó la aludida devolviéndole la mirada-. "¿Qué tal, Eriol-kun?"
"Tirando… por cierto, ¿no habrás visto un lobito por aquí?"
"Si te refieres a Li… está en el último vagón"- le dijo de mala gana.
"Más bien… no"- una voz detrás del moreno-. "Precisamente venía a buscarte."
"¡Li! ¿Cuanto tiempo llevas ahí?"
"Lo suficiente para saber que vosotros dos os conocéis."
"¿Tú también conoces a Eriol-kun?"- preguntó inocentemente Sangmi (y el premio a la mejor actriz de reparto es para… Sakura Kinomoto XD).
"Por desgracia"- contestó con desagrado.
"Vaya, vaya. El amiguito de cara rajada Potter."
"Cállate, Malfoy"- dijo a desgana.
"¿Y qué si no lo hago?"- le retó.
"Draco…"- reprochó Sangmi. El rubio se calló y se dedicó a mirar por la ventana, haciendo que el ambarino se quedase de piedra-. "Bueno, vale ya. ¿Qué quieres?"
"Harry te busca."
"¿Y vienes tú?"- ironizó incrédula.
"No tenía nada mejor que hacer…"- se encogió de hombros-. "Era eso o ver como Herms y Ron se sacan los ojos."
"¿Siempre se pelean?"
"A veces…"
"Vamos"- dijo levantándose.
"Te presto aquí a mi amiga"- bromeó Eriol pasando un brazo por los hombros de la chica-. "Pero quiero que me la devuelvas entera, ¿eh?"
"Si, si, vale. Andando"- contestó apartando el brazo del moreno y cogiendo de la muñeca a la única chica que había por allí.
"Eh, eh… menos lobos, caperucita"- comentó sarcástico ganándose una mirada fulminante del castaño.
Empezaron a alejarse y a medio pasillo, Sakura se giró dirigiéndole una mirada y sonrisa cómplice a la reencarnación de Clow, obteniendo un guiño como respuesta.
oooooooooooooooooooooo
Dos vagones más atrás…
"Suéltame, me estás haciendo daño"- forcejeaba Sakura-. "¡He dicho que me sueltes!"- apartó el brazo bruscamente.
"¿¡Se puede saber qué demonios te pasa conmigo?"- explotó el castaño.
"Nada"- musitó girando la cabeza para no tener que verlo a los ojos.
"No es verdad. No te conozco de nada y todo el día que me evitas. ¿Qué te he hecho?"
El silencio se apoderó del lugar la chica seguía con la cara apartada y él le miraba molesto. Iba a abrir la boca cuando…
"Chicos, chicos, estáis obstruyendo el pasillo"- dijo una voz a su espalda. Se giraron y vieron a una muchacha con el pelo largo, rubio y con los ojos azules. La insignia de prefecto brillaba limpiamente en su pecho-. "Si queréis hablar, entrad en un compartimiento."
"Oh, no fastidies Lovegood"- resopló Syaoran.
"Tu siempre tan simpático, Li-kun. Pero será mejor que vuelvas a tu vagón, estamos a punto de llegar"- informó alegremente dándose la vuelta, sin siquiera molestarse en observar a la otra chica que la miraba estupefacta, yendo a llamar la atención de otros chicos.
"Vamos"- sentenció el castaño.
oooooooooooooooooooooo
"Hombre, Sangmi. Si estás aquí"- dijo Ron al verlos entrar.
"Sí, y será mejor que nos pongamos ya la túnica"- dijo Hermione empezando a rebuscar en su baúl.
"Que raro que no haya venido Luna a visitarnos"- comentó Harry de pronto.
"Es que es prefecta"- le informó Syaoran
"¿Qué?"- se asombró Weasley.
"Pues eso."
"Lo que si que es raro es que no haya venido Malfoy con sus burlas anuales."
Sakura se mordió el labio, mientras se acercaba lentamente a la puerta, y el castaño sonrió.
"Es que nuestro 'querido amigo' estaba demasiado ocupado hablando."
"¿Con quien?"- preguntó el pelirrojo con curiosidad.
"Date la vuelta y lo sabrás."
Y sí lo hizo encontrándose con unos ojos verdes, la dueña de los cuales reía nerviosamente.
"¿Qué hacías tú hablando con Malfoy?"- dijo Granger alejándose del susto.
"Ajajaja… Una larga historia. ¿Nos cambiamos?"- comentó empujándola para ir a otro compartimiento.
Los otros dos chicos se quedaron mirando por el lugar donde desaparecieron con los ojos como platos. ¿Draco Malfoy hablando con alguien que no sea Slytherin? Suena macabro…
oooooooooooooooooooooo
"¿Me lo dirás?"- interrogaba Hermione mientras se cambiaban.
"Eto… pues…"- decía algo nerviosa. Ante la mirada de la prefecta se rindió-. "Jo, vale. Me lo encontré en el pasillo del segundo vagón y me había confundido contigo. Se disculpó por haberme hablado mal y a raíz de ahí le pregunté si erais amigos, y me explicó cosas que habéis hecho... y entonces vino Syaoran y nos encontró hablando. Fin de la historia ¿contenta?"- contestó de carrerilla.
"No me puedo creer que Malfoy haya tratado bien a alguien… ¿Y dices que estaba él solo?"
"Al principio si, pero después llegó Eriol."
"Él si que es caballeroso, para ser un Sly… Trata bien a todas las chicas y no se mete con nosotros nunca, deja que el hurón haga lo que quiera. Solo nos defiende si sabe que tenemos razón."
"Así es él…"
En ese momento, el tren paró haciendo que su conversación acabara.
"Será mejor ir a buscar a los chicos…"
Y salieron del compartimiento.
oooooooooooooooooooooo
"¿Dónde deben estar?"- preguntaba Ron.
"¡Hey! Aquí, chicos."
Se giraron y vieron a las chicas acercándose rápidamente.
"¿Qué hacíais tanto rato?"- interrogó el pelirrojo.
"Hablar y hemos visto a Hagrid"- contestó Hermione.
Subieron los cinco a un carruaje y Sakura miraba con asombro donde deberían estar los caballos.
"Son animales que cuida Hagrid"- empezó a explicarle la Gryffindor-. "Se llaman thestral y sólo los pueden ver quienes…"
"Escalofriantes"- la cortó la chica haciendo que todos la miraran…- "Perdona, Herms ¿decías algo?"- comentó inocentemente girándose hacia ella.
"¿Puedes verlos?"- preguntó Harry asombrado.
"Pues sí… vi morir a mi madre cuando tenía tres años, aunque ya casi no me acuerdo"- dijo sonriendo.
"Perdona…"
"No es nada… ¿Quién más puede verlos?"- preguntó.
"Yo"- dijo el mismo chico que le había preguntado a ella.
"¿Nadie más?"- los otros negaron-. "Tenéis suerte, pues."
En ese momento llegaron al castillo. Una pequeña lluvia había empezado desde hacía un rato y tuvieron que correr para no mojarse. Justo cuando iban a entrar al gran comedor, la profesora McGonagall llamó a Sangmi.
"Señorita Kim, el profesor Dumbledore desea hablar con usted."
Los demás la miraron con asombro.
"Os veo luego"- les dijo sonriendo.
Y se alejaron metiéndose por pasillos y escaleras hasta llegar a la gárgola de piedra.
"-'Dol Guldur'"- dijo la contraseña la profesora de transformaciones y se giró hacia la chica-. "Te espera arriba. Tengo que irme."
Sakura subió por la escalera de caracol y abrió la puerta del despacho del director encontrándose con un hombre mayor de barba plateada y gafas de media luna que la miraba desde el escritorio.
"Siéntese"- dijo ofreciéndole la silla de enfrente suyo. La ojiverde así lo hizo-. "Bien. Señorita Kinomoto, espero que no le importe si soy rápido, hay que hacer la selección."
"Como quiera."
"Hay una cosa que su padre no le dijo. Y es que su hermano está aquí, en Hogwarts y yo sé exactamente quien es…"
La castaña se puso seria en el acto. Por fin iba a saber quien era el que llevaba su misma sangre. Y estaba ahí. Se encontraba muy cerca de ella, y tal vez, hasta lo conocía ya…
oooooooooooooooooooooo
"Espero que no tarden mucho con la selección, me muero de hambre"- decía Ron.
"Tú siempre te mueres de hambre"- le espetó Hermione mordazmente-. "Pero, espero que Sangmi llegue pronto. Estoy ansiosa por saber a que casa irá…"
"Es verdad. ¿Os imagináis que le toca en Slytherin?"- preguntó Ginny acercándose a ellos.
Todos pusieron caras de desagrado. No podían imaginarse a alguien tan amable como ella en una casa tan horrible…
"Al menos no habría que preocuparse de que Malfoy se meta con ella…"- comentó Syaoran mientras el ultimo niño de primero iba a parar Hufflepuff.
"¿Qué quieres decir con…?"- iba a preguntar la pelirroja, pero se calló al ver que entraba Dumbledore por la puerta seguido de Sakura que estaba perdida en sus pensamientos.
"Siento no haber estado presente para la selección pero tenía un asunto pendiente"- dijo dirigiéndose a su sitio en la mesa de los profesores mientras que la chica se quedaba en frente del sombrero-. "Su nombre es Sangmi Kim, y viene de Corea. Cursará sexto año. Profesora Mcgonagall, si es tan amable de colocarle el sombrero."
La ojiverde se sentó en el taburete mientras la jefa de la casa Gryffindor le ponía el sombrero seleccionador. Éste pareció asombrarse un poco. Todo el mundo estaba en silencio, y veían como la chica iba murmurando cosas mientras que reía pícaramente. Calló por un momento y se puso algo seria, mientras que la gente se sorprendía por el cambio tan repentino. Sakura se mordió el labio inferior mientras asentía con la cabeza, pero después sonreía aún más a la vez que el sombrero la seleccionaba para estar en…
"¡¡Gryffindor!"
Harry, Ron, Hermione, Syaoran y Ginny aplaudieron fuertemente mientras la chica se iba a sentar con ellos.
"¡Bienvenida!"- le saludaron todos con una sonrisa.
"Gracias"- correspondió contenta.
"Y ahora…"- empezó a decir Dumbledore atrayendo la mirada de todos. Dio un par de palmadas y la comida apareció en las mesas-. "Buen provecho."
Sakura quedó maravillada ante la variedad de platos, y, hambrienta, comenzó a servirse.
"¿Oué az abado on ubeor?"- interrogó Ron con la boca llena.
"Ehhh… Traduce"- le pidió a Harry, situado a su izquierda.
"Te pregunta que qué has hablado con Dumbledore"- le contestó riéndose.
"Oh…"- comprendió. Pensó un momento y dijo-. "Pues… me comentó sobre lo de haberme retrasado un año y un poco las normas del colegio. Como funciona el rollo ese de los prefectos, las contraseñas y las clases…"
"¿Solo eso?"- se extrañó Hermione sin darse cuenta del idioma utilizado.
"Después hablamos…"
Los demás se miraron extrañados. No entendían lo que había dicho ninguna de las dos, exceptuando Syaoran que quedó pensativo, pero la ojiverde había contestado seria. La cena transcurrió con normalidad, hablando de todo un poco.
"¿Se han fijado que no hay profesor de DCAO?"- dijo Ginny de pronto mirando la mesa de los profesores.
Todos los que la oyeron, giraron la cabeza en la misma dirección. Buscaron con la mirada y vieron una silla vacía.
"Que raro"- comentó Ron por lo bajo.
"¿Qué han querido decir con lo del profesor de DCAO?"- preguntó Kinomoto confundida.
"El profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras"- informó Hermione.
"Ah…"- comentó la chica empezando a beber un poco de zumo de calabaza.
En ese momento, la puerta de detrás de la mesa de los profesores se abrió y todo el mundo se giró para observar a un joven de pelo castaño oscuro. Era alto y apuesto. Los ojos los tenía del mismo color que su cabello y tenía el ceño ligeramente fruncido.
Se acercó al director y hablaron de algo. Éste se levantó y les dijo a los alumnos…
"Les presento al nuevo profesor de Defensa…"
Sakura se giró al oír a Dumbledore hablar, viendo que no estaba solo. Sus ojos se agrandaron al máximo al reconocer a…
"…Touya Kinomoto"- finalizó.
Hubo varias reacciones. Syaoran abrió la boca a más no poder.
"Ie, no puede ser… él aquí, no. Por favor ¡Noooooo! Encima de Defensa… Esto es una pesadilla"- murmuró para si siendo escuchado por el resto del grupo, que no entendieron ni una sola palabra.
Exceptuando a Hermione, que se llevó una mano a la boca intentando controlar la risa, mientras miraba sorprendida a su nuevo profesor.
Quien si que no pudo contenerse era Eriol, que se desternillaba de risa en la mesa de Slytherin bajo la mirada interrogativa de Draco Malfoy y compañía.
Otras dos miradas se dirigieron a Touya, para luego mirar a Syaoran, que rezaba por su vida, a la mesa de Slytherin, viendo como uno de ellos se doblaba de la risa, volver la mirada a la mesa de Gryffindor, donde la chica nueva de sexto se había puesto de pie, y volver a mirar al profesor recién anunciado.
La ojiverde, después de ver a su hermano, y que este la observaba, había escupido el líquido al suelo y se había levantado de pronto empezando a balbucear cosas ininteligibles haciendo que todas las miradas se dirigieran a ella nuevamente.
"…cómo es posible… no sabía nada… ni una llamada… ni siquiera a mí… se va a acordar de esta…"- estas y otras palabras que no lograron entenderse salieron de la boca de una 'bastante' furiosa, Sakura Kinomoto… o Sangmi Kim.
"Esto… Sangmi…"- Hermione llamó la atención a su amiga, quien había empezado a caminar hacia la mesa donde el profesorado miraba la escena con asombro. La castaña se giró con brusquedad y miró inquisitivamente a la prefecta. Ésta se acercó a ella y le habló en un susurro, evitando, así, que Syaoran oyese nada de su conversación (aunque creo que en ese momento no estaba muy pendiente de eso… XD)-. "No se si te has dado cuenta, pero estás hablando en voz alta… se que Syaoran no está muy pendiente de ti, ahora, pero será mejor que vigiles, puede oírte e identificarte."
"Gracias, lo tendré en cuenta"- le contestó antes de proseguir su rumbo hacia su 'queridísimo' hermano mayor.
Se paro enfrente suyo, y lo apartó un poco del resto de adultos. Le sonrió muy falsamente, dando miedo a más de uno en la sala.
"Touya… me podrías decir, si eres tan amable… ¿qué demonios estas haciendo tú aquí?"- preguntó entre dientes sin dejar su 'sonrisa' de lado.
"Pues…"- contestó del mismo modo, pero al contrario que su hermana, no sonreía para nada. Más bien parecía… ¿temeroso?-. "Uno de mis tantos trabajos…"
"¿Y tenía que ser aquí, precisamente?"- interrogó con un tono de voz amenazante.
"Eh…"- pasó saliva y asintió con la cabeza.
"¡¿Y porqué no me lo habías dicho antes!"- explotó sobresaltando a todo el mundo.
"Eh… Tranquila…"- susurró nervioso.
"¿Cómo esperas que me tranquilice? Ni una llamada en todo el verano, si no fuera porque yo lo hice… ¡Y solo para 5 míseros minutos!"- exclamó con ira.
"Pero eso fue…"- se intentó explicar, siendo interrumpido.
"¡¡Déjame acabar! ¡¡Ni una sola carta! ¡¡Ni llamadas! ¡¡Ni nada! ¿¡¡Cómo crees que me siento?"
"Esto… Sakura"- le murmuró-. "Estas montando una escena."
Lo siguiente que vio fue la mano de la ojiverde estampada contra su mejilla, provocándole un gran dolor.
"¡Me importa una maldita mierda estar haciendo nada!"- se alejó de la mesa principal añadiendo-. "¡Te juro, Touya Kinomoto, que esta me la pagarás!"
Toda la sala estaba sumida en silencio. Lo único que lo rompía era…
Las grandes carcajadas que salían de las bocas del Slytherin, y esta vez también de la prefecta de Gryffindor, que no pudo aguantar por más tiempo la risa.
Sakura se paró en el pasillo que separaba las mesas de los leones y las serpientes y miró con reproche a su amiga.
"Hermione Jane Granger, o paras de reírte o juro sobre la tumba de mi madre que sufrirás mi tortura lentamente…"- le amenazó haciendo que la aludida callara al instante-. "Y lo mismo va para ti Eriol…"
El moreno, desde su mesa, al oír las palabras de Sakura, empezó a reírse más si cabe, haciendo que se creara una gran vena colérica en la frente de la Gryffindor.
Hizo caso omiso a su amigo y siguió para adelante, pero justo al pasar por delante de él, y sin tan siquiera parar en su recorrido afuera del Gran Comedor, una fuerte colleja se estampó en la cabeza de la reencarnación de Clow, parando su risa casi instantáneamente.
El silencio volvió a reinar en el salón mientras que la chica salía de allí. Fue cerrarse la puerta que todo Slytherin (exceptuando a uno de ellos), acompañados, extrañamente, por dos Gryffindor, Syaoran y Hermione, explotaron en risas sonrojando de vergüenza a Eriol, por primera vez en sus dos vidas.
El director de la escuela salió de su asombro y habló.
"Eh… prefectos, dirijan a sus compañeros a sus salas comunes. Que tengan buenas noches"- y se giró a hablar con el nuevo profesor, que se sobaba la mejilla con una mueca de dolor-.
"Veo que a su hermana no le ha gustado mucho que viniera sin avisar"- le susurró habiendo entendido todo lo dicho por la castaña.
"Para nada"- contestó en el mismo tono.
oooooooooooooooooooooo
"¿De qué se ríen ustedes dos?"- preguntó Harry a Syaoran y Hermione que se limpiaban las lagrimas.
"¡¡De Eriol!"- contestaron a la vez estallando de nuevo en carcajadas.
"Yo no le veo la gracia"- dijo éste acercándose a ellos.
"Vamos, Hiragizawa, tienes que admitir que sí fue gracioso"- le dijo Syaoran cuando ya los dos se calmaron.
"Seguro que si te pasase a ti, no dirías lo mismo."
"Pues no, por eso aprovecharé ahora."
"Bueno"- dijo la prefecta de Gryffindor-. "Será mejor que nos llevemos a los alumnos de primero a la Sala Común. Ron, vamos"- añadió llevándose al pelirrojo.
Los demás prefectos se levantaron y empezaron a llevarse a los alumnos de primer año. El resto, se fueron yendo poco a poco.
Cuando los dos prefectos de Gryffindor llegaron al cuadro de la señora gorda, ésta les miró inquisitivamente.
"-'Tulkas'"- dijo la contraseña Ron.
"Ésa es la contraseña para entrar a la torre de Gryffindor"- les comunicó Hermione a los nuevos alumnos-. "Tenéis que recordarla bien, y sobretodo no se lo podéis decir a los miembros de otras casas"- añadió mientras entraban en la sala.
"Ésas son las escaleras a las habitaciones de las chicas, y aquellas la de los chicos"- señaló el guardián del equipo de Quidditch-. "Vuestras cosas están ya en las habitaciones."
Los demás alumnos llegaron, y se fueron yendo cada quién a sus habitaciones.
"¿Habéis visto a Sangmi?"- preguntó Hermione a Harry, Syaoran y Ginny cuando aparecieron por el retrato.
"No…"
"¿Dónde debe de estar?"- se preguntó a si misma.
"Aquí"- dijo una voz a sus espaldas. Se giraron y vieron a la chica en cuestión bajando de las escaleras de las chicas.
"¡Sangmi! ¿Dónde estabas?"- le preguntó su amiga.
"En mi habitación"- contestó simplemente.
"¿Cómo has entrado? Nosotros no te hemos dicho la contraseña"- dijo Ron indignado.
"Ah, me la dijo Dumbledore después de la cena"- le aclaró con una sonrisa.
Estuvieron un rato hablando hasta que Hermione miró la hora.
"Será mejor que nos vayamos a dormir. Ya es tarde y mañana empiezan las clases"- dijo levantándose.
"Hasta mañana"- se despidieron las chicas.
"Adiós."
Cuando Sakura y Hermione entraron en su habitación, Parvati y Lavender ya estaban dormidas.
"Será mejor que hablemos mañana. No querrías despertarlas"- le aseguró la prefecta.
"Vale. Buenas noches"- le contestó ella.
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A la mañana siguiente, Sakura se levantó temprano. Intentando no hacer ruido se fue a la ducha. Cuando salió, ya cambiada, se encontró a Hermione que entraba por la puerta.
"Ah… ¿Ya te has despertado?"- le preguntó.
"Sí. Y tú, ¿hace mucho que te levantaste?"
"Hará una media hora, más o menos. Vamos a la Sala Común. Ahora está vacía y podremos hablar tranquilamente."
Bajaron y se sentaron delante de la chimenea, que estaba apagada.
"Bien. ¿Qué es lo que hablaron en el despacho de Dumbledore?"- le preguntó siendo directa.
"Él… está aquí"- respondió mirando al suelo.
"¿Quién?"- no recibió respuesta, pero de pronto cayó en la cuenta a quién podría estar refiriéndose su amiga-. "¿Quieres decir…?"
"Que mi hermano está en Hogwarts."
Estuvieron un buen rato en silencio hasta que Granger se atrevió a preguntar.
"¿Te ha dicho quién era?"
"No"- era mentira. En verdad le hubiera querido decir a su amiga, pero no lo creía conveniente por el momento. Quería esperar a conocerlo mejor.
"¿Y que vas a hacer?"
"Pienso averiguarlo cueste lo que cueste. He venido aquí principalmente por él y me gustaría conocerlo"- le contestó.
Hermione iba a hablar nuevamente, pero unas voces que provenían de la escalera de los chicos hicieron que se quedara callada.
"Jajaja. ¿Y te acuerdas cuando…? Vaya, buenos días chicas"- decía Ron.
"Buenos días"- le contestó la prefecta, pero la otra no dijo nada. Estaba seria, sumida en sus pensamientos mirando al vacío.
"¿Qué le pasa?"- preguntó Syaoran.
"Pues…"- contestó la otra poniéndose nerviosa.
Harry se acercó a la castaña y se paró enfrente suyo, aunque la chica ni se inmutó.
"Sangmi"- la llamó ligeramente.
"¿Qué?"- dijo saliendo de su ensimismamiento para encontrarse un par de ojos verdes que la miraban preocupados-. "Buenos días, Harry"- saludó con una sonrisa forzada.
"¿Te encuentras bien?"
"Eh… si"- mintió.
"¿Segura?"- volvió a preguntar.
"Sí, si, no es nada. De vedad, Harry. No te preocupes por mí. Estoy bien"- contestó.
"Puedes contar con nosotros para lo que quieras, ¿vale?"- le sonrió.
Sakura se sorprendió un poco. Acababa de conocerla apenas un mes atrás, y ya le brindaba apoyo sin preguntarle nada más. No pudo evitar el abrazarle.
"Muchas gracias"- susurró.
"No es nada"- correspondió al abrazo. Pocos segundos después, noto el hombro de la túnica un poco húmedo.
Los demás no sabían que hacer. Syaoran, se sentía algo incómodo. Ron estaba algo impresionado por la acción de su amigo, mientras que Hermione se encontraba pensativa al ver esa escena.
"Bueno, será mejor que bajemos a desayunar"- dijo Sangmi separándose del moreno y limpiándose las lágrimas al oír como la gente empezaba a bajar a la Sala Común.
"Estoy contigo"- añadió rápidamente el pelirrojo arrancando risas de todos.
Antes de entrar al gran comedor, vieron a Ginny hablando en la puerta con una chica rubia.
"Hola Luna"- saludaron todos al reconocerla.
"Hola chicos"- correspondió al saludo.
"Me llegó tu regalo. Muchas gracias"- dijo Harry luego de que hubieron saludado a la menor de los Weasley.
"No fue nada"- contestó simplemente. La chica le había enviado un libro con raros ejemplares de criaturas mágicas.
"¡Uy! Me olvidaba"- dijo Ginny al ver a Sangmi que observaba a la chica de Ravenclaw con el ceño fruncido-. "Os presento. Se llama Luna Lovegood. Ella es Sangmi Kim."
La chica le miró y se sorprendió un poco al principio. Pero después sonrió y le tendió la mano.
"Encantada."
Kinomoto frunció aun más el entrecejo y le cogió de la muñeca.
"Ven conmigo un momento"- le ordenó. Y se la llevó a los terrenos del colegio dejando a todos con la palabra en la boca y clara sorpresa en sus semblantes.
Cuando salieron, la soltó y se giró hacia ella.
"¿Se puede saber qué haces tú aquí?"- le preguntó.
"Eso debería decirlo yo, Sakura"- contestó la muchacha con una sonrisa.
"¿Pero qué te has hecho en el pelo?"- la ignoró por completo-. "¿Desde cuando tú eres rubia?"
"Desde que estoy en Hogwarts. Es solo una ilusión"- acto seguido, se concentró un poco y su pelo cambió de color a negro-. "¿Lo ves?"
"Esa no es la cuestión, Tomoyo. ¿Desde cuando…?"- pero se vio interrumpida por la voz de una chica.
"¡Tommy!"- gritó corriendo hacia ellas. Era un poco más baja que las dos. Tenía el pelo negro y los ojos de un rubí intenso-. "¡Ah! Estás con Sakura."
"¡¿Meiling!"- gritó la aludida perpleja.
"La misma!"- sonrió abrazándola.
"¿Qué… qué haces aquí?"- le preguntó sin salir del asombro.
"¿Qué acaso mi primito no te ha contado? ¡Por cierto! ¿Dónde está? Raro… no está revoloteando a tu alrededor…"
A la mención de Syaoran, Kinomoto frunció el ceño con desagrado y enojo.
"Vaya, metí la pata"- murmuró apenada-. "Estoy aquí para vigilarlo a él, principalmente"- añadió rápidamente cambiando de tema-. "Pero, a parte de eso, yo también tengo poderes mágicos, aunque no lo creas."
"No lo sabía…"
"Los descubrimos hace un año y, aprovechando eso, me enviaron a Hogwarts"- explicó con una sonrisa.
"¿Y que clase de poderes son los que tienes?"
"Pues… un poco de los elementos, principalmente el fuego, y telequinesia."
"Yo sabía que Tomoyo tenía poderes psíquicos, pero no sabía qué tú también tuvieras."
"Pues sí."
"¡Mejor, ahora podremos volver a estar juntas!"- exclamó la ojiverde con entusiasmo.
"¡Ya pueden irse preparando en este colegio! ¡Han llegado las 'Savage Girls'!"- dijo Daidouji con entusiasmo.
"¿'Savage Girls'?"- preguntaron Sakura y Meiling a unísono.
"Las 'chicas salvajes'"- contestó simplemente.
"Buen nombre"- fue lo único que atinó a decir Li.
Y entre risas y algún que otro comentario, las tres se encaminaron al gran comedor. Cuando entraron, atrajeron la mirada de todos. La chica nueva ya se había hecho amiga de Li y Lovegood. Y eso que eran las que menos hablaban con la gente, exceptuando, tal vez, a Luna que el año anterior había comenzado a ir con el grupo de Harry Potter.
Un chico en la mesa de Gryffindor se las quedó viendo, mientras se sentaban juntas con Hermione y empezaban a hablar.
"Tomoyo ha tardado poco en encontrar reemplazante a Sakura"-pensó mirando a la 'rubia'-. "Se avecina una buena…"
Clase 01: Fin
Notas de la autora: ¡Buaaaa! ¡Ya estoy aquí con otro fic nuevo! Mi primer crossover, ¡ya tocaba!
Espero que os guste a todos. La idea me vino un día viendo Harry Potter y el prisionero de Azkaban, me empecé a reír de golpe (mi madre me tomó por loca) me pareció buena la idea y lo convertí en fic.
Ya se que tengo dos fics empezados y abandonados, pero el de 'Las Cards Comodín' lo pienso reeditar con bastantes cambios, y el de 'Yin and Yang'… estoy bloqueada, así que no se cuando actualizaré.
Ahora pasemos al vocabulario:
"Sangmi Kim": este nombre es real. Lo he sacado de una novela llamada 'Las orquídeas rojas de Shangai' de Juliette Morillot. El nombre es coreano, en realidad, es el de la protagonista. Su traducción japonesa sería Naomi Kawamoto. Explico todo esto porque la historia que se relata en ese libro, es basada en hechos reales, así que la traducción es verídica.
"Dol Guldur": la contraseña que hay para entrar al despacho de Dumbledore. Significa 'Hechicería'. Sacado de el libro El Silmarillion, de JRR Tolkien.
"Tulkas": contraseña de Gryffindor. Significa 'El más grande en fuerza y en hechos de valor'. Sacado del mismo libro.
"claro que no lo conoces, me lo he sacado de la manga…": la expresión creo que en sí queda bastante clara, pero la explicaré por si acaso. Sacarse algo de la manga equivaldría a habérselo inventado. Sakura se ha sacado su nombre (Sangmi Kim) de la manga porque ella misma se lo ha inventado… ¿Se entiende?
Un pequeño comentario sobre el capítulo… me gusta como me ha quedado el principio y la idea de que Sakura y Hermione fueran amigas de antes, lo hice para que ella tuviera una pequeña… cómplice en su misma casa.
¿Y por qué se pelearía con Syaoran? Quién sabe. ¿Por qué se ha llevado tan bien con Malfoy desde un primer momento? Interesante… Y lo más importante… ¿Quién demonios es el hermano de Sakura? Misterio. Ya os iré dando pistas… pero seguramente… hasta que lleguen a Halloween dentro del fic, no sabréis con certeza quien es… aunque os pondré algún que otro indicio.
Ahora si… ¿vosotros quien creéis que puede ser? Os daré una pista… ya se le ha nombrado. Jijijiji
¿Alguien se esperaba que Luna fuera Tomoyo? Creo que no. ¡Y Eriol en Slytherin! No se vosotros, pero es que le pega tanto… esa mirada misteriosa… me encantó la idea cuando la pensé.
¿Qué os parece que Saku y Syao estén en la misma casa? No se si vosotros lo habréis hecho, pero yo no he leído ni un solo fic en que estén en la misma casa y curso, así que lo puse.
Bueno… no tengo más que añadir por el momento, a parte que el capítulo, para ser el primero, es bastante largo… ¿no creéis?
Solo me queda decir… ¡REVIEWS! ¡Onegai! ¡Ponedme reviews! ¡Tanto si os gusta la historia como si no! ¡Así se lo que tengo que modificar para el siguiente capítulo!
¡Nos vemos!
Mangalina Li
